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2001/10/20 06:00:00 GMT+2

«Si hubiésemos sabido...»

Me lo contaba hace años un viejo conocido, propietario de una agencia de detectives: «Cuando viene a verme alguien y me pide que vigile a su cónyuge porque sospecha que le pone los cuernos, siempre le digo lo mismo: "¿Quiere saber si le engaña? Yo le respondo a eso, y además gratis: sí; le engaña. Ahora, si quiere saber con quién, cuándo, dónde... entonces tendré que cobrarle". Y es que, cuando un marido o una esposa empieza a sospechar de su pareja, es que ya todo está más claro que el agua, y lo sabe todo el mundo, menos él o ella. Jamás he hecho una sola investigación por presunta infidelidad matrimonial que no haya dado un resultado positivo.»

Seguro que tenía razón. A fin de cuentas, sólo encontramos lo que buscamos.

Sólo nos enteramos de lo que queremos saber.

Ahora, la mayoría de la población -la estupenda, conmovedora y bienpensante mayoría- no quiere saber lo que está ocurriendo.

Tiene datos para enterarse. Son datos que no están en las primeras páginas de los periódicos -faltaría más-, pero están. En la página 12, en la 24 o en la 63.

Todos los periódicos han contado que, según informes de los organismos especializados de la ONU, o cesan de inmediato los bombardeos sobre Afganistán para que puedan ponerse en marcha las redes de abastecimiento, o el próximo invierno será fatídico para medio millón de afganos, empezando por los más débiles: la gente mayor, las mujeres y las criaturas.

Mañana, si ello llega a suceder --ojalá no, es decir, quiera Alá que no-, mi querida, mi caritativa, mi humanitaria mayoría exclamará: «¡Qué horror! ¡Si hubiésemos sabido...!»

Lo mismo que pretextaron cientos de miles, millones de alemanes -y más de un español- cuando vieron las imágenes de los campos de exterminio nazi. Cuando ya no tuvieron más remedio que verlas.

Ellos tampoco habían sabido. Porque no quisieron saber.

En estos momentos hay demasiada gente que tampoco quiere saber. Pero los datos están ahí, disponibles para quien quiera leerlos. En la página 12, en la 24 o en la 63. Escondiditos. Con titulares mucho más pequeños que los que hablan del ántrax, desde luego. A escala, porque tampoco es cosa de hablar de los afganos como si fueran iguales en derechos y en dignidad a los estadounidenses.

Pero están.

No sé si ha quedado claro: estoy hablando de la vida de medio millón de personas. Cien mil arriba, cien mil abajo. No de 6.000. De medio millón.

Allá ustedes y su muy europeo y occidental silencio.

Pero no me vengan dentro de un año con el rollo de que no sabían nada.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (20 de octubre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 15 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/10/20 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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