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2020/05/26 21:05:00 GMT+2

Mirando por la ventana

O por el balcón. El nuevo deporte nacional.

Leihotik begira

Lunes por la mañana. A eso de las 11:00 se oye un golpetazo. Hay un crío en el suelo, en medio de la calle. Parece que ha sido atropellado por un coche. No sé qué ha pasado. Viste la camiseta de la Real y tiene cerca, unos metros más allá, un monopatín. No parece demasiado grave, pero sí aparatoso. Hasta que llegue la ambulancia y la policía, el tránsito de vehículos se detiene. Varias personas, sobre todo un hombre, tratan de consolarlo con mucho tacto mientras lloriquea. Llega la ambulancia, atienden al herido y se libera la calle. Todo sigue su ritmo habitual, como si no hubiera pasado nada.

El accidente sucede enfrente del garaje de los servicios fúnebres. Los primeros días del encierro me fijaba en la entrada y salida de vehículos. No era muy fluida, pero la persiana se elevaba un par de veces al día y eso me producía cierto desasosiego.

En la parte superior del garaje, está la terraza de los vecinos del piso contiguo. Calculando mal y pronto, unos 80 metros cuadrados. Un lujo esos días de confinamiento. La pareja y sus dos hijos usaban el espacio como lugar de esparcimiento, a pesar de no ser un sitio muy discreto. Jugaban al baloncesto, al frontenis, etc. Ahora es el hijo quien practica, de vez en cuando, kick-boxing.

Una mañana de sábado escuché a una mujer joven llamándole la atención a un señor que debía de estar en la plaza. Por aquel entonces eso estaba prohibido. La mujer le echaba en cara su poca vergüenza. Que como podía estar leyendo el periódico así de tranquilo mientras su crío, el de la mujer, no podía salir a la calle. No se escuchó ninguna respuesta del hombre de la plaza.

Este fin de semana he visto a un hombre sacudiendo la escoba muy marranamente. Espero que los vecinos de la terraza inferior no se percataran de ello.

Ya han pasado los aplausos de las ocho. Alguien tocaba el pito y bastantes vecinos nos asomábamos al balcón o a la ventana. Afortunadamente a nadie se le ocurrió poner música. Como leí por ahí, parece que había gente que no se daba cuenta de que todos tenemos algún aparato reproductor de sonido en casa. Y quien no lo tiene, quitando las excepciones de rigor, es porque no quiere.

Compruebo que se me está agotando el bote de la paciencia. Lo percibí de primera mano el sábado con mi madre. Fuimos a dar un paseo a Hondarribia. Una mujer ya talludita golpeó su bicicleta contra un robusto banco de piedra que se interpuso en su camino. La ayudamos a levantarse y cruzamos un par de frases con ella. Mi madre le dijo que igual era el momento de dejar a un lado la bicicleta. Debí permanecer callado, pero le dije que, por favor, se callara. Que cuando una persona se ha caído al suelo de aquella manera tan burda no es el momento más adecuado para decirle que lo deje. Pero eso se puede decir de manera correcta o tal y como se lo dije yo.

Cuando el teletrabajo me lo permita, seguiré mirando ese cielo. A ver si el bote de la paciencia sube de nivel.

Leihotik begira, sarrera hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/05/26 21:05:00 GMT+2
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2020/05/17 10:15:00 GMT+2

No sabes lo que es el Coronavirus hasta que lo tienes cerca

Esta mañana dominguera he traducido al castellano la entrevista que Paulo Ostolaza, periodista de Berria, hizo hace unos días a un enfermo de COVID-19 (Jesus Mari Gabilondo, 69 años) y a su hija (Nahikari Gabilondo, 42). No añado nada más.

Enlace al original en euskera: «Gertu izan arte ez dakizu zer den koronabirusa»

No sabes lo que es el coronavirus hasta que lo tienes cerca

Jesus Mari Gabilondo ha pasado 40 días ingresado en el Hospital Donostia tras enfermar de coronavirus. 25 de ellos los ha pasado en la unidad de cuidados intensivos. Aún no puede abrazar a su familia, pero se siente «como si hubiera vuelto a nacer». Le preocupa que los ciudadanos hayan perdido el miedo al COVID-19: «No es una gripe».

«Mi mujer y yo no nos ponemos nunca la vacuna contra la gripe, pero nos dijimos: si esto es una gripe, tendremos que ponérnosla. Primero enfermó ella y después yo; me sentía cansado y, al poco tiempo, me di cuenta de que tenía fiebre. Llamamos al médico por precaución. Vino una ambulancia a casa; me llevaron a San Sebastián y luego ya no me acuerdo de nada: me durmieron». Era un día de marzo en Zarautz (Gipuzkoa); en ese momento comenzó una estancia de 40 días en el Hospital Donostia, de los cuales 25 fueron en la unidad de cuidados intensivos.

