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2008/11/24 10:04:37.984000 GMT+1

Kivu

La última ofensiva del CNDP de Laurent Nkunda en Kivu Norte se produce un año después del terremoto geopolítico que provocó el acuerdo firmado entre la República Popular China y la República Democrática del Congo en septiembre de 2007, concretamente entre un consorcio de empresas estatales chinas (China Railway Engineering Corporation, Sinohydro, Eximbank of China) y la sociedad estatal congoleña Gecamines, sucesora de la empresa colonial Union Minière du Haut Katanga. Se trata de un trueque por el que las empresas chinas aportan un préstamo que debería servir para construir miles de kilómetros de carreteras y vías férreas, 31 hospitales, 145 centros de salud y 4 universidades, a cambio de la explotación de 10 millones de toneladas de cobre, 200.000 de cobalto y 372 de oro. El 68 % de la joint venture que se ha constituido (Socomin) está en manos chinas, mientras que Gecamines participa en el 32 % restante. El acuerdo, con un valor total que supera los 9 mil millones de dólares, es la principal baza con la que cuenta el presidente Joseph Kabila para afrontar las cinco prioridades de su gobierno (agua, electricidad, educación, salud y transporte) y contribuir a reflotar una empresa, Gecamines, que en 2003 se encontraba al borde del colapso, pese a la intervención del Banco Mundial (muy implicado en la reestructuración de la economía congoleña). Lo cual no impide que Gecamines cree consorcios mineros con otras empresas, concretamente con el gigante canadiense Katanga Mining.

Este acuerdo, así como el proceso de revisión de las concesiones mineras en Katanga, no ha gustado demasiado en algunas cancillerías occidentales, que en 2006 habían apostado por garantizar la reelección democrática de Joseph Kabila como presidente del país. Hasta ahora la competición geopolítica en África central se limitaba a Estados Unidos y las ex potencias coloniales de Francia y Bélgica (en ocasiones bajo el paraguas de la Unión Europea). La entrada a hurtadillas de un tercero en discordia con tanto peso como China puede que tenga algo que ver con reacciones airadas como la del Ministro belga de Asuntos Exteriores Karel de Gucht, que lleva tiempo enfrascado en una batalla verbal con el presidente Kabila. Pero, ¿hasta qué punto este episodio sirve para explicar lo que sucede en la región de Kivu Norte?

Una posición muy difundida entre los congoleños de la diáspora y determinadas organizaciones europeas es aquella que culpa en exclusiva al gobierno ruandés de Paul Kagame y, por extensión, a Estados Unidos, de la reciente ofensiva del sanguinario guerrillero Laurent Nkunda en la región de Kivu Norte. El casus belli: los mencionados acuerdos firmados por el gobierno congoleño y las autoridades chinas, que habrían desplazado a empresas como Freeport-McMoran y pondrían también en riesgo los intereses económicos ruandeses en el este del Congo. Semejante tesis reduce a los actores africanos -tanto locales como regionales- a meros peones manipulados por las grandes potencias y sus transnacionales. Una variante del eurocentrismo que podrá favorecer la movilización (la adrenalina parece que sube únicamente cuando entra en escena el reconocible y tranquilizador imperialismo estadounidense), pero no el análisis crítico.

No se trata de elegir entre un discurso minero-economicista y uno etnicista, sino de reintroducir el factor minero, el geopolítico y el étnico-comunitario en la comprensión de un contexto local más complejo de lo que parece a primera vista. Así, en los últimos años el coltán, oro y niobio que extraía el hutu FDLR ha sido comercializado por sectores del enemigo Frente Patriótico Ruandés (FDR), el partido del presidente Kagame. Las relaciones entre Ruanda y Nkunda no son unívocas, y parece que existen divisiones en el seno del gobierno sobre cómo tratar la cuestión del Congo.

Los problemas de Kivu Norte (y sobre todo de los departamentos de Masisi y Rutshuru) vienen de lejos, preceden desde luego a la presencia china en Katanga, y se ha complicado considerablemente después del genocidio ruandés y las dos grandes guerras de los Grandes Lagos (1996-2003), mientras que la situación en Ituri o Kivu Sur parece que ha mejorado un poco en términos comparativos. Mucho se ha hablado de la lucha por los recursos mineros entre las diferentes facciones armadas, pero este dista de ser el único factor de tensión en la zona (aunque sea el principal combustible).

Tras el fracaso de la ofensiva gubernamental contra las tropas de Nkunda en 2007, cuando Kabila intentó imponer el nuevo orden minero al conflictivo Kivu, tuvo lugar el que quizás fue el intento más serio hasta la fecha de tratar las raíces del conflicto: la Conferencia de Goma de enero de 2008, cuyas actas acaban de ser publicadas por la editorial L'Harmattan. En ella se discutieron cuestiones como las siguientes:

  • conflicto entre comunidades (nande, tutsi banyarwanda, hunde, hutu, nyanga y tembo), no necesariamente entre grupos étnicos, también al interior de los mismos, por el acceso a la tierra, agravado por la espinosa cuestión de los refugiados presentes tanto en Kivu (por ejemplo, el problema de los refugiados hutu ruandeses) como en Ruanda (el retorno a Masisi de los tutsi banyamulenge refugiados en el país vecino) y la extrema pobreza en la que viven la mayoría de sus miembros;
  • impunidad de los criminales de guerra y la legitimidad que mantienen como garantes de la seguridad de unas comunidades presas de un comprensible terror al genocidio;
  • una economía basada en la extracción, contrabando y exportación de los recursos mineros por parte de potentados locales tutsi, shi y nande, por lo general vía Ruanda, y que se apoya en la violencia armada de los diferentes grupos armados (milicias Mai Mai, CNDP de Nkunda, FDLR, el propio ejército congoleño).

