2007/10/18 07:00:00 GMT+2
He esperado unos días para hacer recuento de las reacciones suscitadas por la concesión del Premio Nobel de la Paz a Al Gore (ex æquo con el Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU, del que apenas se habla). Es deprimente comprobar cómo la mayoría de las organizaciones y personalidades tenidas por progresistas han considerado que, aunque el personaje presenta “ciertas sombras”, la decisión del Comité Nobel Noruego puede considerarse positiva, porque la popularidad del galardonado contribuye “a difundir la conciencia del peligro del cambio climático”.
No seré yo quien diga que el Nobel de la Paz se ha degradado al distinguir a Gore. Un premio que ya recayó en el pasado en gente como Anwar el-Sadat, Menahem Begin y Henry Kissinger (¡ésa sí que fue buena!) tampoco puede presumir de mucho. Pero me deja de piedra que sean tan escasas las voces que se elevan para decir que un político que se negó en su día a firmar el Protocolo de Kyoto no debería en ningún caso recibir reconocimiento universal como defensor de la causa que él mismo boicoteó. Súmese su defensa de las terribles fumigaciones masivas del Plan Colombia, tan dañinas para los campos como para los campesinos.
Cuando Gore habla del medio ambiente, siempre insiste en “la responsabilidad de todos”, difuminando quiénes son los grandes agentes contaminantes y quiénes no tienen ni para contaminar.
Como número dos de Clinton, Gore se negó a aceptar la autoridad del Tribunal Penal Internacional y aprobó acciones militares en Sudán, Afganistán, Irak, Haití, Zaire y Liberia, amén de todas las de la ex Yugoslavia.
Es un ecologista de salón y un pacifista de pega. Muy adecuado para un Premio de la Paz que lleva el nombre del inventor de la dinamita.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (18 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Al Gore, ecologista de salón). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 2 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/18 07:00:00 GMT+2
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2007/10/17 07:00:00 GMT+2
Zapatero ha comunicado a Ibarretxe que no tomará en consideración sus propuestas mientras no cuenten con el aval del conjunto de los partidos vascos. Además, le recordó que no está dispuesto a discutir sobre nada que rebase los límites de la Constitución.
Lo cual plantea un par de problemas de mera lógica.
Empezando por lo segundo: él no sólo está dispuesto a discutir sobre propuestas que desbordan lo previsto en la Constitución, sino que lo ha hecho ya varias veces. Por ejemplo, cada vez que ha habido que “retocar” la Constitución para amoldarla a las exigencias de la Unión Europea (recordemos lo relativo al voto activo y pasivo de los residentes europeos en las elecciones locales). Él mismo tiene en cartera una propuesta que implicaría la corrección de tres aspectos de la Constitución, entre ellos el de la preeminencia del varón sobre la hembra en la línea de sucesión a la Corona. De modo que es incierto que no esté dispuesto a discutir cambios en la Constitución. Si lo que quiere decir es que se niega a discutir ese cambio, en concreto, dígalo, y ya está.
Segundo: él no puede exigir a Ibarretxe que espere a contar con el consenso del conjunto de los partidos políticos vascos para hacer su propuesta. Puede recomendárselo, por supuesto, pero no exigirlo, porque tal exigencia es –paradojas de la vida– anticonstitucional. La Constitución prevé qué mayoría parlamentaria (no de partidos) se requiere para hacer una propuesta de reforma estatutaria. El jefe del Gobierno no es quién para añadir requisitos por su cuenta. Además, ¿por qué hoy es imprescindible el acuerdo del PP y no lo fue a la hora de votar el Estatuto de Gernika?
A ver si pasan de una vez las elecciones y la lógica empieza a recuperar el terreno perdido.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (17 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Problemas de mera lógica). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 2 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/17 07:00:00 GMT+2
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2007/10/16 07:00:00 GMT+2
Me telefonea mi buen amigo Gervasio Guzmán:
–Oye, Javier: ¿tú sabes qué ha estado haciendo el Che Guevara en los últimos diez años?
Me deja perplejo.
–No te entiendo. El Che lleva 40 años muerto.
–Que te crees tú eso. Algo ha debido de estar haciendo, vete a saber cómo, porque los mismos que hace diez años lo ponían por los cuernos de la luna ahora lo tratan de criminal y engañabobos. Y ellos no han cambiado. De haber rectificado, su honradez intelectual les habría obligado a admitirlo y a dar explicaciones.
Le río a Gervasio el sarcasmo.
Todo el mundo remodela sus ideas con el paso del tiempo. Pero no necesariamente para pasarse al bando de enfrente. Es curioso que sean precisamente estos últimos los menos inclinados a dar explicaciones sobre su transfuguismo ideológico y los más dispuestos a pasar de la defensa intransigente de una posición a la apología más agresiva de la contraria. A falta de coherencia, están sobrados de aplomo. El único dato fijo de su trayectoria es el firme convencimiento que exhiben de estar siempre en posesión de la verdad, sostengan un criterio o el contrario.
