Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2003/09/25 07:00:00 GMT+2

¿Quién tiró la piedra?

Cuando los agentes de la autoridad conducían detenido el jueves pasado al súbdito británico que ha admitido su relación con los asesinatos de Coín y Mijas -King, o como quiera que se llame-, un individuo, integrado en un grupo de ciudadanos de esos que se forman a toda velocidad en relación con lo que sea para mostrar su indignación supina y su irrefrenable deseo de venganza -es decir, para salir en la tele-, arrojó un pedrusco que, como suele ocurrir en estos casos, no acertó en la cabeza de su destinatario, sino en la cara de un comisario de policía, en la que abrió una brecha de considerables proporciones.

El suceso simboliza bastante bien, me parece, la disparatada barbarie de la que hacen gala esas turbas -no demasiado compactas, pero definitivamente ruidosas- que se pasean por la vida con aspiraciones a extras de película. Hijos espirituales del virginiano juez Lynch, famoso en el mundo entero por la ley que lleva su nombre y por los linchamientos resultantes de su aplicación, condenan de antemano a los detenidos y exigen la ejecución inmediata de la sentencia, cuando no se animan a ponerla en práctica por su cuenta.

La cuestión no es sólo que se equivoquen con cierta frecuencia y hagan pagar a justos por pecadores, como saben muy bien ahora Dolores Vázquez y todos cuantos intervinieron en su condena. Tampoco que, además, pretendan aplicar penas tan ilegales como estrafalarias (la lapidación, por ejemplo). Lo peor es que conciben -y animan a que se conciba- la Justicia como venganza, en lugar de asumir su finalidad reinsertora, debidamente proclamada por la Constitución Española, tan invocada y tan poco asimilada, salvo para lo peor.

Ya sé que lo fácil es culpar de estos extremos a los medios de comunicación en general, y a las televisiones en particular. Es fácil... y es justo: no se movilizaría ni mucho menos tanta gente si no fuera porque cree que así va a ver reconocido su derecho universal a tener un cuarto de hora de fama, derecho formulado -un tanto tontamente, dicho sea de paso- por Andy Warhol.

Pero hay en toda esa gente -creo- algo más que afán de notoriedad. El gusto por el linchamiento es muy anterior a la televisión. Para mí que es también intérprete inconsciente de una pulsión tribal, que mueve a odiar a muerte a quien lesiona gravemente las reglas de funcionamiento que hacen que el grupo se sienta en paz, confortable.

Son gente de orden que no soporta que le alteren su orden.

Cuando oí la noticia de la pedrada, me formulé mentalmente la pregunta retórica que da título a estas líneas («¿Quién tiró la piedra?»), y recordé una viejísima canción popular: «El aldeano tiró / tiró la piedra, tiró / tiró la piedra / y no la encontró».

Hoy en día, los aldeanos mentales ya no viven necesariamente en las aldeas. Ni mucho menos.

Javier Ortiz. El Mundo (25 de septiembre de 2003). Basado en un apunte publicado el 19 de septiembre y titulado también ¿Quién tiró la piedra?. Javier señaló que fue enviado «para sustituir la columna de los jueves de José Luis Martín Prieto, ausente». Subido a "Desde Jamaica" el 13 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/09/25 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: warhol españa sucesos televisión 2003 el_mundo lynch antología linchamiento martín_prieto violencia | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)