En Euskal Herria tenemos un problema de dependencia energética grave (la dependencia es superior al 90%). Mucho peor en las tres provincias de la CAV (casi un 95%). Son datos extraídos de La grave dependencia energética de Euskal Herria (pdf). En el Estado Español, se habla de un 75% (Energía en España), pero también hay quien lo eleva por encima del 80%.
Nudo
En mayo de 2013, en la segunda edición de Eraldalab (dentro del festival Olatu Talka) fue la primera vez que oí hablar de Goiener. Me pareció una iniciativa a tener muy en cuenta, pero no hice nada más.
A finales de año, harto ya del juego sucio de las grandes compañías, pensé que había llegado el momento de cambiar. Mucho más el día en que un supuesto supuesto comercial de Iberdrola vino de visita a casa. Me pidió la factura y le dije que no me contara nada más: que iba a dejar Iberdrola y que me iba a Goiener.
A comienzos de año, en febrero, Olatz Azurza (Goiener) estuvo en un Pintxos & Blogs para hablar del mercado eléctrico.
A los pocos días, leí este artículo de Daniel Pérez: Empezar el año con buena energía. Daniel nos describe cuáles son las cuatro patas del mercado eléctrico: producción, transporte, distribución y comercialización. En el Estado español, el transporte (alta tensión) es competencia exclusiva de Red Eléctrica de España. La distribución (baja y media tensión) está dividida por zonas geográficas y está en manos de grandes empresas.
La ciudadanía podemos meter mano en dos sectores del mercado: por un lado, en la producción; por otro, en la comercialización. Si la primera es compleja, la segunda es muy sencilla desde el punto de vista del consumidor. Tras la liberalización del mercado en el año 2009, hay varias posibilidades a tener en cuenta. Daniel Pérez cita las siguientes en su artículo: Som Energia, Holaluz.com, Goiener, Gesternova…
A comienzos de febrero, me hice socio de Goiener. Porque ese es el primer paso. Es una cooperativa y, al menos, tienes que tener una participación de 100 euros. Tardas pocos minutos en hacerlo. El siguiente paso consiste en formalizar un contrato: tampoco es complicado, pero hay que rellenar un formulario y remitir la documentación vía correo tradicional o e-mail. A partir de ahí, la tramitación corre a cargo de la propia Goiener.
¿Por qué Goiener? Como explica Santiago Ochoa de Eribe en esta entrevista (Energia berriztagarriak bultzatu nahi ditugu) porque quieren fomentar el uso de energías renovables y porque de entre las citadas por Daniel Pérez es la que más a mano tengo. Esa es una de las señas de identidad de la cooperativa: te garantizan que el 100 % de la energía que comercializan es renovable. Ochoa de Eribe señala en la citada entrevista que la cooperativa dará también pasos en el terreno de la producción.
En el Pintxos and Blogs antes citado, Olatz Azurza dijo que las energías renovables podían suministar el 100% de lo que el mercado doméstico español (hogares) necesitaba.
Tontería
Haciendo el juego de palabras entre Goiener y High-Energy, he descubierto que High-Energy es un testilo musical que estuvo de moda en los 80. La canción que dio origen al estilo es de 1977: I Feel Love de Donna Summers. Seguramente os sonará. Espero que pase lo mismo de aquí en adelante con Goiener y empresas similares.
Me he enterado tarde (ando un tanto despistado) y no he ido a visitar la exposición La ciudad invisible que Edorta Subijana ha montado este pasado fin de semana (del 31 de enero al 2 de febrero) en el denominado Kutxa Kultur Hiria Kubo. ¡Lástima! Pero seguro que habrá nuevas oportunidades de ver el trabajo de este arquitecto. Dadle al play y disfrutad con su discurso.
