Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2007/11/07 05:00:00 GMT+1

No hay comparación

Juan José Ibarretxe ha mostrado su enfado ante el hecho de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) vaya a sentarlo en el banquillo por haberse reunido con Otegi y alguno más. Dice el lehendakari que es incoherente que él vaya a ser juzgado por reunirse con gente de la izquierda abertzale y que el presidente del Ejecutivo español, en cambio, no haya sido ni siquiera llamado a declarar en tanto que promotor de negociaciones con ETA.

Ibarretxe se equivoca en un punto clave. El TSJPV no tiene jurisdicción para encausar a Rodríguez Zapatero. Menos aún por actos sucedidos fuera del territorio de las tres provincias vascongadas. No sabemos qué habría hecho el TSJPV en el supuesto de que su autoridad alcanzara a los dominios del presidente del Gobierno español. Lo mismo lo empuraría. Lo que no dejaría de tener su aquel: sería procesado en aplicación de una Ley (la de Partidos) que él mismo promovió.

Puestos a señalar comportamientos incoherentes, lo que sí resulta llamativo es que el TSJPV jamás haya dicho este auto es mío después de que algunos ciudadanos vascos no aforados hayan admitido que se han entrevistado con miembros de ETA para «tomarles la temperatura», como decía Rafael Vera.  Ahí sí que es evidente la paradoja que denuncia Ibarretxe: ¿no es delito conversar con terroristas confesos, pero sí reunirse con políticos de la llamada izquierda abertzale

El asunto es doblemente absurdo, porque el TSJPV obra como si Otegi, Permach y compañía hubieran acudido a hablar con Ibarretxe en tanto que dirigentes de Batasuna. Pero (salvo, tal vez, el juez instructor), todos sabemos que el lehendakari no quería verse con ellos porque fueran integrantes de tal o cual Mesa o Comité, cosa que tanto a él como a sus interlocutores les importaba un bledo, sino porque ostentaban un liderazgo ideológico y un ascendiente político y social sobre un sector de la sociedad vasca, necesario para alcanzar una normalización política digna de ese nombre.

Las representatividades sociales no se regulan por ley. Que se lo cuenten al TSJPV los muy esforzados miembros del Foro de Ermua, a los que ya no quieren ni en Ermua.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (7 de noviembre de 2007). También publicó apunte: El ruido sepulcral.

Escrito por: ortiz.2007/11/07 05:00:00 GMT+1
Etiquetas: justicia españa foro_de_ermua público otegi zapatero 2007 dedo batasuna euskadi permach ibarretxe ermua | Permalink | Comentarios (7) | Referencias (0)

2007/11/06 06:15:00 GMT+1

Bolas por el norte de África

Al juez Baltasar Garzón le tienen gran aprecio en el Cono Sur americano. Muchas gentes de por allí le agradecen lo que ha intentado hacer para clarificar los crímenes cometidos por las dictaduras militares que les tocó en desgracia padecer no hace tanto tiempo.

Es más que probable que un sentimiento similar de simpatía se extienda ahora entre los saharauis, satisfechos porque el magistrado de la Audiencia Nacional quiera procesar a un grupo de funcionarios marroquíes implicados en actos de tortura.

En lo que es probable que no reparen ni los suramericanos ni los saharauis es en el muy singular sentido extraterritorial que tiene Baltasar Garzón de la defensa de los derechos humanos y de la persecución de los gobernantes o exgobernantes que los han violado. En efecto: es digno de mención el cuidado exquisito que este juez –al que la veteranísima Pilar Urbano definió, de modo involuntariamente regocijante, como “el hombre que veía amanecer”– ha puesto en no investigar nunca, ni aunque lo aspen, los casos de torturas y asesinatos perpetrados en España bajo la dictadura franquista, cuya lejanía temporal es irrelevante a efectos jurídicos, porque los crímenes contra la Humanidad no prescriben.

A fe que no le habría faltado materia, si hubiera tenido valor para indagar a fondo en ese cenagal: aquí ha habido, desde el levantamiento militar de Franco hasta bien avanzados los años 70 del siglo pasado, muchos más crímenes que en Chile, que en Argentina y que en Marruecos… juntos.

