«Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica».
Estos días de encierro casero me ha venido a la cabeza más de una vez qué habría pasado si la crisis del COVID-19 se hubiera adelantado un año. ¡Vaya cristo!
¡Cuántos proyectos culturales pondrá patas arriba esta situación nunormal!
En una situación parecida está el cantante Petti, a la espera de cuándo ve la luz su álbum «Manipulazio estrategiak» (Estrategias de manipulación). Charló sobre ello el pasado lunes con Oier Aranzabal.
Y tienen un pase los planes y los proyectos que se retrasan. Es más grave la situacion de aquellos que, como la revista Rockdelux, se van directamente al guano.
«La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica».
Este artículo del recordado Javier Ortiz era de imprescindible lectura cada seis meses o así. Desde marzo es conveniente leerlo una vez por semana. Mínimo. Jamaica o muerte. Venceremos. pic.twitter.com/5ZuHg28QnA
Me hizo ilusión el tuit del periodista Jorge Nagore. Si me preguntaran sobre una columna de Javier, probablemente no sería Sueño con Jamaica la primera que citara. Pero David Fernàndez también ha dicho más de una vez que es uno de los textos que más ha leído, porque lo tiene en el corcho de casa.
«Una especie de manual básico para sobrevivir con dignidad en las aguas pantanosas y emponzoñadas del periodismo. Debe de ser el artículo que más he leído nunca» dice @HiginiaRoig aquí.https://t.co/7K82iuTH1u
No es la única cuestion ortiziana de la semana. Durante el verano de 2007, coordinó un ciclo de tres mesas redondas sobre cultura y deporte en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. En una contó con el cineasta Juan Carlos Fresnadillo y las windsurfistas Daida e Iballa Ruano; en otra, sentó al actor Óscar Ladoire y al entrenador de fútbol Ángel Cappa; finalmente, la novedad de esta semana, el escritor Jose Saramago y el ciclista Peio Ruiz Cabestany.
Y es novedad porque la Fundación CajaCanarias colgó el video el viernes en su canal de Youtube.
He pasado algo más de una hora esta tarde de domingo lluvioso viendo y escuchando la conversación y he de reconocer que me emociona oír la voz de Javier y verlo ahí sentado. Ese inicio caótico, con ambos invitados torpedeando la excesivamente larga presentación. Saramago contra la industria del deporte, repitiendo por activa y por pasiva que jamás tuvo ambiciones, algo que sorprendía a Peio.
El momento que más me ha gustado es cuando el escritor portugués (entonces un viejo, según él, de 84 años) dice que le recomiendan continuamente que se mueva más, pero que no ve a nadie intentando llevar a los deportistas por el camino de la lectura.
En estos tiempos en los que el enfado cotiza al alza, escuchemos una de las canciones más recientes de Petti. Tiene pinta de que es un muy buen disco. Y digo que tiene pinta porque sólo he escuchado tres o cuatro temas. Quedo a la espera de que lo publique Zart Kolektiboa.
«Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así».
Último viernes de confinamiento estricto, Primero de Mayo. Mientras miraba un tanto aburrido una estantería con libros, me fijé en la colección de artículos «Perro de prensa» de Javier Eder.
¡Anda!, pensé, hacía tiempo que no sé nada de Javier. ¿Dónde andará?
Abrí el libro y apareció una anotación manuscrita mía que dice que lo compré en julio de 1995 en Bilintx Megadenda.
Hoy he puesto en el buscador el nombre de Javier Eder y me he encontrado con su web: edder.org.
En ella subía (parece que ya no) fragmentos de películas e insertaba comentarios.
Aquella primera vez de 1956, el promotor Horace Logan usó la megafonía para mandar a los asistentes a casa, pero yo hoy quiero decirlo en sentido contrario.
Más que «Elvis ha salido del edificio» un «Elvis ha salido de casa».
P.S.: Hay una canción de Frank Zappa con un título parecido. «Elvis has just left the building».
A pesar de que ya hemos pasado más de cuarenta días en casa, eso no significa que haya terminado la cuarentena ni el encierro.
Entre las cosas buenas, cabe destacar que limpiado y ordenado mis libros, discos y papeles varios. Y eso no es moco de pavo. Porque quien ordena sus libros, discos y demás papeles, ordena su vida.
Otra cosa es el trastero. Pero eso no lo tocaremos ahora.
El ordenador de sobremesa cumplió diez años en febrero y, a principios de abril, me he comprado uno nuevo. Esta ha sido la única compra realizada a través de internet.
Entre las cosas chungas, lo que peor llevo es las pocas opciones que hay para calmar los enfados del teletrabajo. Aunque al menos no he dejado de hacer deporte.
He leído menos de lo que quería, pero mantengo el tipo. Apenas he visto cine, series y tele. Después de pasar varias horas delante de la pantalla, lo que menos quiero es mirar otra pantalla más.
