Dicen algunos especialistas que éste será el futuro. Es decir, que escucharemos la música en Internet, directamente, sin descargas. El futuro está en "la nube", dicen. Uno de los servicios más conocidos de este tipo es Last.fm (tengo una cuenta, pero no le pillo el punto).
Spotify es, técnicamente, una gozada. Necesitas una invitación, te registras, bajas una pequeña aplicación, la ejecutas en el ordenador y ya está.
Mientras escribo estas líneas escucho a Patti Smith. Tiene la friolera de 314 canciones. Puedes escuchar uno detrás de otro los 163 temas de Mogwai o los 80 de Calexico. Entre los músicos vascos, están Bide Ertzean (63) y Mikel Laboa (120), por ejemplo. Me da que, por lo tanto, están disponibles los catálogos de Elkar y Gaztelupeko Hotsak, pero no así los de Esan Ozenki y Metak.
Está por ver si es un hype
(una moda pasajera e inflada que tal y como viene se va) o viene realmente a quedarse. Hay fórmulas de pago y otras gratuitas (mejor dicho: por ahora no hay publicidad, pero parece que la habrá).
Termino con las reflexiones del blogger Keko Ponte: Spotify no mola. Básicamente, son dos las cosas que le disgustan: intuye que la música que se quedará fuera será la de su gusto y que el modelo publicitario sólo puede beneficiar a las grandes:
"El problema es el contenido. Spotify es una apuesta clara de las grandes,
eso es obvio. Y sí, las grandes son el 95% de la música. Pero en
Spotify no caben todos, y en ese 5% restante (que parece poco, pero es
mucha mucha mucha música) suelen concentrarse las apuestas más
interesantes. Ese 5% restante es el de las disqueras pequeñas que se
han negado a ser compradas por mantener criterios editoriales claros,
el de las producciones escogidas por cuestiones musicales y no
económicas, el 5% de discográficas como Birra y Perdiz,
que sacan pocos discos pero realmente escogidos. Eso por no hablar de
la autoproducción y las net-labels. Es el 5% que se resistirá a que su
catálogo suene entrecortado con las ofertas del Día. El 5% en el que se
encuadran casi todos mis discos favoritos de este año".
"Uno de los nombres que sale en la conversación es el jesuita Luis Espinal.
Pertenece a esa otra cara de la Iglesia católica tan silenciada y desacreditada en España. Esos mártires no son del gusto de Roma,
tampoco los asesinados en Guatemala, Chile, Argentina (donde otros sacerdotes, no desautorizados por Roma, asistieron a torturas de
prisioneros), Nicaragua. Representan algo que Roma no quiere admitir".
"De Espinal te habla hasta el taxista que quiere llevarte al lugar donde fue encontrado su cadáver".
"Luis Espinal nació en Manresa. Se hizo jesuita muy pronto y una vez en Bolivia se nacionalizó boliviano. Fue un hombre de prensa, de cine, de radio, un luchador social que participó en movilizaciones obreras, en huelgas de hambre, alguien que logró quitarse la careta de blanco y con
sus conductas allanar las diferencias".
"Luis Espinal fue secuestrado la noche del 21 de marzo de 1980, a la salida de un cine donde había estado viendo la película Los desalmados. Los secuestradores, azuzados personalmente por Arce Gómez, llevaron a Espinal al matadero del barrio de Achicala, donde fue torturado de manera salvaje durante horas, hasta que fue rematado con ensañamiento a tiros. Al día siguiente, un campesino encontró su cuerpo
tirado en un vertedero de basura cerca del barrio de Chacaltaya".
"Uno de sus amigos y valedores, el poeta y cineasta Alfonso Gumucio, dice que "Los asesinos siguen libres y sus nombres son conocidos, pero
no se ha hecho justicia hasta ahora". Ni hasta ahora ni probablemente nunca. Por mucho que haya habido procesos, hay zonas de la dictadura de
García Meza que no han sido investigadas. García Meza y Arce Gómez, el Arcesino, dos nombres para la historia de la infamia boliviana".
"La vida es para eso, para gastarla... por los demás", decía Espinal. Y en su tumba del horripilante Cementerio General, este epitafio: "Mártir por la democracia". Un lenguaje que arranca
carcajadas, de otro mundo, de otro tiempo, donde la frase del hombre de mundo es "Yo no me la juego por nadie".
