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2007/05/09 12:43:28.353000 GMT+2

Lucha de clanes en Argelia

Coincidiendo con la emisión, por parte de la cadena Al Jazeera, de un presunto vídeo de Al Qaeda-GSPC mostrando cómo se preparó el atentado de Al Qaeda, he traducido un extenso artículo de François Gèze, editor de La Découverte, y Salima Mellah directora de la asociación de defensa de derechos humanos Algeria Watch, en el que plantean la hipótesis más verosímil de las que he tenido la oportunidad de leer hasta la fecha: a saber, que el atentado del 11 de abril se enmarca en una lucha de clanes en el interior del núcleo duro del poder argelino.

No soy nada amigo de teorías conspiratorias, y no me hubiera interesado este texto de no ser por el rigor con el que Gèze y Mellah basan su planteamiento. Además, a mí también me sorprendieron determinadas declaraciones por parte de las autoridades argelinas, tanto antes como después del atentado. Especialmente curiosa es la frase atribuida al presidente Buteflika, que los autores leyeron en el diario Liberté, pero que procede originalmente de una entrevista "escrita" que el diario El País realizó al presidente el 13 de marzo, con carácter previo a la visita de los reyes de España.

"P. Los salafistas argelinos se han convertido ahora en Al Qaeda del Magreb y proclaman en Internet sus amenazas. ¿Tenemos los europeos algo que temer?

R. Hay que saber diferenciar entre la realidad y la propaganda y apreciar las cosas en su justa medida. Los europeos lo saben porque están muy bien informados sobre estas cuestiones."

Conociendo un poco la historia reciente de Argelia y los precedentes en la materia, así como el sistema de poder existente en el país vecino, donde toda la información sobre el "terrorismo" está férreamente controlada por los servicios de seguridad argelinos, las dudas que plantean los citados autores son del todo legítimas, y sus acusaciones, más fundadas que las que han esgrimido editorialistas y algún conocido juez.

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Luchas de clanes sobre un trasfondo de conflictos geopolíticos  

por François Gèze y Salima Mellah, Algeria-Watch, 21 de abril de 2007  

La opinión pública argelina, como todo aquel que intente resistir al rodillo compresor de la desinformación producida por el DRS argelino (los servicios secretos del ejército), no puede creerse a pies juntillas la atribución de la responsabilidad de los atentados del 11 de abril de 2007 en Argel a la « Organización de Al-Qaeda en los países del Maghreb árabe  (ex-GSPC), como hacen la mayoría de los medios occidentales. En este artículo, basado casi exclusivamente en un análisis riguroso de « fuentes abiertas » - por tanto al alcance de todos los observadores serios - mostramos que los responsables de estos atentados sólo pueden pertenecer a los más altos círculos del poder argelino, en manos de un puñado de generales.

Este trágico acontecimiento constituye, por tanto, una etapa importante en la exacerbación de la lucha de clanes en el seno de la « cúpula » militar mafiosa que dirige el país, que ha conducido a algunos « responsables » a recurrir de nuevo a la instrumentalización de la violencia « islamista ». Esta exacerbación se explica por la conjunción de cuatro factores principales : a) el cuestionamiento de la alianza estratégica con los Estados Unidos, ligado a los cambios radicales en las relaciones de fuerzas geopolíticas (ascenso de Rusia y China, etc. ); b) el extraordinario crecimiento de la renta petrolífera y gasífera vinculada a las subidas en los precios de los hidrocarburos, que ha agudizado los apetitos financieros de los clanes en presencia; c) la profunda crisis social que ha arrasado el país (miseria y paro crecientes, revueltas continuas …) ; d) la enfermedad del presidente Abdelaziz Buteflika, condenado a más o menos corto plazo, lo que obliga a renovar la fachada civil del poder real, según nuevos equilibrios difíciles de encontrar.


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Desde hace años, los medios occidentales blanden la amenaza de un GSPC (« Grupo Salafista para la Predicación y el Combate ») susceptible de golpear en Europa. Con el anuncio, en enero de 2007, de su transformación en la « Organización de Al-Qaida en el país del Maghreb islámico », la percepción de la peligrosidad de esta extraña organización sólo podía reforzarse. Inmediatamente reivindicados por el GSPC, los terribles atentados de Argel del 11 de abril de 2007 han vuelto a lanzar la voz de alarma: presentados como atentados suicida dirigidos contra el palacio del gobierno y la sede de la “División Este” de la Policía en Bab Ezzouar, provocaron treinta muertos y más de doscientos heridos.

Particularmente en Francia, periodistas, universitarios y expertos en seguridad inician entonces una escalada: quién establecerá de manera más convincente los lazos entre el GSPC y la nebulosa internacional de Al Qaeda. Si bien se perciben algunos matices en el análisis, todos estos « especialistas » comparten la certeza de que se trata sin duda de una acción terrorista cometida por islamistas opuestos al régimen argelino y que obedecen a las instrucciones de los jefes de Al Qaeda. Los pocos elementos que confirman esta tesis son amplificados, mientras que las numerosas zonas de sombra se ocultan a propósito. Se erigen como prueba irrefutable los comunicados del GSPC, aunque nada permita certificar su autenticidad. Otra prueba igualmente aleatoria: el modus operandi. Atribuidas a “kamikazes”, se nos dice que estas operaciones no formarían parte de la tradición jihadista argelina, lo que probaría la implicación de Al Qaeda.

En Occidente, la pretendida afiliación del GSPC à Al-Qaida no ha suscitado ningún interrogante desde que el número dos de Al-Qaida invitara al GSPC a que se uniera a la organización y que aquel renovara su juramento de fidelidad a la “Internacional jihadista” en septiembre de 2006. Desde hace años, en Argelia la colusión entre estas dos entidades se ha evocado regularmente por la prensa.  Y a pesar de los escasos indicios, como el de un supuesto emisario yemenita que habría venido a Argelia en 2002 para dar el aval de Al Qaeda a la organización local antes de encontrar la muerte en una emboscada (1), desde entonces gran parte de la prensa argelina ha continuado divulgando esta idea como una evidencia.  

Una sorprendente minimización del « terrorismo islamista ».  