Jesus Mari tiene 69 años y su hija Nahikari 42. Han hablado con Berria, vía Internet, sobre lo vivido estos dos últimos meses. Ya han pasado varios días desde que Jesus Mari regresó a casa, pero todavía habla así (por Internet) o desde el balcón con sus hijos y nietos: «Me encantaría darles un abrazo a mis nietos, pero me parece que todavía no ha llegado el momento». Ahora, le preocupa que los ciudadanos hayan perdido el miedo al coronavirus, porque «no es una broma».

Cuando llegó al hospital, Gabilondo ya tenía los dos pulmones afectados y le tuvieron que sedar e ingresarlo en la UCI. Llevaba ocho días con fiebre y estaba más grave de lo que pensaba. Nahikari tiene estudios de enfermería y, cuando llevaron a su padre al hospital, le avisó de que probablemente tendría que quedarse allí un par de días. Sin embargo, no creía «en absoluto» que fuera a ingresar en la UCI. Fue su madre quien le dio la noticia: «Me dijo que había hablado con mi padre. Que tenía el oxígeno bastante bajo y que lo habían metido en la UCI. Entonces lo durmieron para darle oxígeno y le dijo a mi madre que le llamaría al día siguiente. Enseguida le vi las orejas al lobo... Llamé a un médico amigo y este me confirmó que mi padre no llamaría al día siguiente. Me confesó que no sabía lo que iba a pasar». La tasa de mortalidad en la UCI de San Sebastián en aquel momento era del 0%, pero los primeros casos de coronavirus acababan de llegar. En las UCIs de China, morían alrededor del 40% de los pacientes.

EL MARATÓN

Para Nahikari, los días en los que su padre estuvo en la UCI fueron los más duros. Resume el «desorden de sensaciones» vivido en dos palabras: «Soledad y miedo». Mientras su padre estaba sedado en el hospital y conectado a un ordenador, le dejaron claro que no podía visitar a su madre. «Estaba con una ansiedad tremenda, asustada, mal, pero tenía a mi marido y a mis hijos en casa. Mi madre estaba igual, pero sola y enferma», ha explicado la hija.

Pero desde el principio sabían lo que les venía encima. El médico les dijo: «Esto va a ser un maratón: preparaos. Pueden pasar entre diez y quince días hasta que se despierte». El único contacto oficial que mantenían con el hospital era la llamada que Nahikari recibía al mediodía, pero los primeros días no le daban mucha información porque no había cambios. «Es muy dura esa falta de información, porque quieres recibir la noticia de que está bien, pero no llega».

Sin embargo, reconoce que han tenido suerte porque tienen un amigo íntimo trabajando en la UCI. Le llamaba varias veces al día, más que para informarle para tranquilizarla: «Tenemos también enfermeras cercanas a la familia, y ellas han sido nuestros ojos y nuestras manos».

EL CUIDADO

Mientras su padre permanecía en el hospital, la hija se encargó de ejercer de mediadora entre el hospital y la familia. Señala que quizá eso haya sido lo más difícil: «Yo tenía que informar a los demás y también me correspondía tranquilizarlos. No tenía otra opción que ser fuerte y sacar fuerzas de donde no había».

Habló con su madre durante horas: «Además, lo hice de cosas sobre las que no solemos hablar: de sentimientos, del miedo, de la soledad...». Para llevar la situación lo mejor posible, decidieron no alejarse demasiado de la realidad y asumieron desde el principio lo que podía ocurrir. La hija le decía a su madre: «Pase lo que pase, somos una familia muy unida y tiraremos para adelante». Sin embargo, no le daba toda la información disponible -la madre lo ha sabido ahora-: con el beneplácito de los médicos, se guardaba algunas cosas para sí.

LOS MIEDOS

Nahikari resume esta sensación en una conversación que mantuvo con sus hijos: «Me preguntaban si el abuelo iba a morir y, por supuesto, yo no podía decirles que no. Les expliqué que el abuelo lucharía y que los médicos harían también todo lo posible». Entonces, los niños le preguntaron qué podían hacer: «¿Nosotros? Ahora no podemos hacer nada más que apoyar a la abuela».

En el confinamiento los funerales han estado prohibidos. Aunque Nahikari ya había vivido esa experiencia previamente por la muerte de una tía de su marido, le asustaba mucho perder a su padre de esa manera: «No podríamos decirle adiós como se merecía, no podría abrazar a mi madre, tendría que estar a dos metros de mi hermano...». Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que estaban viviendo quienes pasaban el coronavirus: «Por eso la gente no se lo toma en serio, porque no ha tenido ningún caso cercano. Tener la muerte a la puerta de casa te cambia el punto de vista».

EL PROCESO DE CURACIÓN

Padre e hija destacan la humanidad de las trabajadoras y de los trabajadores del hospital: «Ellos también han sufrido, porque ven que los familiares no podemos estar allí y porque tampoco ellos pueden dedicar el tiempo necesario a los pacientes».