Compruebo que la ecuación cuarentena = enfado está bastante extendida. Para ello basta solo con mirar las redes. Las propias. Ya que no hay que olvidar que las infraestructuras de estos gigantes las podemos moldear y adaptar más o menos a nuestro gusto.
Estos días se me han acumulado los aniversarios de fallecimientos: Diurtxio; Hasier Etxeberria; Tia Joxepa, mi madrina; Begoña, madre de una cuñada; Josetxo Mayor, fallecido hoy hace tres años.
Pero afortunadamente han sido más los cumpleaños. Me he tomado un trago por Beñat, Rosa, Koldo, Arantxa, Lola, Ane, Judith, Maider, Charo, Julio, Miguel, Ione, Iñaki, Fermin, Pablo, Maddalen, Aimar, Karmele, Nagore... Y veo que la semana entrante también promete.
Pero esta semana hay otra efeméride importante: el 28 de abril se cumplirá el undécimo aniversario de la muerte de Javier Ortiz.
Quería poner música a estas líneas y he elegido a Elena Setién. Es un concierto casero de tres o cuatro temas subido hace un rato a la red. Al final hay una canción inédita.
El pasado mes de octubre comenzó una nueva etapa en la emisora municipal DK Irratia (cambio de nombre incluido: antes era Casares Irratia). Hasta comienzos del mes de abril, Ion Olano Carlos ha presentado diariamente el programa Bestalde y vaya desde aquí mi reconocimiento por el trabajo realizado. Mila esker, Ion.
Desdel 14 de abril, es Oier Aranzabal quien presenta el magacín cultural Ispilu Beltza, de lunes a viernes, de 8:00 a 10:00 de la mañana.
Hoy era el segundo día de la huelga digital (el apagón digital convocado y seguido por varios centenares de creadores vascos) y el programa estaba dedicado a los museos.
Actualización del 24 de abril. Podéis escuchar la entrevista aquí.
Retraso
Por un lado, teníamos la reapertura del museo y, por otro, una retrospectiva gigante. Hemos estado preparando todo durante dos años y, justo cuando teníamos que abrir, hemos tenido que cerrar el museo, a dos semanas de la apertura.
¿Qué supone eso? Tenemos algunos problemas: algunos préstamos no han llegado, otros se han quedado por el camino, no sabemos cuándo tendremos que abrir... Tenemos un problema de préstamos, porque hay vestidos y obras de arte que vienen de otros museos... Los catálogos también estaban en camino... En este momento reina la incertidumbre.
Diferentes hipótesis
Nosotros tenemos diferentes hipótesis, porque nadie tiene información exacta. Somos un museo municipal y la información que tenemos viene del Ayuntamiento de París. Pero no es falta de información. Día a día, semana a semana, el Gobierno toma decisiones y ahora se ha establecido el 11 de mayo como fin del confinamiento, pero no sabemos cómo vamos a organizar ese final, porque ellos tampoco lo saben. Al parecer, están en ello.
¿Es la cultura un servicio público básico?
Normalmente, todos los que trabajamos en el mundo de la cultura pensamos que la cultura es un derecho y que debe ser un servicio público. Que tiene una enorme importancia social y no sólo educativa, sino también para el bienestar y la salud colectivos. Por ejemplo, para la salud mental, tal y como estamos viendo ahora. Ya que en esta situación de confinamiento es importante consumir cultura para no volverse loco.
Para nosotros está claro. Luego se trata de prioridades. Que haya otros servicios públicos que el público estime o necesite más. Quién pone esas prioridades, en definitiva.
Museos: públicos, privados...
Está claro que hay muchos museos públicos y privados. Muchos museos privados desaparecerán, probablemente. Y muchos museos pequeños con financiación pública lo van a pasar muy mal.
Los museos con colección permanente siempre tendrán la oportunidad de mostrar (arte o lo que sea) y contar algo a través de una serie de obras u objetos para interpretar nuestra sociedad.
Otros museos sólo tienen exposiciones temporales. Es decir, tienen programaciones muy ambiciosas, pero no tienen una colección propia. ¿Cómo van a actuar estos en una situación económica tan grave?
Hay modelos de gestión y museos diferentes y muchos museos lo van a pasar muy mal. Unos tendrán que cerrar, otros desaparecerán, otros tendrán que recortar la programación...
Modelos económicos y artísticos a debate
Nosotros habíamos presentado nuestra programación y la había aprobado el Ayuntamiento hasta 2023. Sin embargo, todo esto ahora tendremos que revisarlo. Aunque reine la incertidumbre, sabemos que los presupuestos de 2020, 2021 y 2022 no serán los que pensábamos.