Pero curiosamente, desde hace algunos meses, algunos periódicos argelinos francófonos, pese a estar condicionados por más de quince años de propaganda a denunciar de manera virulenta a las « hordas islamistas » en Argelia, no tienen ya la misma elocuencia para agitar la amenaza de la aparición de Al Qaeda en Argelia.  Después de cada atentado perpetrado estos últimos meses, los comentadores se han preguntado quiénes eran los verdaderos responsables.  Así, Mohamed Zaaf, del Jeune Independant, después de la serie de atentados que afectaron al país en febrero de 2007, constataba: « Pero de Al Qaeda sólo conocemos como reales las voces grabadas. Desde el anuncio de la tutela, el GSPC obedece por tanto a las voces y densifica sus actividades con la apertura del proceso de la corrupción.  El GSPC había amenazado con atentar contra Francia y los intereses franceses. Sin embargo, pilló a todo el mundo a contrapié. Porque los intereses que habían sido afectados en realidad, son los intereses americanos, cerca del Club de Pinos, y los intereses rusos en Hayoun (2)

Todavía más sorprendente es el hecho de que ciertos dirigentes políticos argelinos - que durante años intentaron convencer a sus socios occidentales de la amenaza islamista y de sus lazos con la organización internacional- hayan reaccionado más bien tímidamente a los últimos atentados cometidos por un GSPC sobre cuya fidelidad a Al Qaeda nadie dudaba en Europa. ¿No hemos visto a un Yazid Zerhouni, ministro del Interior, declarar tras el atentado cometido el 10 de diciembre de 2006 contra un autobús que transportaba trabajadores de la empresa americano-argelina BRC  (Brown Root and Condor), que un comunicado firmado por el GSPC que  circulaba en Internet se trataba sólo de un “documento”? Precisaba que « la investigación […] está en marcha. No se descarta ninguna pista por el momento. Sólo las investigaciones que llevan a cabo los servicios implicados pueden afirmar con precisión quiénes son los responsables de este crimen (3). En cuanto al atentado cometido el 3 de marzo 2007 contre un autobús que transportaba principalmente trabajadores rusos de la compañía Stroitransgaz, apenas ha sido mencionado en los medios de comunicación, cuando se trataba del primer ataque mortal contra extranjeros desde que el GSPC se hubiera transformado el 24 de enero de 2007 en la « Organización de Al Qaeda en los países del Maghreb islámico ».

El 14 de marzo de 2007, el presidente Buteflika declaraba en una entrevista: « Se cometen todavía actos terroristas de vez en cuando. Estos actos son de hecho actos de bandidaje. No tienen nada de ideológico. Nos consagramos a combatirlos para ponerles un término definitivo.”  Cuando el periodista le pregunta si los europeos deberían tomarse en serio las amenazas de un GSPC que hace alarde de ambiciones regionales, el presidente argelino respondió: “hay que saber diferenciar entre la realidad y la propaganda, y apreciar las cosas en su justa medida. Y los europeos lo saben, que están bien informados sobre estas cuestiones (4). » Lejos de testimoniar la convicción del presidente de la existencia de una amenaza excesiva, estas palabras dejan entender más bien que sospecharía que los europeos (¿u otros?) lo instrumentalizan.  

Señalemos igualmente que un periodista argelino, Mounir B., « experto en terrorismo », conocido por su proximidad con el DRS (los servicios secretos del ejército), afirmaba poco más de un mes antes de los atentados del 11 de abril: « las autoridades argelinas no se mostraron particularmente inquietas hasta la última serie de atentados en Cabilia. “El GSPC cambió de nombre, pero para nosotros nada ha cambiado”, declaró el ministro del Interior ». No estaba del todo equivocado. La relación de fuerzas sobre el terreno no ha cambiado en favor de los grupos terroristas. Éstos son todavía débiles numéricamente, muestran grandes dificultades para aprovisionarse y renovar su armamento (5) . » Y además, desde hace meses la mayoría de los periódicos argelinos se hacen eco del éxito de las ofensivas militares en curso en las diferentes regiones del país, mientras que las dificultades de acción del GSPC versión Al Qaeda son puestas continuamente de relieve. Las fuerzas de seguridad habrían capturado numerosos hombres armados, lo que les permitiría obtener importantes informaciones sobre la evolución de los grupos activos. Sin embargo, el recuento de los atentados muestra bien un recrudecimiento de la actividad de los grupos armados estos últimos meses, pero su importancia es a menudo minimizada, en particular su supuesta relación con Al Qaeda (6) .

Objetivos americanos sobre los hidrocarburos de Argelia y del Sahel  

¿Por qué entonces esta diferente opinión proveniente de Argel? ¿Por qué este tono menos alarmista? Cuanto más amplifican los occidentales su percepción de la amenaza, más la reducen los funcionarios argelinos. ¿Qué sugiere Yazid Zerhouni cuando declara al día siguiente de los atentados del 11 de abril de 2007 que « no hay que excluir que haya otros intereses que no quieran ver al Estado argelino reponerse, reestructurarse y funcionar de manera más eficaz (7)  »? ¿Y El Watan no responde en parte a esta cuestión al preguntarse, de manera muy sorprendente por parte de un periódico que, hasta entonces, no había dejado de felicitarse del recalentamiento de las relaciones americano-argelinas : « El Maghreb, principalmente Argelia, está a punto de ser víctima de las luchas geopolíticas que se libran los Estados Unidos y Francia por medio del terrorismo islámico (8)  ? » El artículo concluía: « A este juego solapado parece acomodarse perfectamente la red Al Qaeda que, en realidad, trabaja, conscientemente o no, por los intereses geopolíticos americanos. Este miedo sabiamente mantenido por el terrorismo islamista, y sobre todo por la red Al Qaeda, les permite legitimar la nueva configuración del mundo, sobre todo el Gran Medio Oriente que ellos acaban de decidir. »

De hecho, este razonamiento tiene cierta razón de ser frente a la voluntad de los americanos de reforzar su presencia económica y militar en África del Norte en general y en Argelia en particular. La intensificación de las relaciones entre los Estados Unidos y Argelia se remonta al periodo de la presidencia de Liamine Zéroual (1994-1998), pero la « luna de miel » conoció su apogeo en 2003-2006 con muy numerosas visitas bilaterales a todos los niveles del Estado y de la sociedad, siendo los más visibles las de Donald Rumsfeld en febrero de 2006 y de Dick Cheney en abril del mismo año. La cooperación energética entre los dos países ha sido calificada de «  muy densa », y los Estados Unidos se han convertido en el primer cliente de Argelia con compras de más de 11 mil millones de dólares en 2005, casi exclusivamente constituidas de hidrocarburos (9) .

Pero Argelia es uno de los países contemplados por las empresas americanas y las inmensas reservas de hidrocarburos no explotadas en el Sahel parecen dictar a Washington su estrategia de seguridad en esta región. De forma más clara que en otras partes, la « Guerra Global contra el Terror » que lleva a cabo la administración Bush es indisociable de la investigación de un acceso garantizado a los recursos energéticos locales. Y para asegurarlo, el Pentágono afirmó su objetivo de implantar rápidamente en África un comando regional del ejército americano (Africom), que permitiría el control de los ejércitos locales.

