2007/10/08 07:00:00 GMT+2
Imaginen ustedes que alguien criticara la orientación política del Ayuntamiento de Gernika y que su alcalde respondiera acusando al crítico de estar defendiendo el célebre bombardeo que exterminó a buena parte de la población de la noble y leal villa vizcaína. «¡Qué tendrá que ver una cosa con otra!», respondería todo el mundo a coro. Pues bien, eso es exactamente lo que hacen las autoridades israelíes con cuantos nos oponemos a su política: acusarnos de justificar el Holocausto.
El Estado de Israel tiene de común con las víctimas del genocidio nazi que sus habitantes son judíos, como lo eran aquellas. Eso es todo. Los judíos llevados a los campos de exterminio del III Reich no defendían ninguna orientación política concreta. Muchos de ellos ni siquiera eran sionistas.
Retengo el dato de que el Estado de Israel es uno de los pocos que se niega a fijar oficialmente sus fronteras. Los gobernantes de Tel Aviv hablan del derecho que les asiste a contar con fronteras seguras, pero la seguridad que reclaman se refiere a la actitud de sus vecinos hacia ellos, no a la de ellos para con sus vecinos. De hecho, desde su surgimiento como Estado, Israel no ha parado de expandirse territorialmente. Resulta inevitable recordar el caso histórico de otro Estado que también se negó a establecer de manera oficial unas fronteras netas, por razones que no tardó en dejar claras con la ocupación de los Sudetes.
Ha habido ocasiones en las que, tras haberme tocado oír peroratas contra «los judíos», en general, he tomado la palabra para decir: «Yo también soy judío». La verdad es que nunca me he ocupado de investigar mi árbol genealógico. Me daría igual tener ascendencia judía. Seguiría dándome horror la actuación del Estado de Israel.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (8 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (De judíos y de sionistas). Lo mantenemos allí porque tiene unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/08 07:00:00 GMT+2
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2007/10/07 07:00:00 GMT+2
Un afamado y muy riguroso penalista me explicó hace años que lo peor que puede hacer un acusado, por muy experto que sea en Derecho, es asumir su propia defensa. «Si reivindicas tu inocencia, es inevitable que te dejes arrastrar por la pasión. Puedes acabar asumiendo una línea argumental que te perjudique. Si yo fuera procesado, me buscaría un buen abogado que no tuviera demasiada relación de amistad conmigo y que pudiera abordar el caso con la debida frialdad».
Lo malo es cuando no encuentras quién te defienda.
Es posible que el Rey no hubiera tenido demasiado problema para que le asignaran algún defensor de oficio, pero el hecho es que en las últimas semanas ha resultado muy llamativo el escaso entusiasmo que han puesto en la labor quienes han salido en su defensa. Así que ha acabado por cometer el error de hacer su propio panegírico. Me ha recordado a un chaval de mi cole que decía: «No es porque sea yo, pero soy el que mejor juega a fútbol de la clase». Teníamos diez años y ya nos entraba la risa.
Juan Carlos de Borbón ha cometido, entre otros, el error de creerse lo que durante tres décadas han dicho de él sus aduladores. Se ve que nadie le ha tenido al corriente de lo que casi toda la clase política murmuraba a sus espaldas, poniéndolo a caldo por vividor, frívolo y aprovechado.
Él, que no es demasiado serio, se tomó en serio y no se dio cuenta de que eran legión los que lo estaban utilizando, cual pañuelo de celulosa, en plan de usar y tirar.
Ahora hay gente que le reclama la abdicación. Pero no porque deba arrepentirse de haber sido designado por Franco y por no haberse sometido jamás al refrendo de las urnas, sino por no estar mostrándose lo suficientemente derechista. Como diría el otro, manda huevos.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (7 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (El rey asume su defensa). Lo mantenemos allí porque tiene unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/07 07:00:00 GMT+2
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2007/10/06 07:00:00 GMT+2
Me escriben algunos lectores reprochándome que me muestre tan severo con quienes estuvieron al servicio de la dictadura franquista. «Seguro que usted también cometió errores en aquel tiempo», me dicen.
