El viernes al atardecer coincidí con un vecino en el ascensor. Resumidamente: me contó que dio positivo el pasado día 9. Le pregunté si tenía instalada la aplicación #RadarCovid y me contestó que sí. Ahí está resuelto el misterio del contacto de riesgo que tuve. La aplicación sólo tiene en cuenta los dos metros de distancia, independientemente de las paredes que nos separan.
Pero ahí no hablo del cuartel de Ventas (Irun). Puede que un día lo haga. Quién sabe.
Porque los terrenos de nuestro caserío lindaban con el citado acuartelamiento. Para nosotros era normal ver a soldados vestidos de kaki con el fusil (cetme) a vueltas. Por eso todavía no me extraño cuando la gente se escandaliza ante cualquier maniobra del Ejército en tierras vascas. Mi anormalidad la tiene asumida.
Con 24 años me fui de casa (1992). Luego la derribaron, así como el cuartel de marras.
Esta semana ha sido noticia que el Ejército abandonará el Cuartel de Loiola. Negociaciones del PNV por medio, aunque el alcade Eneko Goia ha hablado de un trabajo en común de varias corporaciones municipals. Una buena noticia, sin duda. Pero todas y todos sabíamos que no se irían muy lejos: porque el Ejército español no se irá de Gipuzkoa mientras esto siga siendo Estado español.
Lo dicho: buena noticia.
Maradona
Cumplió 60 años el pasado 30 de octubre y nadie sabe cómo lo hizo (ya hace 20 años estuvo más para allá que para acá).
Murió el Día Internacional contra la violencia machista, día 25 (el mismo día, cuatro años atrás, falleció Fidel Castro). Y todos sabemos que la vida de Maradona ha sido un exceso se mire desde y por dónde se mire.
Sólo lo vi una vez en directo. En el campo de Atotxa en 1992. Vino con el Sevilla, cuando su carrera ya estaba cuesta abajo.
No hay más que ver las redes y los medios para saber que ha muerto un mito. ¡Vaya polvareda ha levantado!
¿Ha sido diferente en Latinoamérica? El viernes a la noche puse tres artículos en una pequeña cadena de tuits.
Maradonak 60 urte egin zituen urriaren 30ean. Egun horretan argitaratu zen hau. https://t.co/jktmp9tx5Z
— Mikel Iturria #ahobizi (ð·) (@iturri) November 27, 2020
Si tenéis ganas, le echáis un ojo.
Quiero añadir que he entrado en el perfil de la cantante Ana Tijoux. La rapera chilena puso tres fotos de Maradona. Aquí la primera. ¡Vaya comentarios!
1.- Hago mía la frase que Hibai Arbide tiene en su perfil tuitero: «Menos de cinco contradicciones es dogmatismo».
2.- Y pillo también este párrafo de los diarios de Miguel Torga.
Más música
Esta semana han entrado dos discos en casa.
El primero es el de Rafa Rueda y se titula «Rueda» a secas.
El viernes al anochecher estuve en el Victoria Eugenia viendo a Mikel Azpiroz en formato trío (con Fernando Lutxo Neira y Karlos Arancegui). Ha elaborado un calmante llamado Islak, muy necesario en estos tiempos.
Por la noche descubrí a Ianire Aranzabe (Esanezin) porque Jon Basaguren puso una canción en el programa Zidorrean de Euskadi Irratia. Tenía concierto hoy domingo en Kutxa Kultur, pero se ha suspendido. Por ahora sólo hay dos temas disponibles en Spotify, pero anuncia disco pronto.
"Ezagutzen dudan euskarazko trapa Wazemanken mailakoa da. Euskal Herrian trapa ganoraz egiten dutenak etorkinen seme-alabak dira. 18-20 urteko gazteak gauza onak egiten ari dira Bilbo inguruan. Nickzzy edo The Point, adibidez. (1)
No la he leído con detenimiento, pero apunta cosas interesantes. Por ejemplo, esta de que las músicas urbanas actuales más interesantes en el País Vasco (trap, etc.) las hacen hijas e hijos de inmigrantes. Gente de 18-20 años como Nickzzy y The Poing.
La banda sonora elegida es el vídeo que Oier Aranzabal ha hecho con la canción Ihes puntua de Rafa Rueda. La letra es de Elena Olave.