Ahora el Gobierno de Rodríguez Zapatero está que trina con Garzón porque le montó la piruleta del procesamiento de los torturadores marroquíes a escasas horas de la visita de los Reyes españoles a Ceuta y Melilla. Los filtradores oficiales del Ministerio de Exteriores murmuran que es eso lo que más enfureció al voluble Mohamed VI, al que las torturas le motivan mucho (puede que a favor), y cuentan que Moratinos echa pestes por el poco rendimiento que está obteniendo de sus bochornosas complicidades anti saharauis.

A lo mejor le es de aplicación aquello del pecado y la penitencia.

Aquí cada cual va a su bola, sí. Pero, jopé, ¡vaya bolas!

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (6 de noviembre de 2007). También publicó apunte: Desconcierto a la egipcia.

Escrito por: ortiz.2007/11/06 06:15:00 GMT+1
Etiquetas: franco pilar_urbano público moratinos baltasar_garzón zapatero 2007 dedo mohamed_vi monarquía | Permalink | Comentarios (13) | Referencias (0)

2007/11/05 05:00:00 GMT+1

Ceuta, Melilla y la sensatez

Me resulta cómica la gente que apela a retorcidas legitimidades históricas y a acuerdos firmados en condiciones confusas por monarcas impuestos a trabucazos para tratar de dar peso específico actual a pertenencias nacionales en disputa: que si Gibraltar, que si Ceuta, que si Melilla.

O que si Crimea, o que si Treviño, o que si Olivencia.

O que si Malvinas. O que si Guantánamo. O que si Panamá.

La parte más chusca del asunto es que, por lo común, quienes se empeñan en dar la vara con esos rollos son los mismos que, en cuanto te descuidas, te echa mítines sobre cómo “en el mundo de hoy las fronteras carecen de importancia”, porque “todo está globalizado”, etcétera, etcétera.

Si tenéis ganas de entreteneros (cosa improbable en un lunes como éste de hoy, tras un puente que sería envidia del Golden Gate), echad mano de unas cuantas enciclopedias y repasad los antecedentes históricos de Ceuta y de Melilla, paralelos pero no demasiado parecidos. Tenéis para varios lunes.

Lo que importa no es lo que sucedió hace siglos, cuando las cosas seguían derroteros propios de la época, sino lo que hay ahora. Y lo que hay hoy en Ceuta y Melilla salta a la vista: dos exóticos enclaves españoles en medio de un territorio ajeno (no necesariamente marroquí, porque Melilla es más bien de cuna amazigh, o bereber).

Me parece la mar de comprensible que haya gente de allí de toda la vida que preconice la unidad política de aquel rincón de África. Pero no menos entendible es que haya otra gente a la que le dé grima la idea de verse sometida a la autoridad –o a lo que sea– de Mohamed VI.

Merecen consideración todos los argumentos y los sentimientos de cuantos expresan honradamente su deseo de vivir allí en condiciones mínimas de paz y de libertad. Sean del origen que sean. Es despreciable, en cambio, la demagogia cuartelera de quienes ejercen de colonialistas rancios, que da tanta grima como la que da el monarquita venal que sólo quiere tener dos lugares más que explotar o a los que utilizar para sus arengas patrioteras.

¿Que vivan Ceuta y Melilla? Claro.  Pero sin gentuza. Ni aborigen ni de importación.

Que se vayan. Juntos, a poder ser.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (5 de noviembre de 2007). También publicó apunte: Una visita a Melilla.

Escrito por: ortiz.2007/11/05 05:00:00 GMT+1
Etiquetas: amazigh treviño españa bereber panamá 2007 ceuta melilla marruecos gibraltar dedo crimea guantánamo olivencia público mohamed_vi malvinas | Permalink | Comentarios (18) | Referencias (0)

2007/11/04 07:00:00 GMT+1

Honrando a sus víctimas

He seguido con interés la larga polémica provocada por la beatificación de medio centenar de religiosos católicos muertos de forma violenta durante la Guerra Civil. Me enteré de que uno de los homenajeados hace una semana en el Vaticano lo fue pese a haber sido acusado con fundamento de torturador, lo que ha escandalizado a muchos. Me ha sorprendido que, en cambio, apenas se haya citado que otros no se sabe si fueron pasados por las armas en tanto que clérigos o como soldados rebeldes, puesto que aceptaron formar parte del Ejército de Franco, luciendo galones y ejerciendo el mando castrense que les fue asignado. ¿Cuál de sus dos militancias pesó más en ellos? ¿Les resultaron complementarias? Supongo que iría por casos.