Todas estas cuestiones están relacionadas entre sí. El impacto social de la depredación minera ha quedado sobradamente probado. Por lo general, las minas desplazan a las poblaciones locales, a las que se les arrebata el acceso a la tierra y a los recursos naturales. La minería en África suele recurrir a variantes de trabajo forzoso o semi-forzoso por parte de los subcontratistas de las transnacionales (que pueden ser guerrillas o estar vinculadas a ellas, como en Kivu). Las consecuencias ecológicas son menos conocidas, pero igualmente devastadoras, como la contaminación de los ríos.

Que una pequeña parte del maná minero quede en Kinshasa o en Kigali (son otros los que se llevan la parte del león) es una discusión que por sí sola no va a solucionar los problemas de una población agotada tanto física como psicológicamente después de quince años de guerra.

Mientras tanto, el volcán Nyiragongo, situado a muy poca distancia de Goma, contempla desde sus 3.470 metros de altura el empeño de los mineros por adentrarse en las entrañas de la tierra, las matanzas de las guerrillas y el triste deambular de los refugiados. Y espera su turno.

Mapa de Kivu Norte. Fuente: International Crisis Group

Escrito por: Samuel.2008/11/24 10:04:37.984000 GMT+1
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2008/11/20 23:19:38.174000 GMT+1

Antiterrorismo a la francesa

El pasado 11 de noviembre, 150 policías de la brigada antiterrorista francesa -que se dice pronto- rodearon Tarnac, un pequeño pueblo de 350 habitantes situado en la comuna de Millevaches, para después irrumpir violentamente en una granja y detener a los nueve jóvenes que gestionaban allí una tienda de comestibles. Sólo después de pasar cuatro días en dependencias policiales pudieron comparecer ante el juez antiterrorista. La acusación: "asociación ilícita con fines terroristas", en relación con los bloqueos a la red ferroviaria de la SNCF durante la reciente huelga que afectó a la compañía ferroviaria francesa.

Hoy el filósofo Giorgio Agamben, que conoce personalmente a uno de los detenidos, Julien Coupat, ha publicado un artículo en Liberation en el que denuncia indignado la construcción absurda de unos cargos ridículos: los jóvenes habían sido investigados por su pertenencia a la "extrema izquierda y al movimiento anarco-autónomo (sic)", de acuerdo con las declaraciones policiales. Según el Ministro del Interior, estas personas mantenían "discursos radicales" y tenían " contacto con grupos extranjeros". Uno de los indicios de que se trataba de mala gente era que participaban regularmente en manifestaciones políticas, incluyendo protestas contra el fichero Edvige y contra la política de inmigración. Y entre las pruebas materiales que encontró la policía: un folleto con los horarios de trenes de la SNCF. Sin embargo, la policía no ha podido imputar más delitos que el de asociación terrorista.

El autor de Estado de excepción termina diciendo lo siguiente:

"La única conclusión posible de este tenebroso asunto es que quienes hoy se comprometen activamente contra el modo (por lo demás discutible) en que se gestionan los problemas sociales y económicos son considerados ipso facto como terroristas en potencia, aún cuando ningún acto justifique esta acusación. Hace falta tener el coraje de decir con claridad que hoy, en numerosos países europeos (en particular en Francia y en Italia) se han introducido leyes y medidas policiales que en otro tiempo hubiesen sido calificadas de bárbaras y antidemocráticas y que no tienen nada que envidiar a aquellas que estuvieron en vigor en Italia durante el fascismo. Una de estas medidas es aquella que autoriza el arresto provisional [garde à vue] durante noventa y seis horas de un grupo de jóvenes, tal vez imprudentes, pero a los cuales "no cabe imputar una acción". Otra igualmente grave es la adopción de leyes que introducen delitos de asociación cuya formulación es intencionalmente vaga y que permiten atribuir "fines" o una "vocación terrorista" a actos políticos que hasta ahora nunca se habían considerado que estuvieran destinados a producir el terror."

Cómo se ve que no conoce ni el remendado Código Penal español ni ese tribunal especialísimo que es la Audiencia Nacional.

Escrito por: Samuel.2008/11/20 23:19:38.174000 GMT+1
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2008/11/18 14:48:22.224000 GMT+1

La guerra interminable

Después de la reciente muerte de dos soldados españoles en Afganistán se multiplicaron los artículos de expertos y periodistas que exigen que se llamen a las cosas por su nombre: el ejército español está participando en una guerra, no le demos más vueltas. Lástima que acto seguido no pidan acabar con ella -es una guerra justa, dicen- sino continuarla de otra manera, con una "nueva estrategia" colectiva, del mismo modo que los talibanes han modificado la suya. Y hay tantas estrategias como autoproclamados expertos en la cosa terrorista, quienes saben escribir la melodía que el poder desea escuchar (y por la que paga bien). A la Ministra de Defensa Carme Chacón le ha gustado el libreto, y ahora comienza a repetirlo sin complejos, que diría el otro. A la justificación moral ("la guerra buena") se une la técnica ("sólo hay que hacer las cosas bien").

