Se ha consumado la farsa judicial del macrosumario 18/98. Con la sentencia de la Audiencia Nacional se consagra la teoría garzoniana del "entorno" (o de la "contaminación"), según la cual las organizaciones procedentes de los movimientos sociales de la izquierda independentista vasca o bien están controlados orgánicamente por ETA, sobre la base de una división del trabajo jerárquicamente establecida, o bien comparten fines y objetivos y por tanto pueden considerarse colaboradoras con la banda terrorista. Teoría que ni siquiera es original, ya que cuenta con un precedente conocido: el teorema Calogero por el cual se reprimió a la izquierda radical italiana de los años setenta.
A partir de ahora, basta que los miembros de ETA posean documentos donde simpaticen con determinadas causas o acciones para criminalizar a cualquiera que las apoye públicamente, aunque se opongan claramente a la estrategia armada de la organización, como ha sido el caso de muchos de los condenados a durísimas penas. Particularmente lamentable -y peligrosa- es la redacción de la sentencia relativa a la desobediencia civil, en relación con la Fundación Joxemi Zumalabe.
Este despropósito judicial supone una vulneración gravísima de las libertades, y no tiene nada que ver con la lucha contra ETA, sino con objetivos políticos evidentes. Para una breve descripción de la caótica instrucción y del juicio surrealista que ha durado 16 meses, recomiendo las siguientes lecturas.
* Euskal Herria Watch está integrado por abogados de diferentes países que se han reunido para supervisar procesos judiciales como el macrosumario 18/98.
Cuando el presidente francés Nicolas Sarkozy y la comisaria de relaciones exteriores Benita Ferrero Waldner negociaron con Libia la entrega de cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino que habían sido previamente condenados a muerte, parecía que nadie se había acordado de la suerte de los miles de inmigrantes que se hacinan en centros de detención libios, en condiciones lamentables. Sólo en Misratah hay más de 600 demandantes de asilo eritreos. El siguiente mapa muestra la localización de los campos y centros de detención de inmigrantes "ilegales", algunos de los cuales han sido financiados por el gobierno italiano.
Pero los gobiernos europeos sí que tienen en cuenta su situación. Eso sí, desde un punto de vista ajeno a cualquier consideración humanitaria.
Italia, Malta, y ahora parece que también España, impulsan acuerdos migratorios con la Jamahiriya. La Unión Europea ha intensificado sus relaciones con Libia, que ahora juega un papel fundamental en la represión de las personas migrantes en esa parte del Mediterráneo. Libia afirma contar con dos millones de extranjeros sobre su territorio (que entraron con la política de apertura de los años 90), dos tercios de los cuales sin permiso de residencia, para una población oficialmente "libia" de 5.5 millones de habitantes. Es probable que el número de extranjeros sea algo menor. Considerado un país de tránsito, Libia ha sabido jugar la carta migratoria en su intento por volver a la escena internacional, sabedor de que la UE está muy interesada en cooperar en esta materia.
Se externaliza así el trabajo sucio. Entre 2003 y 2006, Libia ha expulsado la friolera de 198.000 extranjeros, según datos oficiales. La agencia Frontex de la UE avanza la cifra, proporcionada por las autoridades libias, de 60.000 inmigrantes detenidos, la cual supera la población carcelaria en España, para un país que cuenta con una población (oficialmente libia) ocho veces menor. Desde principios de 2007, siguiendo la solicitud de los gobiernos europeos, Libia ha establecido un régimen de visado de entrada más restrictivo para los nacionales de otros países africanos, volviendo más incierta la situación de los cientos de miles de irregulares que actualmente viven en su territorio. La retórica panafricanista de Muammar Al Gaddafi ya no engaña a nadie.
Para más información sobre la situación de los inmigrantes en Libia, recomiendo echar un vistazo al informe elaborado por Fortress Europe, de la red Migreurop.
Traduzco un artículo recién publicado en la web de la organización defensora de los derechos humanos Algeria-Watch, que nos aporta su interpretación de los atentados del pasado 11 de diciembre. Quienes entiendan el francés -y no tengan ganas de leer- pueden ver un vídeo grabado en septiembre, y escuchar la opinión de uno de los coautores del texto, François Gèze, editor de La Découverte, crítico del terrorismo de estado de los años noventa, y que ha publicado varios libros sobre Argelia.
Los atentados de Argel: una población rehén de las luchas de clanes
por Lahouari Addi, François Gèze, Salima Mellah, Algeria-Watch, 16 de diciembre de 2007
El 11 de diciembre de 2007, Argel volvió a ser escenario de dos mortíferos atentados – con el Consejo Constitucional y un edificio de la ONU como objetivos – que provocaron decenas de muertos y centenares de heridos. Atribuidos una vez más a los islamistas, estos atentados no serán objeto de ninguna investigación policial o judicial: al haber muerto los autores de las explosiones, como de costumbre, no seguirá ninguna instrucción digna de tal nombre. Hasta nuestros días no se ha llevado a cabo ninguna investigación seria a propósito de las masacres de Raïs (300 muertos), Bentalha (477 muertos), Ramka (1 000 muertos) y otros perpetrados en 1997 y 1998. Diez años más tarde, la gran mayoría de la población argelina está convencida de que estas matanzas fueron realizadas por islamistas manipulados por los jefes del DRS (la policía política), en el marco de la lucha de clanes que les oponía entonces al del presidente Liamine Zéroual (1). Incluso hoy, la reivindicación de los últimos atentados por Al-Qaeda del Magreb (AQMI, ex-GSPC) no es creída a pie juntillas por la opinión pública, que apunta, detrás de este grupo, a los comanditarios en el seno del poder argelino –atravesado notoriamente desde 2006 por una nueva lucha de clanes que opone los jefes del DRS a las fuerzas reunidas detrás de la figura del presidente Buteflika, que incluye a ciertos jefes del ejército.
