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2007/05/01 08:02:30.267000 GMT+2

Historias del trabajo

Alguien comentó en una ocasión que una neblina nos impedía entender la historia de las microrresistencias de los de abajo, aquella historia que trata de dar sentido a la cotidianeidad de las complejas relaciones sociales de millones de personas, en las que el trabajo juega un papel fundamental.

Es más, la memoria histórica de la izquierda en occidente es corta, pues su genealogía parece arrancar con el capitalismo industrial y selectiva, al haber privilegiado la mirada estatocéntrica, ya sea como acceso al control de la administración ("toma del palacio de invierno"), o en relación dialéctica con el Estado. Y un escenario: la fábrica. Las coreografías propias de un primero de mayo como el de hoy nacieron en este período.

En consecuencia, existe una cierta dificultad para, en primer lugar, leer en términos políticos la vida cotidiana de los de abajo, las relaciones sociales que construyen continuamente el tejido social. Y, en segundo lugar, para establecer un hilo conductor que vincule las experiencias vitales de las resistencias desde los orígenes del capitalismo, allá por el  siglo XIV, hasta la actualidad, y no limitarlo a la génesis del proletariado industrial, como suele hacerse. Las recurrentes incomprensiones del mundo campesino, de la figura de los pobres (peyorativamente calificados de lumpenproletariado por cierta historiografía marxista), de las sociedades no occidentales, son una muestra de las limitaciones de esta mirada. 

Por ello es de agradecer a Akal la publicación en español, de la monumental obra  De la esclavitud al trabajo asalariado (1998), del economista francés Yann Moulier Boutang,  en noviembre del pasado año. Lástima que lo haya lanzado a un precio tan prohibitivo (¡85 euros!).

 

Siendo el capitalismo una relación social, resulta difícil entender su historia y evolución si no reparamos en las formas de trabajo y de explotación. Porque si bien la explotación es una constante en la historia del capitalismo, aquella se ha producido de diversas maneras y con intensidad variable, en función, y esto es lo importante, de los conflictos y resistencias que suscita. Es lo que ha estudiado Yann Moulier Boutang.

Boutang incorpora la perspectiva global y de largo plazo sobre el capitalismo de los teóricos del sistema-mundo, pero asume el postulado autonomista de que el antagonismo condiciona no sólo las formas de organización de los de abajo, sino también la constitución del mercado, la formación del Estado y la evolución de la empresa capitalista.  

De la esclavitud... es el resultado de una ambiciosa tesis doctoral, en la que el autor propone un largo recorrido que lo lleva a poner en discusión algunos dogmas fundamentales sobre los cuales las ciencias sociales y  económicas han construido la imagen actual del capitalismo, empezando por el concepto de trabajo asalariado formalmente libre. Éste no es sino una de las variantes de la categoría de trabajo dependiente, que admite en su interior formas libres, semilibres y no libres. Sólo así se entiende la función constitutiva de las formas de trabajo no libre o semilibre en el desarrollo del capitalismo, y sobre todo la coexistencia de las distintas formas de trabajo dependiente. 

Así pues, el libro analiza la evolución de las formas autoritarias de trabajo dependiente, desde la segunda servidumbre en la Europa central y oriental, hasta el apartheid sudafricano, pasando por la esclavitud en la economía atlántica (en las colonias españolas, en Brasil y Estados Unidos), las diversas formas de deportación que dieron origen al sistema de trabajo forzoso en las colonias, las migraciones internacionales bajo contrato (los coolies chinos) y el sistema de peonaje.

Especial atención dedica a las  revueltas y movimientos de los pobres de 1350 a 1750, decisivos para entender la historia del capitalismo mercantil . El conflicto fundamental consistirá en la fijación de la mano de obra rural, mediante una incipiente política de mano de obra que supuso una de las primeras manifestaciones de centralización económica de un espacio homogéneo y una de las claves del mercantilismo. El fracaso a la hora de poner a trabajar a estas clases subordinadas en Europa,  incluyendo leyes contra los pobres, explica en parte la aventura colonial.  

También trata de explicar el paso de una sociedad con esclavos, trabajadores serviles (servants) y colonos, a una sociedad esclavista. Por ejemplo, a principios del siglo XVII en la América anglosajona no todos los negros eran esclavos, y había trabajadores serviles tanto blancos como negros. Sin embargo, no es hasta finales del mismo siglo que se institucionaliza legalmente la esclavitud negra (despojando a los negros de derechos cívicos que en un momento dado disfrutaron), se acentúa la racialización y se extiende la institución a los descendientes, mientras que la servidumbre por contrato extendía su duración. ¿A qué se debe esta secuencia?

El autor responde, con abundantes datos y bibliografía, que la creciente coerción del sistema esclavista se debe precisamente a las rebeliones y fugas de los esclavos. La estigmatización racial, la prohibición del matrimonio, y la cosificación del esclavo hasta extender la institución al fruto de "la cosa" poseída se fueron acentuando conforme se iba haciendo cada vez más difícil retener al esclavo en la plantación: fugas, deserciones, el mismo mestizaje, fueron las vías de emancipación que motivaron que el capitalismo fuera coartando, de forma progresiva, la libertad de movimiento (y en particular, la libertad del trabajador para finalizar el contrato), para configurar esa institución del trabajo dependiente que es la esclavitud moderna. No sólo eso: la esclavitud permitió una disciplinarización de la relación laboral llevada al extremo. De hecho, muchos elementos del sistema de plantación vuelven a encontrarse en la fábrica industrial decimonónica. Es el fracaso de esta disciplinarización, y no la mera conveniencia económica de unos amos omnipotentes o la transición a una economía de mercado, según los tópicos que hemos heredado, el que explica el final del sistema esclavista. El análisis de la esclavitud brasileña es particularmente revelador. 