Por un lado, el modelo económico de los museos está en cuestión. Por otro lado, el modelo artístico. Nuestra financiación proviene principalmente de instituciones públicas, pero cada vez más de entidades privadas. Y unos museos competimos con otros para hacer exposiciones cada vez más grandes, para atraer cada vez más visitantes... En parte los museos se han convertido en instituciones turísticas. Y esto, en mi opinión, tiene sus límites y sus debilidades.
Por otra parte, el concepto expositivo también está cuestionado. ¿Cómo explicamos, cómo mostramos, cómo presentamos las ideas en los museos? El arte, la sociedad o la historia... Siempre a través de unos objetos, de una exposición. ¿Este formato está obsoleto? ¿No debemos explorar y reflexionar sobre otros medios en estos tiempos digitales? No sé, hay una reflexión muy profunda pendiente sobre los museos.
Existe una profunda reflexión sobre la definición del museo en el ICOM, la asociación internacional de museos. Todavía seguimos con la definición del siglo XIX: una colección, conservación, exposiciones...
Acelaración de lo que venía
Seguramente, esta crisis nos traiga de manera acelerada el cambio que estaba por venir. Yo creo que es lo que ocurre en la mayoría de las revoluciones. Los cambios en una revolución no empiezan desde cero. Normalmente es la aceleración de un proceso ya en marcha.
Hemos pensado que no lo gestionaríamos nosotros, sino nuestros hijos o la siguiente generación, pero tendremos que gestionarlo nosotros. Lo mismo cuando hablamos del planeta.
A nosotros nos tocará reflexionar y poner en marcha otro modo de vida. Yo no le tengo miedo a eso. Me parece apasionante.
Cuando se avecinan cambios drásticos todos estamos desorientados. Porque la ignorancia es muy estresante.
Soy historiadora y, quizá por eso, creo que estamos ante una oportunidad. No sólo vivir, sino poder hacer cosas. Que nuestra generación sea protagonista en un momento de transformación como este es muy duro, pero también maravilloso.
Es una frase que escuché hace unos cuantos años en boca del sociolingüista Kike Amonarriz y que he repetido muchas veces. Ahora más que nunca es el momento de reivindicar la extrañeza y la mala leche de aquella mujer.
Tal y como contó Kike la anécdota (mejor dicho, tal y como la tengo yo registrada en mi memoria), la mujer era vizcaína y tenía ya cierta edad. No recuerdo la pregunta, pero debía de ser algo así como qué le suponía o cómo se sentía al aprender euskera en aquel momento de su vida.
Y esa fue la respuesta: «Todos me corrigen, pero todos diferente».
Es mi sentimiento al leer opiniones, informaciones y gaitas varias sobre el COVID-19.
Pidamos a otra mujer que aporte algo de calma a este caos. Con ustedes, Natalia Lafourcade.
No recuerdo la última vez que, como anoche, me pasé tres horas viendo la tele. Entre otras cosas vi un documental que emitió ETB2 titulado «Eleuterio Sánchez contra el Lute».
Las y los más talluditos sabéis que El Lute fue un mito creado por el franquismo y Eleuterio Sánchez lucha contra ello. Es lo que cuenta en el documental de una hora.
Merchero, nómada, pobre, fue enviado a la cárcel por robar seis gallinas con 19 años. Pasó más de dos años dentro (entre otras, estuvo en la prisión vasca de Nanclares de Oca).
En 1965, con 23 años, participó en un atraco contra una joyería. Mataron al vigilante y esa acción lo devolvió a la cárcel. La inicial condena a muerte fue luego conmutada por una cadena perpetua.
Logró escapar del tren que le llevaba a un juicio en Madrid y no lo pillaron hasta casi dos semanas después. Volvió a fugarse, esta vez de la cárcel del Puerto de Santamaría en la Nochevieja de 1970. Consiguió estar más de dos años en la calle. Lo trincaron en 1973 y salió legalmente en junio de 1984.
El documental sirve para que Eleuterio cuente su versión, pero también hay otras voces: el fundador y director de El Caso, Eugenio Suárez (hace apología de la tortura y se muestra partidario de la pena de muerte), una mujer que es casi como una hermana tras convivir con su familia un par de años en Las Hurdes, el preso de la CNT que trató de huir con él de Puerto, dos hijos (el mayor y el pequeño), una de las mujeres con las que convivió (con la segunda acabó muy mal)...
Lo que más me fascina de este hombre que cumplirá 78 años el 15 de abril es su inteligencia natural que le lleva a tener el discurso que se escucha en la película tras crecer en unas condiciones lamentables (aprendió a leer y escribir en la cárcel), así como la capacidad de seducción que tiene con la cámara.
Esta mañana he vuelto a encontrármelo en la red. Ha sido en Twitter donde he visto esta entrevista de La Directa: «La meva pàtria és la llibertat».