Es tras el secuestro de los turistas europeos a principios de 2003 en el Sahara argelino por un comando presentado como perteneciente al GSPC que los americanos, en virtud de su nueva concepción geoestratégica del « Gran Medio Oriente », han previsto que Argelia se convertiría en un « Estado base ». No sólo el ejército argelino participa desde entonces en diferentes maniobras militares organizadas por el ejército estadounidense y de la OTAN, la propia existencia de una base militar secreta en la region de Tamanrasset no deja lugar a dudas (10) . El país ha sido integrado también en la « Iniciativa Pan-Sahel », convertida a principios de 2005 en la « Iniciativa transsahariana de lucha contra el terrorismo (TSCTI) », destinada a incluir en una estrategia militar americana a países como Argelia, Chad, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Senegal, Nigeria y Túnez. Los objetivos americanos se concretaron en junio de 2005 durante los ejercicios conjuntos bautizados « Flintlock 2005 », dirigidos por el comando de las fuerzas americanas basadas en Europa.  

« Lucha antiterrorista» y « buen gobierno » son los eslóganes del momento. La acción militar se está dotando de su equivalente político, y el país ha sido incluido en la “Iniciativa de asociación con el Medio Oriente” (MEPI), que prevé entre otras cosas la asistencia a las reformas políticas, el refuerzo del papel de las mujeres, de la juventud y de la sociedad civil. Cooperación militar y económica y programa de asistencia a las reformas políticas son dos caras de una misma medalla (11) .

Ahora bien, de los nueve países incluídos en la estrategia saheliana, explicaba en julio de 2005 el experto petrolero argelino independiente Hocine Malti, siete « poseen reservas más o menos importantes de petróleo. Nigeria posee reservas probadas de 31,5 mil millones de barriles, Argelia de 11,8 mil millones, El Chad, actualmente, mil millones (el país está en los inicios de la aventura petrolera), Senegal posee 700 millones de barriles, Túnez 308 millones, Níger 300 millones y Mauritania 200 millones. Alrededor de estos países, encontramos otros que son igualmente ricos en petróleo; Libia tiene reservas probadas de 38 mil millones de barriles, Sudán tiene 563 millones, mientras que el Sahara Occidental tiene un subsuelo muy prometedor (12)  ».

El espantajo del GSPC

La amenaza de un GSPC activo no solamente en Argelia pero « extendiendo sus tentáculos » a los confines del Sahara hacia el sur parecía desde hace algunos años ser la preocupación de todos los países implicados (13) . Del lado americano, esta amenaza constituía un pretexto soñado para justificar su presencia militar en la región. Del lado del poder argelino, ha justificado el desarrollo de la cooperación en materia de seguridad con los Estados Unidos: ésta le ha ayudado considerablemente a salir de su aislamiento de los años 1990, a liberarse de una Francia demasiado implicada en los tráficos y en las manipulaciones argelinas, pero sobre todo a pasar la página de los “años de sangre”, durante los cuales las fuerzas del orden de todo tipo cometieron crímenes contra la humanidad - cuyos responsables se han visto desde entonces absueltos de facto por la primera potencia mundial, al convertirse en un « modelo de la lucha eficaz contra el terrorismo (14)  ».

Pero entonces, ¿por qué el extraño viraje desde 2006 de una parte de la prensa argelina frente a la « amenaza del GSPC », en vísperas de los atentados particularmente mortíferos cometidos por este último? Para responder a esta cuestión, es indispensable volver primero a la génesis de esta organización, en la que numerosos indicios concordantes muestran que es en realidad un instrumento del principal clan del poder argelino – el de los jefes del DRS –, que ha sido igualmente el promotor del acercamiento con los Estados Unidos.

Por supuesto, ello no excluye la persistencia de pequeños grupos armados verdaderamente autónomos y reclamándose del islam para combatir las fuerzas de seguridad bajo la « etiqueta GSPC », como es sin duda el caso del maquis del norte de Constantina o del Ouarsenis : aunque sean ultra-minoritarios, la situación social es tan grave que no faltan jóvenes desesperados que elijan la lucha armada (mientras que muchos otros eligen la opción igual de aleatoria de los harragas , las embarcaciones de fortuna empleadas para llegar a Europa). Pero otros « maquis GSPC », sobre todo en Cabilia, si atraen también - y cada vez más estos últimos meses - a jóvenes dispuestos a sacrificar su vida, parecen más bien ser muestra del « modelo GIA » de finales de los años 90, en los que « emires » agentes del DRS arrastraban a inconscientes en acciones terroristas contra la población. En cuanto al nuevo terrorismo urbano atribuido al GSPC, teniendo en cuenta la extraordinaria imposición de la división policial en zonas, es simplemente inconcebible que no sea un instrumento del DRS. Y muchos otros elementos atestiguan que la transformación progresiva del GSPC en « rama armada » de Al Qaeda en Argelia (luego en el Maghreb) es el fruto de una pura construcción de los “servicios” argelinos.

Según las « fuentes de las fuerzas de seguridad » regularmente citadas por la prensa argelina (a saber el DRS, fuente de hecho exclusiva de todas las informaciones sobre el « terrorismo islamista » en Argelia), el GSPC adquirió una dimensión regional  bajo el impulso de Amari Saifi, apodado « Abderrezak El-Para », quien habría organizado el secuestro de los turistas europeos en enero de 2003. Ahora bien, Amari Saifi, antiguo paracaidista y ex guardaespaldas del general Khaled Nezzar, sólo había estado hasta entonces en el este del país, en la región de Tébessa, donde el GSPC se había implicado principalmente en inmensos tráficos de contrabando y de droga del mismo modo que  -¿o en colusión con?-  altos responsables del DRS (15) . Tras una fuga de veinte meses, de los cuales ocho con los rehenes, a finales de octubre de 2004 fue devuelto a las autoridades argelinas, que después lo mantendrían preso.

Sin embargo, curiosamente es « en rebeldía » (en ausencia del imputado) que Amari Saifi fue condenado en junio de 1995 a cadena perpetua por el tribunal penal de Argel por « creación de un grupo terrorista armado » (16) . Y, de manera aún más rocambolesca, mientras se suponía que estaba todavía detenido en una prisión argelina, debía ser de nuevo juzagado por el mismo motivo en marzo de 2007 por el mismo tribunal– durante un proceso finalmente aplazado –, pero siempre… ¡ en rebeldía ! El motivo absurdo oficial de esta asombrosa mascarada judicial era que "los procedimientos judiciales realizados en el marco de este asunto empezaron antes de que Abderrezak el Para fuera entregado a las autoridades argelinas y, por tanto, considerado como si estuviera en fuga (17) ». Lo más extraño de este asunto, es que ninguno de los estados europeos cuyos nacionales habían sido secuestrados pidiera su extradición o al menos su audición. Durante una visita en Argelia en enero de 2007, el secretario de Estado alemán de Seguridad, August Hanning, declaraba así en una entrevista: « Nosotros ya no le [Abderrezak al-Para] reclamamos. Según mis informaciones, está en manos de las autoridades argelinas. Ha sido juzgado y condenado por actos cometidos en Argelia (18) . » Palabras de lo más sorprendentes, pues El Para no había sido todavía juzgado por el secuestro de los treinta y dos turistas (de los cuales una falleció durante el secuestro).

