Esta mañana hemos visto en el periódico Berria la entrevista al payador Wilson Saliwoncyk. En la misma se habla de la gira que va a hacer estos días por el País Vasco (tendrá parada y fonda en nuestro centro cultural el próximo 6 de junio).
El pasado 10 de mayo, Wilson fue uno de los invitados sorpresas de Gu ta Gutarrak en el Via Fora de Donostia dentro del ciclo de Teatro de Bolsillo organizado por las casas de cultura de la ciudad. En la web de los Gu ta Gutarrak podéis ver un vídeo de la actuación y a Wilson diciendo eskurrik asko (eskerrik asko: gracias en euskara).
Ahí va la nota de prensa:
El Centro Cultural Ernest Lluch les informa de que el payador Wilson Saliwoncyk y los bertsolaris Fredi Paia y Xabi Paya ofrecerán un recital el próximo 6 de junio en nuestro centro. El acto se desarrollará en el salón de actos (entrada situada entre las puertas 7 y 8 del Estadio Anoeta) y comenzará a las 19:30 horas, con entrada gratuita.
Cuando el pasado 19 de abril presentamos el último proyecto de Igor Calzada (FasTFatum), era intención del centro no ofrecer más actividades de Erakusleihoa hasta el próximo mes de octubre. De todas formas, como no podíamos rechazar esta sugerente propuesta, hemos decidido programar Erakusleihoa Bonus Track en el mes de junio.
Wilson Saliwoncyk es un payador nacido en Los Toldos General Viamonte y dedicado al arte desde hace muchos años, aunque no comenzó a trabajar profesionalmente hasta conseguir un premio en la Fiesta Nacional del Ternero (1996). En la actualidad realiza actuaciones en festivales, centros culturales, eventos privados, talleres de payadas, etc.
El payador, guitarra en mano, cantará sus canciones e improvisará décimas, junto con los bertsolaris Xabi Paya y Fredi Paia.
El eje del recital será Wilson, pero nuestros bertsolaris intentarán desafiar, retar al payador. Es un juego, una lucha entre dos modos de entender la improvisación, para goce y disfrute de los oyentes.
Ponentes: Juan Cobos, José Luis García Berlanga. Biblioteca
MunicipalIkust-Alaia. 19:00 horas.
2 de junio
Proyección de "Plácido" y mesa redonda en el auditorio del Centro Cultural Amaia. 17:30 horas.
Invitados: Amparo Soler-Leal (actriz en numerosas películas de Luis
G. Berlanga) Juan Cobos (escritor, gran amigo de Berlanga) José Luis García Berlanga, hijo, director de cine y productor
A las 20:30 horas, en el Ateneo Kabigorri.
Acto de clausura y homenaje.
Proyección de "El sueño de la maestra".
Lectura de un texto realizado para la ocasión por Rafael
Azcona, guionista habitual de Berlanga.
Exposición
Además, el 22 de mayo se abrió al público la exposición "Berlanga
Natural". En Kabigorri, podrá visitarse hasta el 16 de junio material cedido
por la familia Berlanga: carteles, fotografías de rodajes, fotografías personales
y de la familia, curiosidades…
Pello: Durante aquellos años publicaste varios libros, sobre la represión…
Xabier: Cuerpos
Represivos, Disolución lo escribí antes de la creación de Egin y
lo publicó la editorial Mugalde. La cosa todavía estaba difícil y recuerdo cómo
pasé el texto por la frontera. El libro se
distribuyó aquí en secreto. A mí
me pagaban en libros y los ciento y pico que se vendieron en Vitoria los había
llevado yo. Según me dijeron, algunos libros los pasaron en coche y otros en
mulos por el monte.
Txiki-Otaegi, Que se vayan y Que se vayan ya los escribí en
el verano de 1978. Egin salió a la calle en septiembre de 1977 y la
primavera siguiente había tocado fondo, se veía que estaba mal estructurado y
que apenas se vendía la mitad de lo previsto. La dirección decidió despedir a
los trabajadores. Primero a los que querían irse voluntariamente, pero, de lo
contrario, había que despedir a todos. Por ello y porque no estaba de acuerdo
con la marcha del periódico se fue el director Mariano Ferrer. Nombraron a Juan
Ramón Martínez, pero murió en un accidente de circulación. Me dijeron que
debía despedir a la mitad del equipo de Vitoria y les respondí que eso lo
debería hacer otra persona, porque yo también me iba.
Pello: Echando un vistazo hoy a esos libros –y
al resto que escribiste-, ¿qué recuerdos te vienen a la cabeza?
Xabier: El recuerdo que tengo de esos libros clandestinos es que fueron un servicio a la sociedad. Los que he
citado arriba y el que publicó Ruedo
Ibérico sobre los asesinatos de
trabajadores en Vitoria, lo mismo. Reunimos las grabaciones, los documentos
y demás recogidos en Vitoria. Ahí aparecían las luchas de los autónomos
–dirigidos por Naves, Olavaria, etcétera-. Estaban enfrente de los sindicatos,
fue así, y argumentaban que lo de Vitoria fue básicamente un movimiento popular, que el protagonismo
sindical vino después. Eso era lo que decían y yo estaba próximo a ellos. Ruedo
Ibérico era una editorial anarquista y yo ejercí de intermediario entre ambos.