Por lo general, se trata de gente que no decide sus actos en conformidad con un determinado ideario, sino que primero actúa ateniéndose a sus intereses materiales y luego idea doctrinas que le permitan darse cierta prestancia conceptual. Llama la atención que la fauna intelectual española, siendo de por sí tan escasa, esté tan poblada de estafadores.
Lo más característico de este género de fabricantes de sesudas coartadas prêt-à-porter para uso de terceros –que son los que las pagan– es su extraordinaria capacidad para no dar ni una. Si ayer defendían que algo es blanco y hoy sostienen que es negro, lo más probable es que sea rojo.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (16 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (La rígida firmeza en el error). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 2 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/16 07:00:00 GMT+2
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2007/10/15 07:00:00 GMT+2
Si estuviera en el paro y me creyera que la Ley de la Memoria Histórica va a salir adelante y a ser aplicada con rigor, me pondría de inmediato a hacer un curso intensivo de anulador de lápidas e inscripciones franquistas. (Quizá conviniera buscar un nombre para ese nuevo oficio. Propongo desfachador, que presenta la ventaja de aludir simultáneamente al facherío y a las fachadas.)
Trabajo no faltaría. Mi experiencia es limitada en lo geográfico, pero apabullante en su rotundidad. En mis paseos por Cantabria, he podido comprobar que apenas hay iglesia –por citar sólo un tipo de monumento– que no tenga su correspondiente inscripción, en alto o bajo relieve, con su lista de «caídos por Dios y por España», encabezada por José Antonio Primo de Rivera. Me da que otras regiones no le van muy a la zaga. La semana pasada estuve en Tenerife. Las calles y plazas de Santa Cruz son una juerga: no paran de tocarte las narices con los personajes y las glorias del 18 de Julio.
No estoy demasiado seguro, de todos modos, de que los nuevos desfachadores vayan a verse desbordados por la demanda. Viendo la poca energía que demuestra el Gobierno de Zapatero cada vez que la jerarquía católica se le pone enfrente, tiendo a sospechar que, si la Iglesia se niega a aplicar la Ley, vamos a tener presentes a los caídos por Dios y por España por los siglos de los siglos, amén.
Pero esos augurios son lo de menos, al menos por ahora. Lo de más es que la Ley no va a recoger el punto clave que debería haber afrontado y resuelto: la anulación de las sentencias dictadas por los tribunales políticos del franquismo. Se conforma con catalogarlas genéricamente como ilegítimas. Típico del estilo gubernamental de Zapatero: mucha apariencia, poca chicha.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (15 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Demasiadas losas sin retirar). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/15 07:00:00 GMT+2
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2007/10/14 07:00:00 GMT+2
Rajoy habla en nombre de «todos los españoles» –lo comenté ayer–, atribuyéndonos deseos, pasiones e intransigencias que son patrimonio exclusivo de sus partidarios, y quizá no de todos.
Lo inaceptable no es sólo que generalice al conjunto de la población española los sentimientos y rencores de su particular taifa política, sino el uso mismo que hace de ese «todos los españoles», como si se tratara de una categoría indiscutible.
No me ha gustado nada que, en la polémica de estos días, algunos representantes de lo que se supone que es la izquierda española se hayan puesto a polemizar con el presidente del PP en ese mismo terreno, discutiéndole qué es lo que pensamos, sentimos o queremos «todos los españoles» y cómo entendemos «nuestros símbolos comunes», en lugar de rechazar que todos los españoles pensemos y sintamos lo mismo con respecto a los símbolos oficiales, las ideas de «Patria» o «Nación», la fiesta del 12 de Octubre o lo que sea.
Me refiero, por ejemplo, a María Teresa Fernández de la Vega, perorando sobre cómo hay que entender «los símbolos de todos». Y a Gaspar Llamazares, al que también le he oído apelar a «los símbolos comunes» y a «la fiesta de todos». ¿Es la bandera bicolor un símbolo común? ¿Lo es la Corona? ¿Nos identificamos todos con el ex Día de la Raza, ahora vestido de seda? ¿Apreciamos todos los desfiles militares? Venga ya.
Saben bien que en nuestra sociedad hay tal variedad de sentimientos de pertenencia –y tantas tradiciones y corrientes político-ideológicas contradictorias– que toda apelación a lo que sentimos «todos los españoles» es por fuerza pura retórica huera.