Este episodio inverosímil no ha sido destacado por ninguno de los grandes medios de comunicación franceses y occidentales. Demuestra, sin embargo, junto con muchos otros indicios (19) , que el « Para » sólo puede ser un agente del DRS, propulsado por sus jefes a la cabeza del GSPC. Otras « figuras emblemáticas » de este grupo por lo menos enigmático son también evocadoras: Nabil Sahraoui, presunto « emir » del GSPC hasta su neutralización en junio de 2004, habría formado parte de los elementos del GIA que organizaron la famosa evasión de 1 200 presos de la prisión Tazoult en marzo de 1994, operación que se estima que fue ordenada por el DRS tanto para liquidar a los islamistas como para infiltrar los maquis (20) . Según el comunicado militar que atestiguaba la muerte del émir en junio de 2004, algunos de sus colaboradores más importantes habrían sido también asesinados al mismo tiempo (21) . Ahora bien, ocho meses más tarde, la prensa argelina anunciaba que uno de estos tenientes asesinados, Abdelmalek Droukdel, habría sido designado como sucesor de Nabil Sahraoui a la cúpula del GSPC (22) . En mayo de 2005, la misma prensa anunciaba de nuevo la eliminación de Droukdel (23) . Poco después, era de nuevo « resucitado » a la cabeza del GSPC, puesto que el ocuparía siempre hasta hoy… Este circo mediático, que sólo sirve para alimentar la confusión, recuerda evidentemente el caso de los « emires nacionales » del GIA Djamel Zitouni y Antar Zouabri, también muertos y resucitados varias veces según las « fuentes de seguridad » y de los que se ha sabido después que eran agentes del DRS (24) .

Otra coincidencia notable: el 4 de junio de 2005, a dos días de las maniobras militares « Flintlock » ya mencionadas, organizadas en el Sahel bajo la égida del ejército norteamericano, el cuartel mauritano de Lemgheity, cerca de la frontera con Argelia, es atacado por un supuesto comando del GSPC. Es el bautismo de fuego de un tal Mokhtar Belmokhtar, presentado como el « émir » de la zona Sur, afiliado a Al-Qaida. El ataque del grupo armado tuvo lugar en la misma región donde, del 6 al 26 de junio de 2005, participaron en los ejercicios más de 3 000 soldados de ocho países africanos, incluyendo Argelia. Ciertamente, no es casualidad que el cuartel de Lemgheity esté situado en una zona que se supone que alberga importantes reservas de petróleo: en la cuenca de Taoudenni, las sociedades petroleras compiten entre ellas para la obtención de derechos, en particular la americana Woodside y la francesa Total (25) .

Según la prensa argelina de la época, todas estas operaciones serían obra del  GSPC, grupo que tomó en 1998 la sucesión del GIA después de haberse distanciado del mismo por las masacres cometidas por estos contra los civiles. Es verdad que la mayoría de las acciones atribuidas al GSPC se han dirigido contra patrullas militares, guardias comunales o milicianos. Pero, mientras los medios y los políticos argelinos se entienden para anunciar regularmente la práctica derrota del grupo debido a las defecciones y a los golpes recibidos por el ejército (26) , es a partir de la primavera de 2006 que se repiten los anuncios de la vinculación del GSPC a Al-Qaida – siempre según las « fuentes de las fuerzas de seguridad » o según los sitios web del GSPC, cuya autenticidad no puede ser verificada – y que los atentados bomba espectaculares se multiplican contra las comisarías y las brigadas de gendarmería, pero también contra objetivos civiles.

Lo que llevaba a la revista Risques Internationaux a escribir en diciembre de 2006: « Hoy como ayer, la mayoría de los grupos afiliados al GSPC han sido infiltrados por el DRS. El comando del GSPC, bien conocido del DRS según los desertores de los servicios argelinos, evoluciona sin inquietud, sobre todo en la Mitidja Este, en Mizrana, en Khemis Khechena y en Boumerdès. Durante mucho tiempo, la mayor parte de las reuniones de los miembros influyentes del GSPC han sido organizadas en Sid Ali Bounab, un lugar bien conocido del DRS, pero nada se ha hecho para decapitar este grupo armado, antes al contrario. Según uno de nuestros interlocutores: “Lo que pasa actualmente en Argelia, en particular la multiplicación de los atentados, de las emboscadas dirigidas contra los militares, es revelador de los objetivos y de las intenciones del DRS. La provocación operada por el DRS está camino ahora de llevar a Argelia a los sangrientos años 1990” (27) . »

La afiliación del GSPC a Al-Qaida se selló por las palabras filmadas de Ayman Al-Zawahiri, considerado el número dos de esta última, con ocasión del 11 de septiembre de 2006, declarando la unión entre las dos organizaciones. A la cual seguirá, el 24 de enero de 2007, el anuncio del cambio de denominación del  GSPC en « Organización de Al-Qaida en los países del Maghreb islámico ».

La hegemonía de los jefes del DRS debilitada

¿A qué lógicas responde esta instrumentalización de un grupo terrorista por los jefes del DRS? Antes de intentar responder a esta pregunta, es importante recordar que, desde los años 80, la realidad del poder en Argelia está en manos de los generales que controlan el ejército y los servicios secretos (la Seguridad Militar, convertida en DRS en 1990) y que el presidente y los civiles del gobierno no constituyen sino una fachada seudodemocrática, sin poder real. Desde este periodo, los generales miembros de esta « cúpula » estaban afiliados a los diferentes clanes de contornos variables. A veces opuestos entre ellos en sórdidas luchas por el control de las riquezas del país, sin embargo nunca cuestionaron su unidad, como muestra su compromiso sin fisuras en la "guerra sucia" de "erradicación del islamismo" de 1992 a 1998, conducida en realidad contra la inmensa mayoría de la sociedad  (28) .

Ahora bien, y es éste un punto esencial sobre el cual están convencidos justificadamente la mayoría de los argelinos, se trató de una guerra muy singular, marcada por la instrumentalización de la violencia  islamista por los jefes del DRS. Controlando a partir de 1995 lo esencial de los famosos GIA (gracias a « emires » retornados o a agentes infiltrados), les han utilizado a la vez para aterrorizar a la población y para dirigir, por medio de masacres de civiles interpuestas, "mensajes" a aquellos adversarios en el seno del poder que buscaban debilitar. Es lo sucedido durante los años 1996-1998: las grandes masacres perpetradas por los « grupos islámicos del ejército» sirvieron entonces a desestabilizar el clan del presidente Liamine Zéroual (29) .