"¿Qué saben de todo esto los que pontifican desde la festiva comodidad europea sobre "la
realidad" boliviana? Nada. Y no se sabe porque no se quiere, porque a estas alturas hay medios más que suficientes para asomarse al pasado
histórico o más cercano de la república de Bolivia. No es verdad que suscite verdadera curiosidad. Las de Bolivia son noticias que queman, salvo que sirvan para propaganda neoliberal".
"Y copio aquí un fragmento de un viejo artículo de Ramón Rocha, titulado "¿Por qué mataron a Luis Espinal?": "Luis es una de las pocas imágenes que unifican a todos los sectores en
un respeto y admiración compartidos (...) Pero hay cualidades de Luis que hay que puntualizar: su vocación auténticamente cristiana lo
impulsaba a alinearse con los oprimidos, con los trabajadores, con los que no tienen el favor de los medios y sólo pueden hacerse escuchar en las calles, pues de lo contrario el poder no los escucha: bastante trabajo tiene defendiendo los intereses de las transnacionales".
"Es un artículo de 2005, pero creo que sigue válido, en Bolivia y en otros lugares donde hay invisibles, perseguidos, marginales por muchas
razones y no sólo por su raza, su nivel económico o su ideología".
"En Bolivia se echa en falta una verdadera Comisión de Verdad y Justicia, como la que ha habido en otros países, pero me temo que no darían
abasto".
Vuelvo a traducir una entrevista
aparecida en la revista Argia. El
entrevistado es Txarly Martínez de Bujanda,
capellán de la cárcel alavesa de Nanclares de Oca,
lugar donde en los últimos años han muerto trece
reclusos. Pongo aquí mi traducción
(euskara-castellano). Sobran los comentarios.
Txarly
Martínez de Bujanda: "Cuantas más cárceles
haya, más gente meterán dentro"
Es el
capellán de la cárcel de Nanclares de Oca (Álava).
Trece muertos en tres años. “Quien a la cárcel
va, su tumba encuentra”. Cárcel mortal. Entra y sale Txarly,
sin embargo, el animoso cura del lugar.
Elustondo:
Dicen que tu trabajo consiste en cuidar a los presos…
Txarly:
La pastoral y la evangelización han de cuidar a las personas.
La persona tiene muchas facetas y hay que ocuparse de todas. El
lado espiritual –que puede ser muy importante en la cárcel-
y el material –que es muy importante en la cárcel.
¿Un ejemplo? Llevar al preso una pila para el reloj, para que
disponga de ella al día siguiente o a la semana de haberla
pedido y no al mes o a los dos meses y que mientras tanto esté
sin reloj porque el recadista no le lleva pilas. O hacerle llegar un
paquete, algo que me ha enviado a mí su madre para que se lo
entregue en mano, porque no se aceptan los paquetes postales. ¿Que
la familia que vive en las Islas Canarias quiere enviar mantas al
hijo ahora que viene el invierno y quieren que el hombre esté
caliente? Me remite a mí el paquete, porque no llegaría
por correo. Cuido ese aspecto material, pequeñas cosas del día
a día, que le pueden dar algo de esperanza a quien está
dentro. También el otro lado, claro, charlar durante un rato y
reírte –en la medida de lo posible-, o estar al lado del
preso a quien acaban de agrandar la pena, para darle apoyo.
Elustondo:
Pilas, paquetes… ¿La cárcel no tiene nadie que se
ocupe de esas cosas?
Txarly:
La cárcel tiene su psicólogo, su recadista, sus
trabajadores… pero a veces no llegan o no quieren llegar… Hace
poco me dijeron: “Txarly, fulano sale a la calle el día 23.
Necesita el billete de autobús para irse a casa. Tenemos dos
opciones: que tú lo compres hoy o que se lo encarguemos al
recadista para que lo compre cuando pueda”. En esos casos es mejor
que me ocupe yo, porque no se sabe cuándo lo traerá el
recadista, porque acudir a la estación de autobuses no está
en su ruta o vete tú a saber porqué. Son muchas cosas,
muchos presos, muchas peticiones… ¿Que la institución
penitenciaria debería encargarse de ello? Creo que debería
hacer más cosas de las que realiza, pero no las hace porque se
ocupan las ONGs u otras personas que están allí. Como
nos ocupamos otros, la cárcel pasa de ejercer su labor.
Elustondo:
La cárcel pasa de muchas cosas.
