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2001/09/26 06:00:00 GMT+2

Entender no es aprobar

No se puede decir que el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, goce de mis mejores simpatías, sobre todo después del papelón que hizo en el asunto de Pinochet, cuando ocupaba la cartera de Interior. Sin embargo, me parece de rigor salir en su defensa ante los ataques que está sufriendo por haber mencionado «la ira de los musulmanes por los sufrimientos de los palestinos» como uno de los factores que hay que tener en cuenta para entender la actual crisis internacional.

No sólo las autoridades de Israel se han tomado sus palabras como una afrenta; también muchos medios de información occidentales las han considerado injustas e insultantes. Straw ha respondido que se limitó a mencionar un fenómeno real, sin mostrar la menor simpatía por él. Pero a sus críticos no les ha valido de nada la explicación.

He tenido a lo largo de los últimos años cienes y cienes de veces esa misma discusión con respecto a Euskadi. Cada vez que analizo el problema vasco y me remito a la incapacidad de los sucesivos gobiernos de Madrid para promover una solución democrática del conflicto, me salen media docena de indignados ciudadanos que dicen que estoy justificando el terrorismo de ETA. Se toman cualquier intento de análisis como una forma de benevolencia.

La última discusión de ese género la tuve aún no hace ni dos semanas. Traté de hacer comprender a mi alterado crítico que, cuando se quiere neutralizar un mal, es imprescindible estudiarlo: saber cómo funciona, en qué caldo de cultivo surge, qué condiciones facilitan su expansión... Le puse el ejemplo de los científicos que estudian el virus del sida: no porque hagan todo lo que pueden para entenderlo se les puede acusar de aprobarlo.

Hay quienes creen que la forma más radical de oposición al terrorismo es la que se queda en el terreno de los insultos: los terroristas son «unos descerebrados» que no responden sino a su locura, que han convertido el crimen en «un negocio» y que actúan exclusivamente guiados por «un delirio sin ideología alguna». En definitiva: que no tiene sentido analizar nada a su respecto porque ahí no hay nada que entender. No se dan cuenta de algo por lo demás elemental: quien renuncia a entender la enfermedad se incapacita como médico.

La vía que ellos proponen no conduce sino a la perpetuación de ETA.

Por paradójico que parezca, son cómplices del terrorismo.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (26 de septiembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 7 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/09/26 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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