Lo mismo en el libro Euskadi, último Estado de Excepción publicado anteriormente
y dónde le daba un sentido de servicio a mi labor, pues yo más que el autor, fui
quien reunió el trabajo colectivo y
lo coordinó. Por eso firmaba bajo seudónimo. En un estado de excepción, el
mundo ha de saber qué ha pasado. Ante una muerte criminal de trabajadores, ha
de difundirse qué ha sucedido, en pocas palabras, sin esconder nada, sin
censura. Durante los primeros años de la Transición había censura, y prueba de
ello es que se secuestraban libros, y nuestro trabajo consistía en abrirle los
ojos a la gente.
Pello: De aquella época, te queda el libro Txiki-Otaegi.
Xabier: Ahí hice algo más que un trabajo de
coordinación, es más un libro mío.
Me moví mucho, recogí testimonios y lo escribí. Hablé con la madre
de Txiki, con sus hermanos, con su cuadrilla de Zarautz, con los militantes que
estuvieron con él… Mi trabajo consistió en reconstruir
su vida y situarla en aquel contexto. Hice lo mismo con quienes le
conocieron en Barcelona, con el abogado Marc Palmes, saqué fotos del paraje de
Cerdanyola donde fue fusilado, así como del árbol, que aún tenía restos de
balas…
Lo mismo con Otaegi. Conocí a su madre
Maria, sus familiares, los amigos de la cuadrilla, los abogados Bandrés y
Castells… Mujika Arregi se puso muy testarudo y quería que el libro estuviera en
la calle coincidiendo con el aniversario del fusilamiento y así lo hicimos, en septiembre de 1978.
Pello: En el título del libro, debajo de los
nombres de ambos jóvenes, puede leerse “El viento y las raíces”.
Xabier: Ése debía haber sido el título. Para
mí, la imagen de Txiki estaba ligada
a la imagen del viento. Alguien que había venido de fuera, con la fuerza del viento, que había sido
perejil de todas las salsas desde niño. Montañero, apasionado, militante
disciplinado de una organización armada. Un golpe de viento lo llevó a la
organización. Cayó casi sin tiempo para empezar. Otaegi es justo la otra cara: Otaegi es el pueblo. Un buen chaval
nacido en Nuarbe, sin tanta conciencia política como Txiki, que entró en ETA
por evolución natural, como un ciudadano corriente, iba a decir que entró casi sin
darse cuenta… Porque está en su forma de ser, en sus raíces. Era un hombre del
pueblo, nada complicado, aficionado al ciclismo, que jugaba al fútbol, a las
cartas, juerguista. Un sano chaval de pueblo, pero que tenía claro que él
también debía echar una mano. Se limitó a colaborar, no anduvo con pistola como
Txiki. Son dos personas contrapuestas pero al mismo tiempo complementarias, el
inmigrante y las raíces. Estábamos en pleno franquismo, en medio de la
violencia, no era la situación actual… Por eso es tan difícil explicar lo
que eran Txiki y Otaegi a quien no conoció aquellos tiempos. Estoy seguro
de que es incluso complicado explicárselo a los actuales militantes de ETA y,
aún más, a los jóvenes de la kale borroka.
No
consigo entender el sentido de la kale
borroka. Recuerdo la
crítica que ETA hizo en la década de los ochenta a varios chavales que
comenzaron por su cuenta. Calcinaron la Casa del Pueblo del PSE en Portugalete
y murieron dos personas. ETA dejó claro en aquella época que no estaba a favor
de la kale borroka. Por lo que
parece, ahora sí que tiene sentido… Entiendo que los jóvenes exploten ante
algunas situaciones especialmente injustas, pero quizá la izquierda abertzale debería
ser capaz de discutir políticamente sobre esta cuestión y no dejarlo únicamente
en manos del activismo. Porque este activismo a veces está lleno de
generosidad, pero otras no es más que el desahogo de algunas personas que
gustan del alboroto.
Pello: Otro libro tuyo, La cuenta de los pasos. Ahí cuentas tus vivencias en la
cárcel.
Xabier: Estando en prisión, editaron otro libro
con mi firma: El delito de opinar.
Se recogen en él artículos publicados en Punto y Hora, editoriales, el
texto de la sentencia, etc. El epílogo
es obra de José Bergamín, donde
cuenta la visita que me hizo. Los dibujos son del hernaniarra Satur Idarreta, que había estado poco
antes en prisión.
La
cuenta de los pasos
es una especie de diario escrito en
la cárcel, con poesía. Es mi libro
más auténtico, porque me sale desde dentro. Aparecen los malos ratos que pasé,
entre otras cosas. Lo publicó la editoral
POSA de Madrid. Me animó Blanco
Chivite. Condenado a muerte junto a Txiki y Otaegi y otros tres miembros
del FRAPP –también fusilados-, consiguió el indulto y salvó el pellejo.
Pello: En una ocasión me dijiste que tu padre fue miembro del Araba Buru Batzar.