Estas navidades me he leído El Escarmiento de Miguel Sánchez-Ostiz. En ese estilo tan repetitivo y machacón característico del escritor, nos cuenta los dos primeros meses del alzamiento de 1936 en Navarra, dando numerosos detalles. Y no parece que la cosa acabe aquí, porque debe de tener un segundo libro entre manos (El botín), donde nos contaría el periodo que va de la caída de Irun hasta la caída de Bilbao (septiembre de 1936 a junio de 1937).
Este audio corresponde a una entrevista que le hizo Enrique Martín para el programa Pompas de papel de Radio Euskadi el pasado mes de junio.
Con la lectura del libro aún fresca, cayó en mis manos un reportaje de la revista Argia sobre Josefina Lamberto. Su padre (Vicente Lamberto) y su hermana (Maravillas Lamberto) fueron dos de los más de 3.000 muertos en la retaguardia durante los tres años de la Guerra Civil.
Vicente era un agricultor afiliado a la UGT. Cuando una noche vinieron a por él a su casa de Larraga, su hija de 14 años quiso saber qué iban a hacer con su padre. Los captores le dijeron que podía acompañarles para verlo. Ambos terminaron en una cuneta, pero la hija fue, además, objeto de una violación colectiva. No ha aparecido el cuerpo del padre, pero el de Maravillas no aparecerá jamás, porque unos campesinos se apiadaron de ella y quemaron sus restos después de que unos perros amputaran el cadáver.
Buscando más información sobre Josefina, he encontrado una larga entrevista en la web de El informador.
Tal y como dice Koldo Azkune, el periodista que firma la pieza de Argia, hay una canción de Berri Txarrak que lleva el nombre de la joven navarra.
Y se me había metido en la cabeza que Barricada (la Barricada de El Drogas) le había dedicado otra canción en su disco-libro La tierra está sorda, pero me había confundido de protagonista: se llama Matilde Landa. El Drogas devoró 150 libros para hacer ese trabajo, pero todo comenzó con la lectura de La voz dormida de Dulce Chacón. Lo cuentan en este vídeo sobre el viaje que hicieron a la localidad natal de la escritora extremeñan, Zafra, para ofrecer un concierto.
El apunte comienza en Pamplona y allá terminará. El jueves visité por vez primera Katakrak!, un nuevo punto de encuentro y coctelera cultural con librería, cafetería y sala multiusos. Aire fresco y buena noticia para dinamizar el presente y el futuro. La web, y el edificio, están todavía en fase beta, pero sí que están en las redes sociales (@katakrak54) y podéis ver qué llena estaba la sala con motivo de los actos paralelos a la exposición sobre la Guerra Civil.
En mi mesilla de noche hace tiempo que está aparcada una colección de cuentos de Julio Ramón Ribeyro titulada “La palabra del
mudo”. He abierto hoy el libro y me he encontrado, al azar, con “Página de un diario”. Se le ha muerto el padre al protagonista y la casa se ha llenado de gente (“La muerte había abierto de par en par las puertas de la casa”).
Mientras tanto, el crío ha abierto el escritorio y se ha hecho con la pluma del muerto. Nada más apoderarse de la pluma, el chaval comienza a fantasear: que la llevará a clase, que se la enseñará a sus amigos, que será una persona importante. Se da cuenta, finalmente, que es él quien tiene que ocupar el lugar del muerto. Que se ha hecho mayor de repente.
Pasamos nueves meses en el útero materno antes de salir a campar a nuestras anchas (es un decir) por estos lares y hace nueve meses que se murió nuestro padre. Lo llevamos al hospital el 23-F. Recuerdo que ese día Anari daba un concierto en el Victoria Eugenia. No pude ir. El viejo no llegó a marzo. Se murió el 28.
Fechas señaladas como esta son citadas por Iñaki Peña en el apunte que ha escrito para hacernos saber que su documental Aulki hutsak (Sillas vacías) está ya en la parrilla de salida. Es un documental sobre el duelo y el primer pase lo dieron en petit comitéel 4 de diciembre en Elgeta.