El 20 de noviembre de 1975 muere Franco. Según dicen, permaneció en estado vegetativo y artificialmente sostenido durante varias semanas hasta que, finalmente, apagaron la máquina el día en el que murió José Antonio Primo de Rivera.
Tomando como referencia esa fecha, más la víspera y el día siguiente, he buscado los asesinados en atentado por vascos o los vascos asesinados en circustancias similares.
El 20 de noviembre de 1978, ETA (no sé si los milis o los polimilis) mató al guardia civil Benjamín Sancho y al policía José Benito Sánchez en Basauri. Dispararon contra 33 policías que jugaban al fútbol. Los autores hirieron a varios de ellos y asesinaron a las dos personas antes citadas.
El 21 de noviembre de 1980 los Comandos Autónomos Anticapitalistas mataron a Aurelio Prieto e hirieron a Eduardo Izquierdo. Ambos eran guardias civiles y el hecho se produjo cuando intentaban identificar a dos personas. Una de ellas les disparó.
El 20 de noviembre de 1984 mataron a Xanti Brouard. Fue una acción de los GAL y el dirigente de HB fue asesinado a tiros en la consulta médica que atendía en Bilbao. Era pediatra.
El 20 de noviembre de 1989 mataron a Josu Muguruza en el Hotel Alcalá de Madrid, poco después de recoger el acta de diputado. La ultraderecha disparó contra los parlamentarios de HB qu estaban en el citado hotel. Iñaki Esnaola fue herido de gravedad.
El 19 de noviembre de 1991 ETA asesinó al guardia civil Pedro Carbonero en Galdakao mientras paseaba con su novia.
El 21 de noviembre de 2000 ETA mató a Ernest Lluch en Barcelona. Lo abordaron en el garaje de casa cuando venía de la Universidad.
Los datos de las personas más desconocidas para mí los he mirado en el mapa del terror de COVITE. Hay otras iniciativas parecidas en la red, pero me he fijado en ese mapa porque tengo un amigo que retuitea bastantes tuits de Consuelo Ordóñez, sobre todo aquellos en los que recuerda a víctimas. Consuelo es presidenta de COVITE y hermana de Gregorio Ordóñez, concejal del PP asesinado en San Sebastián en 1995.
En cierta ocasión le pregunté a mi amigo por qué hacía eso. Me respondió que muchas veces no estaba de acuerdo con lo que decía Consuelo, pero que había decidido darle difusión a sus escritos, porque pensaba que ese discurso tenía que verse más en el País Vasco.
Yo estoy menos de acuerdo aún que mi amigo en muchas de las cosas que dice Consuelo, pero he de reconocer que más de una vez sus tuits me han hecho pensar, darle un par de vueltas a lo que dice.
En estos tiempos en los que se traza fácilmente, con brocha gorda además, la línea que separa a propios y extraños, hoy quería haceros partícipes de esto. Nada más. Y nada menos.
La música de hoy se la debemos a Jabier Muguruza. Oiréis las voces de Mireia Otzerinjauregi y de Jorge Drexler, así como la guitarra de Ángel Unzu. La letra es de Bernardo Atxaga. La canción: Bizitza bizitza da.
P.S.: He escrito en el título «la violencia no tenía fin» y luego he mirado cómo están las cosas ahora en el mundo y he pensado: «igual es demasiado optimista poner eso en pasado».
El viernes por la tarde el periodista Mikel Reparaz presentó su libro «Las grietas de América» en la sala Club del Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. En el vídeo inferior podéis escuchar la hora y pico de conversación que mantuvo con Iñigo Artamendi.
Al ser preguntado sobre cómo surgió la idea del libro, Reparaz dijo lo siguiente de sus cuadernos.
«Los periodistas que hacemos radio y televisión contamos las historias en un minuto y se nos quedan muchas fuera. Siempre viajo con dos cuadernos: uno para escribir las crónicas periodísticas; otro para apuntar reflexiones y entrevistas al margen de la actualidad. Este último cuaderno me ha servido para escribir el libro».
El mismo viernes por la tarde comencé la lectura de un librito titulado «El viejo periodismo», recientemente publicado por la Revista 5W. En él se recoge una larga conversación entre Martín Caparrós y Agus Morales. El sábado por la tarde he rematado la lectura de un libro que he subrayado con ganas (hasta el punto de que mi lápiz requiere inmediatamente que se le afile la punta).