Xabier: Así es. Estuvo preso. Nuestro padre era
veterinario, presidente de los
veterinarios de Vitoria, y cuando salió de la cárcel le prohibieron ejercer su
profesión. Nos fuimos a vivir a un pueblo pequeño, Ozaeta. Es un pueblo cuyos montes limitan con los de Oñate y
Araotz. Cuando era crío, todavía había algún pastor que hablaba en euskara. Mi
padre hacía quesos allí, quesos y piedras de afilar con las piedras del río. Mi
madre murió en 1940. Éramos cinco hermanos; yo el segundo y tenía cinco años.
Más tarde, le permitieron ser veterinario y se casó con la hija del médico de
Ozaeta. Allí, la familia Placer Martínez de Lezea era abertzale. Durante la
guerra, fusilaron a un hermano de mi
madre en Vitoria, era de ANV y
había sido gestor en la Diputación de Álava. Lo prendieron junto a Lauaxeta en Gernika y fusilaron a ambos
dos. Otro hermano de mi madre fue comandante de las tropas vascas y murió en el
frente de Amurrio. Él fue el padre del conocido cura Félix Placer. Otro de los
hermanos tuvo que exiliarse en los Estados Unidos y fue profesor de la
Universidad de Columbia hasta su muerte.
Pello: Es decir, tanto la tesis como los
libros fueron una especie de ajuste de
cuentas con lo visto y vivido en tu niñez.
Xabier: Fueron tiempos difíciles. Nuestro padre no nos contaba nada,
nosotros veíamos lo que pasaba, pero él tenía un pánico tremendo. Tengo una anécdota prendida en la memoria. Una
vez, tendría yo diez años, mi padre me trajo a San Mames para ver un partido y, a la altura del puente de Deusto, me di cuenta de que algo
pasaba con un hombre que venía de frente: mi padre me apretó fuertemente la
mano. La persona que venía se paró y comenzó a hablar con él; empezaron a
discutir. Más tarde, mi padre me contó que aquel hombre era Juan Ajuriagerra. Estaría recién salido
de la cárcel y seguramente que le diría a mi padre que contaba con él y que
éste le respondería que tenía que vivir… No sé, no recuerdo la entrevista, pero
sí que mi padre estaba alterado, aunque el no me contó nada.
En una ocasión sí que participó en algo. Según nos relató más tarde, iban a trasladar
a un preso de Madrid a San Sebastián en tren y sus amigos le salían al paso
dándole alguna contraseña, que le esperaban en Atocha o no sé qué. Nuestro
padre estuvo en la estación de Vitoria y más tarde nos dijo que la cosa salió
muy bien. Pero por lo demás, mi padre vivía aterrado. Durante la Segunda Guerra
Mundial, tenía un gran mapa de Europa e iba dibujando en él los movimientos que
escuchaba por la noche a escondidas, marcaba cómo los aliados proseguían con su
ofensiva contra los nazis. Eso hizo que Javier Añua y yo tuviéramos una idea: tendríamos
diez años, más o menos, y entramos en el cuarto donde mi padre tenía la radio,
nos pusimos una manta por encima y escuchamos Radio Euskadi, a escondidas.
Pello: Dedicaste tu tesis a estudiar los
vaivenes de la Iglesia Católica de entonces y también publicaste un par de
libros, El nudo corredizo y Por Dios hacia el imperio.
Xabier: Durante mi niñez vi de manera notoria
el comportamiento de la Iglesia, porque le daba un barniz religioso a la
política franquista. Puede ser discutible, pero la idea que yo defiendo en la
tesis es que, en sus comienzos, el franquismo necesitaba de la iglesia vasca
para lograr su legitimación ante el pueblo oprimido. Es una cuestión
complicada, porque algunos curas estuvieron de parte del pueblo perdedor.
Entonces, ¿cómo podría ayudarle la iglesia al franquismo?
Para empezar, hizo una gran limpia.
Además de los 14 sacerdotes que fusilaron, encarcelaron a otros 200 o 300 curas
y frailes, los enviaron a Carmona (Andalucía) y no los liberaron hasta 1943. Asimismo
desterraron y marginaron a casi 1.000 más. Si querían una iglesia favorable al
régimen, debían hacer una buena limpia. Y lo hicieron de arriba abajo. El cura
Mateo Mujika era monárquico pero no se avino a que se llevara a cabo aquella
operación, tuvo que irse a Roma y murió, ciego, en Zarautz. Seguía siendo
obispo de Vitoria, porque no aceptó presentar la dimisión que le pidió Roma, y
hasta su muerte en 1944 otro obispo ejerció de administrador, Lauzurika, hijo
de Iurreta, que hablaba euskara y que hizo un trabajo tremendo a favor del
régimen, hasta el punto de que Franco llegó a decir: “Tengo un obispo que, hablando de Dios, habla de España en las
provincias vascongadas”. Lauzurika recorrió todo su territorio hablando en euskara de España. Era carlista.
Comenzando por el rector del Seminario, limpiaron la iglesia de arriba abajo,
reemplazando a los anteriores con curas carlistas, adeptos al régimen. Cuando
liberaron a los apresados en Andalucía, en 1944, los enviaron lejos de sus
pueblos. En pueblos donde había muchas personas que sólo hablaban euskara, el
maestro y el cura sólo sabían castellano. A los curas vasco-hablantes los
enviaban a pueblos pequeños de Álava o más lejos aún. Y entonces se dieron
fenómenos como los que te he comentado antes: cuando años después fui a ejercer
mi labor sacerdotal a Okina (Álava), me quedé sorprendido porque allí supieran
qué era Euskadi. Y es que allí había estado uno de los curas encarcelados en
Carmona.