Junto a nuestro caserío (Lekunberri) había otro llamado "Ezurriki" (Sin arrepentimiento). En la época en que yo lo conocí ya no vivía nadie. Escuché a un vecino decir de dónde provenía el nombre. Era un pedazo de caserío y alguien le dijo al dueño que se "arrepentiría" por meterse en una obra así. El tipo se empeñó y como respuesta el nombre de la casa. Sin embargo, hoy quiero recordar otro significado de esa palabra, porque tened en cuenta que el original está escrito en euskera.
Estos días andamos todas y todos en torno al COVID-19. No hay otra. Jakoba Errekondo escribió el otro día un artículo en Argia en el que hablaba de cuestiones relacionadas con la vida rural: Jende zakurra, baratzera joatea galarazi diguna (Gente malaje, esa que nos prohíbe ir a la huerta).
Pongo por aquí, traducidos, el segundo párrafo y parte del tercero:
«Me valgo de la expresión “Gure amaren etxea” (la casa de mi madre) y, claro, la casa no es eso que se construye en torno a la puerta. La casa es un concepto moldeado a lo largo del tiempo para sostener nuestra vida y la de nuestra gente. Nuestra casa somos nosotros, las abejas, los animales domésticos, los derechos de los montes vecinales, las praderas, los campos, la huerta, los árboles frutales, los instrumentos de trabajo, etcétera. Todo eso es, al menos, la casa.»
«Quien piense que la casa se reduce a una construcción será de esos que le gusta hacer lecturas literales... Una de las mujeres más sabias que he conocido me dijo para hacerme saber que podía ir a su casa cuando quisiera, sin cita previa: “Andaremos por donde anda el gato”.»
Jakoba es también un hombre sabio. Comparte parte de su sabiduría todos los sábados por la mañana en Euskadi Irratia. Ese mismo espacio lo ocupa otra persona las mañanas de los domingos, el doctor Felix Zubia. Qué tranquilidad la que transmiten ambos y qué bien nos vienen estas personas y estos programas con vocación pública. Con ellos anda la periodista Arantxa Arza, la cual también tendrá algún mérito en el resultado final.
Compasión. Hay veces que tengo claro cuál es el título antes de escribir el apunte. Era el caso. Compasión, piedad.
En euskera urriki significa también compasión (errukia), además de arrepentimiento.
Se ha hablado de las niñas y de los niños, de esa gente que no puede ir a cultivar su huerta... Esta semana me he acordado de las personas con enfermedades mentales.
En los grupos de WhatsApp cercanos andan un par de vídeos. En uno debe de aparecer una mujer bastante conocida en la ciudad por su problemas mentales y que, en estas circunstancias, anda más desatada que nunca. En el otro se ve a un hombre caminar desnudo por las calles de nuestra ciudad.
Llevamos tres semanas encerrados en casa, algunos más cómodos que otros. No me gustaría estar en la piel de una persona enferma mental en este enclaustramiento.
Tened un poco de compasión, de piedad, y no compartáis esos vídeos en WhatsApp, ni mucho menos en las redes sociales.
Esta semana ha muerto Rafa Berrio. No lo despedí en castellano. Me quedé sin palabras e hice un breve apunte en euskera (Rafa(el) Berrio (1963-2020): in memoriam). Era un grande y ahí queda todo su cancionero repleto de temas que resistirán el paso del tiempo.
Nota previa: Hay una canción de Xabier Lete que se titula Gizon arruntaren koplak (Coplas de un hombre corriente). Tiene un verso que dice: «Periodikuak letuz ilustratzen gera» (Nos ilustramos leyendo periódicos). Está el hombre en el baño, con papel delante y papel detrás. De ahí la referencia a lo digital y a la ilustración que hago en el título.
1.- Otra entrevista de Ramon, en este caso a un medio local, Irutxulo, allá por la década de 1990. Le preguntaron que sobraba en San Sebastián. Así, de memoria: Lo que sobran en San Sebastián son esas encuestas chorras que hace El Diario Vasco sobre si los bancos han de pintarse de azul o de rojo. Ha pasado mucho tiempo y ya no es solo el DV quien hace tales encuestas. En esta época cualquier medio hace cosas similares y te preguntan que qué piensas del COVID-19 o que cuánto va a durar el encierro, a sabiendas de que no tenemos ni puñetera idea de ninguna de ambas cosas.
2.- Una anécdota contada por el propio Saizarbitoria. A comienzos de la década de 1980, él era concejal de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de San Sebastián. Entonces los recursos municipales eran escasos. Debió de ir un sin techo a pedir ayuda a la Casa Consistorial y lo recibió en su despacho. Ni corto ni perezoso, Saizarbitoria le dio cobijo en el Hotel María Cristina. Tras esa decisión, él decía que ya no le volvieron a mandar ningún sin techo a su despacho.