Tras la dimisión forzada de este último, la intensidad del "terrorismo islamista" disminuyó de forma brutal, porque los conflictos internos en el seno del poder se redujeron bastante: numerosos elementos indican que, efectivamente, es el clan controlado por el jefe del DRS, el general Mohamed « Tewfik » Médiène (67 años), y su adjunto el general Smaïl Lamari, el que ha prevalecido a lo largo del tiempo. Actualmente, estos dos hombres ocupan todavía su puesto desde…septiembre de 1990 (¡casi 17 años!), mientras que la mayor parte de los demás jefes del ejército han sido arrinconados (30) . Y a principios de los años 2000, han blindado los puestos claves del DRS manteniéndose en ellos o colocando a sus hombres, algunos de los cuales han estado al frente de la « gestión » de la tortura y del terror durante los años de la « guerra sucia ». Por citar sólo unos pocos: la DCSA (Direction Central de Seguridad del Ejército) está dirigida desde entonces por el general Mhenna Djebbar, cuya terrible reputación a la cabeza del CTRI de Blida (principal centro de tortura del DRS) de 1990 a 2001 le permite « contener » a los oficiales del ANP ; el general Athmane « Bachir » Tartag, antiguo jefe de otro centro de tortura, el CPMI, de 1990 à 2001, también ha sido promovido; el general Rachid Laalali, alias « Attafi », dirige todavía la DDSE (Dirección de Documentación y Seguridad Exterior), encargado principalmente de la gestión de la acción psicológica y de la desinformación, en Argelia como en el extranjero.  

Es también bajo el estrecho control del jefe del DRS que el presidente Buteflika fue « elegido » en abril de 1999 y « reelegido » cinco años más tarde. Es igualmente bajo su control que se desarrolló la estrategia de acercamiento con los Estados Unidos (en detrimento de Francia), estrategia que ha permitido a estos dos generales y a su gente de confianza realizar jugosos negocios secretos con algunos grandes grupos petroleros americanos. Y son también – recordémoslo – las convergencias de intereses entre ambos países en materia de lucha contra el terrorismo las que han permitido a Argelia salir de su aislamiento.

Pero desde 2006, parece que esta hegemonía de los generales del « clan Tewfik » se ha fragilizado. En el plano interno, no han podido alcanzar su objetivo de una « salida de crisis » que habría permitido instaurar de forma duradera un nuevo modo de poder y de « gobernanza social » que les asegure al mismo tiempo la impunidad de sus crímenes contra la humanidad cometidos durante los años 1990, una relativa paz social y la certidumbre de mantener (en su provecho y en el de sus hijos) el pillaje organizado de los recursos naturales del país (principalmente por medio de comisiones ocultas sobre los intercambios comerciales).

Desde luego, la « autoamnistía » organizada por los textos de aplicación (adoptados en febrero de 2006) de la «  Carta por la paz y la reconciliación nacional» ha asegurado provisionalmente la impunidad de los jefes del ejército: ha sido admitida sin contestación por la « comunidad internacional », cuando viola abiertamente todos los textos de derecho internacional en la materia y la propia Constitución argelina (31) . Pero esta impunidad sigue siendo frágil, desde el momento en que las familias de las víctimas – a imagen de las « locas de mayo » argentinas – continúan movilizándose por la verdad y la justicia, a pesar de todas las persecuciones y manipulaciones.  En cuanto al frente social, el fracaso es absoluto: la degradación de las condiciones de vida de una gran mayoría de argelinos es tal que las revueltas han llegado a ser casi cotidianas desde 2003; y el mantenimiento de un « terrorismo residual » del GSPC para enfrentarlas aterrorizando a la población ya no parece ser suficiente.  

La estabilidad económica, en fin, garante de las rentas de la corrupción, ya no está asegurada: la economía real está siniestrada, fuera del sector de los hidrocarburos, donde se concentran las inversiones extranjeras. Y desde este punto de vista – he aquí el elemento nuevo y esencial –, para los generales de la cúpula militar (y sus aliados civiles) de todos los clanes, el interés de la alianza estratégica con los Estados Unidos se ha reducido claramente y ha sido cuestionado.  

Cuestionamiento de la alianza estratégica con los Estados Unidos  

La primera razón de este giro es la explosión de los precios de los hidrocarburos, que han aumentado de manera vertiginosa los recursos de Argelia, que dispone ahora de unos 100 mil millones de dólares de reservas en divisas. La enormidad de este pastel ha exacerbado el apetito de los clanes de la cúpula: algunos de ellos, sin duda alguna ligados a las redes de la « Françalgérie » y usando la figura declinante del presidente Buteflika (más marioneta que nunca) comenzaron a contestar la dominación del « clan Tewfik ». Segunda razón: todos los clanes han tenido en cuenta la nueva situación que representan las debacles americanas en Iraq, en Afganistán y en Líbano, el rechazo de países como Venezuela o Irán a plegarse a las reglas del gendarme mundial, así como el ascenso de Rusia y China; elementos que muestran que la subordinación a la política americana no es necesariamente la única opción posible.  

De ahí, al término de duros debates, el viraje de los « responsables » en la sombra, ratificado por el gobierno en julio de 2006, en relación con la « ley sobre los hidrocarburos » adoptado en abril de 2005. Ésta era considerada por numerosos observadores como una verdadera liquidación de las riquezas naturales: preveía otorgar a las grandes compañías petroleras, americanas en particular, ventajas considerables, yendo incluso hasta abandonar en la práctica la propiedad del subsuelo al mejor postor. Hocine Malti se preguntaba entonces, de forma totalmente justificada, sobre la anulación (muy mal acogida en Washington) de las cláusulas más conflictivas de esta ley: « ¿Cuál ha sido el papel de la mafia político-financiera en todo este embrollo? Se dice en los círculos empresariales, que a partir del momento en que la ley 05-07 garantizaba a las empresas extranjeras una participación mínima del 70 % sobre toda parcela que  codicien, el papel de los padrinos argelinos, aquellos quienes desde hace tiempo meten sus zarpas en el sector petrolífero, aquellos que consideran este sector como su propiedad personal, aquellos que sólo permiten la participación de sociedades x o y si vienen a "escupir en su cazoleta”, estos padrinos verían disminuir su papel considerablemente, incluso desaparecer totalmente. Entonces, bajo la cobertura del patriotismo económico, habrían hecho campaña por un retorno al sistema que les ha permitido introducir en Argelia tal o cual compañía petrolífera y acumular así fortunas considerables (32) . »

Igualmente, en el plano militar estos « responsables » comenzaron a tomar sus distancias en relación con la superpotencia mundial. Las especulaciones alrededor de la habilitación de una base militar estadounidense o de la OTAN se han cortado de golpe con el claro rechazo del ministro de Asuntos Exteriores – expresado en la radio argelina el 3 de marzo y reiterado algunos días más tarde ante el general Raymond Hénault, presidente del Comité Militar de la Alianza Atlántica. Esta declaración no contradice necesariamente la realidad de la existencia de dicha base. Pero muestra que aquellos que tiran los hilos del gobierno buscan ahora, en su mayoría, desmarcarse –al menos verbalmente, de una orientación claramente pronorteamericana. Esta posición concuerda con el rechazo expresado a una integración de Argelia al proyecto de creación de un comando general en África (Africom) previsto para septiembre de 2007 (según una declaración del ministerio de defensa, Argelia sólo habría enviado un oficial superior del ejército –y no su jefe de estado mayor – al encuentro organizado a principios de marzo en Dakar por el comandante en jefe de las fuerzas americanas en Europa  (33) .)