Vamos a ver: errores cometemos todos, de jóvenes y de viejos. Por supuesto que he defendido muchas veces opiniones que luego he tenido que rectificar.
Pero en este asunto conviene trazar dos líneas divisorias.
La primera es la que marca la diferencia entre el error y el crimen. Una cosa es defender un planteamiento político que al cabo de un cierto tiempo se evidencia incorrecto y otra tomar decisiones prácticas que acaban truncando vidas y haciendas.
La segunda línea divisoria se refiere al interés. No merece la misma catalogación ética quien incurre en errores de apreciación de la realidad cuando está luchando contra una dictadura, comprometiendo su porvenir en ello, que quien saca partido político y económico de las barbaridades que perpetra tratando de perpetuar esa misma dictadura.
Se ha instaurado en algunos ambientes periodísticos, intelectuales y ciudadanos españoles un irritante relativismo moral que cubre cuanto sucedió por aquí entre 1936 y 1976. «Todo el mundo cometió muchos errores», dicen. «Mejor dejarlo estar; no le demos más vueltas». ¿Muchos errores? Tal vez. Pero no es lo mismo equivocarse al juzgar a tal o cual gobierno o al proponer tal o cual sistema político alternativo que al firmar una sentencia de muerte, o al ordenar que se abra fuego contra una manifestación popular, o al incautarse por la brava de los bienes de un rival político.
Por lo demás, es falso que los franquistas se equivocaran. Equivocarse es pretender una cosa y no lograrla. Cuando lo que uno quiere es medrar y lo consigue, acierta.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (6 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Distintos errores de juventud). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/06 07:00:00 GMT+2
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2007/10/05 07:00:00 GMT+2
Tiene razón el lehendakari Ibarretxe cuando afirma que no es aceptable que ETA marque la agenda de la política vasca; que sea la organización armada la que, sin la más mínima legitimidad, determine de qué se puede hablar y cuándo, y qué se puede hacer y qué no. Él se dirige con ese argumento a quienes, diciéndose en principio partidarios de su ya célebre consulta, sostienen que habría que esperar para realizarla a que ETA no se interfiera. Aceptar que la actividad terrorista –o la amenaza de actividad terrorista– condicione los planes políticos de la gente pacífica supone, en efecto, conceder un plus francamente irritante a la matonería.
Pero, si eso es cierto, no lo es menos que tampoco resulta sencillo hacer como si ETA no existiera, cuando el hecho es que existe. Planteémonos, a modo de pura hipótesis, la campaña previa a la consulta cuya conveniencia defiende Ibarretxe. ¿Con qué normalidad democrática podrían realizar su propaganda electoral los partidarios de una u otra opción, una vez que ETA haya dictaminado que esa votación es cosa de traidores, susceptibles, por lo tanto, de recibir cuatro tiros por su intrínseca maldad?
A uno le puede parecer intolerable que haya atracadores que asalten a la gente por la calle, pero esa condena moral no resuelve el problema que se plantea cuando alguien te encañona con una pistola y te reclama la cartera.
Otra cosa es que haya otros poderes, incluso mucho más decisivos y con mucha más capacidad resolutiva que ETA, que tampoco estén dispuestos a aceptar que la agenda de la política vasca se pueda establecer con plena libertad.
Decididamente, hay conflictos que, los mire uno como los mire y por más vueltas que les dé, tienen todo el aspecto de carecer de solución.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (5 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Hay conflictos insolubles). Lo mantenemos allí porque tiene unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/05 07:00:00 GMT+2
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2007/10/04 07:00:00 GMT+2
José Luis Rodríguez Zapatero reprocha a Juan José Ibarretxe estar equivocándose «de país, de continente y de siglo».
