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2008/02/28 00:50:10.643000 GMT+1

Hukou

En los principales centros de acumulación capitalista se aplican políticas selectivas y restrictivas de control del movimiento de los trabajadores. 

Así pues, podemos hablar de un espacio norteamericano (TLCAN) dominado por los Estados Unidos, cuyos sectores más reaccionarios pretenden imponer más barreras jurídicas y físicas a la población foránea, sobre todo a la de origen hispano que procede de este mismo espacio. Existe también un espacio euromediterráneo, en el que la Unión Europea representa una forma de gobierno/gobernanza imperial (supranacional) que se extiende en círculos concéntricos más allá de lo que entendemos por la UE, con innumerables acuerdos económicos y políticos con los países del este y del sur, desde lo que la jerga eurócrata califica de espacio "de vecindad" hasta el África subsahariana. Hay, finalmente, un espacio chino o asiático. Me limitaré a hablar de China porque por sus dimensiones continentales constituye por sí sola un vasto espacio geopolítico gobernado de forma autoritaria por el Partido Comunista Chino (PCCh), y porque las migraciones internacionales en la región palidecen ante las cifras de las migraciones internas chinas.

En China las migraciones son fundamentalmente internas, normalmente desde las zonas rurales a los centros urbanos. Pero -y esto es lo llamativo- se regulan como en los otros espacios se regulan las migraciones internacionales.

Desde los años cincuenta, existe en China un sistema de permisos de residencia que se aplica a los migrantes internos, denominado hukou. Cada familia china recibe un hukou que contiene los nombres de cada uno de los miembros de la familia, y cada persona debe registrarse en el momento del nacimiento ante las autoridades locales del hukou. Un ciudadano puede disponer únicamente de un hukou, en la zona asignada, que puede recibir por vía materna o paterna. Es este registro el que otorga a la persona determinados derechos sociales.

El problema surge cuando se desea cambiar de residencia para buscar trabajo en otro lado. Hasta las reformas de 1978 China prohibía expresamente los movimientos internos de población, a menos que formara parte de algún plan estatal. Actualmente, es necesario obtener una autorización administrativa para poder cambiar de un hukou rural a uno urbano, lo cual permite acceder a prestaciones sociales (seguridad social, vivienda, salud y educación) difíciles de encontrar en el campo. Desde 1985 también se entregan permisos temporales que sin embargo no permiten acceder a las ventajas y privilegios que disfrutan quienes poseen  hukous urbanos regulares y hasta 2003 los migrantes que no poseían estos permisos y que por tanto se encontraban en situación ilegal podían ser multados y expulsados a su lugar de origen.  Las "repatriaciones" acabaron por derogarse por las noticias referentes a la brutalidad policial, por los costes de su aplicación, y sobre todo por su ineficacia ante la incesante marea migratoria. Además, cada provincia aplica este sistema de diferente manera.

Este sistema de registro y de control se ha ido suavizando en los últimos años, probablemente porque los flujos son realmente incontrolables, y porque la tensión social es creciente en las urbes. La liberalización selectiva comenzó con las ciudades de menor tamaño. En enero de este año entró en vigor una nueva ley de contratación laboral que reconoce un mínimo de derechos y la Federación Nacional de Sindicatos de China comienza a preocuparse por los migrantes de origen campesino. Sin embargo, lo cierto es que todavía hoy los trabajadores rurales migrantes, con o sin permisos de residencia temporal, y los miembros de su familia que pasan a habitar las zonas urbanas siguen siendo considerados como "extranjeros", "población nómada" o "flotante", continúan sin beneficiarse de derechos sociales básicos y disponen de una menor protección social. Lo que les hace más vulnerables a la extorsión y a la arbitrariedad de funcionarios y empresarios. Una película que me resulta familiar.

Numerosos investigadores sociales, así como organismos defensores de los derechos humanos, han denunciado la exclusión social en la que se encuentran más de 120 millones de chinos (sumando quienes tienen permisos de residencia y quienes ni disponen de estos permisos ni están registrados correctamente). Pero también hay quien valora que es precisamente este sistema institucionalizado de control o domesticación de la movilidad de la mano de obra el que ha permitido una fuerte acumulación de capital ("desarrollo") en el país.

Históricamente los procesos de acumulación de capital bajo el capitalismo se han apoyado en diversas "instituciones de fijación" de los trabajadores, incluyendo formas forzosas como el trabajo esclavo. No es que se rechace la circulación, al contrario, pero siempre que se garantice un flujo regular controlable, esto es, que no mantenga o conquiste medios de autonomía o que desborde los dispositivos de control. 

Lo paradójico es que, mientras que en Europa y Norteamérica, en principio más democráticos, se refuerza la tendencia a levantar barreras legales, culturales e incluso físicas (muros en Río Grande, Ceuta y Melilla) entre las personas que viven, trabajan y se mueven dentro de esos bloques, en el espacio chino, gobernado de forma más autoritaria, la tendencia parece ser la inversa. Si esa es la manera que tiene Europa de competir con China...

Escrito por: Samuel.2008/02/28 00:50:10.643000 GMT+1
Etiquetas: europa migraciones capitalismo hukou china partido-comunista america trabajo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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