En el último tercio, me encuentro con ambos hablando de sus libretas, pero no sólo de ellas:
Agus Morales: El arma más importante que yo tengo para escribir no ficción, con diferencia, es lo que llamo diario. Reporteo de todas las maneras posibles. Puede ser con una libreta, grabando (...), anotando o recordando sensaciones... Lo voy recogiendo todo y el mismo día, o al día siguiente como mucho, lo paso a limpio en el ordenador (...) Hay gente que tiene una gran capacidad de hacer mucho con poco. Magia. Yo solo sé hacer poco con más, tengo muy mala memoria (...) Ese diario, que se podría llamar de otra forma, es muy útil para escribir crónicas y reportajes, pero sobre todo para escribir libros.
Martín Caparrós: Yo escribo también todo en el momento. Ando siempre con las mismas libretas negras. Casi todo lo que escribo ya está en mis libretas (...) Lo que hago en el ordenador es ordenar, con perdón (...) No apunto lo que me dicen, siempre grabo lo que me dicen. Porque cuando apuntas pierdes la textura de la voz, y es tan decisiva la textura como lo que dice la persona.
Agus Morales: La libreta es muy romántica, pero yo estoy de acuerdo con eso. Yo grabo siempre que puedo, la voz que luego escucho incluso se repite en mi cabeza, y me sirve para darle música al texto. Grabar es importante, aunque no siempre se pueda hacer.
Martín Caparrós: Es un coñazo porque después tienes que escucharlo, transcribirlo. Pero es la manera de guardar las inflexiones de cada discurso. Si no, se termina homogeneizando todos los discursos, que es lo que hacen la mayor parte de los periodistas. Ponen a hablar a los entrevistados en periodistiqués: un idioma supuestamente correcto, atildado, sin repeticiones, sin vacilaciones. Yo creo que hay que hacer todo lo contrario, mantener lo más posible la pureza de esos textos hablados en el texto escrito. Y para eso hay que grabar.
Remato con un detalle que me ha parecido relevante: Caparrós ha abierto recientemente un blog llamado Cháchara.
La canción de hoy también se la he pillado a Reparaz: The Road I Must Travel, del proyecto en solitario de Tom Morello, The NightWatchman.
Instalatu zenuten #RadarCOVID aplikazioa? Nik bai. Duela ordubete egin dit salto abisuak. Harremanetan jartzeko @osakidetzaEJGV-rekin. Bosgarren deian lortu dut. Agindua: etxean isolatzeko aztarnarien zain. Gehienez 72 ordu barru deituko didatela. pic.twitter.com/kuekntAOWr
Tras pasar todo el día en casa, ayer por la tarde me fui a dar una vuelta. Volví a casa, me duché, cogí el teléfono móvil... y se encendió un aviso naranja en la aplicación Radar Covid.
El sábado había estado en contacto con alguien que había dado positivo.
¿Cuál fue la primera reacción? Ni caso, no le voy a hacer ni caso. Esa idea permaneció varios segundos en mi cabeza. Tras ese tiempo, una pregunta: entonces, ¿para qué has instalado la aplicación?
Ella te dice que te pongas en contacto con el teléfono correspondiente de la Comunidad Autónoma (en este caso, la Vasca). Llamé unas cinco veces hasta que conseguí que una persona me atendiera. Fue muy amable, por cierto. Le conté qué me había pasado y le dije que el sábado sólo salí a hacer unas compras en un supermercado cercano (500 metros). Diez minutos haciendo unas compras y otros diez esperando en la cola de la caja. Tras dejar todo en casa, salí yo solo a dar una pequeña vuelta por el barrio y no me encontré con nadie. En todo momento llevaba puesta la mascarilla quirúrgica.
Me preguntó cuál era mi centro de saldud y añadió que en el plazo de 72 horas alguien del equipo de rastreo se pondría en contacto conmigo. Que mientras tanto permaneciera en casa aislado.
Afortunadamente tenemos dos habitaciones y dos baños. Mi mujer y yo hicimos un reparto lógico y listo. Costó un poco más desenvolverse sin contacto alguno en la cocina.
Esta mañana he trabajado desde casa y a eso de las 12:00 del mediodía (unas 16 horas después de mi comunicación), me ha llamado un rastreador. Le he contado lo mismo que le conté a su compañera ayer.
Me ha tranquilizado y me ha dicho que la máquina registra contactos de hasta 2 metros, pero que si mantuve durante ese tiempo (unos 10 minutos) la mascarilla puesta, no hay por qué hacer la prueba PCR.