Txarly:
De todo lo que puede. Creo que los que estáis fuera, estáis
equivocados. En primer lugar, los presos no son tan malos como los
pintan. Han cometido errores, como todos, pero una ley determina
que sus errores son delito y están dentro, castigados. El
ambiente de la cárcel es tranquilo, agradable, te
ríes y haces bromas con los presos. Por otro lado, en cuanto a
los funcionarios, hay de todo, como en el clero, entre los
periodistas… De todos modos, la mayoría de los
funcionarios no tienen nada contra los reclusos. Cumplen con su
trabajo y, si nadie les fastidia, ellos tampoco andarán
fastidiando a nadie. Dicen: “Te ha metido el juez, no yo. Quiero
que salgas de aquí cuanto antes. Cada uno tiene su sitio aquí:
tú preso, yo funcionario”. Así, la cárcel no
es tal y como la imaginamos desde fuera.
Elustondo:
Hay varias constantes en el perfil que he leído de los presos:
mala salud, delitos relacionados con las drogas, precariedad
económica, falta de estudios, la mitad de las mujeres son
madres…
Txarly:
Más de la mitad… El 75% de los presos, tanto hombres como
mujeres, que han abandonado la cárcel este año entraron
por delitos relacionados con las drogas; o por robos. Robos por estar
drogados o para conseguir droga. En Nanclares no hay nadie que
haya robado para hacerse rico. Bueno, quizás tres.
Todos los demás, porque estaban hasta arriba de droga o porque
necesitaban droga y han robado. Es decir, son gente que ha ido a
la gasolinera o al banco y han robado 100 o 200 euros. O han
robado una bolsa valorada en mil euros y la han vendido por cien,
porque era lo que necesitaban para comprar droga. Esto es así:
¡lo de la droga es vergonzoso! Hoy, es más barato
matar a alguien que cometer un hurto menor. Y no están al
mismo nivel. Hay gente que ha apaleado a una persona, se han dado a
la fuga, los han pillado, ingresan en prisión y salen con una
pena de ocho años. Y hay gente que ha cometido un hurto o robo
menor, por una dosis, pero como los han pillado una, dos, tres veces,
penan quince, dieciocho o veinte años de condena. No es
lógico. No son grandes criminales, ni grandes ladrones… Por
avatares de la vida han caído en el mundo de la droga y han
terminado en la cárcel. Muchos tienen mala salud, otros muchos
la perderán allí inútilmente, porque la
cárcel no es un sitio saludable y es fácil contagiarse:
el colectivo penitenciario está muy enfermo, muy pillado, las
medidas sanitarias son escasas… En la sociedad, la hepatitis o el
SIDA pueden ser enfermedades graves. En la cárcel, peores, la
enfermedad más grave es la tuberculosis. ¡Una enfermedad
que está prácticamente desaparecida fuera! Pues en la
cárcel conviene hacerse las pruebas de vez en cuando.
Elustondo:
¿Qué sucede cuando muere un preso?... Y luego otro más,
y un mes después otro, y otro más… En tres años,
murieron trece en Nanclares.
Txarly:
Sí…
Elustondo:
Según Salhaketa, varios presos fueron traslados a hospitales
para que figuraran como muertos fuera…
Txarly:
Sí.
Elustondo:
¿Cómo es posible eso?
Txarly:
¿Que cómo es posible? En la cárcel todo es
posible. Hay un médico en la prisión y ha dicho más
de una vez: “¡Lo raro es que no suceda más veces!”.
Fuera, se suicidan cuatro de cada mil personas. En la cárcel,
diecisiete de cada mil. ¿Por qué se suicida un
preso? Las razones son múltiples y variadas. Que un preso
se suicide es un drama. Para todos. Es peor para los
funcionarios, aunque sólo sea por el jaleo que se monta.
No sé si se preocupan por el muerto, pero sí que lo
recuerdan, porque la cárcel recibe un fuerte golpe. Los
funcionarios en general, los últimos que le vieron, los que
hacían el recuento y lo encontraron muerto, los subdirectores,
el director… Todos tienen que dar explicaciones y se analizará
si cumplen bien con su labor. La situación es tremenda. Entre
los presos, les duele mucho a los allegados del fallecido,
pero, al mismo tiempo, hay mucha despreocupación. “¡Bastante
mal estamos como para castigarnos más!” dicen muchos. Uno se
suicida y no hay explicaciones. Luego, “parece ser… dicen que…
se enfadó con un funcionario… le amenazaron con trasladarlo
a Salto del Negro… dicen que le dijo que le había dejado su
novia… dicen, dicen, dicen…” Nadie sabe nada. Pero ruido sí,
eso seguro.