Nos han vendido la guerra afgana como una guerra necesaria contra el extremismo, el terrorismo, el narcotráfico y hasta la violencia de género. Pero hay personas cuya dignidad puede aguar la fiesta a más de uno. En estos casos lo mejor es silenciarlas o utilizar sólo lo que interesa. Un ejemplo es el de la asociación de mujeres Rawa. Otro el de la diputada afgana Malalai Joya, que fue expulsada del parlamento afgano el año pasado, y que ha estado hace poco en España, invitada por diferentes organizaciones sociales. En una entrevista al semanario Diagonal, que sigue siendo un oasis de la prensa escrita alternativa en España, Malalai Joya no se cortó un pelo (he añadido un enlace):

"D.: ¿Qué hace España en Afganistán?
M.J.: Como es aliada de EE UU, hace lo mismo: crímenes de guerra. No puedo encontrar una palabra más explícita. España está apoyando a los señores de la guerra, a los traficantes de opio y a los criminales de guerra en Afganistán. Nos dan una imagen muy negativa de lo que significa la democracia para España. Las tropas de ocupación deben abandonar nuestro país. Apoyan a fascistas como Jomeini, Mussolini o Pinochet. Vergüenza debería darle a Bush y a sus aliados haber invadido Afganistán y estar apoyando a esta gente."

Con estas verdades dudo que Leire Pajín o Carmen Chacón la inviten a ningún acto. Y menos aún después de haber destrozado el recurso propagandístico más sobado:

"D.: ¿Cuál es la situación de la mujer?
M.J.: Es horrible. En estos 30 años de guerra no habíamos estado tan mal nunca. En las ciudades grandes algunas mujeres siguen teniendo acceso a la educación y a un trabajo. Pero el problema de la seguridad es tan grave, hay tantas violaciones que muchas tienen miedo de salir a la calle. El 87% afirma haber sufrido agresiones, la mayoría de carácter sexual. Los secuestros y las bodas forzadas están a la orden del día. Los ejemplos de agresiones brutales son muchos: amputaciones de dedos, de nariz y orejas, quemaduras con agua hirviendo... La impunidad es total. No es de extrañar que el 95% de las mujeres sufra depresión y que el índice de suicidios se haya disparado."

He leído artículos en los que pretenden convertir a esta valiente mujer en una heroína, o una mártir, contra el llamado "fundamentalismo", reincorporándola en el discurso intervencionista dominante. Pero esta interpretación orientalista y hollywoodiense del conflicto afgano (la lucha de las luces contra las tinieblas) choca con una realidad menos épica. El juego es otro muy diferente.

Como nos recuerda la joven diputada, también hay asesinos, narcotraficantes y violadores en el gobierno y en el parlamento que apoya la OTAN: nombres como el Ministro de Cultura Abdul Karim Khoram, el hazara chií Abdul Karim Khalili (actual Vicepresidente, con un destacado papel en la sangrienta guerra civil de la primera mitad de los años noventa), o el veterano caudillo uzbeko Abdul Rashid Dostum, general al que han expulsado recientemente "de su cargo de jefe del Estado mayor del Ejército por secuestrar, torturar y violar con una botella a Akbar Bai, caudillo rival." Ahora Dostum pasará momentáneamente a un discreto segundo plano, lo que no quiere decir que no conserve su cuota de poder.

Nombres como los que he citado no son nuevos, llevan escuchándose en Afganistán durante los últimos treinta años, cifra que suele mencionar Malalai Joya. Es el tiempo que lleva el país en guerra, concretamente desde abril de 1978, un larguísimo periodo durante el cual la sociedad afgana ha asistido a brutales transformaciones, aunque se mantengan continuidades que provienen de épocas remotas. Y es que este país ha desarrollado una auténtica economía política de guerra que ha adaptado complejas instituciones tradicionales como el qawm (la unidad social básica en Afganistán, tan relevante o más que conceptos como etnia o religión, y a menudo transversal a ellos) al flujo de dólares que aportan tráficos clandestinos como el del opio o el de armas, a las masacres y a la emigración masiva.

Así, quien sólo vea un Afganistán "medieval" (sic) inmune a influencias foráneas se equivoca, por más que el Estado moderno -servil con sus patrocinadores- no acabe de cuajar. Como los cimientos de los Estados suelen consolidarse con abundante sangre coagulada, muchos aseguran que con la estrategia adecuada la sociedad afgana podrá transitar, de forma lenta pero segura, por el "buen" camino de la construcción estatal (state-making) y su monopolio de la violencia bajo tutela extranjera. La justicia y la democracia que reclaman gentes como Malalai Joya formarán la pesada hipoteca, el precio que nuestros gobiernos, cual banqueros, exigen que paguen los afganos.

Escrito por: Samuel.2008/11/18 14:48:22.224000 GMT+1
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2008/11/14 23:02:19.162000 GMT+1

Cumbres


Cumbres
Autor: Quino, revista Viva (Clarín), hace ya algunos añitos.

Escrito por: Samuel.2008/11/14 23:02:19.162000 GMT+1
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2008/11/12 23:21:28.064000 GMT+1

¿Se imaginan?

NY Times - Fake

No caerá esa breva, lo sé. Pero el falso The New York Times nos regala una portada impagable, con enlaces a noticias imposibles y columnas de coña: retirada de tropas en Iraq, derogación de la Patriot Act, enjuiciamiento de George W. Bush (reportaje de Bart Garzon), la última columna de un arrepentido Thomas Friedman, etc. Expectativas demasiado altas para la era Obama. Edición especial, parece ser, de los Yes Men, y que cuentan que ha sido distribuido en papel hoy día 12 de noviembre por las calles de Nueva York.