Algo similar llegaría a pasar en Sudáfrica, donde, como muestra Boutang, la institución del apartheid se fue contruyendo progresivamente, durante la primera mitad del siglo XX, para asegurar el control de los flujos de la mano de obra africana, caracterizada por su indisciplina y nulo afán productivista, este último un rasgo que pervive en muchas sociedades no europeas.

Por resumir de algún modo las mil páginas del libro (setecientas de letra chica en la edición francesa, que es la que conozco), para Boutang, el principal problema de la acumulación capitalista ha consistido en controlar la impredecible movilidad de la fuerza de trabajo, dada la tendencia de los trabajadores a sustraerse al mando capitalista. Durante siglos, la ruptura unilateral del contrato de trabajo fue la principal amenaza para la formación de un mercado de trabajo que permitiera suministrar trabajadores dependientes suficientes de forma regular y estable.  Para garantizarlo se crea la institución del "mercado de trabajo".

Al integrar el derecho en el análisis económico, considera al mercado, especialmente el mercado laboral, ante todo como una construcción jurídica, de modo que algunas de las supuestas “medidas correctoras” del mercado son, antes bien, condiciones previas para su correcto funcionamiento. Y el activo concreto cuya inclusión o exclusión de la transacción dinero/trabajo gobierna el régimen del trabajo dependiente no es otro que la movilidad del dependiente: la posibilidad para él de romper unilateralmente el contrato de trabajo. 

En este sentido, la vía exit, retomando la expresión de Albert O. Hirschman, o de la fuga, es la vía correcta que explica la relación ambigua del trabajo dependiente con el mercado y el sistema salarial. Hasta ahora ha dominado el estudio de la vía voice, la reivindicación organizada y activa de determinados derechos.

Al final de su análisis, concluye que el que el mercado sea portador o no de libertad, dependerá de la naturaleza exacta de los activos sobre los cuales se aplica la transacción dinero­/trabajo. Si hay problemas para controlar el suministro de mano de obra, el intercambio puede llegar a extenderse al activo de la movilidad del dependiente, embridando su derecho de fuga directa o indirectamente, con lo que en este caso hablaríamos de un mercado de trabajo forzado o semiforzado. El sistema de permisos de residencia y de trabajo aplicado en Europa a las migraciones contemporáneas, guarda similitudes asombrosas, según nos demuestra el autor, con el sistema del pass sudafricano.

El sistema salarial formalmente libre llegó a constituirse en la forma dominante únicamente en tiempos recientes. No hay que olvidar, por ejemplo, que en la Francia decimonónica todo obrero que viajara sin la cartilla obrera era considerado vagabundo y condenado por ello, y sólo podía abandonar a su empleador bajo su autorización, certificada además por el Estado. La extensión del sistema salarial vendrá facilitada por  la paralela integración cada vez más fuerte del conjunto de la economía, por el desarrollo de una socialización de la producción expresada en el papel creciente de las inversiones más allá de la producción propiamente dicha (infraestructuras, capital humano), socialización que se convierte en fuente de externalidades positivas para el intercambio dinero­/trabajo dependiente. Es decir, toda solución de organización de la vida social que fideliza el trabajo dependiente es bienvenida, aunque tenga un coste, porque el enemigo absoluto es la discontinuidad de la producción, el marronaje o el absentismo. He aquí una de las claves fundamentales de las transformaciones de la forma Estado.  

En definitiva, se trata de un libro imprescindible para la comprensión histórica de las transformaciones del trabajo. Denso, no siempre de fácil lectura, al menos al principio, cuando uno no está habituado a los conceptos manejados por el autor, se vuelve apasionante cuando desvela hechos ignorados y critica razonadamente ideas preconcebidas, cumpliendo el principal objetivo que se espera de una obra de estas características: mostrarnos otra manera de ver el mundo.

Escrito por: Samuel.2007/05/01 08:02:30.267000 GMT+2
Etiquetas: yann-moulier-boutang lumpenproletariado capitalismo pobres historia esclavitud apartheid trabajo | Permalink | Comentarios (3) | Referencias (1)

Comentarios

Gracias Lito, eres un puntal!!

Escrito por: Ale.2007/05/06 16:18:42.022000 GMT+2

ES  UNA  MIERDA NO ENCUENTRO  NADA

Escrito por: CUCHO.2008/10/27 15:13:49.745000 GMT+1
123456

Aviso para navegantes como Cucho: esto no es "elrincondelvago.com" ni Wikipedia, sino un blog personal.

Escrito por: Samuel.2008/10/27 15:46:54.378000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel

Referencias

...m> inglesas -vigentes hasta la creación del Estado del Bienestar en 1948- desarrollaron este vínculo entre asistencia pública, trabajo y control de la movilidad (que hoy se expresa en la política migratoria), elementos imp...

Referenciado por: Quilombo 2010/08/21 12:44:49.860000 GMT+2

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