Jesus Mari Gabilondo ha tenido como compañeros de habitación a otros tres hombres enfermos de COVID-19. A su salida de la UCI, lo trasladaron a la «planta infectada» -allá donde se encuentran pacientes que aún no han dado negativo- y compartió habitación con un hombre de 45 años «que estaba hecho un cisco». Este hombre «estaba intubado, era tratado por psicólogos, tenía fiebre y los médicos no podían quitársela».

Cuando dio negativo en el test PCR, compartió habitación con otro hombre de 43 años. «Había perdido 23 kilos. Había sufrido un trombo mientras estaba en la UCI, le daban anticoagulantes, tuvo una embolia y, cuando todo parecía ir bien, un ictus». Jesus Mari quiere remarcar las consecuencias del coronavirus: «Los médicos nos han dicho que no saben lo que nos puede pasar».

LAS VIVENCIAS

Comentó sus delirios, consecuencia de la medicación, con sus compañeros de habitación y se dieron cuenta de que todos habían tenido sueños similares: «Todos habíamos soñado que nos secuestraban». Él, «afortunadamente», era consciente de lo que le había pasado, de la realidad, pero no lo eran sus compañeros. Una de las principales labores de los psicólogos hospitarios consistía en aclarar ese punto a los pacientes.

Jesus Mari está anotando todo lo vivido y soñado, porque los médicos le han dicho que se lo preguntarán más adelante. «Casi ni saben lo que nos han dado», dice sonriente. «Lo único que querían era que saliéramos vivos».

También relata más detalles de los días de hospital, como lo que le pasó una noche al compañero que sufrió un ictus con un médico asistente: «El asistente le preguntó qué le pasaba y el paciente le explicó que tenía miedo. Entonces el otro le respondió: ¿quieres que lloremos juntos?» Se acostó a su lado veinte minutos y lloraron juntos. «El personal del hospital lo ha dado todo y hay que valorar ese trabajo».

Al volver a casa, Jesus Mari sintió «una gran tranquilidad». Pero todavía anda con tiento. Su hija le controla diariamente la tensión, los latidos del corazón, la fiebre, etc. «Porque todavía tenemos ese miedo». Su padre tiene las defensas bajas aún, pero está «tranquilo» y tiene claro lo que tiene que hacer. «Me lo tomo como si hubiera vuelto a nacer y tengo que aprovechar la vida».

LAS PREOCUPACIONES Y LOS AGRADECIMIENTOS

Sin embargo, ahora a los Gabirondo les preocupa lo que ven desde la ventana. Ven que la gente ha perdido el miedo al virus y, «aunque solo sea por respeto a los demás», piden a la ciudadanía que se atenga a las normas, que respete los horarios establecidos y que mantenga las distancias. Según Nahikari, «coger el virus es fácil, lo podemos coger sin darnos cuenta y las consecuencias que puede acarrear son tremendas».

Jesus Mari critica también la actitud de los políticos, porque considera que no basta con tener camas vacías en los hospitales. «Los ponía a trabajar un día entero en el hospital para que vean el trabajo que están haciendo los médicos», dice con rabia. «Tendrán camas, pero los médicos están cansados, sin vacaciones y trabajando más horas de las debidas».

Nahikari también agradece el apoyo recibido tanto dentro como fuera del hospital. «Ha sido tremendo. En particular, quiero agradecer al personal del hospital su profesionalidad, así como al padre de una persona de mi cuadrilla su actitud con nosotros; durante este tiempo ha sido como un padre para mí y como un abuelo para mis hijos. Quiero dar las gracias también a todas las personas que han enviado mensajes para decirnos que estaban a nuestro lado»

Escrito por: iturri.2020/05/17 10:15:00 GMT+2
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2020/05/10 18:45:00 GMT+2

Jamaica

«Sueño con Jamaica. Estoy sentado detrás de una mesa negra, rodeado de papeles, delante de una pared de la que cuelgan fotografías de desolación y soledad, entre proyectos de artículos y pilas de opinión que me reclaman. Y estoy volando hacia Jamaica».

 

Tal día como hoy, 10 de mayo, pero hace un año, presentamos el libro de Ortiz en Donostia (enlace al vídeo).

Estos días de encierro casero me ha venido a la cabeza más de una vez qué habría pasado si la crisis del COVID-19 se hubiera adelantado un año. ¡Vaya cristo!

¡Cuántos proyectos culturales pondrá patas arriba esta situación nunormal!

Sobre eso ha hablado Alberto Moyano hoy en DV con tres escritores: Galder Reguera, Txani Rodríguez y Emilio Sánchez-Mediavilla. Los tres se han visto forzados a retrasar sus planes primaverales.

En una situación parecida está el cantante Petti, a la espera de cuándo ve la luz su álbum «Manipulazio estrategiak» (Estrategias de manipulación). Charló sobre ello el pasado lunes con Oier Aranzabal.