Elustondo:
Nanclares, cárcel mortal. Trece muertos en tres años.
Txarly:
En Nanclares se tensó mucho la cuerda. Y tras presionar tanto
a los presos, para que fueran chivatos o para esto o lo otro… pues
entonces sucede lo que sucedió: una relación de
muertos. Algunos prefirieron quitarse del medio antes de que la cosa
fuera a peor.
Elustondo:
Trece, en tres años. Son muchos.
Txarly:
No sé si son muchos. Uno ya es un montón. Estoy
convencido de que en otras cárceles murieron muchos más
sin que nadie se enterara. Pero en Nanclares se sabe. Ése
es el problema. Problema en el mejor de los sentidos. Mueren dos en
Topas (Salamanca) y la noticia sale en breves, una columna a la
derecha que nadie leerá. Más de uno dirá: “¡Dos
menos!”. En Nanclares muere alguien y siempre hay una asociación
-Salhaketa– que se entera. Diariamente hay muchos internos
que salen de Nanclares, con permiso o a los talleres o lo que sea, y
fuera se sabe lo que pasa dentro. La prensa se hace eco de la
noticia. En otros sitios no, pero aquí sí.
Elustondo:
¿Es una nueva prisión la solución?
Txarly:
No. Eso lo sabe hasta el más tonto. Y no lo digo yo, sino un
funcionario o un subdirector. “La cárcel de Nanclares no
vale para nada. Es un estercolero social. Nos mandan lo que no
quiere nadie y pretenden que nosotros los cojamos y hagamos algo
bueno con ellos. La sociedad sólo quiere lavar su conciencia,
nada más”. Eso es lo que dice el 90 % de los funcionarios.
En cuanto a la nueva cárcel, el lugar no es adecuado, da al
sur, es un sitio oscuro, umbrío… Es decir, cumple con
todas las condiciones que no debe tener un edificio. Pero aunque se
construya la mejor de las cárceles, en un buen sitio, con
piscina y tal, la cárcel no arregla nada sino que lo
complica. Una persona entrará con buena salud en
prisión y saldrá destrozada. Es muy probable. Hay
que cambiar el trayecto. Puede que la cárcel fuera un buen
invento en su época, cuando te cortaban la mano por robar,
pero hoy es hora ya de ver y hacer las cosas de otra manera. La
cárcel, por otro lado, es un negocio redondo y, por lo
tanto, es difícil parar su construcción.
Elustondo:
La cárcel es un negocio.
Txarly:
Un negocio redondo para quien la construye. Están en juego
muchos millones. Un preso tiene un presupuesto de diez, quince
millones de pesetas. Mil presos, quince mil millones. Así
se hacen las cuentas. No hay que ser un genio de las matemáticas.
Quince mil millones por su construcción. Dejando a un
lado a los funcionarios y demás. Una vez escuché que
mantener anualmente un hospital costaba tanto como construirlo. Y la
cárcel es algo parecido. Los funcionarios, los vigilantes, el
resto del personal… Es un hotel, 24 horas, 365 días al año.
Un negocio redondo. Y el negocio más redondo consiste en
privatizar las cárceles.
Elustondo:
¿La privatización?
Txarly:
En el caso de los menores, todas son privadas. El Gobierno Vasco
dispone de un centro. Los demás están en manos de ONGS,
manos privadas.
Elustondo:
Soluciones…
Txarly:
Te han hecho la prueba de alcoholemia. Positivo. “Te hemos pillado.
¿Dónde vives?”. “En Arana, 9”. “Deja el coche
aquí mismo”. Le han puesto un cepo a tu coche para que lo
vea todo el mundo. Si te pillan por segunda vez, te vas a acordar.
¿Que hay que ponerte la pulsera? Así lo haremos, para
que vayas al trabajo y estés en casa a las 6:00 de la tarde
hasta las 7:00 de la mañana del día siguiente, para que
vuelvas a ir al trabajo. Si llevas bien la pulsera, podrás
estar con tus amigos, verás a tu mujer, trabajarás…
Que no llevas bien la pulsera, ¡a dormir a la cárcel!