Hay que tener en cuenta que el País Vasco
de 1940 era muy religioso. Era muy duro para los vascos ir a la iglesia y tener
que escuchar las barbaridades que se soltaban. Porque los curas eran
representantes del régimen. Por otro lado, los alcaldes y gobernadores de
Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra no eran falangistas ni monárquicos, eran
carlistas y su discurso iba bien servido de religión. Frecuentemente los curas
hablaban como alcaldes y éstos como curas. Eso era el nacional-catolicismo.
En mi tesis analicé el discurso
religioso de las autoridades, porque hablaban de la eucaristía y de Dios,
mientras que Lauzurika y otros curas mentaban a España con la boca llena.
Pello: A pesar de todo, continúas colaborando
en la revista Herria 2000 Eliza, aunque te definas como no creyente...
Xabier: Hay dentro de la Iglesia gente
comprometida con los problemas diarios, la ha habido siempre, quizás antes más
que ahora. Ese compromiso permite el trabajo común del creyente y del no
creyente a la búsqueda del mismo objetivo social o humano. Pero ese tipo de
gente es marginada por la Iglesia oficial, como lo fueron los Cristianos por el
Socialismo o el grupo Gogor, etc. También yo estaba comprometido en ello, me
esforzaba y además con todo el convencimiento. No tenía parroquia, no repartía
sacramentos, no casaba a la gente, pero era cura.
Ahora tengo una hermana monja en
Sudamérica y estoy totalmente identificado con ella, aunque yo no sea creyente y
ella lo sepa. Trabaja en la selva peruana tratando de proveer las necesidades
básicas de la gente, construyendo una pequeña central eléctrica y cosas así. También
me identifico con el movimiento Herria 2000 Eliza, no en temas religiosos pero
sí en el lado humano, y me parece que están haciendo un buen trabajo. No soy
capaz de hacer eso, porque no confío en la iglesia católica, pero ellos sí y
piensan que han de continuar así. Escribo, sobre todo, de temas socio-políticos
y eclesiásticos, críticas sobre la iglesia. Ellos me aceptan las críticas,
aunque su punto de partida sea distinto.
Esto tampoco va a ser una
crónica de las jornadas. Si queréis eso, mejor que os leáis estas buenas crónicas hechas desde la sala: 1,
2, 3, 4 y 5.
Por
la mañana
Entré en el Guggenheim pasadas las 10:00 de la
mañana. Tenía una buena excusa para pillar fiesta en el curro y desplazarme a
Bilbao: Blogak 2.0.
Rob
Malda, fundador de Slashdot, tuvo problemas técnicos al comienzo
de su intervención, pero no perdió la sonrisa en ningún momento. No me interesó
mucho lo que contó, aunque apunté algunas de las cosas que dijo. Puede que el
hecho de no pillar el inglés fuera un handicap en mi contra (seguí las
intervenciones gracias a la traducción al euskara; muy bien las dos
traductoras). Al acabar su alocución, Malda se sentó en un sofá
para mantener un diálogo, abierto al público, con Del Moral.
El formato sofá era estéticamente muy bonito, pero creo que no se aprovecharon
las oportunidades que a priori se adivinaban.
Luego les tocó el turno a los cinco finalistas
del concurso Startup 2.0. Cada persona tenía
12 minutos para presentar su proyecto; después se sometían a
las preguntas de un miembro del jurado (durante otros 10 minutos).
Quien mejor presentó su trabajo fue 5min. El
más plano Properazzi, sin apenas
enseñar la web en pantalla. El que resultó ganador, Sclipo,
comenzó con energía pero se fue desvaneciendo. El representante de Trivop estaba demasiado cansado. Y Natxo de 11870 tampoco acertó. Se
vio claramente que lo más 2.0 del momento es el vídeo (de 5 proyectos, 3
utilizan ese formato).
Por
la tarde
Tras comer en el Abaroa
y tomar algo en una terraza próxima, para adentro.
No logró interesarme Television 2.0.
Escuché pocas cosas interesantes. Los tres interlocutores daban
la impresión de no haberse preparado sus intervenciones.
Lo mejor de la tarde fue Education 2.0
(la única mesa redonda en castellano). Bien Julen Iturbe y Josu Orbe, más flojo el tercero.
Comentamos entre nosotros que se hacía raro que no invitaran a la mesa a alguno de los IKTeroak (Maite Goñi estaba por allí).
Prefiero no poner por escrito el malestar que me
causó lo escuchado en la mesa Women 2.0. Nada de interés.
Demasiado superficial. ¿Género? ¿Discriminación positiva? ¡Viva el liberalismo!
Con el reparto de premios de dos concursos se
acabó esta edición de Blogak 2.0.
¿Y?
No estuve en la primera edición, pero lo que vi y
escuché a lo largo de la jornada no me cautivó (esperaba más). Hubo demasiados
problemas técnicos (por ejemplo, con el wifi), el ritmo bajó a la tarde. Quizás
es que no sea demasiado geek para
ir a eventos de este tipo (creo que la traductora vasca usaba el término freaky
erróneamente).