Y tienen un pase los planes y los proyectos que se retrasan. Es más grave la situacion de aquellos que, como la revista Rockdelux, se van directamente al guano.

«La pantalla de fósforo verde me mira adusta. Me está pidiendo impaciente su ración cotidiana de formatos y de claves. Pero hoy –¿qué me pasa?– sólo veo en ella reflejos de espuma blanca sobre un mar de azul intenso. Un mar bajo el sol: bajo ese fiero sol de pasión que ilumina eternamente el puerto de Kingston, en Jamaica».

Me hizo ilusión el tuit del periodista Jorge Nagore. Si me preguntaran sobre una columna de Javier, probablemente no sería Sueño con Jamaica la primera que citara. Pero David Fernàndez también ha dicho más de una vez que es uno de los textos que más ha leído, porque lo tiene en el corcho de casa.

No es la única cuestion ortiziana de la semana. Durante el verano de 2007, coordinó un ciclo de tres mesas redondas sobre cultura y deporte en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. En una contó con el cineasta Juan Carlos Fresnadillo y las windsurfistas Daida e Iballa Ruano; en otra, sentó al actor Óscar Ladoire y al entrenador de fútbol Ángel Cappa; finalmente, la novedad de esta semana, el escritor Jose Saramago y el ciclista Peio Ruiz Cabestany.

Y es novedad porque la Fundación CajaCanarias colgó el video el viernes en su canal de Youtube.

He pasado algo más de una hora esta tarde de domingo lluvioso viendo y escuchando la conversación y he de reconocer que me emociona oír la voz de Javier y verlo ahí sentado. Ese inicio caótico, con ambos invitados torpedeando la excesivamente larga presentación. Saramago contra la industria del deporte, repitiendo por activa y por pasiva que jamás tuvo ambiciones, algo que sorprendía a Peio.

El momento que más me ha gustado es cuando el escritor portugués (entonces un viejo, según él, de 84 años) dice que le recomiendan continuamente que se mueva más, pero que no ve a nadie intentando llevar a los deportistas por el camino de la lectura.

En estos tiempos en los que el enfado cotiza al alza, escuchemos una de las canciones más recientes de Petti. Tiene pinta de que es un muy buen disco. Y digo que tiene pinta porque sólo he escuchado tres o cuatro temas. Quedo a la espera de que lo publique Zart Kolektiboa.

«Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nunca la vea. Me da igual. Mejor que sea así».

Jamaika amets, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/05/10 18:45:00 GMT+2
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2020/05/02 19:15:00 GMT+2

Elvis ha salido del edificio

Último viernes de confinamiento estricto, Primero de Mayo. Mientras miraba un tanto aburrido una estantería con libros, me fijé en la colección de artículos «Perro de prensa» de Javier Eder.

¡Anda!, pensé, hacía tiempo que no sé nada de Javier. ¿Dónde andará?

Abrí el libro y apareció una anotación manuscrita mía que dice que lo compré en julio de 1995 en Bilintx Megadenda.

Hoy he puesto en el buscador el nombre de Javier Eder y me he encontrado con su web: edder.org.

En ella subía (parece que ya no) fragmentos de películas e insertaba comentarios.

Por ejemplo, hay varios sobre Jorge Oteiza bajo la etiqueta Oteiza.

Pero me ha parecido más a tono como resumen de hoy este otro: Elvis ha salido del edificio, Elvis has left the building. No puedo insertar aquí el vídeo de Eder. Pinchad en el enlace anterior.

En euskera, como punto y final de los conciertos, se utiliza una frase de la trikitilari Maurizia Aldeiturriaga: «Hauxe da despedidia»(esta es la despedida), pero parece que en inglés ese adiós tiene un punto más dramático (incluso se usa para decir que alguien ha muerto).

También hay momentos para el humor. Por ejemplo, como cuando hace más de un año, Trump no acertó a decir la frase correctamente.

Aquella primera vez de 1956, el promotor Horace Logan usó la megafonía para mandar a los asistentes a casa, pero yo hoy quiero decirlo en sentido contrario.

Más que «Elvis ha salido del edificio» un «Elvis ha salido de casa».

P.S.: Hay una canción de Frank Zappa con un título parecido. «Elvis has just left the building».

Elvisek eraikina utzi du,

Escrito por: iturri.2020/05/02 19:15:00 GMT+2
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2020/04/26 22:10:00 GMT+2

Cuarentena

A pesar de que ya hemos pasado más de cuarenta días en casa, eso no significa que haya terminado la cuarentena ni el encierro.

Entre las cosas buenas, cabe destacar que limpiado y ordenado mis libros, discos y papeles varios. Y eso no es moco de pavo. Porque quien ordena sus libros, discos y demás papeles, ordena su vida.