Dice la sinopsis: "¿Qué sucede cuando fallece un ser querido? ¿Es normal lo que siento? ¿Cuándo nos tenemos que empezar a preocupar? ¿A dónde ir si nos atascamos?"
El público escuchó con atención el diálogo entre ambos. Gorka Bereziartua resumió las palabras de Chirbes en su blog Boligrafo Gorria: Rafael Chirbes uholde betean (enlace en euskera), pero como Donostia Kultura ha subido ya el audio, será mejor que acudáis al original y escuchéis al maestro. En un principio se escuchaba muy bajo, pero ya se han solucionado los problemas de sonido del archivo.
“Cuando hace casi diez años empezaba a discutir con mis compañeros lo que luego sería El poder de las redes, nadie hubiera pensado que unos años más tarde por redes sociales
se entendería un conjunto de servicios centralizados en manos de mega
corporaciones en oscura promiscuidad con el gobierno de Estados Unidos. Y
eso que por aquel entonces todos nos llamaban “los ciberpunks“.
"Y es que resultaba inimaginable que algo como lo que luego fue Facebook -y cuyas primeras formas como Friendster o Orkut empezaban a ensayarse sin demasiado éxito- pudiera llegar a soñar siquiera con sustituir a la Red, esa Red con mayúsculas por distribuida, promesa de distribución del poder, que había sido nuestra casa y nuestro campo de batalla los diez años anteriores. Así que me gustaría comenzar rescatando las ideas fuertes desde las que en aquellos años (1996-2007) los ciberpunks pensamos Internet como un espacio político".
Si os interesan estos temas, además de leeros el artículo, podéis descargaros gratuitamente su libro Los futuros que vienen.
Rafael Chirbes: "Yo siempre digo que un escritor ni es cura para prometer el más allá, ni psiquiatra para consolar y que te reconcilies contigo mismo, ni político para prometer el más acá".
Trajimos a Chirbes allá por el mes de diciembre de 2007. Ya había venido antes, pero entonces le invitamos para que hablara de un libro que luego ha dado mucho que hablar: Crematorio. Metimos la pata y no enviamos la convocatoria de prensa a los medios. No puso ninguna pega y menos mal que algunos como Moyano habían hablado con él previamente. Tomamos un trago y una banderilla en el Bar Paco Bueno de lo Viejo, después de un encuentro con Hasier Etxeberria (ahora también será entrevistado por Sautrela). Quería saludar a Luis Irizar, pero no estaba en la escuela de cocina (a ver si ahora se pueden encontrar). La gente salió muy a gusto de la casa de cultura y tuvimos una tertulia agradable en el restaurante del Kursaal con David de Jorge y unos cuantos más.
Volvió a Donostia en abril de 2010. Por iniciativa de Alternatiba, las Juntas Generales de Gipuzkoa organizaron un homenaje a Javier Ortiz en el KMK: Mariano Ferrer como presentador, Arantxa Gurmendi, Garbiñe Biurrun, Nacho Escolar, Jabier Muguruza, Angel Unzu... Recuerdo lo mucho que habló en la cena posterior y que atentamente le escuchaba la gente.
Comimos con él en junio del 2012, muy cerca de su pueblo.
A comienzos de este años 2013, la editorial Anagrama publicó En la orilla, esa que El País llama La gran novela de la crisis. Por eso viene a nuestra ciudad, igual que hace unos cuantos días estuvo en Madrid. Aquí tenéis un par de crónicas que cuentan el encuentro con los lectores en la Librería Muga: una, en el blog de Muga, otra en Pollito Libros.
Poco más que añadir: deciros eso sí que es una magnífica oportunidad para escuchar y ver de cerca a un tan gran escritor como buena persona. Un escritor que ha contado fielmente la deriva de estos últimos años en Valencia y en España.