Sorprendentemente, varios periodistas de la prensa argelina, pese a ser ferozmente hostiles a los islamistas, han reflejado en parte de estos cuestionamientos de la población. De hecho, en los días que siguen a los atentados, leyendo la prensa y coincidiendo con las declaraciones de ciertos oficiales del « clan Buteflika », recogemos numerosos indicios que muestran que la tesis de la lucha de clanes en la cúspide del poder es la más plausible y que sus protagonistas insisten en hacerlo saber. Evidentemente, los indicios no constituyen pruebas, pero su concordancia es por lo menos sorprendente.
El primero es relatado por el diario El Watan que, en su edición del 12 de diciembre de 2007, se asombra del empeño de un oficial superior del GIS (una policía dependiente del ministerio de Defensa nacional) a alejar a los periodistas de los lugares de los atentados. El autor del artículo ve en ello « una voluntad deliberada de esconder la verdad a la opinión pública ». ¿Pero qué verdad querrían esconder los militares del GIS ? Otro indicio es una frase lanzada por el ministro del Interior Noureddine Zerhouni, durante su conferencia de prensa, avanzando que los atentados están relacionados con la cuestión del tercer mandato presidencial: el presidente apuntaba así con el dedo a quienes rechazan que Buteflika sea candidato a su propia sucesión 2009, peripecia política sin embargo perfectamente ajena a los discursos mortíferos presentados por el AQMI-GSPC en sus sitios Web.
Rechazando reconocer la pertinencia de la denominación « Al Qaeda del Magreb » y mencionando todavía al GSPC (como para señalar mejor el origen estrictamente argelino de los responsables de los atentados), el ministro del Interior añadió más cosas durante su visita al lugar de los dos dramas: por un lado, declaró que « los servicios de seguridad sabían, desde hacía meses, que la sede del Consejo Constitucional figuraba entre los objetivos terroristas»; y, por otro, que estos últimos « adquirieron una gran capacidad de infiltración de los grupos terroristas, y han llegado a debilitar un gran número de estos grupos ». De ahí las cuestiones implícitas (transparentes para el «serrallo argelino»): si son tan eficaces, ¿por qué estos servicios de seguridad no pudieron desbaratar semejante atentado, sobre todo si no se trataba de blancos anodinos? ¿Habrían dejado sus jefes que se cometieran (o incluso los habrían ordenado) para probar que Buteflika habría fracasado en su política de la reconciliación y que, por consecuencia, no podría presentarse como candidato por tercera vez? Otro indicio: un reportaje organizado en caliente por la radio nacional Cadena Tres, en el que numerosos ciudadanos pidieron…la dimisión del presidente. Cuando conocemos el control total que ejerce el DRS sobre la radio y la televisión públicas, este reportaje habla por sí solo.
Otra « anomalía » flagrante se refiere a los objetivos de los atentados –altamente simbólicos- y su operatoria. El edificio de la ONU está situado en Hydra y el Consejo Constitucional en Ben-Aknoun: dos barrios altamente vigilados en Argel, sedes, en el primer caso, de las más altas autoridades del régimen y, por lo que se refiere al segundo, de numerosos establecimientos militares (incluyendo cuarteles del DRS). Recordemos que el 11 de abril, el Palacio de gobierno y una comisaría importante, en cuarteles igual de controlados por la policía, habían sido atacados del mismo modo, provocando 30 muertes y más de 200 heridos. ¿Cómo creer que vehículos cargados de casi una tonelada de explosivos –según la versión oficial y la proporcionada por el AQMI – habrían podido desplazarse tranquilamente sin ser interceptados por las omnipresentes fuerzas de seguridad, atentas al menor hecho sospechoso, a menos que se produjera un « relajo » programado de estas últimas (según un siniestro escenario largamente verificado durante las masacres de 1997)? ¿Cómo creer que un grupo terrorista que se supone al borde de la agonía (debido a las «puñaladas» de la represión antiterrorista, según el leitmotiv de la información « securitaria ») habría podido llevar a cabo tales atentados tan fácilmente, que exigen medios materiales y humanos, así como una capacidad de organización difícilmente concebibles por parte de un grupo « en plena decadencia» ?
