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2001/06/22 06:00:00 GMT+2

Una portada

Analizo la portada de El Mundo de ayer.

La gran noticia que manda sobre las demás, titulada a cuatro columnas, se refiere a un suceso, para estas alturas ya muy comentado. Dice el titular: «Un moldavo detenido 6 veces degüella a un abogado y se ensaña con su familia».

Algunas observaciones.

Primera: nótese que el periódico no dudó en atribuir al detenido la autoría del crimen.

El Libro de Estilo de El Mundo prohíbe explícitamente a sus periodistas dar por ciertas las imputaciones policiales. Dado que El Mundo ni tenía ni tiene aún constancia de que el detenido por el sangriento asalto sea realmente quien lo cometió, y dado que la autoría del crimen no ha quedado todavía establecida con las debidas garantías, debería haberse limitado a calificar al detenido de «presunto agresor».

Segundo punto: el titular de la noticia creyó necesario dejar constancia de que el (presunto) autor del crimen es «un moldavo».

El Libro de Estilo de El Mundo se refiere también con mucha claridad a «aquellos casos en los que aparentemente una mención no es racista [o xenófoba, se entiende], pero en el contexto resulta serlo: por ejemplo, la mención de detenidos "gitanos" o "marroquíes" en sucesos en los que el origen de los implicados es tan irrelevante como si fuesen aragoneses, rubios o adventistas».

Considerando que la nacionalidad del detenido no es en este caso esencial para la comprensión de la noticia, parece claro que no debería haber figurado en el título.*

Tercer punto: el titular subraya que el ciudadano moldavo en cuestión había sido detenido seis veces.

No digo que este dato, de haber sido correctamente recogido y debidamente valorado, hubiera carecido por entero de interés. Afirmo, a cambio, que la relevancia que le otorga ese titular es desproporcionada e induce a una interpretación errónea. En efecto, nos dice que el individuo había sido detenido ya seis veces, pero no cuántas de esas detenciones acabaron en sentencia judicial. Éste no es ni mucho menos un asunto baladí: entra por entero dentro de la anómala tendencia de cierta prensa a atribuir gravedad intrínseca a los llamados «antecedentes policiales», invalorables per se en un Estado de Derecho. Las detenciones que no acaban sustanciándose en procedimientos judiciales no merecen consideración valorativa de ningún tipo: puede tratarse incluso de detenciones ilegales. Además, y por lo que luego se afirma en el texto de la noticia, todas las detenciones anteriores de este hombre lo fueron por delitos menores, en nada indicativos de la hipotética potencialidad homicida del individuo.

La exagerada importancia concedida al dato, unida al subtítulo, en el que se dice que «se le incoaron dos expedientes de expulsión... pero un juez de Coslada se negó a autorizarlo» -dejando de lado la imposible concordancia del lo final-, no puede entenderse sino como un intento de inducir al lector al tópico reaccionario según el cual «en esta España nuestra los jueces dejan campar por ahí libremente a toda suerte de extranjeros peligrosísimos».

Estamos, a todas luces, ante una noticia a la que se le ha dado un tratamiento desorbitado, subliminalmente xenófobo y abiertamente alarmista.

Pero esto, con ser grave, se convierte en casi anecdótico ante el hecho de que esa noticia, que no debería haber salido del ámbito de la sección de Sucesos, fue colocada en el lugar de honor de la primera plana, como si se tratara del hecho más importante sucedido en el mundo entero en las últimas 24 horas... robándole el sitio a otra noticia, ésta verdaderamente relevante: el voto favorable de los fiscales del Tribunal Supremo para que se cite a declarar en calidad de imputado por el caso Ercrós a Josep Piqué, y los patéticos intentos del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, para frenar el procedimiento penal contra el actual ministro español de Asuntos Exteriores.

Digámoslo en términos objetivos: la sobrevaloración de la primera noticia está en relación directa con la infravaloración de la segunda.

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(*) El director general de la Policía opina lo contrario. Declaró ayer que «esta gente del Este (sic) es particularmente violenta». Él no se conforma con la xenofobia subliminal: la prefiere explícita.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (22 de junio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 7 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/06/22 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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