Lo que me ha resultado más clarificador es lo que dijo el sábado 27 el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez. Tratando de explicar didácticamente lo que él y los suyos iban a hacer horas después en Roma, don Ricardo defendió el derecho de cada grupo, organización o colectivo «a honrar a sus víctimas».

Un planteamiento juicioso donde los haya.

«¡Sí, pero no han querido honrar la memoria de los curas que fueron fusilados por los franquistas!», saltan algunos. Bueno, eso tiene una explicación muy sencilla. Quiere decir que la jerarquía católica española considera que los curas antifranquistas no eran de los suyos. Por lo que sea: porque no les gustaba saludar brazo en alto al modo romano, porque no tenían ganas de portar el palio que protegía al Generalísimo de la nueva Cruzada, porque no admitían que el mensaje de Cristo exigiera rebelarse contra los gobiernos legítimamente electos, porque  ni siquiera se consideraban españoles… Me temo que cada uno se llevó su propia historia al paredón.

En lo que no puedo dar la razón a monseñor Blázquez es en que la ceremonia del domingo 28 fuera un acto de reconciliación. Aunque quizá ahí también haya lugar para el equívoco. Porque puede que fuera un acto de reconciliación. Todo depende de quiénes pretendieran reconciliarse con quiénes. Puede ser que estuvieran en plan de reconciliarse entre ellos, tras tantas trifulcas episcopales.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (4 de noviembre de 2007). También publicó apunte: La orden de Calatrava.

Escrito por: ortiz.2007/11/04 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: cruzada franco cristo público ricardo_blázquez 2007 dedo vaticano franquismo | Permalink | Comentarios (13) | Referencias (0)

2007/11/03 05:00:00 GMT+1

La autoría intelectual

“No se ha logrado determinar a quién corresponde la autoría intelectual de los atentados del 11-M”. ¿Alguien lleva la cuenta de la cantidad de veces que se ha repetido esa frase durante los últimos días? Se habla de ello como si todo crimen de importancia precisara de la existencia de una “autoría intelectual”.

Pero, para empezar, está por saberse en qué consiste semejante cosa. Por lo que he podido ver (y consultar a gente que sabe más que yo de estas cosas), el vigente Código Penal no tipifica la tan traída y llevada “autoría intelectual”. La figura penal más próxima podría ser la de la inducción al delito. Pero, para que pueda hablarse de tal, se requiere que el inductor o inductores hayan empujado a los autores materiales a cometer ese crimen en concreto. Quiere esto decir que no basta con que quede claro que a los terroristas del 11-M hubo gente que les calentó los cascos, convenciéndolos de la oportunidad de castigar severamente la maldad de Occidente. Ahí podría hablarse de apología del delito, pero no de inducción propiamente dicha.

El propio término de “autoría intelectual” es equívoco. Quienes vienen recurriendo profusamente a él desde 2004 no han parado de insinuar la existencia de una fuerza superior y oculta, que habría trazado los planes y repartido las órdenes correspondientes de cara a los atentados del 11-M. Una especie de Doctor No, como el de las películas de James Bond, sólo que sin gatito blanco y con txapela (Aznar llegó a situarlo en «montañas no muy lejanas», mofándose de las pruebas que apuntaban al origen yihadista del crimen).

No han logrado aportar ni un solo indicio sólido que condujera la investigación hacia esas “montañas próximas”. A cambio, se han acumulado los datos que situaban el 11-M en el contexto del activismo de inspiración yihadista. 

“¡Que diga que no ha sido Irak!”, reclama Zaplana a Zapatero. ¡Santo cielo! ¿Pero es que Zapatero ha afirmado alguna vez que los atentados de Madrid fueron obra de Irak? En su atolondramiento, los jefes del PP ya ni siquiera son capaces de decir lo que quisieran decir.

Se les podrá reprochar muchas autorías, pero no desde luego intelectuales.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (2 de noviembre de 2007).