Estos atentados recuerdan dolorosamente las masacres de 1997, que acabaron por empujar al general Liamine Zerual a la dimisión un año más tarde. Hoy es su sucesor –o más bien el clan de aquellos que se ocultan tras él -, Abdelaziz Buteflika, quien aparece de nuevo en el punto de mira de quienes le hicieron elegir en 1999 (el clan del general Mohamed « Tewfik » Médiène, jefe inamovible del DRS desde 1990), de quienes ha querido emanciparse. Lo demuestra, entre otros dramas, el del 6 de septiembre de 2007 en Batna: mientras que el presidente se encontraba todavía a 20 Km. de la ciudad, un atentado suicida contra la multitud que le esperaba en su camino provocó 22 muertos y más de 100 heridos. El recuerdo del asesinato, en directo por televisión, del presidente Mohammed Boudiaf en junio de 1992 –todos los argelinos saben que fue orquestado por los jefes del DRS –, no se borra tan fácilmente…
Sin embargo, en general el presidente Buteflika ha sacado adelante la misión que le habían asignado sus mentores del DRS: hizo de Argelia un país frecuentable (aunque los petrodólares hayan ayudado mucho a ello) e hizo pasar en 2005 una ley denominada « de la paz y de la reconciliación». Ésta equivale a una amnistía total de los crímenes de los años 1990 (perpetrados tanto por las fuerzas de seguridad como por los grupos armados que se reclamaban del Islam) e instaura la prohibición de hablar de los años de sangre so pena de prisión. No obstante, sobre todo desde 2006, apoyándose en los adversarios del « clan Tewfik » (incluyendo jefes del ejército descartados por este último), intentó ampliar su influencia en importantes sectores del poder argelino. Y con ayuda de la coyuntura internacional tomó varias decisiones, gracias a sus aliados, directamente contrarias a los intereses del DRS y sus aliados civiles: derogación, en julio de 2006, de las disposiciones de la ley de hidrocarburos que hubieran permitido –para mayor beneficio de los generales vinculados a los estadounidenses y afectando a las comisiones sobre estas transacciones – la atribución de concesiones a las empresas petrolíferas extranjeras y liquidado la propiedad de las reservas de petróleo y de gas ; anulación de grandes contratos con empresas estadounidenses (incluyendo un proyecto de unos 3,5 mil millones de dólares con Anadarco) y liquidación de la sociedad mixta argelo-estadounidense Brown & Roots Condor; interrupción de la construcción, ampliamente avanzada, de una importante base militar estadounidense cerca de Tamanrasset ; intensificación de la cooperación militar (y de grandes contratos de armamento) con Rusia; etc. (2)
En este contexto, la elección de objetivos de los atentados del 11 diciembre puede entenderse como la entrega de siniestros « mensajes » al « clan Buteflika », pero también a otros destinatarios. A los miembros del Consejo Constitucional: el ataque contra su sede se dirige a disuadirles de apadrinar la revisión de la Constitución necesaria para un tercer mandato del presidente Buteflika. A la comunidad internacional (cuyos servicios conocen perfectamente la verdadera naturaleza del AQMI-GSPC): el atentado contra la sede de los dos organismos de la ONU es una manera para los jefes del DRS de hacerle saber que el clan Buteflika no puede asegurar la seguridad de los extranjeros en Argelia y que deben reponerse por sí solos. Es lo que parecía confirmar, al día siguiente de los atentados, el editorialista –conocido por su proximidad al DRS – del diario Liberté: escribía que, para el GSPC, el hecho de atacar un edificio de la ONU era « una manera de comunicar a los extranjeros que el Estado argelino es incapaz de proteger a sus huéspedes ».
Es esta tela de fondo, antes que las elucubraciones de los pseudo-expertos internacionales en terrorismo sobre Al-Qaeda, lo que da la trama explicativa de los dramáticos atentados que golpean a civiles inocentes desde la primavera de 2006 (3). Y durante este tiempo, esta guerra larvada continúa tomando como rehenes a una población triturada por la inseguridad, la pobreza, el paro, y la « vida mala ». En una palabra, la « hogra » [desprecio, en tamazight].
1. Salima Mellah, Les massacres en Algérie, 1992-2004 , Dossiers presentados al tribunal de los pueblos por el Comité de Justicia por Argelia, mayo de 2004 .
"Es también el fracaso de la diplomacia argelina, que pierde el tiempo en las justificaciones y explicaciones ante las ONG hasta el punto de que el "¿quién mata a quién?" ¡se permite reclamar la inspección de los cuarteles del DRS (servicios secretos argelinos)! A un paso de que reclamarse que no se mate a los "pobres terroristas escondidos en el maquis".
Sin embargo, España, Reino Unido, Estados Unidos...cada uno de estos países tuvo su propio 11 de septiembre, Argelia ha tenido derecho a sus 11 de septiembre. Como un ciclo infernal.
Y cada uno de estos países ha tomado medidas que no se detienen ante el respeto de los derechos humanos y otros caprichos de ONG selectivas. Y han tenido resultados. Y en Argelia, continuamos cultivando una especie de vergüenza para pasar a la acción usando todos los medios, mal que les pese a los defensores de los derechos humanos, a los reconciliadores ciegos.
Alucinante editorial de uno de los principales diarios francófonos de Argelia, contrario al presidente Buteflika, que contiene elementos interesantes (e inquietantes) sobre el contexto político interno, en relación con los terribles atentados del 11 de diciembre en Argel.
Contexto que apenas ha sido tenido en cuenta por nuestros medios de comunicación, empeñados en vendernos la imagen de una organización tentacular que pretende apoderarse de Europa. Así, en La Vanguardia, el columnista Ángel Expósito escribe sin sonrojarse: "Los servicios de inteligencia de toda Europa están convencidos de que la finalidad de Al Qaeda del Magreb es cruzar el Estrecho, llegar al sur de Europa desde la costa Libia o atravesar el Mediterráneo desde Argelia." (13/12/2007).