Enfin, desde 2005, asistimos a un espectacular estrechamiento de relaciones con Rusia, que se ha convertido en el plano militar en el primer socio estratégico de Argelia, con un contrato de compra de armas de más de 15 mil millones de dólares (34) . Un escándalo (éste no mediatizado) ha contribuido, por otro lado, al estrechamiento de las relaciones militares con Rusia, en detrimento de los Estados Unidos: durante el verano de 2006, los servicios de información militares rusos revelaron a los jefes del DRS el trucaje, por parte de los servicios americanos, de los sistemas de comunicación sofisticados comprados a los Estados Unidos por la firma Brown & Roots Condor por cuenta del general del estado mayor. Según el periodista independiente Madjid Laribi, quien reveló el asunto, estas « valijas de comando », que permiten asegurar y controlar todas las comunicaciones militares, estaban en realidad « permanentemente conectadas con los sistemas de inteligencia electrónico estadounidenses e israelíes (35)  » !

Pero el acercamiento con Rusia – discretamente aprobado por Francia – se manifiesta igualmente en el plano económico: las grandes compañías petroleras y gasíferas rusas (Gazprom, Lukoil, Rosneft, Stroytransgaz...) desarrollaron (o proyectan hacerlo) asociaciones con Sonatrach para la explotación de los hidrocarburos argelinos, hasta entonces una presa (casi) reservada a las firmas americanas (36) . Y el proyecto de una « OPEP del gas » alrededor de una alianza argelino-rusa ha saltado en los titulares de estos últimos meses (sobre todo durante la reunión del Foro de países exportadores de gas que tuvo lugar en Doha en abril de 2007), aunque todavía queda por concretar (37) .

La exacerbación de la lucha de clanes  

Este contexto explica la exacerbación en el seno del poder argelino de las luchas de clanes por el reparto de las riquezas. Desde 2006, esta lucha se ha manifestado de numerosas maneras. Testimonio de ello es, por ejemplo, el tenebroso « affaire Zendjabil » – que evidentemente se ha quedado sin continuación –, que saltó a la primera plana de la prensa argelina en el otoño de 2006. Después de la rendición de este « barón de la droga » responsable de importantes tráfico en el Oranesado, veremos, algo extraordinario, a la periodista Salima Tlemçani – conocida por su cercanía con el general Tewfik y, más recientemente, del jefe de la policía Ali Tunsi – cuestionar en El Watan al antiguo jefe de la 2ª región militar, el poderoso Kamel Abderrahmane, como el verdadero responsable de estos tráficos (38) .

Pero sin duda es el GSPC, o al menos la cómoda etiqueta que representa, el que ha sido desde 2006 el instrumento privilegiado de los « mensajes » más o menos sangrantes que se remiten los diferentes clanes del poder, restableciendo de este modo las « costumbres » de la gestión de crisis de los años 1990, sin que sea todavía posible discernir qué clan está detrás de tal o cual acción – el del general Tewfik dispone sin ninguna duda de una gran ventaja gracias al control que ejerce desde hace tiempo sobre las « tropas » de GSPC.

Un caso ejemplar es el del atentado cometido el 10 de diciembre de 2006 en Bouchaoui (cerca de Argel) contre un autobús que transportaba trabajadores de la sociedad Brown Root & Condor (BRC). El lugar (ultra-protegido) y las circunstancias de este ataque indican que sus responsables fueron a buscar en un lugar distinto a los maquis de Boumerdès (supuesto feudo del GSPC). Creado en 1994, BRC es una joint-venture entre Sonatrach (51 %) y la estadounidense Kellogg Brown & Root (49 %, filial « ingeniería » de Halliburton), en la cual estaría fuertemente implicado el alto comando del DRS. Se hablaba mucho de esta sociedad en la prensa desde hacía algunos meses por medio de filtraciones orquestadas por próximos a la presidencia, a propósito de las sobrefacturaciones de sus prestaciones: « Le han concedido los proyectos más importantes sin someterlos, como estipula la ley, a licitaciones. De este modo a la BRC le adjudicaron ilegalmente la mayor parte de los mercados, que no son los menores, de la Sonatrach, de la Defensa nacional, del ministerio de la Energía y de las Minas y otros proyectos industriales e inmobiliarios, pues la sociedad en cuestión hace de todo en Argelia  (39) . »

El atentado del 10 de diciembre fue reivindicado por el GSPC – que incluso difundió por Internet un vídeo de la acción. ¿Pero se trata realmente del « verdadero GSPC », éste controlado por los hombres del general Tewfik? Algunos periódicos transmitieron esta reivindicación sin tomar distancia. Pero curiosamente fue puesta en duda por otros, como El Watan, mediante la pluma de la misma Salima Tlemçani : « Este atentado ha suscitado numerosos interrogantes sobre las circunstancias inquietantes en las cuales ha tenido lugar. El objetivo que se ha buscado con este ataque es visiblemente el impacto mediático que producirá, sobre todo en el plano internacional. La sociedad BRC, hay que recordarlo, estuvo, este verano, en el centro de un gran escándalo que alimentó la prensa nacional. Se ha presentado una demanda, siguiendo instrucciones de la presidencia, en el parquet de Bir Mourad Raïs. Se tomó esta decisión después de las conclusiones de dos misiones de control, una de la inspección de finanzas, y otra del tribunal de cuentas. La instrucción judicial sobre este asunto continúa todavía, pero nada se ha filtrado oficialmente. Tantas razones que hacen temer que el atentado pueda llevar la marca de la mafia político-financiera (40) . »

Consecuencia de estas luchas intestinas: desde entonces es cuestión de disolver la BRC y en marzo de 2007, su presidente habría sido inculpado por « inteligencia con una potencia extranjera » y encarcelado en la prisión militar de Blida (41) – sabiendo que se trata en este caso de un próximo del general Tewfik, podemos medir la dimensión del conflicto. Los pormenores del affaire BRC están lejos de ser elucidados. Pero su sorprendente mediatización y el atentado del cual la empresa ha sido objeto deben ser vistos como un síntoma de la crisis del poder: este bastión notorio del « clan Tewfik » ya no es invulnerable.  