Escrito por: ortiz.2007/11/03 05:00:00 GMT+1
Etiquetas: público madrid james_bond 11m zapatero 2007 dedo zaplana aznar | Permalink | Comentarios (8) | Referencias (0)

2007/11/02 08:25:00 GMT+1

Una sentencia respetable

No he tenido aún tiempo de profundizar en la sentencia del juicio por los atentados del 11-M (prometo hacerlo), pero lo que llevo leído de ella no me ha disgustado. Y lo digo con especial énfasis, puesto que en varias ocasiones a lo largo de los últimos meses he expresado el enfado que me producían algunas actuaciones y modos del presidente del Tribunal, Javier Gómez Bermúdez, a veces prepotente y no siempre debidamente garantista, como en una ocasión llegó incluso a reconocer él mismo, disculpándose por ello.

A bastantes de las víctimas las sentencias les han parecido poco severas. A algunas les he oído lamentar que los acusados no hayan sido condenados a acabar sus días en la cárcel. No me cuesta comprender su rabia visceral, pero los principios en los que se basa nuestro Derecho (al menos en teoría) no convierten en dogma la venganza. De ser así, resultaría preferible restaurar la pena de muerte. No sólo sería menos cruel para los condenados (tras 20 o 25 años de cárcel, cualquier recluso se convierte en un despojo), sino que, además, representaría un importante ahorro para las arcas públicas.

Es en esa línea en la que se ha expresado alguna autoridad norteamericana, que no ha ocultado su frustración porque, al final, los condenados en Madrid cumplirán «como mucho» 40 años de cárcel. Apelan a la sentencia de la Audiencia Nacional española para justificar su defensa de la pena capital. Son gente singular. Ahora están discutiendo por allí sobre cómo ejecutar a los reos. Se plantean si la inyección letal no será excesivamente cruel. ¿Y? Si lo que pretenden es vengarse del criminal, cuanto más cruel sea la ejecución, mejor. En todo caso, no parece que estén en condiciones de dar muchas lecciones a nadie, después de cómo han llevado la investigación judicial de la matanza del 11-S.

Volviendo a casa, tampoco me cuesta comprender la frustración de las víctimas ante algunas absoluciones, como la de Rabel Osman el Sayed, El Egipcio. Pero los tribunales necesitan hechos, no sospechas, por poderosas que resulten, y en este caso los hechos estaban poco y mal acreditados.

La Ley es dura, pero es la Ley. Cuando lo es.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (2 de noviembre de 2007).

Escrito por: ortiz.2007/11/02 08:25:00 GMT+1
Etiquetas: 11m madrid gómez_bermúdez 2007 dedo audiencia_nacional público | Permalink | Comentarios (15) | Referencias (0)

2007/11/01 06:50:00 GMT+1

Gentes de otras galaxias

Un amigo de mi exótica pubertad donostiarra  (que con el tiempo llegó a ser un reputado guerrista, el pobre) se ponía de los nervios cuando yo me proclamaba agnóstico. «¡No puedes demostrar que Dios no existe!», me decía. Y yo le respondía: «Y tú no puedes demostrarme que en este momento no haya un habitante de una lejana galaxia, de 30 centímetros de largo por 0,2 de ancho y de color verde pistacho, que no esté tarareando el primer movimiento de la 5ª Sinfonía de Beethoven».

 –¡Qué tontería! ¡Eso es increíble! –replicaba.

A lo que yo objetaba:

–No más que lo tuyo.

Desde mi infancia –que no calificaré de «tierna», por razones obvias– siempre he pensado que la idea de Dios es tan sólo un refugio mental.

Quien consiga albergue en ella, bendito sea.

De todos modos, supe con el tiempo que lo que mi amigo pretendía tiene un nombre en Derecho. Se llama invertir la carga de la prueba. Si sostienes algo que dista de ser evidente –sobre todo si imputas a alguien algo feo, pero no sólo–,  es a ti a quien corresponde demostrar que lo que afirmas tiene fundamento. (Salvo que representes a la Agencia Tributaria, que tiene bula para invertir la carga de la prueba y exigir a los ciudadanos que demuestren su inocencia pagándose las costas, como puedo afirmar por desdichada experiencia propia.)

Pero retorno a la motivación inicial de este comentario y hago constar que, desde las primeras horas del 11-M, me he negado a discutir con los partidarios de la llamada teoría de la conspiración acerca de sus tragicómicas especulaciones sobre la participación de ETA en aquellos atentados.

Los pocos argumentos que han aportado con el tiempo en defensa de su tesis han sido tan patéticos como los afanes deístas de mi amigo de infancia.