Pero todas las mañanas a trabajar, para que no pierdas el
empleo. A la quinta vez, al agujero, te meteremos dentro… ¡pero
a la quinta! Ahora no, ahora vas adentro a la primera. Y
luego, cuando has perdido tu trabajo, cuando has perdido a tu
familia, a tus amigos… Cuando lo has perdido todo, a la calle,
¡libre! ¿Para qué? El preso que sale tiene la
ilusión del recién casado. Pero una vez que has
abandonado la prisión, ¿qué? ¿dónde
vivir? ¿con quién? ¿con qué dinero?... Al
final, incluso te lo dicen: “¡Prefiero estar dentro!” Sin
empleo, sin familia, sin amigos… ¿Qué puede hacer?
Elustondo:
Es decir, que a tu juicio la clave es la reinserción.
Txarly:
La cárcel tiene medidas de reinserción. A veces,
me sorprende. Una persona que tiene una condena de diez años
puede estar en la calle al año y medio o a los dos años.
Aunque tenga una condena de diez años –normalmente por
cuestiones de drogas-, es algo grande. Creo que esa es la mejor
decisión, sacar lo más pronto posible a los internos.
Irá a una asociación, a un comedor social… pero, ¿y
el trabajo? Los extranjeros, por ejemplo, ahora no consiguen ni
trabajo, ni papeles, ni nada de nada. Ahí está el quid
de la cuestión.
Elustondo:
Más cárceles, no.
Txarly:
Cuantas más cárceles haya, más gente meterán
dentro. Es increíble que en esta sociedad se haga una
cárcel para mil reclusos y permanezca vacía. El
problema no es construir cárceles, sino sacar a la gente a la
calle. Debemos empezar a no meter a la gente a la cárcel, y
a sacarla. Si comenzamos a no meter a la gente a la cárcel,
no tendremos el problema que ahora tenemos.
Elustondo:
¿Tendremos que empezar a pedir la demolición de las
cárceles nada más construirlas?
Txarly:
No demolerán la vieja y construirán la nueva. Se
han reído del diputado Mikel Mintegi en Madrid. No pararemos
la nueva cárcel, aunque estamos y estemos en contra. Y tampoco
liquidarán la vieja y la convertirán en residencia de
ancianos, como dice el alcalde socialista de Nanclares… No sé
lo que harán, si una unidad para madres, una cárcel
abierta de tercer grado, un Centro de Reinserción o qué…
pero seguirá de una u otra manera y Nanclares tendrá
dos cárceles. Pero el problema es otro: antes, en el Estado
español entraban diariamente en prisión diez personas;
cuatro mil al año. En el 2008, entraron veinte personas al
día; ocho mil al año. Y este año no serán
menos, no hay forma, porque la ley (la última reforma legal)
dificulta la salida de la gente, tiene más tiempo a los presos
en las cárceles. Y como cada vez hay más gente en
prisión, la cosa puede explotar en cualquier momento.
Elustondo:
Tú dices “fuera, fuera, fuera”. Las autoridades, en
cambio, “dentro, dentro, dentro”…
Txarly:
Todos los que trabajamos en prisión estamos de acuerdo: no
hay que meter, sino sacar. Pero la política y los
políticos van en sentido contrario. Las razones son
cualesquiera. Políticamente da votos meter a los drogatas
en la cárcel. Que los políticos se pongan hasta las
trancas con la coca vendida por los internos es otro cantar. Eso es
otro cantar.
Esta es una muestra de un proyecto que vienen trabajando varios artistas locales durante largo tiempo ya. Espero que pronto nos ofrezcan más pistas. Dos temazos para tiempos de crisis eternas. Primero "In memoriam".
Normalmente no veo tantas cosas un fin de semana, pero la semana comenzó el jueves con Kakatua.
Dabel ur y tuvo continuación el viernes en el concierto redondo de Bide
Ertzean y sus Leidor sessions. El sábado fue la repanocha con el show
que
Calexico + DePedro ofrecieron en el Victoria Eugenia donostiarra.
Me espabilé tarde y apenas pude conseguir un par de entradas en el quinto pino. Pero no me arrepiento, porque Calexico,
como dice Juan G. Andrés, rozó la perfección. A Iñaki Zarata
también le gustó y, por lo tanto, público y crítica están de acuerdo esta vez. Como
dice Zarata, éste puede ser uno de los conciertos memorables del 2009,
aunque el año no haya hecho más que empezar.