Me llama la atención lo clarito que lo tienen nuestros medios. Sobre todo teniendo en cuenta la poca atención que normalmente le prestan al país vecino, y la completa ignorancia sobre su historia reciente. No habían terminado las tareas de desescombro, y ya todos ellos (¡incluso Gara!) certificaron desde el primer momento que los autores del atentado pertenecían a una organización llamada Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), sucesora del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), escisión de los Grupos Islámicos Armados (GIA) que aterrorizaron a los argelinos durante los años noventa.
Impresionante, Ángel Acebes no lo hubiera hecho mejor.
Al día siguiente, la publicación de un comunicado reivindicando los atentados en nombre del AQMI. en "una página de internet" (¿es tan complicado poner el enlace, o velan porque la policía no nos detecte accediendo a páginas sospechosas?), parecía confirmar los titulares avanzados. A mí me parece claramente insuficiente. Y la construcción del "enemigo" que se ha hecho, precipitada e irresponsable.
Mientras esperamos a que finalicen las investigaciones sobre el atentado, o al desarrollo de los acontecimientos (los que no van a reflejar la prensa mientras no haya muertos de por medio), volvamos al editorial del diario Liberté. ¿A qué viene tanta inquina contra las ONG?
Un mes antes del atentado, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas había publicado unas observaciones bastante negativas sobre la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos por parte de Argelia. El informe presentado por el gobierno fue contrarrestado por los informes presentados por ONG defensoras de los derechos humanos que denunciaban, entre otras cosas, la impunidad que la ley de reconciliación promovida por Buteflika garantizaba a los miembros de las fuerzas de seguridad responsables de violaciones de los derechos humanos. A pesar de lo que insinúa el editorial, estas ONG nunca han defendido la ley de amnistía y reconciliación, por la sencilla razón de que la consideran una manera de cerrar la determinación de la verdad histórica y de las respectivas responsabilidades, única manera de pasar página con justicia.
No fue este el único revés ante el Comité de Derechos Humanos en lo que llevamos de año. En septiembre el mismo Comité constataba que una figura tan relevante como Ali Benhadj, uno de los fundadores del Frente Islámico de Salvación (FIS), había visto vulnerado sus derechos al ser juzgado por un tribunal militar especial y encerrado en cárceles secretas, donde fue torturado. Otras resoluciones se han referido a torturas y desapariciones. Por cierto, que uno de los coches bomba atentó contra la sede de la ONU en Argel, en el barrio de Hydra.
La prensa se ensaña con la ley de reconciliación y sobre todo con su promotor, un enfermo Buteflika que todavía no ha intervenido públicamente, al que acusan de ser demasiado "suave" con los terroristas. Para el diario El Watan, el tiempo de Buteflika y el de su camarilla ha pasado. La pelea del baile de cifras de víctimas de los atentados tampoco deja en buen lugar al gobierno.
¿Confirma esto la interpretación de un enfrentamiento interno entre clanes, con el general Mohamed "Tewfik" Mediène (jefe del DRS desde hace 17 años) tomando la delantera con la "Al Qaedización" del terrorismo argelino y su acercamiento a los Estados Unidos? Tal vez. El reclamo de la opción erradicadora parece apuntalar esta hipótesis. Lo que sí que tengo claro es que cualquier análisis sobre el contexto político argelino debe tener en cuenta a los responsables de la cúpula militar, verdaderos pilares del régimen. En realidad nunca se fueron, pero ahora pueden volver a situarse en primer plano de la escena argelina. La prensa occidental, más interesada en crear fantasmas, no parece estar por la labor.
Hoy se celebra el día internacional de los derechos humanos. La elección de esta fecha se debe a que fue un 10 de diciembre cuando la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una resolución por la que se aprobaba la Declaración Universal de Derechos Humanos, allá por 1948.
No voy a enumerar la lista cotidiana de infracciones a este catálogo mínimo de derechos, aunque jurídicamente vinculante. Pero sí me gustaría recordar, a propósito del pacto euroafricano sobre la inmigración que ha propuesto José Luis Rodríguez Zapatero, dos artículos cada vez más vulnerados por los propios gobiernos europeos, incluyendo el español.
Artículo 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.
Artículo 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
Estos artículos no garantizan por sí solos el libre movimiento de las personas, cuyo acceso a otros países sigue estando sujeta a las decisiones soberanas de los Estados. Pero implican una interpretación muy restrictiva de todas aquellas medidas relativas a expulsiones o deportaciones de nacionales de terceros países, y desde luego no ampara la externalización de la política de internamientos y de expulsiones practicada con cargo a la ayuda oficial al desarrollo.
Artículo 4 - Prohibición de las expulsiones colectivas de extranjeros
Se prohíben las expulsiones colectivas de extranjeros.
Curiosamente, el protocolo 4 fue firmado por el gobierno español ...el 23 de febrero de 1978. Pero nunca fue ratificado, tampoco en la era del talante. De los cuarenta y siete Estados miembros del Consejo de Europa, falta que entre en vigor en Andorra, Grecia, Reino Unido, Suiza, Turquía y España. Estados que se reservan, pues, no ya el derecho de admisión sino el de expulsión. De todas formas, la vigencia no garantiza su aplicación, como ha demostrado Francia, o recientemente Italia con la expulsión expeditiva de nacionales rumanos, claramente ilegal.
