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2006/12/03

Manos Ahalinotópoulos. «Jacinto»

Resistencia, 2006

Creí que no sabía nada de él, pero me equivoqué. He podido comprobar que figura como artista invitado en los grupos de acompañamiento de varios grandes artistas griegos cuya obra me ha acompañado desde hace años: Mikis Theodorakis, Nana Mouskouri, Haris Alexiou, Elefteria Arvanitaki... y también de otros no menos interesantes, como el turco Okay Tamiz y el armenio Arto Tunçboyaciyan, alguno de cuyos discos ya han pasado por esta sección. De él en solitario no tenía noticias, pero con razón: este Jacinto –que grabó en 2000 pero que no había llegado hasta ahora a nuestro mercado– es su primer trabajo personal.

Manos Ahalinotópoulos nació y creció en Atenas en una familia procedente de Asia Menor. Aprendió a tocar la flauta y el clarinete siendo aún niño. Estudió Pedagogía y Ciencias Políticas en la Universidad de Atenas. Desde muy joven participó en conciertos de música tradicional, colaborando con instrumentistas e intérpretes especializados en músicas de vieja raigambre.

En 1986 se unió al grupo "Greck" para el concierto que dieron en el Festival Panmediterráneo de Música Folclórica de Valencia. En 1987 recibió el premio al mejor solista en el Festival de Ítaca. En 1991, participó en el Encuentro Musical de Oriente-Occidente que se celebró en El Pireo. Allí tocó con Peter Kowald, Charlie Mariano, Okay Temiz, Rabih Abou-Khalil, Ross Daly y otros. En 1993 creó el grupo Ellispontos, mano a mano con el compositor e intérprete de lira Elias Papadopoulos. Juntos se embarcaron en diversas actividades (grabaciones, actuaciones en televisión y en directo) por toda Grecia y en el extranjero.

Manos Ahalinotópoulos ha viajado con su clarinete, kaval y flautas por más de veinte países y ha participado en conciertos y festivales de gran prestigio. En 1994 inició sus estudios en el Departamento de Teoría de la Música de la Facultad de Filosofía de Atenas. Al mismo tiempo, ha dedicado mucho tiempo a la investigación, además de ahondar en el conocimiento de la música bizantina y de profundizar en sus estudios de Teoría de la Música Europea.

Como resultado de todo ello, ha llegado a participar en más de setecientos discos, además de componer piezas para teatro y cine. En su faceta de clarinetista, además de presentar su propio trabajo, ha actuado en más de veinte países y en numerosos festivales, como el Festival de Jazz de Montreux (en 1999 y 2002), el Womad (Londres, España, y otros países), el Sphinx Festival de Bélgica, el Festival de Jazz de Estambul, etc.

El virtuosismo y el rigor académico de Manos Ahalinotópoulos no necesitan de mayores argumentos. Pero él no se dedica a lucirlos, sino que los pone al servicio de composiciones e interpretaciones de factura estrictamente popular, alejadas muy a propósito de las modas «étnicas», de la «world music» y de las fusiones pedantes. Los estilos que mezcla se han mezclado previamente en las calles, en los pueblos, en las islas.

El resultado final es un disco evocador, hermoso, delicado –que no empalagoso, y menos todavía cursi– y, como suelen ser los nacidos de la música popular de la Grecia que se inclina hacia el Oriente, también sensual, y a veces hasta misterioso. Se oye con auténtico deleite.

El título hace referencia al mito de Jacinto, hijo de Amiclas y amante de Apolo, al que Céfiro, loco de celos, mató de una pedrada: su cuerpo se transformó en una bella flor supuestamente perenne, a la que pusieron su nombre. Manos Ahalinotópoulos emplea la imagen del jacinto para hablar de las metamorfosis de la música popular, también ella –él así lo cree– eterna.

Regálale este disco a alguien de cuyo buen gusto no te quepa duda y ten por seguro que habrás hecho una buena obra.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2006/12/03
Etiquetas: manos-ahalinotópoulos grecia | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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