¿De país? No parece. Cuando Zapatero habla de «país», se refiere a España. Ibarretxe, en cambio, piensa en Euskadi. No sé si son países diferentes; son, en todo caso, colegios electorales distintos. Allá cada pescador con sus aguas.
¿Se equivoca Ibarretxe de continente? En ese punto las cosas están mucho más claras. Si se observa la evolución del mapa europeo de hace veinte años para acá, se constata que la tendencia, nítida como pocas, es a la creación de nuevos estados. Europa tropieza con enormes dificultades para avanzar en su coordinación económica y política –cosa que deploro, dicho sea de paso–, pero se las arregla estupendamente para subdividirse en cada vez más estados. Alemania contribuyó a ello muchísimo, abogando por el derecho de autodeterminación de los pueblos balcánicos. El antecesor de Zapatero, Felipe González, optó por no decir nada en contra de aquel influjo alemán, quizá por su aversión al «fuego amigo».
El lehendakari no exige un trato como el que la Europa oficial ha dispensado a Croacia, a Ucrania, a Eslovaquia o a los países bálticos. Reclama tan sólo el derecho a renegociar las condiciones de la adscripción de Euskadi a España, para que el pacto se acomode mejor a los deseos de la población vasca. ¿Es eso un desvarío, como dice Fernández de la Vega? Admitamos que ella, que respaldó el ascenso de Rodríguez Galindo al generalato, es experta en desvaríos.
Tercer punto: ¿se ha equivocado Ibarretxe de siglo? Eso sí que no lo descartaría, en cambio. Porque, según cómo se miren nuestras cosas, bien podría decirse que hace varios siglos que la España eterna sigue sin cambiar de siglo.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (4 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (País, continente, siglo). Lo mantenemos allí porque tiene unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/04 07:00:00 GMT+2
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2007/10/03 07:00:00 GMT+2
Le oí hace años a Enrique Múgica una observación que me pareció bien traída. Comentó lo curioso que es que todos los partidos que nacen de alguna escisión tiendan de manera espontánea a elegir siglas en las que figuran términos tales como «Unidad», «Unión», «Unificación», etc.
El nuevo partido fundado por Rosa Díez se llama Unión, Progreso y Democracia. O sea, que se ajusta a la norma.
Se discute ahora si es un partido de derechas, de centro o de izquierdas. Incluso hay quien pone en duda que sea un partido, en la medida en que carece de base organizada y de estructura interna. En cualquier caso, está claro que se trata de una iniciativa centrípeta, que pretende reforzar el centralismo. Nacionalista española, en suma.
Quienes asumimos un ideario federalista tendemos a pensar que el centralismo español está ya más que representado en el panorama político general. Pero nuestra mirada puede estar distorsionada por la distancia ideológica. Cabe que el bosque no nos deje ver los árboles. Nos puede pasar como les sucede a algunos con sus gustos musicales. He conocido a gente que dice que todas las canciones country son iguales. Otros dicen otro tanto del rap. Cuando algo no te gusta, no te gusta en ninguna de sus manifestaciones, y todas te parecen la misma.
Lo cierto es que la derecha española, que es la que asume con más entusiasmo las tendencias centralistas, no está nada diversificada. Aquí un solo partido lo engloba todo, desde el extremo franquismo a las inmediaciones de eso que llaman centro. En otros estados europeos, la oferta electoral de las derechas es variada.
Tal vez Rosa Díez, tras el cursillo de ocio y turismo que ha hecho en Estrasburgo a cuenta del PSOE, contribuya a europeizarnos un poco más.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (3 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Unión, Progreso y Democracia). Lo mantenemos allí porque tiene unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/03 07:00:00 GMT+2
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2007/10/02 07:00:00 GMT+2
La cuestión verdaderamente importante no es que en los años 30 del pasado siglo existiera un cabo austríaco llamado Adolf Hitler, pintor de brocha gorda, feroz antisemita y anticomunista recalcitrante, que estuviera obsesionado con la idea de mandar al otro barrio a todo el que no le resultara debidamente ario. Lo realmente digno de honda reflexión es que Alemania –o sea, la mayoría del pueblo alemán de la época– convirtiera a ese personaje en su Führer, respaldándolo en las urnas con singular entusiasmo.