Como dijo Teketen,
visto lo visto, la blogosfera en euskara no va del todo mal. Allí estuvimos,
entre otros, Maite, Iban, Patxi, Haritz (zorionak!), Sergio…; incluso llegamos a popatxatear.
La pasada semana recibí una invitación de Jose Del Moral para asistir
a las jornadas Blogak 2.0 que se
celebrarán en Bilbao mañana
jueves, 24 de mayo.
El año pasado no me acerqué. Y ahora no
recuerdo el motivo. Quizás no me enteré a tiempo o la cosa no me cuadraba… no
lo sé. Sí recuerdo que seguí lo allí acontecido gracias al trabajo de los
chicos de Mutilmedia. También
recuerdo que hubo algo de ruido en la blogosfera.
Este año sí, este año cruzaré la
autopista. No sé qué es lo que me encontraré en el Guggenheim. He echado un vistazo al
programa, he visto la lista de inscritos. ¿Escucharemos algo
nuevo? Me da igual. Porque para crear red es también necesario el contacto
físico. Saludar a conocidos y desconocidos, entre otras
cosas.
Ayer por la tarde escuché la entrevista que el dúo de irratia.com hizo a Del Moral. Pulsando
aquí, podéis saber qué dijo el capo de Alianzo
(al principio en euskara, luego en castellano).
Iré en coche desde Donostia. ¿Alguien se
anima? Si quieres, deja un mensaje aquí abajo o utiliza esta vía para comunicarte conmigo.
Pello: Quién te iba a decir a ti, cuando eras cura, que andarías por esos caminos...
Xabier: Bueno, en cada época he hecho lo que
creía que debía hacer. Me fui al Seminario con doce años y lo hice por
cabezonería, porque en casa no me querían dejar. Un amigo de la infancia
decidió ir a Comillas y yo me fui con él en vez de ir al Seminario de Vitoria.
Fue allí donde estudié. Cuando había tomado la decisión de salir del Seminario,
tuve un accidente muy grave con un cable de alta tensión y pasé un año
recuperándome. Con 17 años, le prometí a mi padre que jugaría al fútbol en los
juveniles del Alavés, pero el accidente me dejó muy mal, sufrí graves quemaduras y perdí la visión de un ojo. Volví al seminario y me licencié en Teología y
Filosofía.
Ya para entonces, 1959, habían comenzado
a organizarse academias obreras en los seminarios de Comillas, Vitoria y Derio.
Tenían relación con la JOC (Juventud Obrera Cristiana) y con la HOC adulta.
Trajeron a Comillas al calonge Cardinj, fundador de las JOC. Luego apareció la
JARC (Juventud Agraria y Rural Católica), donde anduvo Balentxi, el
recientemente fallecido Jose Manuel Balenziaga. Setien, Alberdi y compañía
dieron unas charlas sobre temas sociales.
En Comillas, junto a la academia obrera,
Xabier Eskisabel –hijo de un pescador de Busturia- puso en marcha una academia
marina. Fue ahí donde me introduje en el mundo de la mar. Eskisabel era
capellán en el puerto de Vigo y yo trabajaba allí en verano. Era,
sobre todo, un trabajo asistencial y de ayuda a los pescadores, pero a mí me
resultaba más atrayente el trabajo realizado por los franceses, en la línea de
los curas obreros de los barrios parisinos. Eran de ese estilo los primeros
curas fransciscanos bretones que se embarcaron en los bacaladeros. Estuve en la
Bretaña viendo cómo funcionaban.
Pello: Luego te embarcaste en un bacaladero y
a la mar, claro…
Xabier: El barco se llamaba Monte Artado.
Salimos de Pasajes y fuimos a por gasóleo a La Palisse de La Rochelle. Y de
allí a Terranova. El capitán sabía que yo era cura, pero le pedí por favor que
guardara mi secreto durante unos días, que dijera que estaba haciendo una
investigación o que estaba estudiando. No quería presentarme de buenas a primeras
como cura delante de los demás trabajadores. Además, los gallegos son muy
supersticiosos. Total, que a los cuatro o cinco días les dije que
era sacerdote. Durante ese tiempo charlamos de todo, incluso de mujeres. Uno me
dijo: “¿Por qué has sido tan cabrón y no nos lo has dicho desde el principio?”
Le respondí: “Si lo hubiera dicho al principio, no tendríamos la confianza que
tenemos hoy. Ahora ya sabéis quién soy, porque no os he mentido, y yo también
sé quiénes sois vosotros”.
Pello: Como era entonces Saint Pierre.
Xabier: Yo me sabía las historias que había
oído en la mar y parecía que me dirigiera al Far West. Los pescadores se quedaban con lo que veían cuando llenaban el barco con comida y gasóleo. Luego llegabas
allí y te dabas cuenta de que era un pequeño pueblo de 5.000 habitantes, que
todos se conocían, con media docena de bares, solamente eso. Pero había que
compararlo con el puerto Saint Johns al que iban los españoles y los gallegos,
allí los pescadores andaban siempre temerosos de la policía canadiense y Saint
Pierre, por el contrario, parecía Pasajes.
Estuve siete años allí, hasta 1970.