Me he acordado de esto cuando he leído que el Ayuntamiento donostiarra pone en manos de Osakidetza este hotel. Me ha parecido un tanto extraño que este establecimiento de cinco estrellas se dedique ahora tal fin, pero creo haber oído en alguna radio que han hecho lo mismo en otra cidad con otro hotel de parecidas características. Mira qué opción tan macabra para conocer un hotel de cinco estrellas. Yo no la querría para mí.
Como a estas alturas ya sabemos todo el mundo, Pedro Sánchez salió ayer a la tarde para informar de que hoy el Gobierno español va a extremar las medidas para los próximos quince días. Dice Enric Juliana que las discusiones en el gobierno no son únicamente partidistas (PSOE vs. UP), sino transversales. Es decir, que las ministras que más pegas han puesto a la adopción de estas drásticas medidas son las de Asuntos Económicos (Calviño) y Hacienda (Montero).
Disgusto del PNV, con Urkullu a la cabeza. Carta del Lehendakari a Sánchez. Ahorra es Torra quien aparece con otro tono.
â¶ï¸Â Vull agrair al president del govern espanyol que hagi escoltat finalment les demandes de Catalunya. Ara cal intensificar el suport al sistema de salut i als serveis d’emergències i de protecció civil per guanyar aquesta lluita compartida per l’esperança i la vida #Covid19pic.twitter.com/cszggZsDFn
1) Los periodistas q hay que leer más son los corresponsales en Bruselas. El suyo es un oficio complicado: tienen q moverse en la anomia política y descifrar acuerdos-decisiones fraguados en el caos -aparentemente ordenado- dl funcionalismo monnetiano
Como imagino que la mayoría, estoy ya un tanto saturado de tanta exposición (poca información, muchísima opinión, desinformación, etc) sobre el COVID-19 y esta mañana de domingo me he puesto a traducir una entrevista que leí a finales del año pasado a la alcaldesa de Uztarroze, un pequeño pueblo del Valle del Roncal. Bisnieta de Fidela Bernat, la última hablante del dialecto del valle. La autora de la entrevista es Reyes Ilintxeta: «Soilik turismoa bultzatzea, menpekotasuna sustatzea da».
Mientras traducía la entrevista he estado escuchando «Songs to Play» de Robert Forster (The Go-Betweens). Es un disco que os recomiendo escuchar en estos tiempos. Contiene canciones tan luminosas como I'm so Happy for You, vídeo que pongo aquí abajo.
Jone Alastuei: «Impulsar solo el turismo es fomentar la dependencia»
Maestra. Nacida en Pamplona (1991), hace varios años decidió irse a vivir al pueblo de su padre, Uztarroze. Es la alcaldesa de este pueblo y la presidenta de la Junta del Valle del Roncal.
Reyes Ilintxeta: Durante todo el año Uztarroze tiene 50 habitantes y 141 personas empadronadas. ¿Por qué dejas Pamplona y te vienes a un pueblo como este?
Jone Alastuei: Mi padre es de Uztarroz y mi madre de Salvatierra d'Esca(Salvatierra de Esca, Zaragoza). Yo siempre he vivido en Iruñea, pero veníamos todos los fines de semana y las vacaciones. Quería probar qué era vivir aquí y, hace unos cuantos años, me vine, me gustó y me quedé en el pueblo. Me ha parecido que el pueblo es más apropiado para desarrollar un modo de vida más sostenible y colectivo.
Reyes Ilintxeta: Eres maestra y trabajas en la escuela del pueblo. En ese punto, tienes mucha suerte, ¿no?
Jone Alastuei: Sí. Mi primer trabajo fue en Otsagabia, luego estuve un año en Iruñea (Pamplona) y desde entonces estoy en la escuela de Erronkari (Roncal).
Reyes Ilintxeta: ¿Cómo es la vida de una persona aquí?
Jone Alastuei: Yo vivo muy bien. No me aburro para nada. Tengo un montón de ideas y cosas que hacer. Me falta tiempo.
Además, la oferta cultural es amplia y un pueblo te da muchas opciones: dar una vuelta por el monte, trabajar la huerta, esquiar y, sobre todo, estar con la gente.
En algunos pueblos hay tiendas pequeñas y panaderías. Una mujer de Galipentzu (Gallipienzo) nos trae pescado todos los martes. En verano, hay furgonetas que vienen con fruta y verduras, pero muchas personas tenemos huertas y animales y trabajamos mucho el autoconsumo.
La temporada de la huerta no es muy larga. Aquí la primavera comienza tarde y el invierno llega enseguida. Yo, por ejemplo, guardo muchas productos en botes para el resto del año, bien sea congelados, bien sea secos.