Escrito por: Samuel.2008/11/12 23:21:28.064000 GMT+1
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2008/11/12 14:34:24.141000 GMT+1

Una operación de relaciones públicas

A propósito de la controversia sobre el mural que el pintor Miquel Barceló acaba de realizar en la cúpula de una de las salas del Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, quizás lo más curioso no sea tanto la cantidad de dinero público que el gobierno español ha gastado en ella como el destinatario del mismo: el Consejo de Derechos Humanos, órgano intergubernamental heredero de la antigua Comisión de Derechos Humanos, y del que Estados Unidos se retiró en junio. Parece que el interés del gobierno español por la arquitectura de su sede es inversamente proporcional al interés por los resultados del trabajo de dicho órgano, que incluyen los informes que relatores especiales elaboran sobre cada país. Y en los que España no sale muy bien parada.

Pese a las servidumbres del lenguaje diplomático, en sus conclusiones preliminares de mayo de 2008 el "Relator Especial sobre los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo" (triste coletilla), Martin Scheinin, contó cosas que son las que debería preocupar a la prensa española. Dejo algunas perlas:

- Sobre la definición de terrorismo:  

"Otras disposiciones de la sección pertinente del Código Penal (artículos 572-580), incluyendo la referencia a "cualquier otro delito" del artículo 574, la noción de " colaboración" del artículo 576 y la disposición enmendada del artículo 577 sobre la violencia callejera, sin embargo, conllevan el riesgo de un "deterioro gradual", es decir, que poco a poco se vaya ampliando la noción de terrorismo a actos que no constituyen, y no guardan suficiente relación con actos de violencia grave contra la población en general. 

El Relator Especial señala a las autoridades españolas esta última conclusión, debido especialmente a la existencia de factores múltiples que, en el contexto de España, ponen de manifiesto el riesgo de un " deterioro gradual": la clasificación de delitos como terrorismo desencadena la aplicación de la detención en régimen de incomunicación; sustituye a la jurisdicción de los tribunales por la de la Audiencia Nacional, un tribunal especializado con jurisdicción sobre todo el territorio nacional, y desencadena penas agravadas y cambios en las normas que rigen el cumplimiento de las sentencias. [...].  [El Relator Especial] es sin embargo consciente de las críticas articuladas contra la tendencia a ampliar el alcance de la aplicación práctica de estas disposiciones por parte de la Audiencia Nacional. Consciente del doble riesgo de que esta tendencia comprometa el requisito de legalidad que conlleva el artículo 15 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, y del riesgo de comprometer la legitimidad y por ende la eficacia de la lucha contra el terrorismo, el Relator Especial llama al Gobierno español a iniciar un proceso de examen pericial independiente sobre lo adecuado de las actuales definiciones."

- Sobre la colaboración con prácticas ilegales que atentan contra los derechos humanos:

"Se reconoció sin embargo que las autoridades consulares y de inteligencia españolas en 2002 estuvieron presentes en los interrogatorios de varios detenidos en Guantánamo, incluidos los de un ciudadano español y un marroquí con residencia legal en España. Posteriormente, dos personas fueron traídas a España para ser juzgadas. Al respecto, el Relator Especial celebra la reciente decisión de la Audiencia Nacional de desestimar el caso ya que toda información obtenida en los interrogatorios realizados en Guantánamo es inadmisible como prueba en juicio alguno. El Relator Especial también recibió información relativa a la participación de España en el programa de la CIA de "rendiciones" o entregas extraordinarias, y tiene constancia de que se ha iniciado una investigación judicial sobre el uso de los aeropuertos españoles en la transferencia de sospechosos de terrorismo. Las autoridades informaron al Relator Especial de que dichos vuelos habían aterrizado, efectivamente, en aeropuertos civiles españoles en 2004, afirmando que no se habían establecido pruebas de violación alguna de los derechos humanos con relación a dichos incidentes. El Relator Especial recalca la obligación del Estado de llevar a cabo investigaciones cabales y adecuadas sobre caso y espera con interés los resultados de la investigación judicial sobre la cuestión. Recuerda que la práctica de las entregas extraordinarias, de por sí, equivale a una violación de los derechos humanos como la detención arbitraria, las desapariciones forzadas o los tratos crueles, inhumanos o degradantes

- Sobre la tortura:  

"el Relator Especial expresa su inquietud por las alegaciones de tortura u otros malos tratos que siguen formulando los sospechosos de terrorismo y que no resultan sistemáticamente en investigaciones rápidas y cabales. El Relator Especial considera que esta situación deslegitima la lucha del Gobierno contra el terrorismo entre aquellos sectores de la sociedad española que más necesitarían convencerse del genuino apego del Gobierno central a la tolerancia cero frente a la tortura.  

Basándose en esta evaluación, el Relator Especial identifica medidas adicionales contra la tortura o los malos tratos, prioritarias para mejorar el conjunto de medidas antiterroristas en España. Durante su visita, el Relator Especial recibió información sobre recientes novedades positivas, como el llamado "Protocolo Garzón", aplicable en casos en que el detenido está en régimen de incomunicación. El protocolo comprende un sistema de supervisión mediante grabación de vídeo constante de los centros de detención policial y salas de interrogatorio, el examen por parte de un médico forense libremente elegido por el detenido, y la posibilidad de recibir visitas de familiares. El Relator Especial celebra estas medidas pero es sin embargo consciente de que el protocolo no se ha aplicado sistemáticamente. Solamente se aplica mediante decisión judicial para cada caso individual y por lo tanto, por definición, no a partir del momento de la detención en muchos casos. Además, sólo algunos de los jueces de la Audiencia Nacional aplican el protocolo. Como una medida de mejores prácticas, el Relator Especial ha sido informado de que la detención en régimen de incomunicación se ha prácticamente erradicado en los casos en que la Policía Autónoma Vasca (Ertzaintza) detiene a sospechosos de terrorismo y aplica protocolos más avanzados aprobados por las autoridades vascas pertinentes. 