¿Por qué se activó el aparato? Me ha dado dos posibilidades: una, la del supermercado; dos, que no descartara que fuera algún vecino o vecina (las paredes no cuentan como distancia, pero son una protección robusta).
Varias cosas
1.- Decidí ayer contarlo en Twitter, porque pocas personas se creían que la app funcionara (yo tampoco las tenía todas conmigo). Como soy más bloguero que tuitero, hoy lo cuento aquí para documentarlo mejor.
2.- La máquina ha cumplido su parte, pero también las personas la nuestra. La persona que dio positivo y yo mismo teníamos instalada la aplicación, hemos mantenido el bluetooth activado y ella ha puesto en la app el código que le enviaron con la comunicación de su positivo. No sé quién es ella, ni ella tampoco sabe que ha estado conmigo.
3.- ¿Funciona el sistema? El sistema funciona. ¿En general? Ni idea. En mi caso sí. Y no es mala noticia.
4.- Esta mañana han estado en el programa Faktoria de Euskadi Irratia Jon Abril (ha perdido recientemente a su padre por la Covid), la enfermera Uxua Lazkanotegi y la responsable de un centro Olatz Etxabe. He escuchado camino de la playa de Ondarreta el diálogo conducido por Jone Larrañaga e Iñaki Guridi. Ternura y suavidad en las formas, pero muy crudo en el fondo. He dejado el enlace (es en euskera) debajo.
5.- Tenemos que proteger a las personas vulnerables, pero como decía Jon Abril al final de su intervención también hemos de proteger a las y los profesionales. Muchas y muchos están trabajando en condiciones muy duras.
6.- Apenas sé algo de ciencia (por no decir nada), pero me fío de determinadas personas y me gusta leer y escuchar lo que dicen: Miren Basaras, Ana Galarraga, Gorka Orive, Ugo Mayor, Juan Ignacio Pérez, Felix Zubia... Algunas de ellas están en la red del pajarito (las tengo en esta lista que he nombrado como Zientzia).
7.- Se apela a la libertad. No puedo hacer esto, no puedo hacer aquello. Sí, yo tampoco puedo dejar el coche delante de mi oficina. Ahora no deberíamos hablar de libertad porque creo que está por encima la salud pública. Dicho lo cual, no me gusta nada cómo ha crecido el pequeño policía que llevamos dentro y no entiendo por qué se pregunta a la Policía qué está prohibido y qué no. En mi mundo, esa no es su labor.
8.- Cada uno tiene su responsabilidad y queda clarísimo que hay que controlar y fiscalizar a nuestros dirigentes, entre otros motivos porque hay una falta de recursos notoria y problemas de organización lacerantes. Como me dijo un amigo médico: más que el sistema, son las personas (los profesionales sanitarios) las que están aguantando la salud.
9.- A partir de ahí, cuidémonos entre todos y actuemos con prudencia (iba a poner sentido común, pero no tenemos). No parece que esta pandemia vaya a desaparecer por arte de magia y sí que sabemos cuáles son las medidas a tomar para reducir el riesgo de contagio.
10.- Perdonen ustedes las meteduras de pata y quédense solo con lo bueno.
11.- Propina: sé que soy un privilegiado y que hay mucha gente que no tiene a mano las posibilidades que yo tengo.
Actualización del 28 de noviembre: ayer coincidí con un vecino en el ascensor y me contó que dio positivo el día 9. Le pregunté si tenía instalada la aplicación #RadarCOVID. Me dijo que sí. Misterio resuelto.
ð» @jonabril-ek aita galdu berri du covidak eraginda. Egoitza batean zeukaten. Hilabete hauen gogorraz aritu da @faktoriaEITB-n, Uxua Lazkanotegi erizainarekin eta Olatz Etxabe Arrasateko Iturbide-ko arduradunarekin.
Joe Hill: «No perdáis el tiempo en funerales. Organizaos»
Hacía tiempo que no citaba por aquí al maestro Javier Ortiz y hoy vengo con una columna de mayo de 1997: «Los otros mártires».
En mayo de 1997 falleció el cineasta sueco Bo Wilderberg. Tenía 66 años.
Hizo un documental en la década de 1970 sobre el sindicalista y músico estadounidense (también de origen sueco) Joe Hill. Este compuso un porrón de canciones para dar alas a la lucha obrera, muchas de ellas fueron luego cantadas por Woody Guthrie, Pete Seeger y más folk singers.