La reflexión es la misma: la cuestión no es que un falangista, jefe de las hordas de Franco en Almería por orden de Arias Navarro y justificador –al menos justificador– de delitos de sangre, sea hoy magistrado del Tribunal Constitucional español. El problema de fondo no es que un homínido así exista y perviva, quiera el cielo que por muchos años –yo sí que milito en contra de la pena de muerte–, sino que estemos en un régimen político que permite que alguien con semejante pasado de vómito llegue tan alto. Quizá sea por aquello que decía el doctor Lawrence Peter, famoso por sus principios (no está mal que haya alguien que los tenga), según el cual en toda fosa séptica son los trozos más gordos los que mejor flotan.
Don Roberto, especie de trasunto de su coterráneo don Rodolfo, el de Vitoria, arguye que todo el mundo arrastra anécdotas curiosas de su pasado. Decía Carlos Marx que todos llevamos el pasado como una losa sobre nuestras espaldas. La de Roberto García Calvo es una losa funeraria, en concreto: la de Javier Verdejo, al que sus policías mataron en 1976 en Almería por tratar de hacer una pintada.
Algunos juramos entonces: «¡Javier, hermano, nosotros no olvidamos!»
Es el momento de demostrarlo.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (2 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Roberto García Calvo). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/02 07:00:00 GMT+2
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2007/10/01 07:00:00 GMT+2
¡Ibarretxe quiere consultar a la ciudadanía vasca! ¡Qué disparate! ¿Qué pretende? ¿Que nos enteremos de lo que piensan los vascos?
Dicen que se trataría de una consulta inconstitucional. Pues no. Podría ser aconstitucional, como mucho. Testar la opinión de la población, en uno u otro espacio geográfico, no es ni inconstitucional ni anticonstitucional. Lo sería si el organizador de la consulta pretendiera que el resultado fuera legalmente vinculante. Pero no es el caso.
Recuerdo que el Ayuntamiento de Chinchón realizó un referéndum popular para decidir de qué color debían pintarse los balcones de su bella plaza porticada. Nadie dijo que aquella votación fuera inconstitucional. Felipe González se rió de ella, pero no mandó a las Fuerzas Armadas para impedirla. Consultas de ese género, no vinculantes pero sí ilustrativas, se han realizado en España por decenas, sin que nadie se haya rasgado nunca las vestiduras.
Los institutos dedicados a la demoscopia no paran de pedir la opinión del pueblo. ¿Sería inconstitucional que alguna vez decidieran que el universo de la muestra fuera el conjunto de la población? ¿Qué tiene de malo saber cuáles son los deseos mayoritarios de la ciudadanía de los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca? Una vez conocidos, nuestros próceres podrán decir: «Tanto me da que quieran esto o lo otro porque, a la hora de decidir el futuro de Euskadi, la ley española concede el mismo valor al voto del ceutí o la mindoniense que al del bilbaíno o la tolosarra».
Vale, pues díganlo a las claras, pero no pongan un empeño tan sospechoso en impedir como sea que se conozcan los deseos mayoritarios de la población vasca. ¿O es que temen que se evidencie que la están obligando a hacer lo que no quiere?
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (1 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Esa nefanda manía de opinar). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/10/01 07:00:00 GMT+2
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2007/09/30 07:00:00 GMT+2
La derecha española es fantástica: asegura que Navarra será «lo que los navarros decidan que sea» pero, cuando pasa a hablar de las tres provincias de la Comunidad Autónoma Vasca, rechaza indignada que los vascos puedan ser dejados en libertad de determinar su propio futuro. ¿Navarra para los navarros, pero Euskadi para todo el que quiera meter baza?