Además del trabajo sacerdotal, me ocupaba de los clubes de pescadores. Y hacía
de todo, traductor en el hospital, ayudaba con las compras, llevaba el club,
etc. También echaba una mano en el bar, aunque era malísimo sirviendo, siempre
se me caía el café… Había que hacer de todo. Incluso escribir alguna carta a la
mujer de algún pescador que no sabía escribir.
Pello: También he oído por ahí que colaborabas
en una radio de Saint Pierre dirigida a los pescadores.
Xabier: Me dejaban media hora tres días a la
semana. Los lunes sólo hablaba de deporte, los resultados del domingo. Y tenía
que inventarme muchas cosas. Escuchaba los resultados en una radio de onda
corta, pero no tenía más datos de lo que había sucedido en los partidos.
Pello: Alguien me ha dicho que te inventabas
los resultados.
Xabier: No, eso no podía hacerlo, porque entre
otras cosas se hacían quinielas en los barcos. Un día me inventé un resultado,
los tenía todos menos aquel, y se armó la de dios, porque algunos escucharon
los resultados en una radio española y otros en mi
programa del lunes. Un año de aquellos, el Alavés anduvo muy mal y cuando yo
narraba lo sucedido en los partidos siempre había un jugador que había dado tres
postes, dos largueros y así. Pero los pescadores ya lo sabían: “ahora viene lo
del Alavés, los postes del Alavés”, porque siempre perdía.
Hice más de ésas, pero no se pueden
contar. Mira, el Barcelona fichó a un jugador muy bueno de aquí,
Garai. Yo tenía relación con él y en el club teníamos una foto que nos
había enviado. Tuvo una lesión importante, con rotura de tibia y peroné, y
estuvo mucho tiempo sin jugar. Muchos pescadores ya lo sabían, porque oían emisoras
españolas, pues tenían mejores aparatos, y yo mientras tanto seguía narrando
todos los domingos las jugadas de Garai. Imagínate cómo se reían. Por un lado
Garai y por el otro los postes del Alavés.
Pello: Pasaste allí unos seis años.
Xabier: Comparando con los pescadores, yo era un privilegiado. Las condiciones de vida eran muy duras, tanto la comida como la
forma de trabajar. Se trabajaba a destajo. Si aparecía el pescado, se echaban
las horas necesarias. Algunos armadores y patrones querían quedarse allí
incluso en navidades. Yo, sin embargo, tenía la radio y podía hablar con todos.
Sacaba también una publicación, con una “ciclostil” o “vietnamita” de entonces,
que se llamaba Platuxa. Las platuxas que aparecían entre el bacalao se
arrojaban al mar y con ese nombre pretendíamos decir: si quieres, tira esta hoja, pero léela antes. Daba noticias y, como se publicaba en tierras francesas, se podían citar muchas
noticias que aquí no estaban permitidas. También decíamos quién estaba enfermo, quién
estaba a punto de embarcar, noticias de Pasajes… Hacía un editorial citando los
objetivos que perseguíamos.
Pello: Y de Terranova a Madrid.
Xabier: Durante la última etapa en Saint
Pierre tenía problemas. Me llevaba bien con algunos armadores, pero había
otros que no me podían ver ni en pintura. Además, como cada año debía tomar un
barco para ir allí, la Comandancia de Marina también empezó a ponerme trabas.
Al final, ya no conseguía permiso para embarcar en ningún puerto del Estado
español, ni en Pasajes, ni en Ferrol, ni en Vigo, ni en A Coruña.
Pello: ¿Quiénes no te permitían embarcarte, los
armadores o los militares?
Xabier: Los militares. Como no había hecho el
servicio militar, necesitaba un permiso del Ministerio de la Marina para
embarcarme. Una vez que estaba en casa, me llamaron de Madrid. Me esperaba un
almirante y aparecí con otro cura. El almirante actuó de manera muy negligente
en aquella entrevista, diciendo tonterías, porque si me querían parar los pies
podían haber echado mano de algunos textos publicados en Platuxa. Pero el
almirante me dijo que me metía con los armadores en algunos programas
de la radio.
De todas formas, me hizo saber que la
policía tenía cosas más graves en mi contra. Que yo azuzaba a los pescadores en
los conflictos laborales, que fomentaba los nacionalismos vasco y gallego… Todo
ello apareció en documentos policiales, mucho más tarde, en el juicio que me
hicieron por el libro sobre Txiki y Otaegi.
Al final, me quedé aquí. Cogí la revista Stella Maris que editábamos en San
Sebastián y me la llevé a Madrid, con la intención de que fuera para todos los
trabajadores del mar. En grandes letras aparecía “Stella Maris” y abajo, más
pequeño, “Hombres del Mar”. Fue éste el nombre que se impuso y se hacía eco de
muchos temas sociales. Se homologó con el resto de revistas de Madrid y terminó
siendo la revista del Sindicato Libre de la Marina Mercante (SLMM). Durante ese
tiempo estudiaba Filosofía y Letras, acabé la carrera y, aprovechando las
convalidaciones, terminé Periodismo y me saqué el título por mi cuenta.