Os dejo con una entrevista que le hicieron la pasada primavera en la Fira del Llibre de Valencia y con un reportaje emitido en La 2 de TVE sobre la editorial Anagrama, la misma que ha publicado todos sus libros en español.
Joseba
Irazoki (Bera, 1974) es un músico todoterreno que lo da todo encima
de un escenario pero que pocas veces se ha soltado la melena en una
entrevista como la que Sustrai
Colina le hizo para la revista Argia. Si no os parece interesante
el inicio, aviso que la cosa va de menos a más.
"Con
Internet, la industria no es necesaria para la música"
Argia:
¿Guitarra?
Joseba
Irazoki:
Soy una persona que cuando había que elegir entre el acordeón y el
piano sólo veía la guitarra. Entonces
escuchábamos música en el coche de nuestros padres. Pedrito
Fernández, Mikel Laboa, folk vasco... Nada de Beatles. Más tarde,
fue el Rock Radical Vasco el que me chivó que necesitaba la guitarra para
hacer rock. Mis dos primeros grupos fueron La Polla y Kortatu.
Después me cegué con Barricada y la primera guitarra electrónica
llegó a los 16 años. Tocaba canciones de estos grupos: era mi
estilo preferido. Hasta los 20 años repartía el
tiempo entre el deporte y la guitarra, pero a partir de entonces he
tenido la guitarra en mi cabeza casi 24 horas al día. Mi chica me ha
dicho muchas veces que mi guitarra y yo somos uno. ¡Qué
quieres que te diga! Hemos convertido juntos la afición en oficio y
desprenderme de ella a los 40 años es como quedarme manco.
Argia:
Sin la guitarra, manco. Y sin el microclima musical de Bera, ¿como
una trucha fuera de su hábitat natural?
Joseba
Irazoki: Somos fronterizos y, si algo son las fronteras, son
espacios vivos con un continuo y diverso trasiego. Los músicos
que hemos salido de Bera no nos movemos en los estándares de la
música, caminamos por senderos diferentes. Tocamos lo que va en
sintonía con nuestra cultura, con nuestra cultura musical. Somos el
resultado de abundantes intercambios de discos. Eramos unos melómanos
que bajábamos al bar y compartíamos y escuchábamos discos entre
cervezas. Eramos presa de una búsqueda continua, porque no nos
servían las radio-fórmulas y televisiones y no
podíamos quedarnos sin saciar nuestro hambre musical. Así fue como
nos metimos por estos caminos, y como un sendero te lleva a otro,
pues así nos va.
Argia: Eso
de intercambiar discos en un bar parece ya una escena prehistórica.
Joseba
Irazoki:
Lo que antes se hacía en un bar ahora se hace a través de Facebook
y Youtube. Es cierto que se ha perdido esa relación íntima, que el
intercambio es ahora más global y está más extendido, pero gracias
a Facebook no tiene precio la posibilidad de descubrir un disco de un
grupo de un pueblo perdido de los Estados Unidos. El problema es que,
en general, la música se escucha en condiciones más precarias
ahora, y no sólo por la poca calidad del formato Mp3 y de los
altavoces de los ordenadores, sino porque se ha transformado el
proceso de escucha. Cuando te ponías a escuchar un disco en
tu cuarto estabas únicamente a eso, a sentir las melodías, a
respirar cada nota. Ahora estás en Internet, al mismo tiempo oyes
música, ves un vídeo y le envías un mensaje a un colega. Vivimos además la época de los singles y de los vídeo-clips. Y hay gente
que piensa que no hace falta tener un disco con un vídeo-clip
rulando por Youtube. Puede que sirva para que te conozcan y tu
trabajo se extienda a los cuatro vientos, pero a mí me gusta la
gente que hace discos, alguien que propone una pieza entera, un
sonido común. Pero vivimos en un tiempo donde se valora la cultura
de la inmediatez, y la música no está tampoco a salvo. Si quieres
ser famoso, adelante, pero ¿cómo vas a ser músico si no tienes
ni un repertorio ni capacidad de actuar en directo? Yo me siento
manco sin la guitarra y quien sólo tiene una única canción, está
cojo.