También, a los factores estructurales de su fragilización que acabamos de evocar, se añade otro más coyuntural, pero no menos decisivo: la enfermedad del presidente Buteflika. Desde su hospitalización en Val de Grâce en noviembre de 2005, su salud es frágil y su supervivencia incierta. De ahí la preocupación, desde entonces, de sus mentores militares por encontrarle un sucesor que asegure la credibilidad de su fachada civil, esencial para ellos. La solución está lejos de ser evidente y constituye otra fuente de conflictos en el seno de los clanes de la “cúpula” militar: quién será mañana la nueva « marioneta » que garantice directamente sus intereses de cara a la comunidad internacional, manteniendo una apariencia de credibilidad en el plano interno?

¿« Todo debe cambiar para que nada cambie »?

Es a la luz de esta sucesión de acontecimientos que deben analizarse los atentados del 11 de abril y el papel que habría jugado en él el GSPC. La multiplicación, en los días que le sucedieron, de declaraciones poco habituales de ciertos responsables políticos y de « artículos codificados » frecuentemente contradictorios en una prensa argelina siempre estrechamente controlada por los diferentes « círculos del poder » muestra por lo menos, por su carácter excepcional, que estos atentados constituyen una fase aguda de la lucha de clanes en la cumbre. Y han sido ordenados para alcanzar, como de costumbre, varios objetivos a la vez en un juego complejo de billar a múltiples bandas, por uno de los clanes del poder – muy probablemente por aquel que sigue siendo el más poderoso, aunque esté debilitado, el clan del general Tewfik.

Primer indicio de la manipulación: el supuesto papel de tres « kamikazes » que habrían conducido los coches bomba. Horas después de los atentados, un comunicado de Al-Qaida del Maghreb los reivindicaba y difundía las fotos de estos « kamikazes ». Pero seis días más tarde, el ministro del Interior, Yazid Zerhouni, próximo de Buteflika, declaraba: « La pista del kamikaze, que ha apuntado principalmente al Palacio de gobierno, no es plausible. […] Creo que les han encargado de una misión y después se les ha hecho explotar para no dejar ningún rastro (42) . »

Como prueba de ello, sostiene que los « kamikazes » no tendrían ninguna relación con la religión (según la prensa, se trata sobre todo de Merouane Boudina, responsable del ataque del Palacio de gobierno) y que un mecanismo de mando a distancia se habría encontrado en el coche que sirvió en el atentado del Palacio de gobierno (donde se encuentran las oficinas del propio ministro Zerhouni y del jefe de gobierno Abdelaziz Belkhadem, posible sucesor de Buteflika, ambos directamente aludidos (43) ). El segundo « kamikaze », Mouloud Ben Chihab, habría sido identificado como « desaparecido» (sobreentendido: secuestrado por el DRS) en 1995 (44) . Finalmente, « uno de los tres kamikazes presentados por la organización Al-Qaïda del Maghreb islámico […] como autores de los atentados suicidas […], Abou Doudjana en este caso, era compañero de Amari Saifi, alias Abderrazak El Para, “émir” de la zona 9 de esta organización terrorista (45)  ». Poco tiempo después, como para desacreditar los círculos en el origen de estas informaciones, la opinión pública aprende que « fuerzas de seguridad relacionadas con las investigaciones sobre las explosiones del 11 de abril en la capital, han excluido la identificación de los dos kamikazes que hicieron explotar la comisaría de Bab Ezzouar (46)  ».

El « mensaje » entregado por todas estas informaciones, tal vez exactos pero imposibles de verificar, es en todo caso fácilmente decodificable por los habituados a la “corte” argelina: es el DRS quien está detrás de los atentados del 11 de abril. Lo que es probablemente la verdad, destilada principalmente por…los mismos jefes del DRS, para “firmar” su crimen ante los ojos de sus adversarios en el seno de la cúpula.  

Otro indicio evidente de la manipulación: las manifestaciones « populares » organizadas en todo el país por el poder el 18 de abril de 2007 y anunciadas desde la víspera como el fruto de « cálculos políticos inconfesados (47) ». Cuidadosamente encuadradas, en presencia de una gran parte de los barones civiles enfeudados a los “decideurs” militares, estas manifestaciones con lemas convenidos (« No al terrorismo! », « Sí a la reconciliación ! ») se presentaron como un homenaje (envenenado) a la « política del presidente Buteflika », objeto de una terrible « agresión » del extranjero.

Esta confusión es muy típica de las situaciones inquietantes de recomposición « a la argelina » de las alianzas con un trasfondo de violencias orquestadas. En muchos aspectos, la operación del 11 de abril recuerda la de las manifestaciones salvajemente reprimidas de octubre de 1988, fruto de una manipulación particularmente retorcida del clan del general Larbi Belkheir para asegurar su hegemonía (48) . El objetivo de esta maniobra, como sabemos hoy, era claro: dar una « patada en el hormiguero » del sistema, con el fin de « cambiar todo para que nada cambie ». Recuerda también el período particularmente doloroso de las masacres de las poblaciones civiles de los años 1996-1998, que permitió al mando militar de la época de excluir definitivamente toda solución pacífica, como la preconizada por los partidos de oposición reunidos en torno a la plataforma de Roma de enero de 1995. Por su repercusión mediática, sacrificando de nuevo cínicamente a vidas inocentes, los atentados del 11 de abril parece que siguen la misma lógica, si bien el  « éxito » de esta operación está lejos de estar asegurado, mientras el « sistema » se queda sin aliento.

 

Notas

1 Ver Omar Benderra, François Gèze, Salima Mellah, « L'“ennemi algérien” de la France : le GSPC ou les services secrets des généraux ? », 23 julio 2005, http://www.algeria-watch.org/fr/article/tribune/ennemi_algerien.htm .

2 « Le GSPC de nouveau une menace ? », Le Jeune Indépendant , 6 mars 2007.

3 L'Expression , 20 de diciembre de 2006.

4 Liberté , 14 de marzo de 2007.

5 La Croix , 8 de mars de 2007.

6 « Les limites de la stratégie d'Al-Qaida en Algérie », Liberté , 12 de mars de 2007.

7 Jeune Indépendant , 14 de abril de 2007.

8 El Watan , 15 de abril de 2007.

9 « Des compagnies US s'intéressent aux mégaprojets pétrochimiques de Sonatrach », Liberté , 25 de septiembre de 2006.

10 « Une base militaire américaine installée dans le Sud », Liberté , 1 de agosto de 2005.

11 Ver la entrevista con Peter F. Mulrean, director de la Oficina Regional « Iniciativa de asociación con el Medio Oriente » (MEPI), Le Quotidien d'Oran , 23  de octubre de 2004.