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Dentro del arsenal legislativo que se está preparando para poner los cimientos de una política migratoria común, regresiva en derechos, destaca la futura aprobación de una Directiva relativa a procedimientos y normas comunes para el retorno de los nacionales de terceros países que se encuentren ilegalmente en su territorio ("Directiva de Retorno"), presentada por la Comisión Europea en 2005. La propuesta de directiva pretende armonizar las normas existentes en cuanto al retorno, la expulsión, el uso de medidas coercitivas, el internamiento temporal y el reingreso.
Pero no se trata solamente de "poner orden en casa", y mucho menos de reforzar las garantías de las personas sujetas a procedimientos de expulsión, a pesar de las declaraciones. La propuesta actual consolida a nivel europeo algunas prácticas estatales, y muy especialmente la política de internamiento de los migrantes y la consiguiente estigmatización y segregación de los mal llamados "inmigrantes ilegales".
En efecto, las discusiones en los grupos de trabajo creados tanto en el seno del Consejo como en el Parlamento Europeo (PE) han dado lugar a versiones muy restrictivas de la directiva. Así, la propuesta modificada por la Comisión de Libertades Civiles (sic) del Parlamento Europeo (PE) prevé detenciones de hasta 18 meses para personas que no han cometido delito alguno y establece una prohibición general de retorno a Europa durante un período de 5 años para las personas expulsadas. Es posible que durante la tramitación del proyecto, que por primera vez deberán aprobar el PE y el Consejo en codecisión, se reduzcan un poco estos tiempos. Pero ello no cambiaría en nada la lógica de fondo, y no puede descartarse incluso un endurecimiento de las medidas previstas, visto como han ido las negociaciones hasta ahora.
Por este motivo, numerosas organizaciones (bajo el impulso sobre todo de Cimade, Statewatch y la red Migreurop) están llevando a cabo una campaña en contra de la aprobación de la Directiva en sus términos actuales. En enero de 2008 está previsto que el Parlamento Europeo la apruebe en primera lectura, de modo que se ha organizado una recogida de firmas para enviarlas a los europarlamentarios. Para firmar y obtener más información sobre la propuesta de directiva, pueden acudir a la siguiente dirección:
La "Casa de la Punxa" de Tiana, cerca de Barcelona, presenta hoy una fascinante exposición fotográfica sobre aspectos poco conocidos de la sociedad coreana. El fotógrafo -y amigo- Oriol Casanovas pasó un año en Corea del Sur de la mano de un maestro budista, en un proyecto personal que afortunadamente pudo plasmar en imágenes. Gracias a su maestro, pudo recorrer áreas rurales y costeras poco visitadas, y sobre todo, acceder al interior de los monasterios budistas, auténticos oasis espirituales en medio del desarrollismo capitalista coreano. Destacan, la luz y el movimiento sereno de un mundo cerrado al visitante ocasional, pero también la ternura y la admiración por personas como las mujeres pescadoras de la costa coreana.
La exposición estará abierta sólo hasta el 16 de diciembre. Muy recomendable para quienes vivan por Barcelona y alrededores y, entre compra y compra, quieran escapar por un rato a la locura consumista de estos días.
Si Irak representa el fracaso del unilateralismo estadounidense, de la opción imperialista reasumida por el clan Cheney-Bush, Afganistán nos muestra la crisis del intervencionismo "humanitario" clintoniano-europeo, el multilateralismo otánico inaugurado en 1999 con los bombardeos sobre Serbia. En el fondo ambos son reflejo tanto del irremisible declive de la hegemonía estadounidense como de las dificultades por establecer, por parte de la aristocracia de las grandes potencias, un nuevo orden internacional, una nueva governance global que suceda a los pactos de Yalta (sistema bipolar) y San Francisco (sistema onusiano) que dominaron el período 1945-1991.
La revista The Times publicó esta semana dos mapas filtrados de la ONU, de 2005 y 2007, sobre las zonas vedadas en Afganistán para los trabajadores humanitarios por su peligrosidad, bien porque se trata de zonas con fuerte presencia de insurgentes, talibán o no, o de bandidos, bien porque se trate de zonas donde la ISAF-OTAN desarrolla operaciones militares contra los insurgentes (incluyendo bombardeos indiscriminados).
Fuente: The Times
Los colores (el rojo, situación de riesgo extremo) muestran con claridad el deterioro de la seguridad en buena parte del territorio afgano. No se trata simplemente de una consecuencia lógica del incremento de las operaciones militares de la OTAN desde el primer semestre de este año. El centro de investigación canadiense Senlis Council, think tank favorable a la ocupación militar del país, ha alertado sobre el hecho de que la insurgencia controle cada vez más provincias (sobre todo en el sur y este del país), y de que tenga presencia estable en más de la mitad del territorio afgano. Cada vez son más numerosos los afganos que están más que hartos de la arrogancia occidental y de las masacres provocadas por los bombardeos. Este centro ha publicado otro mapa que muestra la amplitud de los ataques insurgentes en Afganistán y Pakistán, sobre todo en Waziristán, a lo largo de 2007, que han provocado la muerte de cientos de afganos, pero también de 224 soldados de la coalición, la cifra más elevada desde 2001.
Sólo desde la propaganda o desde la ingenuidad cabe interpretar en un sentido unívoco el rechazo en referéndum del proyecto de reforma constitucional propuesto por el presidente venezolano Hugo Chávez. En el "no" encontramos, efectivamente, la oposición golpista, clasista y racista, con vínculos con la derecha republicana estadounidense y la fundación de José Mª Aznar. Pero también contrarios al gobierno desde posicionamientos más o menos democráticos, e incluso algunos partidarios del proceso bolivariano, descontentos con determinados aspectos y contrarios a las reformas propuestas. Muchos de los que apoyaron a Chávez en diciembre de 2006, los famosos tres millones, optaron esta vez por abstenerse.