Aquel chaval, que con el tiempo llegó a ser un reputado guerrista (¿lo había mencionado?), necesitaba que Dios existiera.

–Si no –me preguntó un mal día–, ¿qué sentido tendría mi existencia?

–Y yo qué sé –le respondí, honradamente.

Me pasa lo mismo con los defensores de la teoría de la conspiración.

La verdad: no resulta fácil dilucidar qué sentido tiene su existencia.

A mí, por lo menos, me suscita dudas.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (1 de noviembre de 2007). También publicó apunte: Dos breves notas.

Escrito por: ortiz.2007/11/01 06:50:00 GMT+1
Etiquetas: religión 11m madrid público eta 2007 dedo dios conspiración | Permalink | Comentarios (6) | Referencias (0)

2007/10/31 06:45:00 GMT+1

Siempre cabe hundirse más

Cuando la editorial con la que colaboro pidió mi opinión sobre la conveniencia o la inoportunidad de publicar el libro en el que Nicolas Sarkozy resumió su modo de encarar la vida justo antes de presentarse a las elecciones presidenciales francesas, opté por leerlo, como primera providencia. Acto seguido, informé favorablemente. Me pareció el libro de un reaccionario ilustrado y bastante astuto. (Aquí salió publicado con el título de Testimonio.)

Entendí que era conveniente que los lectores españoles tuvieran la ocasión de comprobar que no todos los políticos reaccionarios del mundo entero son necesariamente superficiales, garrulos y zotes. Me lo tomé como una contribución generosa a la elevación del listón de exigencia de la derecha española. Uno es así de altruista.

Pero siempre ha sido muy poco práctico echar margaritas a algunos animalillos que no citaré, porque las buenas maneras lo desaconsejan.

Tras haber oído las sesudas consideraciones de Mariano Rajoy sobre el cambio climático (que por feliz ventura no confundió con el ajuste del aparato de aire acondicionado de su despacho) y después de haber leído una amplia reseña sobre la última obra de José María Aznar, titulada Cartas a un joven español (al que llama Santiago, pero al que no apellida Ycierraespaña para no darnos excesivas pistas), me doy cuenta de la inutilidad de mis esfuerzos. 

Esta gente no podrá tutearse con los políticos como Sarkozy (por no citar a Villepin) ni aunque siga un cursillo acelerado de enciclopedismo de andar por casa, con urgentes añadidos de dicción y retórica.

Permitidme que os aporte tres muestras de la profundidad del pensamiento del expresidente Aznar. Una: “España, además de un deber, es una pasión y un sentimiento hondo”. Dos: “El ser español lo impregna todo, así de poderosa es nuestra nación”. Tres: “Como decía Juan Pablo II, la libertad y la verdad están más allá de la verdad técnica”.

Según leí tales apotegmas, me acordé de una reciente maldad de un político de mi tierra. Dijo: “Los hay que se distinguen porque, cuando se ven en un agujero muy profundo, lo único que se les ocurre es seguir cavando”.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (31 de octubre de 2007). También publicó apunte: No hay comparación.

Escrito por: ortiz.2007/10/31 06:45:00 GMT+1
Etiquetas: españa público francia sarkozy villepin 2007 dedo vaticano iglesia rajoy aznar juan_pablo_ii | Permalink | Comentarios (12) | Referencias (0)

2007/10/30 08:10:00 GMT+1

Arquitecturas vizcaínas (y II)

El arquitecto Santiago Calatrava ha construido varias cosas en Bilbao. Dos de ellas son, si no espantosas –eso va con gustos–, sí, en todo caso, desastrosas.

Escribí ayer sobre el interés que mostró el arquitecto del Guggenheim, Frank Gehry,  por quienes habrían de disfrutar o padecer su obra. A Calatrava esas minucias le dejan indiferente. Él sólo piensa en él. Primero en él, luego en él y, finalmente, en su cuenta corriente. Nada de bobadas de interés público.

Calatrava construyó un puente sobre la ría bilbaína que es de auténtica coña. Atravesarlo en día de lluvia –cosa insólita en Bilbao, como todo el mundo sabe– constituye una prueba de habilidad sin par, porque el suelo es de un vidrio perfectamente resbaladizo. De vez en cuando le dan una pintura protectora, pero se diluye ipso facto. La culpa es doblemente suya, porque parece que no sólo es arquitecto, sino también  ingeniero, o se, que debería saber de eso por partida doble. Pero, arquitecto o ingeniero, o arquitecto e ingeniero, la cosa sería que le interesen los usuarios de la obra, y no sólo su ombligo.