Otra cosa es el trastero. Pero eso no lo tocaremos ahora.

El ordenador de sobremesa cumplió diez años en febrero y, a principios de abril, me he comprado uno nuevo. Esta ha sido la única compra realizada a través de internet.

Entre las cosas chungas, lo que peor llevo es las pocas opciones que hay para calmar los enfados del teletrabajo. Aunque al menos no he dejado de hacer deporte.



He leído menos de lo que quería, pero mantengo el tipo. Apenas he visto cine, series y tele. Después de pasar varias horas delante de la pantalla, lo que menos quiero es mirar otra pantalla más.

Compruebo que la ecuación cuarentena = enfado está bastante extendida. Para ello basta solo con mirar las redes. Las propias. Ya que no hay que olvidar que las infraestructuras de estos gigantes las podemos moldear y adaptar más o menos a nuestro gusto.

Las muertes hay que anotarlas en el apartado chungo. Pero no todas golpean por igual. Una de las que más, la de Rafa Berrio el pasado 31 de marzo.

Estos días se me han acumulado los aniversarios de fallecimientos: Diurtxio; Hasier Etxeberria; Tia Joxepa, mi madrina; Begoña, madre de una cuñada; Josetxo Mayor, fallecido hoy hace tres años.

Pero afortunadamente han sido más los cumpleaños. Me he tomado un trago por Beñat, Rosa, Koldo, Arantxa, Lola, Ane, Judith, Maider, Charo, Julio, Miguel, Ione, Iñaki, Fermin, Pablo, Maddalen, Aimar, Karmele, Nagore... Y veo que la semana entrante también promete.

Pero esta semana hay otra efeméride importante: el 28 de abril se cumplirá el undécimo aniversario de la muerte de Javier Ortiz.

Quería poner música a estas líneas y he elegido a Elena Setién. Es un concierto casero de tres o cuatro temas subido hace un rato a la red. Al final hay una canción inédita.

Berrogeialdia, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/04/26 22:10:00 GMT+2
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2020/04/22 20:30:00 GMT+2

Miren Arzalluz: «Nos va a tocar reflexionar y poner en marcha otro modo de vida»

El pasado mes de octubre comenzó una nueva etapa en la emisora municipal DK Irratia (cambio de nombre incluido: antes era Casares Irratia). Hasta comienzos del mes de abril, Ion Olano Carlos ha presentado diariamente el programa Bestalde y vaya desde aquí mi reconocimiento por el trabajo realizado. Mila esker, Ion.

Desdel 14 de abril, es Oier Aranzabal quien presenta el magacín cultural Ispilu Beltza, de lunes a viernes, de 8:00 a 10:00 de la mañana.

Hoy era el segundo día de la huelga digital (el apagón digital convocado y seguido por varios centenares de creadores vascos) y el programa estaba dedicado a los museos.

Palais Galliera (crédito: web del museo).

Al comienzo del programa ha estado Miren Arzalluz (la podéis escuhar en euskera a partir de los 7 minutos 50 segundos). Es la directora del Museo de la Moda de París (Palais Galliera). Estos días iban a reabrir tras dos años de parón y reformas varias. Pero llegó la COVID-19... y mandó parar. He traducido al castellano sus palabras. Es una entrevista de unos quince minutos.

Actualización del 24 de abril. Podéis escuchar la entrevista aquí.

Retraso

Por un lado, teníamos la reapertura del museo y, por otro, una retrospectiva gigante. Hemos estado preparando todo durante dos años y, justo cuando teníamos que abrir, hemos tenido que cerrar el museo, a dos semanas de la apertura.

¿Qué supone eso? Tenemos algunos problemas: algunos préstamos no han llegado, otros se han quedado por el camino, no sabemos cuándo tendremos que abrir... Tenemos un problema de préstamos, porque hay vestidos y obras de arte que vienen de otros museos... Los catálogos también estaban en camino... En este momento reina la incertidumbre.

Diferentes hipótesis

Nosotros tenemos diferentes hipótesis, porque nadie tiene información exacta. Somos un museo municipal y la información que tenemos viene del Ayuntamiento de París. Pero no es falta de información. Día a día, semana a semana, el Gobierno toma decisiones y ahora se ha establecido el 11 de mayo como fin del confinamiento, pero no sabemos cómo vamos a organizar ese final, porque ellos tampoco lo saben. Al parecer, están en ello.

¿Es la cultura un servicio público básico?

Normalmente, todos los que trabajamos en el mundo de la cultura pensamos que la cultura es un derecho y que debe ser un servicio público. Que tiene una enorme importancia social y no sólo educativa, sino también para el bienestar y la salud colectivos. Por ejemplo, para la salud mental, tal y como estamos viendo ahora. Ya que en esta situación de confinamiento es importante consumir cultura para no volverse loco.

Para nosotros está claro. Luego se trata de prioridades. Que haya otros servicios públicos que el público estime o necesite más. Quién pone esas prioridades, en definitiva.