Desde luego, no puede obviarse la responsabilidad de Chávez en la difusión de esta visión binaria y maniquea de la política, hasta el punto de que el referéndum constitucional llegó a confundirse con un plebiscito sobre su persona. Es verdad que fueron los medios opositores los que vendieron la imagen de un referéndum revocatorio, pero en los últimos días el presidente entró gustosamente en este juego, a sabiendas de que esa era la mejor manera de movilizar a la militancia chavista.
Fortalecido tras las elecciones de diciembre de 2006, la apuesta personal del presidente Hugo Chávez por introducir cambios profundos en el sistema político ha fracasado. Lo cual me lleva a unas primeras consideraciones:
1- La propaganda de la oposición más facciosa y la de los medios corporativos internacionales no se sostiene. Actualmente, el sistema político venezolano es, en términos comparativos, más democrático que el de no pocos países latinoamericanos que hoy gozan de apoyo por parte de los gobiernos europeos y estadounidense (sin ir más lejos, la Colombia de Uribe, campeona en violaciones a los derechos humanos).
2- Una vez admitido el carácter impresentable de estas acusaciones, creo que la izquierda debe emprender de una vez por todas una seria labor de reflexión (auto)crítica, en Venezuela como en otros países. Quienes apoyan el proceso bolivariano como superación democrática del sistema oligárquico y neoliberal que sumió en la pobreza y la exclusión a la mayor parte de la población venezolana, deberían reflexionar sobre los cambios políticos en curso, más allá de la discusión sobre la figura de Hugo Chávez, sin temor a ser calificados de traidores, "sifrinos" (hijos de papá) o cachorros del imperio. El enfrentamiento entre dos conocidos intelectuales (James Petras y Heinz Dieterich, ninguno venezolano), aspirantes a Maquiavelo del príncipe bolivariano, deja mucho que desear. Y la inmensa mayoría de lo que se escribe es una cansina defensa de Hugo Chávez frente a los exabruptos de los medios corporativos, y frente a una siempre inminente amenaza imperialista (que puede llegar a convertirse en el cuento de Pedro y el lobo).
3 - No se trata de un problema de comunicación. Tampoco basta con lamentarse por la corrupción endémica, o denunciar el "chavismo sin Chávez" (expresión con la que se alude a la nueva dirigencia burocrático-militar chavista, que ha crecido en torno a la gestión de la renta petrolera). Resuenan ahora las voces que reclaman purgas internas, en ocasiones al más puro estilo sectario de otras épocas, para expulsar a los corruptos, los arribistas y los "falsos" militantes. La constatación de la diferencia entre la cifra de militantes del nuevo partido unificado chavista, el PSUV, y la cifra de votos obtenidos por el Sí (5.200.000 y 4.380.000 respectivamente), ha llevado a que comience a expresarse públicamente lo que todos sabían: que el PSUV se está convirtiendo en "lo que fue Acción Democrática (AD) en su tiempo: una agencia de empleo, una vía de acceso periférico a cuotas marginales de poder y de recursos, una correa de transmisión de las demandas y de los favores clientelares", en palabras del periodista Marc Saint-Upéry.
4- Lo que se debe debatir seriamente es el "socialismo del siglo XXI", cuyo contenido sigue siendo bastante incierto. Tanto la creación del PSUV como la reforma constitucional constituyen iniciativas presidenciales cuya oportunidad y contenido apenas han sido objeto de discusión. Y lo más destacado de ambas propuestas es un reforzamiento del poder ejecutivo en torno a una figura presidencial carismática, con una concentración de poderes económicos y territoriales, y una fuerte subordinación de los poderes populares a los aparatos del Estado, a pesar de la retórica sobre la democracia participativa y protagónica. Acabar con la corrupción resulta imposible en esas condiciones. De ahí que el sociólogo venezolano Javier Biardeau hable del riesgo de "cesaro-populismo", o de "peronismo a la venezolana", mezclado con elementos del socialismo burocrático "del siglo XX". Esto con independencia de las positivas medidas sociales que recogía la propuesta de reforma.
5- El fetichismo constitucionalista no puede ocultar el hecho de que la reforma constitucional ha sido una iniciativa hecha "desde arriba" (saltándose además los mecanismos previstos en la vigente constitución). No fue una exigencia de las bases populares, como el anterior proceso constituyente. No vale desempolvar el viejo argumento seudomarxista de que en Venezuela no se dan las condiciones objetivas y subjetivas para el cambio. Como denuncia el ex-ministro bolivariano Roland Denis, que se abstuvo, en esta ocasión el pueblo venezolano fue más instrumento que sujeto. Y cuando hablo de "pueblo" me refiero a una realidad político-social más heterogénea y diversa de lo que los panegiristas de la unidad de la Patria quieren reconocer. Además, el hecho de que más de la mitad de la población activa trabaje en la economía informal, debería invitar a una reflexión sobre el papel del Estado y su dependencia de los hidrocarburos.