En estos pueblos se puede vivir muy bien y con mucha tranquilidad. Hay quien vive de un modo muy urbano, como en la ciudad, pero yo prefiero la vida rural.
Reyes Ilintxeta: ¿Lo peor es encontrar trabajo y casa?
Jone Alastuei: Yo diría que es más difícil encontrar casa que trabajo. En estos valles pirenaicos se puede trabajar en la educación o en la administración. Como ahora estoy en el Ayuntamiento, veo que es difícil encontrar gente para algunos puestos. En la educación también está siendo difícil encontrar sustitutos, porque poca gente quiere venir. No es fácil cubrir las actividades técnicas. Además de esto, hay muchos trabajos temporales en el sector servicios (sobre todo en la hostelería y en el turismo). En el primer sector hay que pelearse el trabajo, porque si en general no recibes de nadie, tienes que comprar o comenzar de cero, pero ahí también hay opciones. Para la gente que estamos aquí hay suficiente trabajo. Es cierto que la oferta laboral no es muy variada; por eso, no vienes por el trabajo, sino porque quieres vivir aquí.
En cuanto a las casas, normalmente no se alquilan y las pocas que están en venta son terriblemente grandes y la mayoría está sin reformar. Además, calentar y mantener estas casonas resulta generalmente muy caro.
Reyes Ilintxeta: ¿Cuánta gente vivís aquí?
Jone Alastuei: En todo el Pirineo (navarro) unas 5.200 personas. En el Valle del Roncal, hay empadronadas algo más de 1.500, pero solo 700-800 pasan todo el año aquí. En Uztarroz hubo una época en la que llegaron a ser 900. Ahora hay casi 200 en verano, pero muchas menos en invierno. El año pasado contamos 45 personas entre semana. El pueblo cambia mucho los festivos.
De todas maneras, somos optimistas. Varias personas jóvenes nos hemos venido al valle, algunas de origen local y otras venidas de fuera: de Pamplona, de Cataluña, del Estado Español, algunos migrantes de sitios más lejanos...
Reyes Ilintxeta: ¿Mucha gente mayor y pocos niños y niñas?
Jone Alastuei: Sí, como en todo el Pirineo. Nacen muy pocos niños. Aquí, en Uztarroz, hay tres y en enero (la entrevista es de diciembre del 2019) nacerá otra criatura más. Si cada dos años nace una, no vamos mal.
En la escuela hay 80 alumnos de entre 3 y 16 años. Hemos tenido un gran bajón, sobre todo estos últimos cinco años. Este curso solo han entrado dos críos de 3 años. El próximo se incorporarán siete, pero no es una cifra habitual.
Reyes Ilintxeta: ¿Véis un riesgo de que se convierta en parque temático?
Jone Alastuei: Sí. Yo al menos sí que estoy preocupada con eso. Hay mucho turismo y se invierte mucho en el desarrollo turístico, pero yo creo que debería invertirse más en otras actividades para fomentar la economía productiva local. Porque impulsar únicamente el turismo es fomentar la dependencia. Nosotros conservamos los pueblos y los recursos locales para el disfrute de todos y debemos pensar hasta qué punto es un modelo económico saludable. Está bien que parte de nuestros ingresos provengan del turismo, pero que no sea esa nuestra principal fuente. Canalizaría el desarrollo de otra manera.
Reyes Ilintxeta: ¿Cómo?
Jone Alastuei: Fortaleciendo el primer sector. Hay que hacer un análisis profundo. Tenemos recursos naturales, madera, ganadería, energías renovables... y hay que aprovechar todo ello de manera eficaz. Parece que el turismo es la fuente de ingresos más fácil, pero a largo plazo hay que intentar fomentar la producción. Necesitamos canales adecuados y menos obstáculos para comercializar nuestros productos; por ejemplo, el queso. Ahora hay menos tiendas pequeñas en la zona y tenemos que negociar con los grandes vendedores como buenamente podemos. La globalización nos está devorando. Pasar del micro al macro es muy difícil para las pequeñas queserías.
Junto a esto, tenemos que tener claro que, como consumidores, todos podemos hacer mucho. Hemos de ser conscientes del trabajo y de los recursos que hay detrás de la elaboración de los alimentos, por ejemplo, y deberíamos estar dispuestos a pagarlo, quizás a través de la administración.
Reyes Ilintxeta: Cada vez nieva menos en la montaña. ¿Es también algo preocupante para las pistas y las escuelas de esquí locales?
Jone Alastuei: Las previsiones con el cambio climático no son buenas. Por ahora va bien y emplea a mucha gente. Además, estas empresas pequeñas están buscando también otras propuestas fuera de la temporada de nieve; rutas de marcha nórdica, por ejemplo. Hay gente con muchas ganas y creo que tenemos la capacidad para crear cosas, pero junto a ello hay que fortalecer el primer sector, actualmente muy envejecido tanto por edad como por desarrollo.