Museos: públicos, privados...

Está claro que hay muchos museos públicos y privados. Muchos museos privados desaparecerán, probablemente. Y muchos museos pequeños con financiación pública lo van a pasar muy mal.

Los museos con colección permanente siempre tendrán la oportunidad de mostrar (arte o lo que sea) y contar algo a través de una serie de obras u objetos para interpretar nuestra sociedad.

Otros museos sólo tienen exposiciones temporales. Es decir, tienen programaciones muy ambiciosas, pero no tienen una colección propia. ¿Cómo van a actuar estos en una situación económica tan grave?

Hay modelos de gestión y museos diferentes y muchos museos lo van a pasar muy mal. Unos tendrán que cerrar, otros desaparecerán, otros tendrán que recortar la programación...

Modelos económicos y artísticos a debate

Nosotros habíamos presentado nuestra programación y la había aprobado el Ayuntamiento hasta 2023. Sin embargo, todo esto ahora tendremos que revisarlo. Aunque reine la incertidumbre, sabemos que los presupuestos de 2020, 2021 y 2022 no serán los que pensábamos.

Por un lado, el modelo económico de los museos está en cuestión. Por otro lado, el modelo artístico. Nuestra financiación proviene principalmente de instituciones públicas, pero cada vez más de entidades privadas. Y unos museos competimos con otros para hacer exposiciones cada vez más grandes, para atraer cada vez más visitantes... En parte los museos se han convertido en instituciones turísticas. Y esto, en mi opinión, tiene sus límites y sus debilidades.

Por otra parte, el concepto expositivo también está cuestionado. ¿Cómo explicamos, cómo mostramos, cómo presentamos las ideas en los museos? El arte, la sociedad o la historia... Siempre a través de unos objetos, de una exposición. ¿Este formato está obsoleto? ¿No debemos explorar y reflexionar sobre otros medios en estos tiempos digitales? No sé, hay una reflexión muy profunda pendiente sobre los museos.

Existe una profunda reflexión sobre la definición del museo en el ICOM, la asociación internacional de museos. Todavía seguimos con la definición del siglo XIX: una colección, conservación, exposiciones...

Acelaración de lo que venía

Seguramente, esta crisis nos traiga de manera acelerada el cambio que estaba por venir. Yo creo que es lo que ocurre en la mayoría de las revoluciones. Los cambios en una revolución no empiezan desde cero. Normalmente es la aceleración de un proceso ya en marcha.

Hemos pensado que no lo gestionaríamos nosotros, sino nuestros hijos o la siguiente generación, pero tendremos que gestionarlo nosotros. Lo mismo cuando hablamos del planeta.

A nosotros nos tocará reflexionar y poner en marcha otro modo de vida. Yo no le tengo miedo a eso. Me parece apasionante.

Cuando se avecinan cambios drásticos todos estamos desorientados. Porque la ignorancia es muy estresante.

Soy historiadora y, quizá por eso, creo que estamos ante una oportunidad. No sólo vivir, sino poder hacer cosas. Que nuestra generación sea protagonista en un momento de transformación como este es muy duro, pero también maravilloso.

No hay que tenerle miedo a la responsabilidad.

Miren Arzalluz: «Guri tokatuko zaigu hausnarketa egitea eta martxan jartzea beste bizimodu bat», apunte hau euskaraz.

 

Escrito por: iturri.2020/04/22 20:30:00 GMT+2
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2020/04/19 18:45:00 GMT+2

Todos me corrigen, pero todos diferente

Es una frase que escuché hace unos cuantos años en boca del sociolingüista Kike Amonarriz y que he repetido muchas veces. Ahora más que nunca es el momento de reivindicar la extrañeza y la mala leche de aquella mujer.

Tal y como contó Kike la anécdota (mejor dicho, tal y como la tengo yo registrada en mi memoria), la mujer era vizcaína y tenía ya cierta edad. No recuerdo la pregunta, pero debía de ser algo así como qué le suponía o cómo se sentía al aprender euskera en aquel momento de su vida.

Y esa fue la respuesta: «Todos me corrigen, pero todos diferente».

Es mi sentimiento al leer opiniones, informaciones y gaitas varias sobre el COVID-19.

Pidamos a otra mujer que aporte algo de calma a este caos. Con ustedes, Natalia Lafourcade.

Denek zuzentzen naute, baina denek diferente, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/04/19 18:45:00 GMT+2
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2020/04/13 19:50:00 GMT+2

Eleuterio

No recuerdo la última vez que, como anoche, me pasé tres horas viendo la tele. Entre otras cosas vi un documental que emitió ETB2 titulado «Eleuterio Sánchez contra el Lute».

Las y los más talluditos sabéis que El Lute fue un mito creado por el franquismo y Eleuterio Sánchez lucha contra ello. Es lo que cuenta en el documental de una hora.