DePedro es el proyecto de Jairo Zavala, integrante de La Vaca Azul
y que también ha estado en Amparanoia.
Parece que es la propia Amparo Sánchez quien le ha puesto en contacto con los Calexico. Hemos leído en la web de DePedro, que Amparo ha andado por Texas dando los
últimos retoques a su nuevo trabajo. El productor es Kaki Arkarazo (ex Negu
Gorriak), quien el viernes andaba por Tolosa.
Miguel Poveda en Barakaldo
Fue a finales de los 90 cuando estuve en mi primer concierto flamenco (José Mercé en el Victoria Eugenia). El
teatro estaba entonces lleno de gitanos y gitanas con sus mejores galas. Ayer,
en cambio, el Teatro
Barakaldo rebosaba de payos.
Conozco gracias a la revista Rockdelux a Miguel Poveda. El cantaor de Badalona
ganó con apenas veinte años, en 1993, los premios más importantes del prestigioso festival del Cante de las Minas y la revista se hizo eco de aquello.
Hace casi tres años, gracias a la reseña que Marieta hizo de Desglaç, en
el que el cantaor ponía voz a poetas catalanes, me hice con el disco. En 2006, publicó también Tierra de Calma y ahora está a punto de sacar un trabajo sobre la copla.
Es por todo ello que tenía ganas de ver en directo a Poveda. El patio de butacas del teatro estaba lleno (en el anfiteatro también había gente, pero no sé cuánta). Ofreció un concierto flamenco de casi hora y media. Acompañado
en la guitarra por el también catalán Juan Gómez Chicuelo y con los jerezanos Carlos Grilo y Luis Cantatore al compás. El escenario mínimo, desnudo: sillas, micrófonos, monitores, luces imprescindibles. Los cuatro elegantemente vestidos (Miguel con traje y corbata).
Mi (des)conocimiento no me permite distinguir palos. Sé que hubo bulerías, soléa
(Mairena), coplas de Rafael León. "Qué bonita está Triana / cuando le ponen al puente / banderas republicanas" (ahora vive en
Sevilla). Y un final a capella, con el público entregado (nosotros también regresamos a gusto a casa).
En el blog Desde
Barcelona hemos leído que una canción suya estará en la banda sonora de
la nueva película de Almodovar. Está claro que este gran artista dará que hablar (aún más) de aquí en adelante, porque también es capaz de ofrecer entrevistas
con fundamento.
Os dejo con una canción que en el disco Tierra de calma canta Diego
Carrasco. Es una actuación en vivo que he encontrado en youtube. Miguel aparece al final.
La noche de ayer era una gran noche para los seguidores de Bide Ertzean, banda pop tolosarra que se juntaba en el teatro local para grabar Leidor sessions, disco y audiovisual que recogerá los diez años de vida del quinteto. Con esa excusa, más de 800 espectadores llenamos el auditorio (lo cual no está mal).
Nada más encenderse las luces del escenario y ponerse a tocar los músicos, supimos que nuestras sospechas iban a cumplirse: la noche prometía. Todo estaba muy cuidado. Detrás, el pianista y teclista Joserra Senperena y el baterista Karlos Aranzegi. Delante, de izquierda a derecha para los espectadores, el guitarrista Fran Iturbe y los hermanos Ubeda (Imanol cantando y rasgando la guitarra más Joni al bajo). Capuchas de lámparas de mesilla de noche repartidas por todo el escenario. Cada canción era ilustrada por una imagen (muy bien elegida, por cierto), salvo las dos últimas canciones (la pantalla se inundó de azul y de naranja, respectivamente).
Hasta que Imanol no cantó cinco o seis canciones, no se dirigió al respetable. Cantaron sus temas de siempre, salvo un número nuevo, mezclando tiempos medios y canciones guitarreras sabiamente (menos en uno de los últimos bloques, que creo pecó en exceso de las canciones del primer tipo). Salon pop (que diría mi compadre Love of 74) en formato apaisado por el propio diseño del lugar.
Al mando de la grabación, profesionales reconocidos (Rául López, montador de Lucio, y Kaki Arkarazo, entre otros) y seguro que el resultado es bueno, porque la banda está en un momento vigoroso para afrontar un reto de estas características. Tras dos bises, la noche tuvo un bonito final, con el quinteto cantanto a capella en primera fila del escenario una canción dedicada a sus padres y madres. Abandonaron la escena con la medianoche recién cumplida.