La policía le tendió una trampa y, tras un juicio-farsa, fue ejecutado en 1915. Su despedida fue la frase que abre este texto.
La pandemia de la Covid ha acelarado determinados procesos y vaciado locales de nuestros pueblos y ciudades, haciendo que las calles tengan un aspecto fantasmagórico. Ylenia Benito aguantó hasta finales de agosto con la última librería independiente (generalista, aún queda Tinta de Cómics en el ámbito comiquero) de Irun (por no decir de la comarca de Txingudi). Ayer escribió tres tuits para darle cancha a la crónica negra de San Sebastián que había escrito Jon Pagola.
Así están siendo las cosas y así las cuenta @jonpagola en este estupendo, necesario y triste reportaje.
Aquí antes había una tienda (o un bar). Tour gris por Donostia « Donostitik https://t.co/mjN18VqeL0
Los tuits sobre Irun son los dos últimos de la serie. No se me olvida la impresión tan penosa que tuve al recorrer con mi madre las calles principales de mi pueblo el primero de enero de hace seis o siete años. Volví a casa con el mismo ánimo que tengo tras leer el reportaje de Pagola.
Momentos antes de ser ejectuado, Joe Hill recomendó dejar a un lado los funerales. Con el añadido de que había que organizarse.
Todostuslibros
Y eso es lo que han hecho algunas librerías independientes del Estado: han creado la plataforma todostuslibros.com. Muchas cercanas a mí se han sumado y espero que lo hagan las demás. Espero también que se corrija el uniformismo lingüístico, porque un proyecto de estas características necesita de todas las lenguas oficiales.
Jangou y Coopcycle
#ostalaritza kinka larrian dagoen honetan egoerari aurre egin ahal izateko alternatiba batzuk jakitera eman nahi genituzke. ð HARIA ð pic.twitter.com/mwvYSzBPEL
Ayer hubo manifestaciones en las capitales vascas del sur convocadas por la hostelería. Tras ellas vino el tuit de TEK.
Se citan dos proyectos: uno es Jangou, una aplicación para poner en contacto a la hostelería y la clientela.
Otro, el proyecto Coopcycle: una federación de cooperativas que fomenta el reparto a través de la bicicleta y que surge con perspectiva mundial.
Voy a traducir el último tuit de la cadena: «La tecnología puede facilitar la creación de alternativas en esta situación. Sin embargo, la tecnología no sirve para nada sin nuestros hábitos de consumo ni nuestro compromiso. Comencemos a construir comunidad respondiendo a las necesidades de los miembros de la misma de modo colectivo».
La música viene esta vez a través de Fermin Muguruza. Un tuit suyo llevaba a este vídeo de Mista Savona (Australia) & Cimafunk (Cuba). Tras el largo invierno llegará la primavera.
Hay dos tipos de personas: las que llaman por teléfono y las que no. Yo soy del primer tipo y creo que en estos tiempos pandémicos es muy importante hablar y escuchar a otras personas cercanas. No os digo nada ya a las personas mayores solas.
No descubro nada si digo que la pandemia ha traído cambios. Alguno puede que hasta bueno. Por ejemplo, yo ahora paseo más que antes.
Cuando salgo en solitario tengo tres planes.
El primero es hacerlo sin ningún aparato a mano. Básicamente, sin Google.
El segundo consiste en escuchar podcasts.
Y el tercero da nombre a este apunte: llamar por teléfono a amigas y amigos.
Bonus track: una mezcla de los dos últimos.
Hay muchas formas de saber de los demás, pero no es lo mismo enviar mensajes utilizando alguna aplicación que escuchar a la otra parte de viva voz.
Hace unos días, por ejemplo, una persona conocida que vive al otro lado del Atlántico nos envió una nota de voz en un concurrido grupo de WhatsApp. Era algo superior al minuto, pero algunos nos quedamos preocupados. Porque el tono de ánimo era más bien bajo. Y eso no se lo habíamos pillado en los mensajes escritos.
En mi caso, la costumbre de hablar por teléfono es algo que me viene de mi madre. He recibido en herencia parte de su lado más social. No me acerco a su nivel, porque ella es un nodo familiar: le gusta estar al tanto de cómo está la familia en sentido amplio.
Mi padre no era así. Recuerdo que cuando ambos salían de paseo, mi madre se paraba a hablar con mucha gente. Mi padre saludaba y continuaba la marcha... para detenerse 50 metros después a esperarla.