El periodista Raúl Zibechi, reflexionando sobre los resultados del referéndum, plantea un debate entre miradas:
"En la izquierda laten dos formas de ver el mundo. Un amplio sector sostiene que los cambios en Venezuela comenzaron en 1999 con la llegada de Chávez a la presidencia, y que su figura y el equipo dirigente que lo rodea son la clave del proceso en curso. Otros pensamos que son los sectores populares, que irrumpieron en febrero de 1989 protagonizando el Caracazo, los verdaderos motores del proceso. Y que en ellos está la clave de la continuidad de la revolución, de su eventual profundización y de los rumbos que se tomen en cada momento.
Una parte de ese pueblo bolivariano decidió “dejar pasar la pelota”. Deberíamos aceptar que es una decisión consciente y meditada, y no mera influencia del “enemigo”. ¿Por qué quienes hicieron una insurrección en 1989, hundieron al corrupto sistema de partidos en los 90, frenaron y revirtieron un golpe de Estado en 2002 y derrotaron la huelga petrolera en 2003, habrían de dejarse manipular por el imperio y la oligarquía? La revolución bolivariana seguirá adelante porque el pueblo de los “cerros”, tanto los que votaron Sí como los que se abstuvieron, lo viene decidiendo día a día desde hace ya casi dos décadas."
La opción de un socialismo burocrático y verticalista ha sufrido un serio varapalo. Sus límites han quedado expuestos. La ajustada derrota del Sí debería ser una oportunidad para continuar con cambios verdaderamente democráticos. Que los medios de comunicación sigan distrayendo con el personaje Hugo Chávez. La clave se encuentra en otra parte.
Referencias interesantes
Marc Saint-Upéry, El enigma bolivariano, Revista Archipiélago, Bolivia, octubre de 2007
Mientras Cataluña sufre las consecuencias de la costosa apuesta por el tren de alta velocidad, en Tenerife otro proyecto ferroviario se unirá dentro de poco a la larga lista de desaguisados urbanísticos de la isla.
En 2008 debería comenzar la construcción de una línea férrea de alta velocidad, una obra faraónica que, según cuentan, costará 1.200 millones de euros, aunque el coste final, vistos los precedentes, probablemente duplique o triplique esa cifra. Veinte túneles, treinta y tres viaductos, más de cuatro millones de metros cuadrados de tierras por expropiar. Todo para unir los poco más de setenta kilómetros que separa Santa Cruz de Tenerife de las zonas turísticas del sur de la isla. La línea férrea no va a sustituir el transporte motorizado que actualmente circula por la autopista del sur, sino que se añadirá a los carriles existentes. En buena parte del trazado la línea ni siquiera irá paralela a la autopista, y afectará a áreas naturales y culturales. Se ve que el seco paisaje de la costa del sur de la isla justifica las intervenciones más disparatadas, como si no hubiera ecosistemas que preservar.
Semejante obra pública sólo se explica por la necesidad de seguir dopando con dinero público el sector de la construcción en el archipiélago, que anda algo inquieto ante el fin del boom inmobiliario y la incierta continuación de las ayudas europeas más allá de 2013. Y de paso, a la clase política. El grupo de gobierno del cabildo de Tenerife, formado por Coalición Canaria y el Partido Popular, a la hora de pedir cofinanciación estatal, declara que Tenerife "no va a ser menos que Madrid o Cataluña" (argumento de peso, sí señor). Por su parte, el PSC tinerfeño no ha dudado en apoyar el proyecto y
comprometer el apoyo del gobierno de Zapatero, mostrando una vez más
que los socialistas carecen de un modelo de desarrollo alternativo.
La isla (mal)tratada como un continente, en la feliz expresión del geógrafo Fernando Sabaté Bel, que ha recordado cómo los proyectos de intervención territorial en Tenerife, también los más recientes, hunden sus raíces en el desarrollismo franquista de hace cuatro décadas. No hay más que ver el mapa del plan insular diseñado por la consultora Doxiadis en 1969 (!!), para comprobar la terrible continuidad tanto de las políticas emprendidas como del establishment político que las impulsa, a pesar de la presunta transición democrática y de la evolución en las políticas medioambientales.
El cierre del "anillo insular" (circunvalación de la isla con autopistas), el puerto de Granadilla (la última
manifestación en contra del proyecto tuvo lugar el pasado 24 de noviembre), el proyecto de las Teresitas (último episodio del culebrón, una sentencia firme en contra de la compraventa fraudulenta de terrenos públicos), todo ello aparece en este viejo mapa. Otros proyectos, como la ampliación del aeropuerto de los Rodeos o la tercera terminal del aeropuerto Reina Sofía, no son más que prolongaciones del plan de 1969.
Cierto, no figuraba el tren. Los tecnócratas franquistas no contaban con el ingreso de Canarias en la Unión Europea y el maná de los fondos estructurales y de cohesión. ¿Que dan dinero por las redes transeuropeas del transporte? Pues hala, bienvenidas sean las autopistas, los tranvías, los trenes, los puertos y aeropuertos, aunque no tengan nada que ver con las necesidades reales de los canarios. A pesar de las crecientes protestas, muchos están encantados de estar a la última y no tener nada que envidiar a cualquier gran ciudad europea.