Argia:
¿Nos metemos en el debate de la gratuidad a la hora de bajar música
o prefieres pasar de largo?
Joseba
Irazoki: No
es fácil. Han cambiado los tiempos y, para adaptarte a ellos, parece
que tienes que dar tu música prácticamente gratis y conseguir el
pago a ese trabajo a través de otros medios. La
idea de la gratuidad del arte es muy romántica, pero ¿por qué ha
de ser gratuito el arte y pagado el trabajo de un electricista?
Nosotros también necesitamos cobrar. De todas maneras, me parece
importante mantener el carácter libre y gratuito de Internet, pero
como contraprestación debería cobrarse por los directos. ¿Que las
entradas para ver a Tom Waits en el Kursaal cuestan 100 euros? Es
dinero, pero cualquiera te cobra 500 euros por una chapuza y todos
nos quedamos callados. La labor de cualquier trabajador ha de verse
recompensada. Está claro que, comparado con el arreglo de un coche,
ir a un concierto no es una necesidad básica, pero no sé si no
somos cada vez más pobres culturalmente, no sé si somos capaces de
valorar en su justo término la cultura.
Argia:¿Quizá
apreciamos una cultura más pobre?
Joseba
Irazoki: La cultura que vendemos y la cultura que nos venden es
muy blanda, de fácil ingesta, pobre. Puede que las personas no
demos la talla y seamos más animales de lo que nos creemos y que
tengamos la sociedad que tenemos porque no llegamos a lo que creemos
ser. Si no hay periodistas que investiguen con seriedad o si el
periodista se ve obligado a trabajar a la carrera, difícilmente
podrán publicarse profundos análisis y si la gente se acostumbra a
lo fácil, luego no hay manera de darle la vuelta a la situación. A
mí me han llegado a decir que mi música no es demasiado fácil, que no
es como para la radio, y más que una crítica me lo tomé como un
cumplido. No creo en cánones ni en la música ni en ningún otro
apartado. Tú tienes que hacer lo que realmente crees que tienes que
hacer, buscar lo que tú crees que es bueno. Amoldarte a lo que hay,
empobrece tu creatividad. ¿Que te llena más otro camino? Pruébalo,
porque es así como llegan los resultados en todos los ámbitos de la
vida. Reconozco que he hecho algún que otro trabajo pasando por el
aro, pero no creas que he conseguido mejores resultados...
Argia: Las escuelas y las academias de
música también tienen fama de amoldar al alumnado. Has sido
profesor durante mucho tiempo.
Joseba
Irazoki: He trabajado en academias privadas y escuelas públicas.
Aunque poco a poco se está abriendo paso, la metodología utilizada
en las escuelas públicas está encaminada hacia la música clásica,
y aunque lo clásico sea necesario, me resulta tan increíble como
reaccionario que hoy en día no haya en las escuelas públicas la
posibilidad de recibir una formación pop-rock con fundamento. En
las academias hay más variedad, pero generalmente se enseña mirando
al resultado más inmediato, el canon de marras, dando las cosas todo
lo hechas que se pueda. No hay ningún sistema educativo que permita
educar al artista basándose en su personalidad. Es imprescindible
trabajar unos cimientos sólidos, pero la lección más difícil y la
más importante al mismo tiempo es conseguir que cada cual busque y
encuentre su propio camino. Es por esto por lo que no me gusta la
enseñanza: amo tocar, compartir con otros músicos, crear.
Argia:
¿Esa fue la razón por la que decidiste, hace tres años, abandonar
la docencia y dedicarte a la música?