Recuerdo cuanto el teléfono entró en casa. Me ha venido a la cabeza el numero 615560. Sería a comienzos de los años 80.
Quienes vivistéis aquellos años sabéis perfectamente que el coste de la llamada era algo a tener muy en cuenta. Es difícil de explicar en estos tiempos de tarifa plana. Peros las y los jovenzuelos teníamos a nuestros viejos por detrás en cuanto una conversación se alargaba más de lo debido. Porque te podías dejar allí un riñón.
Esta idea de llamarse por teléfono me vino en la presentación del libro «Absolución» de Rafael Berrio. Ranedo lo pilló al vuelo y lo convirtió en tuit.
Y qué alegría veros a todos, joder. Mucha razón, @iturri, hay que llamarse por teléfono, en estas circunstancias no basta el email/rrss. A algunos les intuí bajos también, muy comprensible. En fin, como mejores no vamos a salir tratemos al menos de hacerlo bien mientras dure.
En estos tiempos en los que tendemos a aislarnos más de la cuenta, es muy pertinente saber de los demás.
Llamad a las amistades, copón. ¡Y no digamos ya a madres, padres, abuelas y abuelos!
He hablado más arriba de Rafael Berrio. El sábado se presentó en Tabakalera un libro póstumo que recoge sus letras y que se titula «Absolución». En la cadena de tuits que va al final, aparecen un par de vídeos cortos del acto.
Además, la víspera se publicó un EP con tres canciones. Las podéis escuchar también aquí debajo.
Me dicen que se van a organizar más actividades los próximes meses: una exposición, un concierto bastante majo...
Rafael Berrioren «Absolución» liburua aurkeztu da gaur Tabakaleran Puntu Duela 7 hilabete hil egin zen Puntu Oso ekitaldi berezia niretzat Bi puntu samurra eta txorakeriarik gabekoa Puntu Handia zen Rafa eta egongo dira omenaldi gehiago Amaierako puntua
Esta mañana he subido al Centro Cultural Aiete a ver la exposición «Éxodo, buscar refugio entre el escombro». Qué mejor motivo que aprovechar una visita guiada por uno de los autores, el periodista Karlos Zurutuza.
Estoy un poco cansado de que en esta pandemia miremos demasiado a las cosas que no podemos hacer. Y es que si comparamos con muchas personas, tenemos un abanico amplio de cosas que sí podemos hacer.
Diré, aunque sea de refilón, que reparamos demasiado en las prohibiciones de las autoridades. No, si fuéramos una sociedad madura miraríamos en nuestro interior y no tanto a los permisos y prohibiciones de nuestros dirigentes. Sé que a veces es complicado, pero prefiero apelar a la responsabilidad de cada uno. Y ello conlleva, obviamente, que hay cosas que debemos exigir a las administraciones y gobiernos varios. Pero hoy no quería ir por ahí.
Al lío. A mediados de septiembre se montó en el Centro Cultural Aiete esta exposición: «Éxodo, buscar refugio entre el escombro». Producida por Euskal Fondoa, se centra en documentar la situación actual de la población kurda de Siria. Pillo del primer párrafo de la sinopsis:
«El pasado mes de octubre de 2019, Turquía perpetró su última agresión contra la población kurda de Siria. Un capítulo más de la limpieza étnica que se está llevando a cabo desde hace tiempo. Las últimas víctimas: centenares de muertos y 200.000 personas que han tenido que huir.».
Con este objetivo, se ha echado mano de dos periodistas vascos.
Por un lado, hay una selección de 40 fotografías de Andoni Lubaki. Por otro, está un documental dirigido por Karlos Zurutuza y que se titula Fatma en honor a su protagonista. Este es el trailer.
Fatma tiene 22 años y huyó de las tierras kurdas bajo la bota del jefe de estado turco, Erdogan, para refugiarse en el Kurdistán sirio (Rojava) y tratar de seguir viviendo. Tal y como podéis ver en el vídeo, estudia Bellas Artes en una universidad kurda en la que hay alrededor de 4.000 estudiantes.
Tras una breve presentación, hemos visto el documental. Apenas diez minutos. Luego, Karlos Zurutuza nos ha explicado con calma las historias que había detrás de cada fotografía.
Tenéis una semana más para verla, porque estará hasta el 31 de este mes en Aiete. Abierto el domingo por la mañana de 10:00 a 14:00 horas. El lunes cerrado. De martes a viernes, abre de 16:00 a 20:30 horas. El sábado, mañana y tarde.