Además de esta revista bimensual, hice
más cosas en el terreno periodístico: la revista Posible, Directísimo,
etc. Me daba para vivir. Al morir Franco, el sindicato fue legalizado y
comenzó a publicar su revista, dando por finalizada la época de Hombres del
Mar o Stella Maris. Eso sucedió al mismo tiempo que el nacimiento de
Egin. Tuve también mis problemas en
Madrid. El último año de Franco fue duro, con incidentes con la policía. Y
cuando llegó la amnistía, organizamos una plataforma con los estudiantes vascos
para ayudar a los presos que salían de Carabanchel. Había veces que los
soltaban a media noche aposta, los alrededores eran zonas descampadas y
temíamos que los atacaran los Guerrilleros de Cristo Rey u otros fascistas. Por
eso montamos semejante estructura, para darles cobijo a los que salían de la
cárcel.
El incombustible Juan Cruz entró impetuoso el
martes a las 19:30 horas en el Centro Cultural Ernest
Lluch. Necesitaba enviar algo urgentemente al periódico. Así comenzó la tercera
edición.
Sentamos a la mesa a tres periodistas para que
hablaran del influjo de las nuevas tecnologías en los procesos de
documentación. Junto con Joseba
Iriondo, Juan respondió a las preguntas y a los temas planteados por Alberto Moyano.
La verdad es que esperábamos más gente de la que
vino (unas cuarenta personas). No nos hizo ningún favor la espantá a última hora de Nacho
Escolar. Salvamos con dignidad el primer día.
El miércoles, a la misma hora, unas cien personas
se acercaron al Centro Cultural Casares-Tomasene
para oír a Agnes
Agboton. Previamente, pudimos ver la cinta Binta
y la gran idea, documento de media hora hecho por el director Javier Fesser por encargo
de UNICEF, un corto centrado en Senegal.
La directora adjunta de Noticias de Gipuzkoa, Arantzazu
Zugasti ejerció de presentadora. Agnes nos envolvió en el mundo de la
tradición oral africana. Para ello, nos mostró algunos aspectos de la religión vudú de Benin.
El jueves fue la escritora argentina Luisa Futoransky
quien dirigió un taller sobre literatura autobiográfica en la Sala de Actividades de
la Biblioteca Central. No pude estar, pero me han contado que
el nivel fue bueno y del gusto de la cincuentena de personas allí reunidas.
El viernes se celebró la actividad que más
interés despertó: el escritor y columnista Manuel Vicent
estuvo en Okendo.
Fue el profesor Juan
Velázquez quien condujo la charla y se habló de memoria y novela. Bueno, la
literatura no fue el único tema que se tocó, porque Juan también le preguntó
sobre los medios de comunicación y otros aspectos diversos. Tomé varias notas,
pero reproduzco aquí cinco frases:
"La nostalgia no es literaria, la melancolía
sí".
"Los medios son tan brutalmente expansivos
que cualquier idiota con un micrófono en la mano es un ser peligrosísimo".
"El desnivel entre la técnica y la moral es
cada vez mayor".
"El periodismo es el género literario del
siglo XXI".
"Se va a leer poco en el siglo XXI. Los
niños piensan ya con los dedos. Cultura digital".
El sábado por la tarde el ciclo se trasladó a territorio dependiente del Centro Cultural Loiola.
En la campa del caserío Benartegi, situado en la trasera de la cárcel de Martutene,
tres poetas: Carlos
Aurtenetxe, Luisa Futoransky y James
Wilkes. Eli Tolaretxipi
ejerció de maestra de ceremonias y el cuarteto
de cuerda Izadi llenó de música los intervalos de las lecturas.
La poesía es capaz de llevar más de cincuenta
personas a un sitio tan encantador y duro a la vez. El encanto de la hierba, del
caserío abandonado, del río próximo. La dureza de la cárcel, siempre presente con esos din-don-din de aviso mientras los poetas leían
sus versos.
El jueves era el día de internet pero no vi movimiento a mi alrededor que me recordara tal celebración. Sin embargo, como ayer viernes era el Día de los museos, los museos de San Sebastián convocaron el jueves un acto público en el Teatro Victoria Eugenia para dar a conocer el programa preparado con tal motivo.
Los siete museos se han repartido un día entre el 18 y el24 de mayo. Cada uno de ellos contó con un padrino o madrina que nos contó qué haría cada institución en el día correspondiente de la semana.
La atleta y actriz televisiva Naroa Agirre habló del Kutxaespacio; Javier Irazusta hizo lo propio en nombre del Museum Cemento Rezola ; la comerciante Teresa Cormenzana fue la portavoz de Chillida Leku; el profesor e investigador Unai Ugalde presentó el Museo Naval; al escritor y editor Inazio Mujika Iraola le tocó el Aquarium; la periodista Txaro Arteaga, anterior responsable de Emakunde, fue la que más sorprendió al reconocer no haber visitado jamás el Museo Diocesano; cerró el septeto el cocinero Juan Mari Arzak en representación del Museo San Telmo.
He leído un par de artículos y entrevistas estos últimos días con ideas que merecen una reseña, un hueco, en este rincón. Ayer leí una entrevista en Berria al músico Jabier Muguruza. La víspera, por su parte, un artículo del catedrático José Ignacio Lacasta-Zabalza. Pongo aquí extractos de ambas, porque me suena bien lo que dicen.