El Relator Especial solicita erradicar por completo la institución del régimen de incomunicación. Este paso, que ya propusieron anteriormente, entre otros, el Comité de Derechos Humanos en 1996 (CCPR/C/79/Add.61), y el Relator Especial contra la Tortura en 2003 (E/CN.4/2004/56/Add.2) fortalecería la credibilidad de las medidas antiterroristas del conjunto de autoridades que velan por la aplicación de la ley y, al mismo tiempo, aseguraría que quienes sean falsamente acusados de malos tratos para con presuntos sospechosos de terrorismo puedan quedar libres de cargos." 

Escrito por: Samuel.2008/11/12 14:34:24.141000 GMT+1
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2008/11/10 00:11:38.736000 GMT+2

De un Che a otro

Cuando el 22 de noviembre de 1965 Ernesto "Che" Guevara abandonó el Congo, dejaba tras de sí una fallida aventura que anticipaba su derrota definitiva en Bolivia. Parece que el díptico de Steve Soderbergh -que no he visto todavía, no ha llegado a Bélgica- ignora este episodio, que por sí sólo daría para una película más tragicómica que épica. Menos mal que la directora Jihan El Tahri rodó un excelente documental que pudo ser difundido el año pasado por la cadena de televisión ARTE y que puede adquirirse en DVD.

El fracaso de la misión de un centenar de cubanos negros comandados por el blanco Tatu ("tres" en swahili, nombre en código de Ernesto Guevara en Congo), es rico en anécdotas que dan cuenta de la dificultad de adaptar el proyecto revolucionario del Che a las tierras africanas. Una cuestión a la que se suele hacer referencia fue la indisciplina de las tropas congoleñas. Victor Dreke, ayudante del Che, cuenta en el documental cómo los africanos dejaban los fusiles desordenados por el suelo, que en los campamentos había música y mujeres, y que los hombres solían partir de permiso a Kigoma, donde abundaban las prostitutas. También es célebre la desconfianza que tenía el Che hacia Laurent Desiré Kabila, por aquel entonces líder de la guerrilla lumumbista.

Ernesto Guevara fue consciente, sin embargo, de las diferencias culturales que va descubriendo entre su contingente y los africanos a los que quería ayudar. Todos los esquemas preestablecidos del Che se fueron estrellando uno tras otro contra la realidad africana. En su diario Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo reconocía que allí "los hombres no se catalogan por sus condiciones personales, sino que están englobados dentro del concepto tribu y es muy difícil salirse de él; cuando una tribu es amiga, todos sus componentes lo son; cuando es enemiga, sucede otro tanto. Claro que estos esquemas, además de no permitir el desarrollo de la Revolución, eran peligrosos, pues, como se demostró luego, algunos miembros de las tribus amigas eran informantes del ejército enemigo y, al final, casi todas se convirtieron en enemigas nuestras." 

Las formas sociales africanas no permitían "el desarrollo de la revolución." Un problema no menor fue la omnipresencia de lo mágico y lo sobrenatural entre los congoleños. El médico argentino se quedó de piedra cuando se enteró de la confianza que los guerrilleros africanos depositaban en la dawa, un "protector mágico" hecho a base de jugos de hierbas sin el cual no se atrevían a luchar. No hubo manera de convencerlos de lo contrario. Resulta interesante constatar cómo los más occidentalizados ("los más evolucionados políticamente", según el Che) reinterpretaban lo mágico en términos aparentemente marxistas: "dicen que es una fuerza natural, material y que, como materialistas dialécticos, reconocen el poder de la dawa, cuyos secretos dominan los brujos de la selva."

La estructura socioeconómica era muy diferente de la que conocían en América. El esquema clásico de la insurgencia campesina no parecía encajar en tierras congoleñas:

"¿Qué podía ofrecer el Ejército de Liberación a ese campesinado? Es la pregunta que siempre nos inquietó. No podíamos hablar aquí de reforma agraria, de propiedad sobre la tierra porque esta estaba allí, a la vista de todos" [...] "El capitalismo actúa en una forma superficial, sin dominar en la esencia el panorama".

El fracaso del Che es la historia del fracaso occidental en África, cuya variante marxista no llegó a resultados muy diferentes de otras posiciones desarrollistas o modernizadoras. 

Casi veinte años después, otro grupo de iluminados provenientes de la ciudad llegó a las profundidades de otra selva, pero esta vez en Chiapas, México. Querían repetir la estrategia del "foco guerrillero", mejorando los errores apuntados por el Che en sus diarios, aunque estuvieran aún más aislados. Tampoco tuvieron éxito entre los tzeltal y tojolabales. Pero algo pasó. Cuenta uno de los guerrilleros, el ahora conocido como subcomandante Marcos:

"Lo que pasó, entonces, es que ese planteamiento fue derrotado a la hora que confrontamos a las comunidades y nos dimos cuenta, no sólo que no nos entendían, sino que su propuesta era mejor.

Algo había pasado en todos los años previos, décadas previas, siglos anteriores. Nos estábamos enfrentando a un movimiento de vida, que había logrado sobrevivir a los intentos de conquista de España, de Francia, de Inglaterra, de Estados Unidos, y de todas las potencias europeas, incluyendo la Alemania nazi en 1940-1945. Lo que había hecho resistir a esta gente, a estos nuestros compañeros y compañeras primero, y, luego, nuestro jefes y jefas ahora, había sido un apego a la vida que tenía que ver mucho con la carga cultural. La lengua, el lenguaje, la forma de relacionarse con la naturaleza presentaba una alternativa no sólo de vida, sino de lucha. No les estábamos enseñando a nadie a resistir. Nos estábamos convirtiendo en alumnos de esa escuela de resistencia de alguien que llevaba cinco siglos haciéndolo.