Merchero, nómada, pobre, fue enviado a la cárcel por robar seis gallinas con 19 años. Pasó más de dos años dentro (entre otras, estuvo en la prisión vasca de Nanclares de Oca).

En 1965, con 23 años, participó en un atraco contra una joyería. Mataron al vigilante y esa acción lo devolvió a la cárcel. La inicial condena a muerte fue luego conmutada por una cadena perpetua.

Logró escapar del tren que le llevaba a un juicio en Madrid y no lo pillaron hasta casi dos semanas después. Volvió a fugarse, esta vez de la cárcel del Puerto de Santamaría en la Nochevieja de 1970. Consiguió estar más de dos años en la calle. Lo trincaron en 1973 y salió legalmente en junio de 1984.

El documental sirve para que Eleuterio cuente su versión, pero también hay otras voces: el fundador y director de El Caso, Eugenio Suárez (hace apología de la tortura y se muestra partidario de la pena de muerte), una mujer que es casi como una hermana tras convivir con su familia un par de años en Las Hurdes, el preso de la CNT que trató de huir con él de Puerto, dos hijos (el mayor y el pequeño), una de las mujeres con las que convivió (con la segunda acabó muy mal)...

Lo que más me fascina de este hombre que cumplirá 78 años el 15 de abril es su inteligencia natural que le lleva a tener el discurso que se escucha en la película tras crecer en unas condiciones lamentables (aprendió a leer y escribir en la cárcel), así como la capacidad de seducción que tiene con la cámara.

Esta mañana he vuelto a encontrármelo en la red. Ha sido en Twitter donde he visto esta entrevista de La Directa: «La meva pàtria és la llibertat».

Eleuterio Sánchez. Fotografía de Christian-González

Argazkiaren egilea: Christian González.

Me he acordado de aquel filme que Vicente Aranda rodó en los 80 (El Lute: camina o revienta), protagonizado por Imanol Arias y Victoria Abril.

Por la tarde he buceado y encontrado esta entrevista que Pablo Iglesias le hizo en mayo de 2016.

Eleuterio, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/04/13 19:50:00 GMT+2
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2020/04/05 20:35:00 GMT+2

Compasión

Junto a nuestro caserío (Lekunberri) había otro llamado "Ezurriki" (Sin arrepentimiento). En la época en que yo lo conocí ya no vivía nadie. Escuché a un vecino decir de dónde provenía el nombre. Era un pedazo de caserío y alguien le dijo al dueño que se "arrepentiría" por meterse en una obra así. El tipo se empeñó y como respuesta el nombre de la casa. Sin embargo, hoy quiero recordar otro significado de esa palabra, porque tened en cuenta que el original está escrito en euskera.

Estos días andamos todas y todos en torno al COVID-19. No hay otra. Jakoba Errekondo escribió el otro día un artículo en Argia en el que hablaba de cuestiones relacionadas con la vida rural: Jende zakurra, baratzera joatea galarazi diguna (Gente malaje, esa que nos prohíbe ir a la huerta).

Pongo por aquí, traducidos, el segundo párrafo y parte del tercero:

«Me valgo de la expresión “Gure amaren etxea” (la casa de mi madre) y, claro, la casa no es eso que se construye en torno a la puerta. La casa es un concepto moldeado a lo largo del tiempo para sostener nuestra vida y la de nuestra gente. Nuestra casa somos nosotros, las abejas, los animales domésticos, los derechos de los montes vecinales, las praderas, los campos, la huerta, los árboles frutales, los instrumentos de trabajo, etcétera. Todo eso es, al menos, la casa.»

«Quien piense que la casa se reduce a una construcción será de esos que le gusta hacer lecturas literales... Una de las mujeres más sabias que he conocido me dijo para hacerme saber que podía ir a su casa cuando quisiera, sin cita previa: “Andaremos por donde anda el gato”.»

Jakoba es también un hombre sabio. Comparte parte de su sabiduría todos los sábados por la mañana en Euskadi Irratia. Ese mismo espacio lo ocupa otra persona las mañanas de los domingos, el doctor Felix Zubia. Qué tranquilidad la que transmiten ambos y qué bien nos vienen estas personas y estos programas con vocación pública. Con ellos anda la periodista Arantxa Arza, la cual también tendrá algún mérito en el resultado final.

Compasión. Hay veces que tengo claro cuál es el título antes de escribir el apunte. Era el caso. Compasión, piedad.

En euskera urriki significa también compasión (errukia), además de arrepentimiento.

Compasión en el diccionario de la Academia: «Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien».

Se ha hablado de las niñas y de los niños, de esa gente que no puede ir a cultivar su huerta... Esta semana me he acordado de las personas con enfermedades mentales.