Qué va. Tampoco. Recordemos que jamás han consultado a los navarros sobre los términos de su ley foral. No fuera a ser que. Están en las mismas.
Otra cosa no menos singular: no paran de decir que en democracia todos los puntos de vista y todas las aspiraciones son legítimas, siempre que se promuevan sin ejercer violencia sobre las personas y las propiedades. Pero, como a alguien con algún peso social se le ocurra defender una opción que se dirija a su línea de flotación ideológica, lo despellejan. No es que lo critiquen: es que lo tratan de delincuente, y hasta lo amenazan con llevarlo a los tribunales. O lo llevan.
No estoy pensando sólo en Ibarretxe. También en los catalanes y gallegos que disienten del rocambolesco engarce que les han asignado en el Estado de las autonomías. Y en quienes ponen en cuestión la Monarquía, o la economía de mercado, también llamada capitalismo. Van a por ellos como fieras.
Me han contado que en la Casa Real están que trinan porque no ha habido voces significativas de la política catalana que se hayan levantado para alabar el papel de la Monarquía, a raíz de todo el asunto de las fotos chamuscadas.
Están cavando un nuevo foso insalvable entre la España «oficial» y la que suelen llamar «real». Pero yerran incluso en las denominaciones. Para mí que están consiguiendo que cada vez haya más y más gente que no quiere que la encasillen en ninguna de las dos.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (30 de septiembre de 2007). Javier lo publicó como apunte (Ni en la oficial ni en la real). Lo mantenemos allí porque tiene coda. Subido a "Desde Jamaica" el 29 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/09/30 07:00:00 GMT+2
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2007/09/29 07:00:00 GMT+2
No creo descubrir nada a nadie si digo que José Luis Rodríguez Zapatero habla de un modo bastante raro. Tiene una dicción entrecortada, espasmódica. Hace unas pausas la mar de exóticas en medio de cada frase («Tengo… la intención… de… gobernar… hasta… el fin de… la legislatura», y cosas así). Además, sitúa los acentos prosódicos en donde se le pone: es capaz de decir «íntencion» y «législatura», y quedarse tan ancho.
Me alegan que se debe a un afán didáctico. Pero no veo qué esfuerzo didáctico se requiere para que te entiendan que tienes el propósito de gobernar hasta el final de la legislatura, por poner el caso.
Lo más digno de mención es la cantidad de responsables socialistas que se han puesto a hablar igual que él, con idénticos tics y la misma problemática dicción. Descartado que estemos ante un problema colectivo de orden genético, habrá que suponer que se trata de puro y simple mimetismo.
He visto muchos casos así. Hace años, un presidente de México empezó a vestir jerséis de cuello cisne. En pocas semanas, media Administración mexicana vestía jerséis de cuello cisne.
Por aquí, cuando el presidente Felipe González empezó a ponerse cazadoras de cuero o de ante durante los fines de semana mitineros, todo el socialismo patrio procedió a hacer lo mismo, como un solo hombre, e incluso alguna mujer.
Se trata de imitar al jefe, con la esperanza (seguro que casi siempre inconsciente) de ser visto como parte de su corte, y asimilado a él.
Es curioso que el presidente Aznar nunca provocara en sus filas ningún mimetismo de ese estilo. Imagino que sería porque tanto su habla como su porte no resultaban demasiado fascinantes.
Es verdad que Aznar contó con pocos admiradores. Pero, a cambio, tuvo muchísimos cómplices. Era lo que necesitaba.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (29 de septiembre de 2007). Javier lo publicó como apunte (A loor e imitación del jefe). Lo mantenemos allí porque tiene varias notas y varios comentarios de bienvenida. Subido a "Desde Jamaica" el 29 de junio de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/09/29 07:00:00 GMT+2
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