Si tenéis interés en que la muestra esté disponible en vuestro pueblo o ciudad (vasco), pedidle a vuestro ayuntamiento que se ponga en contacto con Euskal Fondoa.
Si vivís en San Sebastián, subid (andando) mañana por la mañana al parque de Aiete, echadle un ojo a la exposición, salid a contemplar las vistas exteriores y comparad vuestros problemas con los que tienen estas kurdas y estos kurdos.
Hay libros que han de leerse con un lápiz a mano. Otros, en cambio, han de leerse de corrido, sin lápices ni gaitas. «Las grietas de América» de Mikel Reparaz es de los primeros.
El periodista Mikel Reparaz se ha pasado cinco años en los EE.UU. trabajando como corresponsal para EITB. Aunque vivía en Nueva York, se recorrió los 50 estados en tiempos de Obama y Trump.
Tras volver a Euskal Herria, se ha pasado dos años escribiendo Las grietas de América. Eso cuenta en esta entrevista a Andoni Urbistondo (enlace en euskera). Que las piezas televisivas se le quedaban cortas y que quería sacar el material por algún lado. Bueno, pues ya está en la calle, meses más tarde de lo previsto (el Covid frenó la publicación en primavera).
En la introduccion dice que «este es un libro sobre un conflicto que, solo en parte, explica lo que ha ocurrido en Estados Unidos en los últimos años y lo que puede venir en los próximos».
Ha tirado millas Reparaz y se nota también que lo ha hecho a gusto. Porque esa ilusión se transmite en la escritura. Ya que sobre una obra de estas características lo mejor que se puede decir es que te dan ganas de ir para allá ahora mismo.
Aparte de recorrer parajes varios, ha leído, ha estudiado y ha aprendido. Entre otras cosas, para contárnoslo.
Tras una breve introducción, el autor nos relata el viaje del verano de 2019 en el que recorrió los 250 kilómetros que unen Baltimore y Charlottesville, pasando por Washington.
Así, la obra tiene tres partes: Baltimore, Trumpistán y Charlottesville. Un total de 26 capítulos y un epílogo cuyo título lo dice todo: «Continuará».
Baltimore: verano de 2015. La policía mata a Freddie Gray dentro de un furgón. Esa muerte no trajo consigo que se juzgara, no digamos ya que se condenara, a ningún policía. Ello acarreó protestas masivas y, entre otras cosas, el auge del movimiento Black Lives Matter.
En Charlottesville, por su parte, un neonazi enfiló con su coche una marcha antifascista. Mató a la manifestante Heather Heyer e hirió a varios más. El autor está en la cárcel y no saldrá de ella.
Ambos sucesos, más el triunfo de Trump en el 2016, son utilizados por Reparaz para contarnos la historia de los EE.UU y explicarnos los actuales conflictos.
He subrayado el libro con ganas y he tratado en vano de traer aquí algunos pasajes, pero eso acarrearía alargar en exceso este apunte.
Nebraska. 3.600 biztanle dituen herrixka. Paperik gabeko etorkinen aurkako operazio batek nola alda ditzakeen gauzak. “Without immigrants, who would process potatoes, pick tomatoes and chiles? We do all of the work. They don’t appreciate it.” https://t.co/TEgAeyEFgc
Pero sí que quiero contar una anécdota. En octubre de 2018 recorrimos parte de los Estados Unidos. Tuitée después de leer este artículo sobre lo sucedido en un pequeño pueblo de Nebraska donde aplicaron a rajatabla la legislación anti-inmigración. La policía detuvo a muchos sin papeles, pero sin estos migrantes la producción local se venía abajo: no se recogía la cosecha, los animales no comían, etc.
Obama no sale guapo en la fotografía del libro (él fue quien más personas expulsó por no tener papeles, por ejemplo), pero Reparaz afirma que siempre quedará unida a Trump la medida de separar a niñas y niños de 4 a 10 años de sus parientes más cercanos al ser detenidos por cruzar la frontera sin papeles.
Trump fue una reacción a Obama, porque las dos partes enfrentadas desde el origen del país funcionan con el esquema pendular de acción-reacción. Y el Gran Arácnido, término de Reparaz, se las arregla para que la población afroamericana, latina, etc. esté sometida.