Mucha gente conocida entre el público: músicos (Gorka Urbizu, Gotzon Barandiaran, Diego Vasallo, Rafa Berrio, Mikel BAP, Fast Fatum...), escritores (Harkaitz Cano), pintores (Diego Matxinbarrena), gente de la televisión (Kike Amonarriz, Ilaski Serrano), cineastas (Jon Garaño y Joxemari Goenaga, Moriarti Produkzioak), políticos (Iñaki Galdos), blogueros (Goio Telletxea, Maite Goñi, Edu Mendibil, Cruz Larrañeta) ...
Los puntos suspensivos tuvieron continuación en el Bar Mescal... y en el Hospital Donostia, porque a las 2:30 nació Uxue, la segunda hija de mi hermano. Allá nos vamos a conocerla.
Hace poco me pareció que las relaciones verracas no iban muy allá. Lo comenté con un amigo la semana pasada y me dijo que, efectivamente, que no estaba el horno para bollos. ¿Tendrá algo que ver el divorcio amistoso Berasategui-Aduriz? Me dicen que sí, pero vaya usted a saber.
La cosa es que este mismo lunes los glotonios entonaron el réquiem y, más tarde, David dijo ¡Esto ha sido todo, amigos! No sé qué planes tiene Hasier en la blogosfera en castellano (ya tiene un blog en euskara, alua.mundua), pero el verraco menor amenaza con seguir. Lo ha hecho en un mensaje que lleva por título Gloria in excelsis deo y que ha enviado a todo dios (David, no se deben enviar correos con todas las direcciones a la vista, copón) con la gracia que le caracteriza. Copio aquí el texto (los subrayados son del original). Lo dicho: Glotonia ha muerto. ¡Vivan los verracos!
"Hola,
Seguro que este nuevo año comerás jamón del bueno y beberás más Champagne que en 2008. Eso espero, te lo juro.
Robo tu tiempo con este correo, permíteme la osadía, para comunicarte con gran paz y alboroto que han muerto la Glotonia y su prima del pueblo, la Recetania. Estos dos fiambres yacerán en capilla ardiente, como los
grandes príncipes, en el Gran Panteón de los Reyes de Soitu.es. La
familia no recibe y la conducción de los cadáveres se efectuará en la más
estricta intimidad.
Los dos glotonios (o sea Jasier Echeverría y yo
mismo), fuimos los responsables de estas dos criaturas, que en forma de blog, se parieron tras la publicación de nuestros libros “A Cocinar” y “Porca Memoria”, magnas obras que no compró ni cristo y que se descatalogaron tan rápido
como las angulas en el plato, a la velocidad del rayo. Que Dios guarde a nuestros editores. No somos ná, ya lo decía Juanito Valderrama.
Jasier y yo mismo, por tanto, nos hemos separado pues no nos aguantamos mutuamente, para qué negarlo, hartos de nuestros gruñidos y bufas.
Dicho lo cual, querido amigo/a, tengo el gusto de anunciarte que yo solito seguiré escribiendo y liándola parda en un blog que inauguraré en
breve, Dios mediante, y en el que desgraciadamente, tendré que seguir aguantándome a mí mismo, sin que ningún fantasma me toque los timbales, eso sí, ventaja alguna tenía que haber. No me jubilo ni aunque toque la primitiva, ya
imaginarás, de pequeño me llamaban cabeza-buque.
No he dudado ni un poco en seguir escribiendo, claro está, teniendo en cuenta que mi EGO como escritor de blogs y de narrativa “ligera”, está a la misma altura que el de
cualquier CHEF de altos vuelos: ¡por las putas nubes!
Hasta pronto y que Dios padre, hijo y espíritu santo te bendigan la barriga.
Viva Rusia y sus viejas provincias independizadas!"
Bueno, finalmente, mi padre ha vuelto a casa por Navidad. Han sido muchos meses (desde agosto, concretamente) en diferentes centros. Cenó en casa el día de Nochebuena, durmió allí y volvió al centro hasta el 31 de diciembre. A partir de esa fecha, está en casa. Por ahora todo va bien, pero con estas enfermedades no se sabe muy bien qué pasará mañana. Carpe diem y poco más.