Reyes Ilintxeta: Cada vez hay menos animales domésticos y, además, vuelve el oso. No estáis de acuerdo con las medidas del Gobierno. ¿Por qué?
Jone Alastuei: Así es. Es un tema muy complejo. Cuando en noviembre nos reunimos con el Gobierno (navarro), traté de transmitirles la inquietud que nos provoca la decisión de volver a traer el oso. La cuestión no es: oso sí, oso no. Lo más grave es que ellos han hecho los planes sin preguntarnos. Todas estas decisiones acarrean una tremenda transformación y no nos han preguntado si estamos preparados. Han pasado por encima nuestro.
Hay mucha gente que está tratando de asimilar todo eso. No es el único ni el más importante factor en cuanto a la pérdida de la ganadería, pero era lo que nos faltaba. Quienes vivimos aquí somos quienes cuidamos todo esto y hay unos cuantos derechos de gestión. Pasar por encima de ello, nos ha provocado mucho dolor y un gran enfado. Hay que hacer un diagnóstico serio del medio ambiente. Es sabido que la ganadería extensiva es muy beneficiosa para contener la biodiversidad, pero eso, por ejemplo, no se impulsa tanto como el oso. No hay ninguna planificación para proteger esta ganadería que está al borde de la desaparición. Donde antes había campos, ahora hay bosque, pero no se habla de ello.
Acaban de cerrar una explotación en Uztarroz y no ha sido por culpa del oso o porque se hayan jubilado. Hay muchos factores y hay que estudiarlos.
Reyes Ilintxeta: ¿No son suficientes las ayudas que dan por los ataques del oso?
Jone Alastuei: No, y además no es nada fácil conseguirlas. Para empezar, has de demostrar que esa oveja ha recibido un ataque directo del oso y llevar su cádaver. Para ello, en primer lugar, has de encontrarla. Además, con el dinero que te dan no recuperas tu oveja, ese tipo de oveja que tienes, de esa raza que tú has moldeado durante años y que has ayudado a mejorar. Y además tienes que presentar un montón de papeles. La burocracia es muy compleja y nadie ayuda al pastor en ese cometido. Es una sobrecarga. Los perjuicios son superiores a los ejemplares muertos: ovejas que se ponen nerviosas y escapan, abortos...
Reyes Ilintxeta: ¿Cuáles son, en concreto, las nuevas medidas que propone el Gobierno?
Jone Alastuei: Este verano contrataron dos ayudantes para el pastoreo. Además, se han puesto en marcha sistemas de comunicación y GPS para saber dónde está el oso. También nos dijeron que en adelante habría más medidas disponibles: cierres virtuales, colores que avisan de la presencia del oso, collares sonoros para las ovejas, mastines... Por poner un ejemplo: el uso de estos perros es difícil, porque no son animales muy fáciles y no deben de ser tampoco demasiado compatibles con el turismo. De todas maneras, yo no digo que no a estas medidas y habrá que probarlas para ver si funcionan, pero sí que conviene dejar claro que aquí el enfado es mayúsculo. Porque muchas personas ven que nos han traído el oso para que se quede y que lo único que nos queda es aceptarlo.
Reyes Ilintxeta: Entre los jóvenes, ¿hay debate sobre la caza?
Jone Alastuei: No. Aquí es una cosa normal. Se cazan jabalíes, ciervos y corzos, principalmente. Es otra manera de aprovechar el monte. Los cazadores también abren muchas veredas y ayudan a mantener el monte limpio. Junto con los deportistas y los pastores, son los que más andan en el monte.
Hay que decir que es una actividad muy masculinizada. De paso, podrían aprovechar para trabajar otros modelos de masculinidad.
Reyes Ilintxeta: ¿Cuál es tu labor en la Junta del Valle del Roncal?
Jone Alastuei: Hay siete ayuntamientos en el valle: Burgi, Bidankoze, Garde, Erronkari, Urzainki, Izaba y Uztarroze. Somos los alcaldes y algunos representantes más quienes formamos la Junta. Mi cometido consiste en convocar y organizar las reuniones, como hacen los alcaldes de un pueblo. Mi forma de trabajar es consultar todo con los miembros de la junta.
Reyes Ilintxeta: Está en marcha la renovación de la administración local navarra. De las doce comarcas nuevas, la del Pirineo sería la menor en cuanto a población. ¿Será un gran cambio para vosotros?
Jone Alastuei: Creo que seguiremos teniendo las mismas competencias. Está previsto tener secretaría, intervención y varios funcionarios más en común. Por ello, y porque se puede perder la idiosincrasia de cada pueblo, hay quien tiene una actitud más desconfiada. En cambio, yo lo veo de manera positiva, porque todos juntos podemos tener más fuerza.