En este punto las ambiciones de los caciques locales concuerdan, desgraciadamente, con la política de infraestructuras de los gobiernos europeos, y con los intereses de multinacionales como la francesa Alstom, una de las principales compañías constructoras de trenes y tranvías del mundo. El proyecto tinerfeño es casi calcado al proyecto de tramtrain previsto para la isla francesa de Reunión, también considerada región ultraperiférica, y cuyas obras también comienzan, oh casualidad, en 2008, año de inicio de la ejecución de los fondos europeos en la vigente programación financiera. Mismo presupuesto (1,3 billones de euros), kilometraje parecido, en Reunión también se multiplicarán los túneles, con el añadido de enormes puentes colgantes que salven los profundos barrancos de la isla (ver video publicitario), sin que tampoco vaya a resolver el crecimiento imparable del tráfico motorizado. Aquí el desarrollismo lleva la etiqueta del Partido Comunista, principal partido político de la isla. En fin...
Veo en France 24 un interesante reportaje de Claire Billet sobre un grupo guerrillero "talibán" en Afganistán. Recomiendo ir directamente al enlace, ya que no he podido insertar el video en mi bitácora.
A principios de noviembre, la joven periodista francesa se adentró en Wardak, una provincia próxima a Kabul, para reunirse con un grupo de talibanes, dirigidos por un tal Abu Tayeb. Con ellos había contactado previamente en diversas ocasiones durante los últimos meses, gracias al trabajo de sus intermediarios e intérpretes locales ("fijadores", "fixers" o "fixeurs", en el argot periodístico). Frente a los tópicos al uso, Claire Billet ha llegado a la conclusión de que ser mujer facilita su tarea, entre otras cosas por la posibilidad de acceder a una parte del país vedada a los hombres: el mundo de las mujeres. Su blog recoge hermosos testimonios sobre la mujer afgana: una visita a los salones de belleza, las difíciles condiciones del parto en las clínicas del país, una reflexión sobre su condición de mujer periodista y occidental...
Abu Tayeb y compañía - Foto: Claire Billet
En la reunión con la veintena de guerrilleros talibán, predomina la cordialidad y el respeto. A pesar del lenguaje cargado de connotaciones religiosas, los guerrilleros sostienen que luchan para expulsar a los invasores. Aquí yihad remite, en el fondo, a una lucha política, algo que nos cuesta entender. Muestran orgullosos sus armas, e incluso le enseñan cómo montar una mina. El único extranjero del grupo es un iraquí que, aseguran, pretende inmolarse en un atentado suicida. Es la única persona que no oculta su rostro, la única que se mantiene en silencio, con la mirada perdida.
Al día siguiente, los guerrilleros mostrarán a la periodista la escuela donde envían a sus hijos, un establecimiento donde estudian 500 niños varones. Para sorpresa de Billet, no sólo estudian religión: también inglés, matemáticas, historia... Las niñas también reciben educación, frente a la política practicada por el gobierno talibán antes de la invasión.
Este tipo de acercamiento (que trata a los talibanes como seres humanos, y no como seres del averno) me parece más atractivo que el habitual seguimiento de fornidos soldados norteamericanos, "empotrado" (embedded) en sus unidades militares, como ha hecho recientemente el español David Beriain en su serie de reportajes para el diario digital ADN. Es cierto que probablemente sea esta la única opción posible que tiene en estos momentos un periodista occidental para moverse fuera de la zona verde de Bagdad, y ya son ganas, pero el precio que se paga es demasiado alto: por más que uno pretenda ser "imparcial" (palabras de David Beriain), el periodista no deja de asumir el punto de vista del ocupante. Permite reportajes realmente interesantes, como el de Obreros y patrones de la guerra, donde se describe la economía que se mueve en torno a una base norteamericana. Pero supone un obstáculo para retratar el drama de los iraquíes, que es lo que falta en la cobertura de nuestros medios de comunicación.
Y esto se nota en los reportajes de Beriain, cuyo estilo narrativo tampoco me parece el más adecuado. A diferencia de la discreta Claire Billet, cuya cámara es más subjetiva, continuamente vemos a Beriain en medio de la "acción", como queriendo demostrar que, efectivamente, estuvo allí. Bravo. Pero faltan voces de iraquíes que se expresen sin que haya estadounidenses delante, inspeccionando su casa. Falta, sobre todo, una explicación de lo que está sucediendo, de los actores del conflicto, que no se remita a los recursos trillados de la propaganda estadounidense, como la etnificación del lenguaje (la "guerra civil" entre chiíes y sunníes, sin distinguir mucho entre los diferentes partidos, milicias y sus relaciones, a veces ambiguas, con el ocupante). Por ello me gustan más sus últimos reportajes sobre el más "tranquilo" Kurdistán iraquí, liberado ya de la protección estadounidense, y con un contenido más costumbrista.
La demanda de otro tipo de información, de historias que nos acerquen más a los verdaderos protagonistas de la guerra, que es también una exigencia moral, explica la proliferación de blogs escritos por periodistas freelance como Dahr Jamail (que acaba de publicar un libro que recopila sus reportajes, con un título revelador: Beyond the green zone: Dispatches from an unbedded journalist in Iraq), o por los propios iraquíes, como Baghdad Burning, en el que una mujer iraquí expresa su rabia -en inglés- contra la ocupación.
Blogs y documentales en inglés, reportajes en francés (Billet) o en español (Beriain), artículos dispersos, informes, libros que recopilan otros artículos, permiten recomponer, con esfuerzo, el complejo puzzle de la tragedia cotidiana de Oriente Medio, a falta de un análisis crítico menos superficial que ponga un poco de perspectiva al maremágnum de datos e imágenes. En todo caso, un magro consuelo para los que no entendemos el árabe (o el pashtún).