Los que venían a salvar a las comunidades indígenas, fueron salvados por ellas."

[...]

"En el momento en que el pequeño grupo guerrillero hace contacto con los pueblos, hay un problema y una lucha. Yo tengo una verdad —yo, el grupo guerrillero—, y tú eres un ignorante, te voy a enseñar, te voy a adoctrinar, te voy a educar, te voy a formar. Error y derrota.

A la hora que se empieza a construir el puente del lenguaje, y empezamos a modificar nuestra forma de hablar, empezamos a modificar nuestra forma de pensarnos a nosotros mismos y de pensar el lugar que teníamos en un proceso: servir."

Aprendieron de y en las comunidades. Entre otras cosas, que era en el proceso mismo que se producían las mayores transformaciones. Así, a pesar del machismo tan extendido entre las comunidades indígenas, fueron las mujeres las que empujaron hacia lo que sería el levantamiento armado de 1994: "quienes empezaron a empujar: hay que hacer algo, ya no, y ya basta, fueron las mujeres, que veían morir a sus hijos y a sus hijas."

Continúa Marcos:

"Algo pasó en todo este proceso que quiero llamar la atención, que es: el cambio en la posición del EZLN respecto al problema del poder. Y esta definición frente al problema del poder es la que va a marcar de manera más honda la huella en el camino zapatista. Nosotros nos habíamos dado cuenta —y en el nosotros que digo, ya van incluidas las comunidades, no sólo el primer grupo—, nos habíamos dado cuenta que las soluciones, como todo en este mundo, se construyen desde abajo hacia arriba. Y toda nuestra propuesta anterior, y toda la propuesta de la izquierda ortodoxa, hasta entonces, era al revés, era: desde arriba se solucionan las cosas para abajo.

Este cambio de abajo para arriba significaba para nosotros no organizarnos, ni organizar a la gente para ir a votar, ni para ir a una marcha, ni para gritar, sino para sobrevivir y para convertir la resistencia en una escuela. Esto fue lo que hicieron los compañeros, no el EZLN original, aquel pequeño grupo, sino el EZLN ya con este componente indígena."

[...]

"Además de esta posición frente al poder, hay una característica esencial en el zapatismo [...]: la renuncia a hegemonizar y homogeneizar la sociedad. Nosotros no pretendemos un México zapatista, ni un mundo zapatista. No pretendemos que todos se hagan indígenas. Nosotros queremos un lugar, aquí, el nuestro, que nos dejen en paz, que no nos mande nadie. Eso es la libertad: que nosotros decidamos lo que queremos hacer."

La renovada apuesta zapatista fue el germen de algo diferente. De una manera de salirse de la senda prometeica del capitalismo occidental y sus ramificaciones socialistas, empapándose de formas de vida y de ver el mundo que el guión dominante había dado por desaparecidas. Lo cual no es lo mismo que la mera duplicación del antiguo esquema de sentido único pero de abajo hacia arriba, como muestra el cuestionamiento del machismo al interior de las propias comunidades indígenas. También sentó las bases de otra manera de cooperar: más respetuosa con el otro y quizás por ello más radical.

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El discurso del subcomandante, pronunciado en agosto de 2008, no sólo resume muy bien la evolución de su movimiento. Contiene también una acerada crítica a los "intermediarios" o "coyotes" de la solidaridad y su atracción por el poder. Pueden leerlo completo en:

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/comision-sexta/978/
 

Escrito por: Samuel.2008/11/10 00:11:38.736000 GMT+2
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2008/11/09 04:05:46.700000 GMT+1

Mayorías

Por una vez, voy a comentar un texto de mi anfitrión. En su artículo "Haciendo cuentas", Javier Ortiz analiza los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses para llamar la atención sobre el hecho de que quienes han elegido a Barack Obama constituyen una pequeña fracción de la población, y que la diferencia con John McCain no fue tanta en votos populares (diferenciados de los del colegio electoral). Da a entender que resulta una exageración hablar de un "fenómeno de masas histórico", facilitada por el sistema electoral norteamericano.

Efectivamente, los 65 340 000 votos (según la CNN) que en principio ha recibido Obama representarían un 28 % de la población con edad para votar, algo más si descontamos la población sin derecho de voto (presos, no ciudadanos, etc.), y entre un 61 y un 63 % del total de votos emitidos (un poco menos de lo que escribí ayer). Una tabla bastante completa sobre datos de participación puede encontrarse en el United States Election Project. Y el sistema de votos electorales, unido al sistema de voto mayoritario, exagera la proporción con que aventaja a su contrincante.

Esta situación se repite en todos los sistemas electorales vigentes, aunque sea más evidente en una elección presidencial como la norteamericana. Cifras como las mencionadas hacen difícil creer que "el pueblo" pueda haber expresado esto o lo otro en forma de voluntad general unívoca. En realidad, no existe tal pueblo, entendido como una unidad absoluta, sino una multiplicidad de grupos, intereses y anhelos. Lo que ponen de manifiesto esas cifras es la problemática de la representación, mecanismo que bloqueó el avance de la democracia en la modernidad aunque permitiera la gobernabilidad y legitimidad de extensos Estados-nación como el estadounidense. En los albores del constitucionalismo liberal, republicanismo y representación no eran exactamente sinónimos de democracia, concepto temido cuando no detestado. La Constitución americana, y todas las que la siguieron, parten de la base de la idea expresada por el cuarto presidente de los Estados Unidos, James Madison, en The Federalist: el principal objetivo de toda constitución es conseguir dirigentes sabios y virtuosos. Algo muy distinto del gobierno de todos por todos.