Campaña
"No creo que me convenzan durante la campaña. Tenía pensado dar mi voto a la coalición EB-Aralar, pero si el sector antes citado (nota del blogger: la izquierda abertzale histórica) no se puede presentar, y si el resto de los partidos no dan una respuesta contundente –creo que Larreina ha hablado incluso de desobediencia civil-, lo más probable es que esta vez pase de las elecciones". Jabier.
Educación
"Si consiguiéramos que las próximas generaciones interiorizaran cuatro cosas básicas, la lucha política sería mucho más llevadera; por ejemplo, a tomar la vida como valor sagrado y a amar la identidad de un pueblo, se aprende, igual que a no ser tan obediente. Pero aquí, desgraciadamente, es posible que Etxezarreta viva amenazado y que unos vean bien eso, o que otros, tras lo sucedido con Egunkaria, miren para otro lado. ¿Qué generación saldrá de ahí? Al mismo tiempo, he de decir también que conozco gente que utiliza la política para calmar su sufrimiento y desequilibrio internos; es gente peligrosa". Jabier.
Ley de partidos
"El mundo de ETA y Batasuna está moral y seriamente alcanzado ante la opinión pública por el atentado de Barajas y la indignante muerte de dos inocentes trabajadores ecuatorianos. Se les acabó ahora cualquier crédito. (...) Esto es una cosa y la aplicación de la Ley de Partidos otra muy otra. Javier Pradera, con quien no suelo compartir sus puntos de vista, pero que jurídicamente suele hilar bastante fino, decía hace poco que los efectos de ese "chaparrón tropical sobre el Supremo y el Constitucional pueden influir negativamente sobre la resolución de la Corte de Estrasburgo cuando se pronuncie sobre la Ley de Partidos" (El País , 6-5-07). Efectivamente, cualquier tribunal no contaminado por la arbitraria Ley de Partidos, difícilmente puede entender que se pueda anular una candidatura de una organización legal como ANV por la presencia de personas que están en el uso legítimo de todos sus derechos políticos". José Ignacio.
Nota: ¿Por qué a ese amigo (o amiga) desconocidos? Porque como dijo Juan Cruz en la tertulia del pasado martes, "los blogs son cartas". Creo que tiene razón. Muchas veces solamente son leídas por los conocidos, pero siempre hay algún desconocido por ahí.
El pasado miércoles, Chirigóticas abrió el Festival
de Teatro de Bolsillo (enlace pdf) de San Sebastián. La muestra la organizamos
las casas de
cultura y las actuaciones, normalmente, se programan en bares y locales de
los diferentes barrios. Las andaluzas estuvieron el miércoles en la Sala
Club del Victoria Eugenia y el viernes en el restaurante
Beartzana de Amara. Con humor, chirigotas y teatro, las cuatro actrices han
dejado un buen sabor de boca.
Hace varios años, los bertsolarisIgor Elorza y Unai Iturriaga montaron junto al antiguo miembro deHertzainak,
Josu Zabala, un grupo llamado Zazpi Eskale en el que mezclaban
bertso y música. Ahora se han convertido en Gu ta gutarrak y pasean por los pueblos
del país un espectáculo donde la palabra y el bertso son el cimiento y la
música compañera de fatigas. Redondean los bolos
con artistas invitados del lugar donde actúan.
Llenaron el restaurante
Via Fora el jueves. No tardaron en notar el calor y la alegría de la gente
allí reunida. No pasó lo mismo el viernes en la sala Antton Aiestaran de
Añorga: el local, un antiguo cine, era diferente y les costó más llegar.
Sin embargo, la banda demostró encima del escenario controlar perfectamente los
tempos del directo. Terminaron con el público puesto en pie y una buena salva
de aplausos.
Como también manejan con presteza las nuevas tecnologías, podemos
decir que los gutarrak son 2.0. Gracias a mi cuenta de bloglines, he podido seguir sus andanzas. Igor y Unai son los encargados
de alimentar el blog: crónicas,
fotografías y vídeos colgados en youtube.
Hace algunas semanas me reí un montón viendo el vídeo de la actuación en la
sala Uhago de Markina. Aquel día invitaron al actor Ander
Lipus, el cual vino con Juan Junda, vecino de
la cercana localidad de Larruskain.
Ahí abajo tenéis el vídeo. Íntegramente en
euskara, claro. El 19 de mayo el grupo estará en el bar Txiki de Intxaurrondo.
Algunas
consideraciones lingüísticas
Gu
ta gutarrak significa en
euskara "Nosotros y los nuestros". Veo en la wikipedia en castellano
que hay un relato de ficción que tiene ese título. Es una consigna de auto-afirmación muy usada en el país: Gora gu ta gutarrak! (¡Viva nosotros y los nuestros!).
Poto: sacado de la web Bertsozale.com,
"La mayor dificultad que afrontan los bertsolaris es el hecho de
seleccionar las rimas más apropiadas para su discurso. Si dos palabras rimadas
en el mismo bertso son iguales, se considera que el bertsolari ha hecho poto.
Consiste, simplemente, en la repetición de una palabra-rima y es sin duda el
error más penalizado tanto por el jurado como por el público".
Potosicótico es una palabra con el sello Ander Lipus. Su personaje Juan
Junda (Juan Ido, en castellano) se califica como tal desde que en un concurso
de bertsos hizo poto (erró). Aún no ha podido superarlo.
Más poto: leo aquí que es una palabra mapuche
que significa trasero.