Joseba
Irazoki: Estaba muy quemado con la docencia y el cuerpo me pedía
un cambio. Además, me llegó también una garantía económica con
la que no contaba hasta entonces, porque no sabía si podía vivir de
mi carrera musical, pero viendo que tenía entre manos tres proyectos
potentes, decidí apostar por ello. Luego tenía una especie de
contradicción, porque me inicié en la educación precisamente por
no entrar en los cánones. No quería hacer música solamente por
dinero. Aunque no diera conciertos y no vendiera nada, quería hacer
la música que me apetecía y tener asegurados los ingresos por otra
vía. Pero hace tres años, me di cuenta de que los proyectos que
tenía entre manos era atractivos, que si algo me sentía, me sentía
músico y no profesor, y decidí dar el salto. Ahora hago lo que me
gusta. ¿Que hay meses en los que no hay conciertos y que la
necesidad de dinero te crea un punto de estrés? Sí, pero también
te da vida, porque siempre estás buscando nuevas fórmulas. Mira, el
proyecto del hombre-orquesta que tan buen resultado me ha dado surgió
en un momento en el que no tenía conciertos. Este tipo de vida me
provoca la adrenalina creativa que lleva consigo cualquier crisis.
¿Que no tengo trabajo? Pues a tocar puertas, a plantear nuevas
fórmulas, a ensayar más horas porque quizás no das el nivel
esperado... No hay más. Es algo que me da mucho artística como
personalmente.
Argia:
Si hiciéramos caso a las lágrimas de la industria,
se podría pensar que no es el mejor momento para apuestas como la
tuya.
Joseba
Irazoki: Es la industria la que está en crisis, no la música.
La música no ha estado nunca en crisis y yo creo que no lo estará
jamás. Es la industria la que no sabe qué hacer, la que no
encuentra rendijas por las que colarse. Tanto las multinacionales
como los sellos de Euskal Herria están perdidos. Y sería mejor que
desaparecieran. Yo creo en el artista que gestiona su música y, con
Internet, la industria no es necesaria. La clave está
en el trabajo. El esfuerzo tiene premio, poner en duda lo que estás
haciendo, seguir tu propio camino. Aquí había una gente que estaba
muy cómoda, que consiguieron la fórmula y pensaban que se habían
acomodado para siempre, olvidándose de que el cambio continuo y la
adaptación requieren trabajo. Eso es lo que Internet ha puesto patas
arriba, no la música.
Argia:
Lo que es para caerse para atrás es la lista de tus trabajos.
Grandes proyectos, pequeños, en solitario, colaboraciones...
Joseba
Irazoki:
La mayor diferencia estriba en estar en primera línea o ayudando a
otros. Cuando estás tú solo, todos los ojos te miran a ti, el
examen es más exigente, y la mayor parte de la responsabilidad del
éxito o del fracaso te corresponde a ti. En solitario, cada aplauso
te hace sentirte más vivo y la crítica te hiere más profundamente.
Por eso digo que la segunda línea es más cómoda, pero, al mismo
tiempo, la satisfacción de un concierto glorioso te sube la
autoestima. Ahora bien, no le doy importancia a las dimensiones del
concierto. Si estoy tocando a gusto, no me importa estar en un bar o
en un teatro gigantesco. ¿Que al principio tocar con Duncan Dhu te
pone nervioso? Claro, pero siempre me ha parecido más difícil tocar
ante diez personas que ante quinientas. Son conciertos de un feedback muy
especial, sin trampa ni cartón. Es
cierto que cuando toco solo soy yo quien monta y desmonta todo y que,
por ejemplo con Duncan Dhu, no tengo más que estar esperando
tranquilamente en el camerino. Pero a eso no le doy la más mínima
importancia. A mí lo que me gusta es tocar en directo.
Argia:
¿Tiene futuro tocar en directo?