Ahora tiene una pelea con el Ayuntamiento de Bilbao porque el consistorio ha construido una prolongación de su célebre puente autodeslizante para facilitar el recorrido del personal. Sostiene Calatrava que la mencionada prolongación rompe el estilo de su obra. Y tiene toda la razón: el nuevo tramo es útil y sensato.

Apela el arquitecto valenciano a la Ley de la Propiedad Intelectual. De lo de la propiedad  no diré nada, porque no sé de esas cosas. Lo que me resulta cómico es que hable de intelectualidad.

Calatrava perpetró también el nuevo aeropuerto vizcaíno de Loiu. Otra joya. Quienes esperan a los pasajeros deben hacerlo al aire libre, para disfrutar del viento y de la lluvia. Aunque eso tampoco es un gran problema, porque dentro hay goteras. Si oyerais a los trabajadores del engendro: su lista de quejas llega hasta Vitoria.

Lo que no cabe reprochar al valenciano Calatrava es que tenga tirria a los bilbaínos. También se le ha inundado el Palau de les Arts, en su Valencia natal.

Él no discrimina. Irradia sus arriesgadas dotes por doquier.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (30 de octubre de 2007). También publicó apunte: Por tierras vascas.

Escrito por: ortiz.2007/10/30 08:10:00 GMT+1
Etiquetas: público loiu guggenheim bilbao gehry 2007 dedo calatrava arquitectura | Permalink | Comentarios (16) | Referencias (0)

2007/10/29 07:00:00 GMT+1

Arquitecturas vizcaínas (I)

La autocrítica es una actividad sanísima. Además, en contra de lo que muchos parecen pensar, no desprovee de autoridad a quien la ejerce. Al contrario, la refuerza. Si quien te lee o te oye comprueba que no tienes inconveniente en rectificar, una vez que comprendes que estabas equivocado, puede concluir que te esfuerzas por pensar honradamente, y eso te honra.

Yo me equivoqué de medio a medio cuando juzgué el proyecto del museo Guggenheim de Bilbao. Algunas de las críticas que esgrimí tenían su punto de razonables (por ejemplo, que la obra se costeara con cargo a los presupuestos del Departamento de Cultura, cuando se trataba de una pieza clave para el relanzamiento global del Bilbao post fabril, lo que implicaba a bastantes más áreas), pero el conjunto de mi toma de posición, hostil al proyecto, fue un error. Es indudable que la audaz obra de Frank Gehry ha sido esencial para la reconversión de Bilbao en un polo de atracción turística y cultural del que no sólo se beneficia la capital vizcaína, sino el conjunto de Euskadi.

Recuerdo el día que lo visité por primera vez. Iba con la malsana intención de confirmar mis más lúgubres presagios y ponerlo a caldo. Empecé mirándolo por fuera. Luego entré, lo recorrí y pasé un buen rato contemplando alguna de las obras que exhibía (admito que tengo una debilidad casi enfermiza por la pintura de Vasily Kandinsky, y había varias). Me topé también con otras piezas que me interesaron muchísimo menos, pero no recuerdo ni un solo museo en el que no me haya sucedido lo mismo, incluido el de Orsay, que es de quitar el hipo. Cuando salí del de la ría de Bilbao al cabo de las horas, hube de admitir mi yerro. Dije: “Qué le vamos a hacer. Está muy bien.”

De los aspectos que más me gustaron, subrayaré uno: tuve la sensación de que el arquitecto había puesto un interés real en que fuera un edificio cómodo para el visitante. Que pudiera recorrerlo con facilidad y tuviera la oportunidad de ver las obras en condiciones correctas, con la luz y el espacio adecuados.

Bien: vaya esto en honor del Museo Guggenheim de Bilbao, con autocrítica incluida.

Mañana hablaré de Santiago Calatrava.

Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (29 de octubre de 2007). Javier publicó una coda en el apunte: Arquitecturas vizcaínas (I). Tiene también unos cuantos comentarios.

Escrito por: ortiz.2007/10/29 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: público guggenheim autocrítica bilbao gehry 2007 dedo calatrava arquitectura | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)