¿Invalida las limitaciones del sistema político la pujanza de los movimientos socio-culturales americanos que han venido luchando por un cambio colectivo democrático?  Sólo si pretendemos analizarla únicamente en función de su representatividad. Lo cual no me parece lo más acertado. El resultado de las elecciones de 2008, que podía haberse dado en 2004 de no haber contado entonces los demócratas con un candidato gris que se amilanó ante la administración más corrupta, incompetente y criminal de las últimas décadas, se debe en buena parte a la transformación cultural de amplios segmentos de la población, la renovada militancia política de muchos de sus integrantes y su reacción a la debacle de la crisis financiera, una especie de 11-M que dio la puntilla final a un gobierno que se mantenía por la inercia y que reintrodujo el debate político en términos de clase. Que catarsis como las mencionadas sean las que permiten trasladar las mutaciones sociales a la política institucional es muestra de la esclerosis de nuestras democracias representativas. El cambio ya se había producido. El evento Obama, con la ayuda de la fracción más lúcida del capital, no hizo sino mostrarlo a la vista de todos. Y aprovecharlo.

Escrito por: Samuel.2008/11/09 04:05:46.700000 GMT+1
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2008/11/06 02:00:17.165000 GMT+1

King Obama

"Confieso que estoy entusiasmado por la idea de que Obama llegue a ser presidente, aunque sea dolorosamente consciente de sus limitaciones" Howard Zinn, historiador.

Cómo no festejar el fin de ocho años de gobierno neoconservador, después de que el crack bursátil acabara simbólicamente con treinta años de neoliberalismo. Cómo no alegrarse ante la escenificación de la ruptura con toda una era de supremacía blanca. En definitiva, con la contrarrevolución conservadora iniciada en los años setenta.

Y todo ello a pesar del hartazgo por la hiperinflación informativa, y la constatación de las perversiones del excluyente sistema político estadounidense y las limitaciones del poder presidencial norteamericano en el momento actual. Pese a todo, no podemos menospreciarlo: la victoria de Barack Obama es la expresión de la fuerte movilización social que ha venido fermentándose en los últimos años y que ha transformado el paisaje político norteamericano, como refleja también el 65 % de participación, algo insólito en unas elecciones presidenciales y que rompe con la doctrina desmovilizadora promovida por Samuel Huntington en 1973. Son los que no fueron a votar ni en 2004 ni en 2000: sobre todo negros e hispanos, y parte de las clases medias de los distritos industriales que ahora se han empobrecido, en una alianza interracial forjada en la crisis. A la labor de las organizaciones de base debe Obama una parte no desdeñable de los fondos "independientes" que ha recaudado, si bien hay que recordar que las grandes corporaciones han aportado lo suyo a través de sus empleados.

Con esta movilización, Estados Unidos se ha unido a la oleada progresista que recorrió América latina durante la última década y que cuestionó no sólo el neoliberalismo, sino la misma herencia colonial de los Estados americanos. En cierto modo, resulta tentador comparar el significado del acceso de Barack Obama a la presidencia con el de Evo Morales en Bolivia, pese a las obvias diferencias de clase e ideológicas. La corriente que ha llevado a Obama a la presidencia se ha expresado más por internet que en batallas campales con la policía o el ejército. Obama tampoco va a convocar ninguna asamblea constituyente que refunde el Estado. Sin embargo, bastaría con que se dedicara a desmontar el aparato represivo de la era Bush (Patriot Acts I y II, Guantánamo) y respondiera al hastío de la guerra (de todas las guerras: contra el terror, pero también contra las drogas) para dar cauce a importantes transformaciones. Sus penosos planteamientos sobre la cuestión afgana no augura nada bueno en esta dirección, pero tal vez la necesidad le obligue a ello.

En realidad, el "cambio tranquilo" que promueve la corte -nacional e internacional- que se ha formado a su alrededor probablemente acabe pareciéndose más al llevado a cabo en el otro gran país esclavista americano: Brasil. El presidente Lula simbolizó un cambio simbólico de gran magnitud, la llegada de un obrero sindicalista a la presidencia de la potencia regional, aunque aceptara desde el principio los acuerdos de su predecesor con el Fondo Monetario Internacional, del mismo modo que Obama aceptó el controvertido plan de salvamento de Paulson-Bush. Su ambiguo legado nos deja una potencia emergente que ha promocionado cierto multilateralismo (Unasur), pero cuyo desarrollismo agro-industrial y su comportamiento en la región, con multinacionales como Petrobras, no se diferencia mucho de sus equivalentes del Norte. Al mismo tiempo, ha promovido programas contra la pobreza -aunque en la línea del Banco Mundial-, mantenido complejas relaciones con los movimientos -entre la cooptación y la cooperación- y promocionado acciones afirmativas para los negros en un país en el que el mestizaje ocultaba espinosas cuestiones raciales.

No cabe duda de que el establishment presionará para volver a meter el genio social en la botella, desatado tras una interminable campaña electoral. Que lo logre no significa que no quede algo positivo después de todo. Habrá que ver. Por lo pronto, la elección de Obama deja aún en peor lugar el deprimente panorama político europeo, donde si algo se mueve claramente es hacia posiciones reaccionarias.