Y Trump tiene muchas opciones de ganar, porque no sirven para nada las encuestas nacionales. El sistema electoral hace que la victoria se juegue en un puñado de estados: Pennsylvania, Florida, Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Arizona, Ohio…
Si consigue movilizar a los blancos cabreados, Trump volverá a ganar. Está por ver qué sucederá cuando los blancos dejen de ser mayoría en el país.
No hace falta que os diga que recomiendo la lectura del libro.
Ha llegado nuevamente el momento de hablar de «Patria». Hace unos años, el motivo fue la exitosa publicación del libro escirto por Aramburu. Ahora le toca a la serie de HBO. Aquí y ahora hablaré de ella de refilón, porque prefiero hacerlo del testimonio de Ion Arretxe y del documental sobre la tortura que quiere hacer Ander Iriarte.
Esta semana no he leído mucho la prensa (tras el final de las vacaciones, el papel de los periódicos ha disminuido en casa). Pero sí que me leí el domingo pasado la columna firmada por Jorge Nagore y titulada Patrias. La firmo debajo de la línea de puntos.
No me he leído el libro (aunque sí lo hice con el libro firmado por Iñaki Rekarte y si es cierto lo que se dice aquí... pues ya tengo convalidada una parte) ni he visto la serie. A medida que añado castañas en el calendario, cada vez llevo peor que me digan lo que tengo que hacer (no te digo ya si el mensaje se vuelve abrumador a través de la opinión pública o publicada). Puede que un día lo lea, la vea, ambas cosas o ninguna. ¡Quién lo sabe! Ahora no es mi prioridad.
De todas maneras sí que puede venir bien para hablar del pasado violento reciente. Es lo que hicimos el pasado fin de semana en una reunión barera. El hijo de uno de los presentes (28 tacos, si no recuerdo mal) se había leído la novela y le había gustado bastante. Le mosqueó la puesta en escena de Tele5, sobre todo el debate posterior. Decía que la mesa que se habían montado cojeaba de un lado abiertamente, que no había equilibrio alguno.
Jorge Nagore cita en su columna el documental Non dago Mikel?. Yo también me acordé de Mikel Zabaltza. Para ser más exactos, me acordé de otra persona detenida en aquella operación de hace 35 años: me vino a la cabeza Ion Arretxe y su libro «Intxaurrondo, la sombra del nogal». Hace un año y pico me leí su testimonio y escribí sobre ello por aquí: Tortura: lo que cuenta Ion Arretxe.
Esta semana ha comenzado Ander Iriarte una campaña de financiación en Goteo de su documental El sonido del crack. Esta mañana de domingo he hecho mi aportación. Es una obra sobre la tortura y en este breve vídeo cuenta cuál es su intención.
Todas las víctimas tienen mi consideración. No quisiera molestar a ninguna. Porque el sufrimiento es tremendo y todo esto tiene consecuencias.
Necesitamos muchos relatos y, afortunadamente, cada vez tenemos más.
Cuando el hijo de nuestro amigo se lea el libro, hemos quedado en hablar.
Es igual cuantos días pases de vacaciones. Siempre te saben a poco.
Llegué el jueves a Donostia tras pasar varios días en el Mediterráneo. Lluvia, prendas de abrigo, paraguas, una visera para evitar que se mojen las gafas... me esperaban en casa. Por cierto, he comprado hoy un spray que dicen que evita que las gafas se empañen por efecto de la mascarilla. Veremos.
He pasado días mirando el mar desde la playa, desde el paseo o desde una terraza.
He aprovechado para leer unos cuantos libros y afortunadamente he acertado con la selección.
Comimos en La Vila con un par de amigos. Me fui a tomar un café con Manolo en Beniarbeig. Perdí las gafas de ver, pero aparecieron 36 horas después en el coche.
Nos llevamos un susto cuando supimos que una amiga fue hospitalizada por el covid, pero, tras pasar varios días en el hospital, esta misma semana ha vuelto a casa.
El domingo pasado leí en Las Provincias que de 150 hoteles únicamente 10 seguían con las puertas abiertas en Benidorm. Unos amigos me comentaron que fueron a comer a un restaurante y que los alrededores estaban vacíos. Eso que llaman ahora una visión distópica de la cosa.
Veremos qué nos trae todo esto, pero ya nos advierten los expertos que no se va a acabar de hoy para mañana. Margarita Del Val fue entrevistada el domingo en Berria y hablaba de «los años de la pandemia».