La democracia real gana con la existencia de contradicciones. Las unanimidades sólo benefician a quienes las controlan.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (14 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Patrias, reyes y banderas). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/14 07:00:00 GMT+2
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2007/10/13 07:00:00 GMT+2
Es fantástico lo muchísimo que pensamos, sentimos, exigimos e incluso poseemos «todos los españoles». Mariano Rajoy insistió en su mensaje institucional del miércoles en lo muy identificados que estamos «todos» con la bandera del Reino, con la Monarquía, con la sagrada unidad de la Patria, con el 12 de Octubre y no recuerdo ya con cuántas cosas más. (¿Habló de la Virgen del Pilar? No lo recuerdo. Habría sido lo suyo, en tan señalada fecha).
De entrada, me dejó perplejo. Me dije: «Coñe, si tan identificados estamos todos con la bandera bicolor y tanto vibramos todos con la unidad de España, ¿a qué viene poner tanto énfasis en la defensa de lo que nadie ataca?»
La torpeza fue mía, por no darme cuenta de que, en el problemático subconsciente de don Mariano, no todos somos «todos». El «todos» que evoca el que llaman «líder de la oposición» –como si sólo hubiera una– incluye en exclusiva a quienes él suele identificar como «españoles de bien» (o «bien nacidos», alternativamente).
Quedan al margen de la españolidad de bien todos aquellos y aquellas a los que no les apetece nada de nada verter hasta la última gota de su sangre (ni siquiera la primera) en defensa de la enseña del Estado, y los que no acaban de captar la épica político-musical de la Marcha Real (con o sin letra), y los que no se sienten poseídos por el deseo incontenible de clamar que el islote de Perejil es como Melilla, como Gibraltar y como Olivença, o sea, España en estado metafísicamente puro. También quienes se chotean de que lleve la pechera cargada de medallas alguien cuyo único mérito militar fue entregar el Sahara a Hassan II.
Pero tales inadaptados, obviamente, no tienen cabida en el «todos». ¿Cómo van a entrar en el «todos» los don Nadie?
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (13 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte («Todos» no somos todos). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/13 07:00:00 GMT+2
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2007/10/12 07:00:00 GMT+2
El Gobierno afgano asegura que un tal Reza Khan se declaró culpable del asesinato del periodista español Julio Fuentes. Resulta imposible saber a ciencia cierta si el tal Khan realmente se confesó autor del crimen y, en el caso de que lo hiciera, en qué condiciones lo hizo. Las técnicas de interrogatorio de la Policía afgana pudieron tener algo que ver en su confesión, si es que la hubo, y la desenvoltura con la que llevan a cabo su cometido los tribunales del presidente Hamid Karzai es fácil que contribuyera a aligerar los trámites del juicio del que salió condenado a muerte. A saber.
Lo que sí sabemos es que la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán reclamó en 2004 una moratoria en la ejecución de las penas de muerte, alegando la inexistencia de garantías jurídicas que otorguen un mínimo de credibilidad a las sentencias. Hasta ahora, el presidente Karzai había atendido esa demanda, pero el lunes dio su visto bueno a la ejecución de una quincena de presos, Reza Khan entre ellos. Los mataron disparándoles a la cara. Compiten por el Guinness de la crueldad homicida con honores de Estado.
¿Quiso el presidente Karzai congraciarse con España pasando a Khan por las armas? Eligió un mal sistema. Abofeteó la memoria de Julio Fuentes, que siempre se opuso a la pena de muerte. Julio jamás habría aceptado esa ejecución, por muy asesino que fuera Khan.
Anteayer fue el Día Mundial contra la Pena de Muerte. Entre los estados que la practican de manera más recalcitrante, dos socios prioritarios de España: EE.UU. y China. ¿Algún reproche oficial? ¡Faltaría más! A cambio, tenemos un buen contingente militar en Afganistán para apuntalar el régimen del verdugo local. ¡Cosas del humanitarismo!
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (12 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (La doble muerte de Fuentes). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/12 07:00:00 GMT+2
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2007/10/11 07:00:00 GMT+2
Se ha dicho y repetido, y es verdad, que el atentado del martes representa un giro muy importante en la estrategia que ETA ha venido haciendo suya durante años. Desde 2003 hasta anteayer, salvando la pausa de la tregua, ha puesto bombas, y es obvio que toda bomba que estalla puede matar (la T-4 lo demostró del peor modo), pero ésta es la primera vez desde el 30 de mayo de 2003, cuando asesinó a dos policías nacionales en Sangüesa, que coloca una bomba con la voluntad específica de causar víctimas mortales.
«Se trata de un cambio de consecuencias imprevisibles», afirman algunos comentaristas. No. Hay varias consecuencias que sí son previsibles.
Por ejemplo: es previsible que se produzca un incremento cualitativo del aislamiento social de ETA y, por ende, de los dirigentes de la izquierda abertzale que le secunden por esa nueva/vieja vía.