Escrito por: Samuel.2008/11/06 02:00:17.165000 GMT+1
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2008/11/04 15:00:49.983000 GMT+1

Desde China

Si es imposible dejar de ser lo que uno es para convertirse en aquello que intenta comprender, siempre cabe hacer el esfuerzo de intentar apreciar otras realidades en sí mismas, y no asumiendo nuestra cultura (o, mejor, la cultura dominante en nuestro contexto) como medida de todas las cosas. Es decir, siendo consciente de las trampas eurocéntricas y de nuestros arraigados prejuicios. La cuestión es de actitud y de mirada. Y la del periodista Rafael Poch, que acaba de dejar su puesto de corresponsal de La Vanguardia en China, me parece bastante honesta. En los seis años que ha pasado en China, como antes en Rusia, ha tratado de explicar el mundo chino evitando, en la medida de lo posible, recurrir a los rígidos esquemas que contemplan ese país exclusivamente como una oportunidad económica o como una amenaza, económica y política. Sus artículos, junto con otras fuentes que compensan la infranqueable barrera lingüística, nos ayudan a componer un rompecabezas tan complicado como el del gigante asiático.

Su último artículo da fe de ello, en un año en que tanto se ha escrito sobre China. Dejo un extracto brillante, al que he añadido un enlace muy ilustrativo:

"El resurgir de China no está dando lugar al rearme de sus vecinos ni a coaliciones con potencias hegemónicas lejanas para contrarrestarlo. Aclarar este punto nos obliga a hacer una digresión comparativa entre el sistema de relaciones sinocéntrico de Asia Oriental, y el sistema europeo de los últimos quinientos años.

En el sistema europeo de relaciones, la emergencia de una nueva potencia venía seguida de la inmediata coalición o alianza de las otras para contrarrestarla. Eso le ocurrió a España, a Francia, Inglaterra, a Alemania y a todo aquel que levantaba cabeza en el continente. En Europa el poder era expansivo, imperial, agresivo y guerrero por definición. En los dos siglos que van desde 1615 hasta el fin de las guerras napoleónicas, los países europeos estuvieron en guerra una media de sesenta o setenta años por siglo, lo que significa una guerra prácticamente constante. En 1815 comenzó un siglo inusitado de paz, si nos abstraemos de enormidades como la guerra de Crimea, la expansión genocida anglosajona en los nuevos mundos europeos de América del Norte y Australia, y, sobre todo, si olvidamos lo que se incubó en aquel periodo: la industrialización de la guerra, que multiplicó la mortandad y crueldad bélicas en una escala sin precedentes, como demostraron las dos guerras mundiales europeas que arrancan en 1914 al concluir aquel pacifico interludio.

En el mismo periodo, en Asia Oriental en un contexto de valores confucionianos compartidos, hubo un sistema en el que la supremacía china fue más factor de paz que de guerra, con pocos conflictos entre naciones (dos guerras chino-japonesas iniciadas por Japón con motivo de Corea, breves guerras con participación china en Birmania y Vietnam, y poca cosa más), un sistema tributario chino que no perseguía la extracción de recursos de sus tributarios, y que no estaba muy interesada en el comercio de larga distancia que hizo imperialistas a los europeos, como demostró la célebre expedición del Almirante Zheng He. El propósito del sistema chino era organizar la tranquilidad de su entorno exterior a fin de preservar la estabilidad de su enorme y autosuficiente mercado interior. En ese periodo, China conoció, ciertamente, episodios muy violentos contra los pueblos de la estepa, en Mongolia y Asia Central en el siglo XVIII, cuando absorbió enormes territorios de su periferia, pero, una vez más, eso no tenía que ver con expansión imperial ni extracción de recursos, sino con conflictos fronterizos y con la pacificación de su entorno inmediato.

La China moderna ha mantenido ese mismo tono desde su revolución de 1949. Los conflictos del último medio siglo son todos fronterizos. Incluyen una intervención en Corea, en 1950, una breve guerra fronteriza de dos meses con India, en 1962, cuya responsabilidad achacan a India los estudios más convincentes, y una intervención, ésta sí ofensiva y punitiva, contra Vietnam, en 1979, que quiso ser represalia por la más que justificada intervención vietnamita en la Camboya de Pol Pot, y en la que el ejército chino se rompió los dientes.

Hoy China mantiene fronteras con catorce estados de la más diversa condición, entre ellos países en serias crisis como Afganistán, Paquistán, Corea del Norte o Birmania. El país tiene en Taiwán la herencia de una guerra civil inconclusa complicada por la guerra fría. Hacia todas esas realidades, China emite impulsos más apaciguadores y prudentes que agresivos y ofensivos. China está lejos de ser perfecta y "mejor que…". Su realidad interna contiene tremendas injusticias y opresiones internas de las que hemos ido dando cumplida cuenta estos años en nuestro informe desde Pekín, pero en el ámbito exterior no presenta impulsos agresivos. Tampoco se deducen de su citada historia, ni de su doctrina, ni de su apuesta militar, más allá de las fantasías de los guerra-adictos de Washington, siempre necesitados de "amenazas" y enemigos para justificar su peligrosa patología. El arsenal nuclear chino, el más pequeño de las cinco potencias nucleares "originales", se encuentra hoy en el mismo estadio que en los años ochenta y nunca ha sido puesto en estado de alerta. China no dispone de los instrumentos militares imperiales por excelencia: grupos aeronavales de larga distancia orientados a la intervención exterior, ni planea dotarse de ellos. Esa es la realidad que hay sobre la mesa, más allá de las fantasías y de los interesados cuentos de miedo, y, de cara a la integración política del nuevo mundo en el que vivimos, esa realidad tiene una importancia extraordinaria."

Escrito por: Samuel.2008/11/04 15:00:49.983000 GMT+1
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