Joseba
Irazoki: Podemos
encontrarnos con un gran problema: la falta de público. Al
menos en Euskal Herria, entre la gente que acude a los conciertos no
se percibe el relevo generacional. A conciertos de un determinado
tipo de música sólo va gente mayor de 30 años. Además, percibo
una falta evidente de interés por la música en directo. El BBK Live
y demás suelen estar llenos de gente, pero los conciertos en los
bares están desiertos. Y hay gente que se queja (“¡hoy
también músicos!”), como si no pudieran tomarse una cerveza
porque hay un concierto. Existe también una contradicción más: a los
festivales que más público concentran, la gente no va a escuchar
música y, la mayoría de las veces, la música no es lo más
importante. El sonido de los festivales suele ser malo, no puedes ver
a tu grupo de cerca, tocan sin escenografía ni montaje propios,
tienen un tiempo limitado... Llevo mal esta moda de los festivales.
Estoy convencido de que la gente que acude a los festivales no
aprecia realmene la música. ¿Cómo entender si no que durante el
Jazzaldia donostiarra la gente no cabe en la calle y luego, durante
el resto del año, sobra espacio en los conciertos del
Altxerri? Es una moda muy perjudicial.
Argia:
Dejando a un lado las modas, ¿te imaginas un mundo sin música?
Joseba
Irazoki:
El suponer que la falta de público pueda condenar a la música en
directo no significa que la música carezca de futuro. La
música siempre estará ahí, siempre habrá trabajo para los
músicos. Si a los niños y a los jóvenes les gustan los
vídeo-juegos, habrá que hacer música para vídeo-juegos, si luego
se filman películas, habrá que hacer música para esas películas...
Cambiarán las fórmulas, nada más. De todas maneras, creo que los
directos se mantendrán de una u otra manera. En mi mundo sí. Me
imagino fácilmente a gente de mi generación acudir a conciertos de
rock con 60-70 años. Por eso, todavía me veo tocando en directo.
¿Si de aquí a unos años viene gente más joven y mejor, y los
grupos en los que colaboro piden otro tipo de cosas? Pues me
reciclaré y seguiré con mi trayectoria. Con 60 años, ¿por qué no centrarme en un proyecto exclusivo con la guitarra? Estoy
trabajando para llegar a algún sitio, aunque todavía no sepa
definir exactamente hacia dónde.
En la línea de experiencias como Kafea eta galletak y Kantuaren Kantoian (no enlazo porque tienen la web averiada), leo que la Librería Garoa de Zarautz ha decidido montar aperitivos musicales dominicales una vez al mes bajo el atrayente nombre de "Paperezko Kontzertuak" (Conciertos de papel).
Dos objetivos.
1- Posibilitar las relaciones entre los melómanos y los artistas en un formato íntimo:
los artistas elegirán un libro y le dedicarán 4-6 canciones que interpretarán en directo y en acústico. Un periodista (el primer trimestre será Jon
Eskisabel) moderará y dinamizará el diálogo.
2- Tomando como modelo los Tiny Desk Concerts de la Radio Pública estadounidense (NPR), crearán vídeos musicales en crudo que colgarán en Internet. Debolex y ZuZeu se encargarán de grabar y de montar los vídeos.
Es un paquete de tres conciertos y se vende a 30 euros. Avisan de que el aforo es reducido. La primera cita es el 17 de noviembre (Anari), del 7 al 9 de diciembre (por concretar la fecha, Daughn Gibson) y el 12 de enero Bide Ertzean, quienes han grabado un piloto como tarjeta de presentación de la iniciativa. En principio, todas las citas serán a las 11:30 horas.
No paran de girar en mi cabeza
algunos disparates leídos después de la famosa sentencia de
Estrasburgo que ha supuesto la excarcelación de Inés del Río tras
cumplir más de 26 años de prisión. No acabo de comprender que
gente supuestamente sensata no entienda que los derechos
humanos universales son (o deberían serlo) inherentes a todos
los seres humanos.
Pero también hay gente que está
dando lecciones de humanidad y que nos valen de faro en estos
momentos tan confusos.