La explicación es sencilla. Durante decenios, la población vasca no tuvo más remedio que convivir con las muestras más extremas de violencia. Había atentados mortales cada dos por tres. La muerte formaba parte de la realidad cotidiana de Euskadi. Más de cuatro años vividos en un ambiente distinto –con frecuencia tenso, sin duda, pero sin cadáveres de por medio– han permitido a la ciudadanía hacerse una idea bastante aproximada de las ventajas de la paz.
Si ahora ETA da marcha atrás en lo que ya parecía una conquista asentada y si la dirección de Batasuna se suma a esa aventura, ambas sufrirán una muy superior reacción de rechazo colectivo, que abarcará a una parte de su tradicional base social. No se olvide que muchos aceptaron participar en las listas de ANV y muchos más las votaron porque les dijeron que se trataba de apoyar el proceso de paz. No la vuelta a la guerra.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (11 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Algunos efectos previsibles). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/11 07:00:00 GMT+2
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2007/10/10 07:00:00 GMT+2
Lamento volver al monotema vasco, pero es que hay cosas que, cuando no las dice nadie (fuera de Euskadi, se entiende), alguien tiene que exponerlas, para que el común de los ciudadanos pueda contar con más elementos de juicio.
Me voy a referir a la línea argumental avanzada por Baltasar Garzón para dictar cárcel contra 17 destacados miembros de la izquierda abertzale.
Si el mentado juez se limitara a acusarlos de tratar de retomar la actividad de una organización ilegalizada, nada cabría objetarle en el plano jurídico, porque estaría aplicando lo dispuesto en la Ley de Partidos, instrumento legal mejor o peor (peor, en mi criterio), pero vigente. Pero no puede quedarse ahí. Tiene que explicar por qué aplica ahora una norma que ha estado obviando durante meses. Y es entonces cuando se inventa un argumento realmente pasmoso. Alega que los dirigentes de Batasuna se dedicaban antes a impulsar el proceso de paz, lo que merecía impunidad; en cambio, ahora se están ajustando a la estrategia de ETA, y eso debe ser castigado.
El argumento –por así llamarlo– no se tiene en pie. Para empezar, cuando los líderes de la izquierda abertzale impulsaron el proceso de paz, lo hicieron ajustándose también a la estrategia de ETA, que estaba en tregua y decía querer la paz. Así que no hay ninguna novedad en la sintonía de Batasuna con ETA: la había y la sigue habiendo.
Pero lo más estrambótico no es eso, sino que el juez admite que los persigue en función de la valoración política que él hace de la estrategia de los integrantes de la organización. No juzga si lo que hacen es delictivo, sino si está políticamente bien orientado, conforme a su criterio. No castiga sus actos, sino su táctica.
¿Qué clase de rigor jurídico es ese?
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (10 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Prácticas de Derecho Político). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/10 07:00:00 GMT+2
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2007/10/09 07:00:00 GMT+2
No pocos sostienen que el Gobierno acierta impulsando el acoso judicial contra la izquierda abertzale. Dicen que es el justo castigo que se merece por no haberse distanciado de ETA tras la ruptura del alto el fuego. Otros, en cambio, afirman que responde a un giro de carácter descaradamente electoralista, aunque difieren en su valoración: mientras al Ejecutivo vasco le parece un abuso que puede contribuir a enconar aún más el conflicto, el PP lo juzga timorato e insuficiente.
Lo que nadie discute, por lo que he podido leer y oír, es en que se trata de una iniciativa de naturaleza política que responde a la voluntad del Gobierno.
Me sumo a esa consideración. Pero, lejos de asumirla con la tranquila naturalidad con la que todo el mundo la ve, como si fuera algo que va de suyo, a mí me parece una vergüenza. Es escandaloso que nos hayamos acostumbrado a dar por hecho que haya jueces que obran o dejan de obrar en fiel sintonía con tales o cuales intereses partidistas. Que, según de qué magistrados se trate, se dé por supuesto, como si tal cosa, que es el Gobierno, o bien el Partido Popular, el que maneja los hilos.
Que me escandalice no quiere decir que me sorprenda. Los muchos años que llevo en estos menesteres me tienen curado de espanto. He visto a demasiados magistrados de alto copete tratar de los asuntos de su competencia con quienes no debían, sin retroceder ante el establecimiento de tácticas conjuntas más o menos explícitas.
En determinados medios judiciales, la invocación permanente de las llamadas «cuestiones de Estado» hace que la separación de poderes, la independencia judicial y el rigor jurídico se conviertan en meras ficciones.
¿Qué el fin justifica los medios? ¡Pero si ni siquiera está claro el fin!
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (9 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Justicia y política, en unión). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/09 07:00:00 GMT+2
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