Os dejo con dos párrafos leídos ayer. Las palabras son de la cantante Luz
Casal:
"Bueno, yo he vivido una situación familiar bastante peculiar porque desde muy jovencita en mi casa eran tres padres y no dos. Y eso, visto
desde ahora, puede ser considerado como una relación diferente, interesante, pero no lo era en absoluto: eran dos padres y una madre. ¿Y cómo conjugar esa relación cuando querías a los tres? Pero bueno, de alguna manera ellos aguantaron años viviendo así, hasta que al final se separó mi padre".
(...)
"Mira, yo perdí a mi padre en el año 95 (largo silencio). Cuando me enteré de que mi padre estaba enfermo, pedí al más allá que me
concediera dos deseos: que no se muriera solo, porque ya se había divorciado de mi madre, y que yo estuviera allí. No se murió solo, estábamos todos rodeándole (mi madre incluida) y estaba yo. Entonces, la pena es algo que yo, cuando tengo oportunidad, se lo digo a la gente que tiene padres mayores: "no perdáis el tiempo, no os quedéis en el pasado con reproches, vivid el presente, y el presente es que cualquier
día podéis perderlos". Es que si no le has dicho a tu padre "te quiero", por ejemplo, cuando no esté te va a doler muchísimo. A mí me dio muchísima pena no haberle dicho muchas más veces lo que le quería. Pero te digo una cosa: la no-presencia de mi padre se queda en nada con
la otra presencia que tengo de él. Mi padre está presente todos los días de mi vida desde que falleció, y además es que yo pertenezco a ese
grupo de personas cada vez más escaso: yo tengo fe".
Después de comer, escuchaba Radio Euskadi (un programa musical de Roberto Moso, concretamente). Así como de pasada, he oído que el Kafe Antzokia de Bilbao cerrará sus puertas durante un mes, por decisión administrativa. No entendía nada. ¿También ellos están pagando las consecuencias de la crisis?
Después, ya delante del ordenador, he sabido lo que pasaba a través de zabaldu.com. Así lo cuenta eitb.com:
"El Kafe Antzokia de Bilbao permanecerá cerrado desde hoy y hasta dentro de un mes debido a una denuncia interpuesta en la madrugada del 2 de
marzo de 2008 por exceso de aforo. Aquella noche actuó M-Clan en la citada sala, y según fuentes municipales, el aforo superaba en más del doble el permitido. Además del cierre, el local deberá hacer frente a una sanción económica".
Bien, si eso es cierto, es una pasada por parte del local (no debe de ser el único, porque parece que hay otros cuatro locales cerrados en Bilbao por parecidas razones).
Sin embargo, esta noticia me ha traído a la cabeza una brillante columna que el periodista Diego A. Manrique firmó recientemente en El País y que se refería a la dura política del Ayuntamiento madrileño con los locales que programan música en directo. Se titulaba La ciudad bajo asedio. Extracto un párrafo solamente:
"Somos muchos los que creemos que el rock, el jazz y músicas similares necesitan locales de tamaño pequeño o medio, donde se pueda disfrutar
de grupos o solistas en situación relajada, con una copa en la mano y sin estar atado a un asiento. Locales de iniciativa privada, que merecen contar con la comprensión municipal e incluso más (¿exenciones fiscales?). Forman parte del tejido cultural de cualquier ciudad y deberían ser mimados, no perseguidos. Y existe persecución: ahí está el disparate de policías municipales madrileños inspeccionando las bolsas
de los dj, buscando ¡discos piratas!"
"Los rancios y arcaicos modelos de gestión empresarial que todavía muchos emplean, el desconocimiento del negocio, la incapacidad, la falta de preparación de los directivos, el no estar al día, la carencia de ideas, la escasez de materia gris, la falta de sensibilidad son tan peligrosos como la propia crisis".
Y si lo combinamos todo, el desastre empresarial está garantizado. Y las víctimas siempre son los mismos, el eslabón más débil: los trabajadores. La consecuencia: quedarse sin trabajo por culpa de la inoperancia de otros. El mes pasado ha sido devastador: en Bizkaia casi cuatro mil parados más; en España se rozan ya los tres millones. Muchos por culpa de la crisis. Otros por otras razones".
"Quiero dedicar este programa a Leire, Víctor, Leire, Marcos y Eire, cinco compañeros y amigos que se van al paro. Y la culpa no es ni suya, ni de la crisis. Comenzamos".