En los grupos de WhatsApp cercanos andan un par de vídeos. En uno debe de aparecer una mujer bastante conocida en la ciudad por su problemas mentales y que, en estas circunstancias, anda más desatada que nunca. En el otro se ve a un hombre caminar desnudo por las calles de nuestra ciudad.

Llevamos tres semanas encerrados en casa, algunos más cómodos que otros. No me gustaría estar en la piel de una persona enferma mental en este enclaustramiento.

Tened un poco de compasión, de piedad, y no compartáis esos vídeos en WhatsApp, ni mucho  menos en las redes sociales.

Esta semana ha muerto Rafa Berrio. No lo despedí en castellano. Me quedé sin palabras e hice un breve apunte en euskera (Rafa(el) Berrio (1963-2020): in memoriam). Era un grande y ahí queda todo su cancionero repleto de temas que resistirán el paso del tiempo.

Hacedle caso: ¡Quítame la mano de encima!

Errukia, apunte hau euskaraz

 

Escrito por: iturri.2020/04/05 20:35:00 GMT+2
Etiquetas: arantxa_arza jakoba_errekondo felix_zubia covid19 rafael_berrio euskadi_irratia argia | Permalink | Comentarios (4) | Referencias (0)

2020/03/29 12:30:00 GMT+2

Ilustrándonos en (por) lo digital

Nota previa: Hay una canción de Xabier Lete que se titula Gizon arruntaren koplak (Coplas de un hombre corriente). Tiene un verso que dice: «Periodikuak letuz ilustratzen gera» (Nos ilustramos leyendo periódicos). Está el hombre en el baño, con papel delante y papel detrás. De ahí la referencia a lo digital y a la ilustración que hago en el título.

Esta mañana he leído una entrevista de Alberto Moyano al escritor Ramon Saizarbitoria (aquí la referencia a Ramon Saizarbitoria en la Wikipedia) y la verdad es que me he reído un rato leyendo a este ilustre y tierno cascarrabias que habla sin pelos en la lengua.

Tras la lectura, me he acordado de dos cosas:

1.- Otra entrevista de Ramon, en este caso a un medio local, Irutxulo, allá por la década de 1990. Le preguntaron que sobraba en San Sebastián. Así, de memoria: Lo que sobran en San Sebastián son esas encuestas chorras que hace El Diario Vasco sobre si los bancos han de pintarse de azul o de rojo. Ha pasado mucho tiempo y ya no es solo el DV quien hace tales encuestas. En esta época cualquier medio hace cosas similares y te preguntan que qué piensas del COVID-19 o que cuánto va a durar el encierro, a sabiendas de que no tenemos ni puñetera idea de ninguna de ambas cosas.

2.- Una anécdota contada por el propio Saizarbitoria. A comienzos de la década de 1980, él era concejal de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de San Sebastián. Entonces los recursos municipales eran escasos. Debió de ir un sin techo a pedir ayuda a la Casa Consistorial y lo recibió en su despacho. Ni corto ni perezoso, Saizarbitoria le dio cobijo en el Hotel María Cristina. Tras esa decisión, él decía que ya no le volvieron a mandar ningún sin techo a su despacho.

Me he acordado de esto cuando he leído que el Ayuntamiento donostiarra pone en manos de Osakidetza este hotel. Me ha parecido un tanto extraño que este establecimiento de cinco estrellas se dedique ahora tal fin, pero creo haber oído en alguna radio que han hecho lo mismo en otra cidad con otro hotel de parecidas características. Mira qué opción tan macabra para conocer un hotel de cinco estrellas. Yo no la querría para mí.

Como a estas alturas ya sabemos todo el mundo, Pedro Sánchez salió ayer a la tarde para informar de que hoy el Gobierno español va a extremar las medidas para los próximos quince días. Dice Enric Juliana que las discusiones en el gobierno no son únicamente partidistas (PSOE vs. UP), sino transversales. Es decir, que las ministras que más pegas han puesto a la adopción de estas drásticas medidas son las de Asuntos Económicos (Calviño) y Hacienda (Montero).

Disgusto del PNV, con Urkullu a la cabeza. Carta del Lehendakari a Sánchez. Ahorra es Torra quien aparece con otro tono.

No me gustaría estar en el puesto de ninguno de ellos en este momento.

Acabo con dos cosas más vistas en Twitter:

  • Una canción que enlazó Ane Irazabal y que a mí me subió el ánimo (hasta el presidente jamaicano alabó el número en su perfil). Bobi Wine es de Uganda.
  • Un profesor universitario que avisa de que ahora más que nunca conviene leer a las y los corresponsales de Bruselas (por si os sirve, la revista 5W tiene una lista, sobre todo española, en Twitter).

Propina, Gizon arruntaren koplak de Xabier Lete.

Interneten letuz ilustratzen gera, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2020/03/29 12:30:00 GMT+2
Etiquetas: urkullu pedro_sánchez covid19 saizarbitoria ue torra | Permalink | Comentarios (3) | Referencias (0)