Tras volver de Manchester, escuché lo
dicho por Oier Araolaza en el programa Airean de ETB (enlace en
euskera; a partir de los 15 minutos 40 segundos). Estaban debatiendo
sobre la doctrina Parot y el presentador, Jaime Otamendi, dijo
que tanto Arantza Quiroga (PP) como
Hasier Arraiz (Sortu) habían medido
mucho sus palabras. Y esto es lo que respondió Oier:
“¡Ya era hora! ¡Ya era hora por ambas partes! Se dice que hay
que hacer gestos, que hay que hacer gestos, pero apenas los vemos.
Esas citas del Partido Popular son bastante seleccionadas, porque
había un montón de ellas en otro sentido, pero antes no había ni
tan siquiera la oportunidad de elección. Ya era hora y es motivo de
satisfacción.”
“En nuestra familia, al menos, hoy es un día muy especial. Es
día de luto. Hoy hace 33 años, el 23 de octubre de
1980, mataron a tiros a Jaime Arrese Arizmendiarreta.
Y es realmente algo que no te abandona nunca, pero en días como el
de hoy, cuando se cumple su aniversario, y estos temas están de
actualidad, mucho más.”
“Se habla de derechos humanos, se habla de justicia y yo tengo
muy claro que si el asesino de mi tío ha estado, por la
aplicación de la doctrina Parot, más tiempo del debido en la cárcel
eso es totalmente injusto y que no le correspondía. Y esto lo
tengo muy claro.”
“Pero tengo también muy claro que él, y los que como él,
están condenados por haber matado a alguien no son héroes, ni
gudaris a los
que aplaudir, ni nadie a quien hacerle un recibimiento. Son
malhechores, asesinos. Aunque sea crudo o duro decirlo,
esto es así. Y creo que hay que hacerles un recibimiento que tenga
esto en cuenta.”
“Entiendo perfectamente que la familia y los amigos le hagan un
recibimiento al familiar o al amigo que no han visto ni abrazado
durante tiempo, pero, a partir de ahí, la organización de homenajes
públicos y recibimientos que se ha hecho durante largo tiempo supone
una atrocidad que atenta contra los derechos humanos y que no podemos
decir que hay que respetar los derechos humanos de los reclusos y, al
mismo tiempo, sin tener en cuenta el daño causado por esos mismos
presos, meter en una especie de halo las violaciones de los derechos
humanos por ellos cometidas y, además, alabarlas.”
Jaime Otamendi le preguntó entonces qué opinaba su tía y Oier,
tras permanecer en silencio varios segundos, dice lo siguiente: “Yo
creo que para todos los familiares es doloroso ver en la calle a la
persona que ha asesinado a tu familiar. Eso está claro: es
doloroso. Pero eso no tiene nada que ver con la justicia.”
Fenomenal remate. Imanol Murua ha resumido estas palabras en su
columna dominical del diario Berria Piztiaren
itzala (enlace en euskera: La sombra del Monstruo). Apunta,
además: “Merecería la pena poner más atención que hasta ahora
en nuestros medios a voces como esta, porque también es pedagógico
recoger este punto de vista”.
No es la primera vez que Oier habla de su tío en público. Lo
hizo, por ejemplo, en su blog con motivo del 25 aniversario de su
muerte: Osaba Jaime hil
zutela 25 urte.
Tal y como dice Murua, Arraiz ha dicho que Sortu no organizará
homenajes. Puede ser una estrategia para no complicar más aún la ya
de por sí complicada situación de quienes permanecen entre rejas.
El difunto Javier Ortiz escribió mucho y bien sobre la
manipulación de las víctimas de ETA y, como es habitual,
sus palabras no pierden vigencia. Pego aquí abajo tres apuntes que
sus lectores han movido esta semana en las redes sociales:
“La
función que cumple la figura de la víctima es fundamental para
apuntalar otro fundamento del orden actual, que no es otro que la
dictadura de la emoción sobre la razón.”