12 Hocine Malti, « De la stratégie pétrolière américaine et de la loi algérienne sur les hydrocarbures », Le Quotidien d'Oran , 9-10-11 de julio de 2005, http://www.algeria-watch.org/fr/article/analyse/malti_strategie_petroliere.htm .

13 Ver en particular la buena síntesis de Jeremy Keenan, « Waging War on Terror : the Implications of America's “New Imperialism” for Saharan Peoples », The Journal of North African Studies , vol. 10, n° 3-4, sept.déc. 2005.

14 Tribune , 5 de marzo de 2005.

15 Djamaledine Benchenouf, « Kif, pouvoir et trabendo », Algeria-Watch, 27 mai 2006, http://www.algeria-watch.org/fr/article/tribune/benchenouf_kif.htm .

16 « El Para condamné... par contumace », El Watan , 26 de junio de 2005.

17 Le Jour d'Algérie , 1 de abril de 2007.

18 Liberté , 30 de enero de 2007.

19 Ver principalmente Omar Benderra, François Gèze, Salima Mellah, « L'“ennemi algérien” de la France : le GSPC ou les services secrets des généraux ? », loc. cit.

20 Ver Lounis Aggoun y Jean-Baptiste Rivoire, Françalgérie, crimes et mensonges d'États. Histoire secrète, de la guerre d'indépendance à la « troisième guerre » d'Algérie , La Découverte, Paris, 2004, p. 365-367.

21 Mounir B., « Nabil Sahraoui et trois de ses adjoints abattus », Le Quotidien d'Oran , 21 de junio de 2004.

22 « Favorable au projet d'amnistie générale, Hassan Attab exclu du GSPC », El Watan , 13 de febrero de 2005.

23 « L'“émir” national du GSPC abattu par ses rivaux », Le Jour d'Algérie , 31 de mayo de 2005.

24 Ver sobre todo: Mohammed Samraoui, Chronique des années de sang. Algérie : comment les services secrets ont manipulé les groupes islamistes , Denoël, Paris, 2003.

25 Para un análisis de los resortes de esta manipulación, ver: Observatorio mauritano de los derechos humanos, « Impasse politique et réflexes sécuritaires en Mauritanie », julio de 2005, p. 16-17 et 25, http://www.conscienceresistance.org/memo_rim_terrorisme.pdf  ; y también Salima Mellah, « Terrorismus im Dienste der Großmächte ? », septiembre de 2005, http://www.algeria-watch.org/de/infomap/32/aw_mellah.html .

26 Mientras después del secuestro de los turistas en el Sahara y las ofensivas militares desplegadas en el norte del país, las autoridades argelinas avanzaban la cifra de 250 elementos activos en su seno ( Le Quotidien d'Oran , 20 mars 2004) , más tarde, el ministro del interior anunciaba que alrededor de 500 hombres armados estaban todavía activos. A finales de mayo de 2006 todavía se anunciaba la eliminación de una quincena de los jefes del GSPC ( El Watan , 30 de mayo de 2006).

27 « Qui contrôle réellement le GSPC, Al-Qaida ou le DRS ? », Risques Internationaux , 11 de diciembre de 2006.

28 Ver principalmente el resumen de Lounis Aggoun y Jean-Baptiste Rivoire, Françalgérie, crimes et mensonges d'États , op. cit .

29 Ver Salima Mellah, Les massacres en Algérie, 1992-2004 , http://www.algerie-tpp.org/tpp/pdf/dossier_2_massacres.pdf  ; y Y. Bedjaoui, A. Aroua, M. Ait-Larbi, An Inquiry into the Algerian Massacres , Hoggar, Genève, 1999.

30 Para un análisis detallado, ver François Gèze, « Armée et nation en Algérie : l'irrémédiable divorce ? », Hérodote , n° 116, « Armées et nations », 1 er trimestre 2005.

31   Ver Algeria-Watch, « L'autoamnistie des généraux criminels est inconstitutionnelle et illégale », http://www.algeria-watch.de/fr/aw/autoamnistie_generaux.htm .

32 Hocine Malti, « Exit la loi sur les hydrocarbures ? », Algeria-Watch, 16 de julio de 2006, http://www.algeria-watch.org/fr/article/analyse/exit_loi_hydrocarbures.htm .

33 Le Quotidien d'Oran , 4 de marzo de 2007.

34 El Watan , 1 de abril de 2007.

35 Madjid Laribi, « Brown & Root Condor : une holding “militaro-énergétique”  », Le Maghrébin , 13 de noviembre de 2006 (consultable à l'adresse : http://www.algeria-watch.org/fr/article/eco/corruption/brc_holding.htm ).

36 Safia Berkouk, « Après le renforcement des relations énergétiques avec la Russie : l'Algérie déterminée à maintenir son influence sur le marché mondial du gaz », Le Jeune Indépendant , 4 de febrero de 2007.

37 Safia Berkouk, « L'idée d'une OPEP du gaz débattue hier à Doha », Le Jeune Indépendant , 10 de abril de 2007.

38 Salima Tlemçani, « Cinq ans après, Kada Hazil demande toujours une enquête », El Watan , 30 de octubre de 2006. Para más detalles sobre este escabroso asunto, ver los artículos de Djamaleddine Benchenouf, en particular, « Affaire Zendjabil : le juge d'instruction demande des instructions », Algeria-Watch, 11 de septiembre de 2006, http://www.algeria-watch.org/fr/article/tribune/zendjabil_juge.htm .

39 Madjid Laribi, « ¿Qué esconde el dossier Brown Root & Condor », Le Maghrébin , 9 octobre 2006 (consultable à l'adresse : http://www.algeria-watch.org/fr/article/mil/sale_guerre/dossier_brc.htm ).

40 Salima Tlemçani, El Watan , 11 de diciembre de 2006.

41 « Le P-DG de BRC sous mandat de dépôt », Le Jour d'Algérie ,  1 de abril de 2007.

42 Le Jeune Indépendant , 17 de abril de 2007.

43 Ibid .

44 Ech-Chourouk , 17 de abril de 2007.

45 « L'un des kamikazes était un compagnon d'El Para », Le Jour d'Algérie , 14 de abril de 2007.

46 El Khabar , 19 de abril de 2007.

47 Omar Berbiche, « Marches et meetings à travers l'Algérie. La société face au péril terroriste », El Watan , 17 de abril de 2007.

48 Lounis Aggoun et Jean-Baptiste Rivoire, Françalgérie, crimes et mensonges d'États , op. cit ., p. 116-13

 

 

Escrito por: Samuel.2007/05/09 12:43:28.353000 GMT+2
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Comentarios

La maquinaria imperial en marcha... ¿por qué no me extraña nada?

Escrito por: jesus cutillas.2007/05/10 10:29:3.860000 GMT+2

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