Reyes Ilintxeta: ¿Se mantiene el contacto con el norte de Euskal Herria (Iparralde)?
Jone Alastuei: No demasiado. Hemos conseguido que haya una frontera delimitada. Tenemos un acuerdo de hermanamiento con Larraine (Larrau) y nos juntamos todos los años para hacer una fiesta. En julio celebramos el Tributo de las Tres Vacas con los bearneses, pero la relación queda ahí. Ahora mismo estamos participando en un proyecto transfronterizo llamado Belarouat para el fomento de la economía local, el turismo y el patrimonio natural de aquí, Garazi, Ereta y Laskun. Gracias a este proyecto, pronto volveremos a abrir el refugio de Belagua, por ejemplo.
Reyes Ilintxeta: ¿Cuál es tu valoración de las redes de Mujeres y Asociaciones del Pirineo?
Jone Alastuei: En esta comarca, el movimiento de las mujeres es muy fuerte y duradero. Este año (2019) se ha celebrado el XIX encuentro. Queremos mostrar que nosotras también tenemos qué decir y hacer. Los grupos tienen un gran potencial y, además, reúnen a mujeres de edades diversas. Son grupos muy activos. El último 8 de marzo (2019) decidimos que la huelga y las manifestaciones no se hicieran en Iruñea, sino en nuestros pueblos. Hicimos unas caravanas muy largas y tuvo mucho éxito.
Reyes Ilintxeta: Eres la bisnieta de la última vasco-hablante del Valle del Roncal.
Jone Alastuei: Era la madre de mi abuela paterna. Murió con 93 años, el mismo año que yo nací. Fidela Bernat se convirtió en referente porque fue la última en morir, o al menos la última conocida. Quizás hubiera más vasco-hablantes en aquel momento, pero ella era la más conocida porque le hicieron muchas entrevistas. No la quiero mitificar, pero es verdad que durante los últimos años de su vida tomó conciencia de la pérdida del euskera y dejó muy claro que eso no era lo que ella quería. Su deseo era que los críos aprendieran euskera. A mi padre y a sus hermanos, sus nietos, les decía: «que esos chiquitos aprendan vasco» (nota: así recogido en la entrevista original). Así ha sido en el Roncal y en el Pirineo navarro en general.
Esta mañana teníamos que hacer una reunión de seis personas. Los lunes estamos normalmente siempre juntas, pero, teniendo en cuenta la situación, cada una estábamos en nuestra casa (salvo la jefa, que estaba en la oficina). ¿Cómo nos organizamos? Vídeo-conferencia colectiva al canto. Vale para el trabajo, pero también para la familia, amistades y luchas varias.
Gorka Julio Teketen (Talaios Kooperatiba) me ha recomendado una herramienta muy práctica: Jitsi. Es una plataforma que permite organizar una sala de video-conferencias.
3.- En el apartado llamado Start a new meeting, ponle un nombre. Por ejemplo, Kalimero.
4.- Coge el enlace de Kalimero y enviáselo a la gente con la que quieras reunirte (por e-mail, WhatsApp, Telegram, Signal...).
5.- En el icono i situado en la parte inferior a la derecha, puedes poner una contraseña (válida por ejemplo para cuando has creado un enlace habitual para tu gente y de fácil acceso).
6.- Podemos seguir la reunión a través de un ordenador o de un móvil:
a) Un ordenador de mesa o pórtatil: se necesita cámara y micrófono.
b) Un telefóno móvil: si accedes al enlace que te han remitido (por ejemplo, Kalimero), aparecerá un mensaje para que te instales la aplicación de Jitsi. Sigue los pasos que te demanda el proceso de instalación.
A medida que se conecta la gente, aparecerán varias pantallas. Algo parecido a esto.
¡Especial manazas! Cuidado con los botones que aparecen en la parte inferior, tal como en el centro:
1.- El micrófono de la izquierda es para hablar, lógicamente.
2.- Si le das sin querer a la imagen central del teléfono, saldrás de la sala.
3.- La cámara de la derecha es para que te vean a ti.
Poniéndote encima del micrófono y de la cámara, se apagan y se encienden fácilmente. Es decir, si el micrófono está apagado, tú escuchas a los demás, pero ellas no te pueden escuchar a ti. Lo mismo con la cámara.
Si pulsas sin querer la imagen del auricular del teléfono, entra en la dirección que te han dado o que ya conoces por hábito.
Arriba he citado el blog de Estitxu Eizagirre, periodista de la revista Argia. Da ocho claves para hacer reuniones eficientes. Son recomendaciones de la empresa Manahmana. Están en euskera, pero seguro que tienes más recomendaciones en tu idioma por la red.
¡Arriba los corazones y no perdáis la esperanza! Salid lo mínimo de casa y organizad video-conferencias con tu familia, amistades y demás.