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2005/02/01 07:00:00 GMT+1

¿Vale la pena sermonearlos?

Finalmente habrá representación del Parlamento vasco en las Cortes madrileñas para defender el proyecto de nuevo Estatuto.

Será el propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien asuma la tarea. Para mí que habría sido preferible que se alternaran tres miembros de la mayoría parlamentaria vasca, para mejor subrayar que no se trata de una propuesta personal, sino de una decisión de la Cámara de Vitoria. Pero no será así. Tanto da.

«¡Qué menos!», dicen los más conspicuos comentaristas políticos con sede en Madrid. «¡Sólo faltaría que, después del cristo que han montado, encima no acudieran al Congreso a dar la cara!»

Admito que, cuando oigo esos comentarios, me da por pensar que lo mismo habrían hecho mejor no yendo. Como norma general, lo que molesta al enemigo suele ser bueno.

Defendí desde el principio -sin mucho entusiasmo, todo sea dicho- la conveniencia de acudir a las Cortes de Madrid para explicar lo votado por la Cámara vasca. Me pareció que representa una ocasión interesante para llegar a un buen número de ciudadanos de España -la cosa va a ser retransmitida a todo trapo por radio y televisión- y hacerles conscientes de que el llamado plan Ibarretxe podrá estar mejor o peor, pero no es una aberración criminal que pretenda la ruina de las buena gente de al sur del Ebro.

Ahora bien: consideré también -y sigo haciéndolo- que la decisión final de subir o no a esa tribuna era meramente táctica, variable de acuerdo con las circunstancias.

Tan legítimo hubiera sido decidir que sí como optar porque no.

«¡Sería intolerable que despreciaran de ese modo al Parlamento central, que representa al conjunto de los ciudadanos españoles!», claman.

Ah, ¿sí? ¿Y por qué intolerable?

Esta gente no para de decidir qué es tolerable y qué es intolerable. ¿Se darán cuenta de que esa manía los define sin remisión como intolerantes?

A mí, en concreto, el Congreso de los Diputados -y no digamos ya el Senado- me produce un respeto tirando a escaso.

«¡Es la sede de la soberanía popular!», berrean.

-Sí, y las oficinas centrales de la empresa del señor D'Hont- me da por responderles.

Oigo que el líder de Ezker Batua, Javier Madrazo -que bastante cruz tiene con soportar a sus socios de coalición, que son una banda de impresentables-, era partidario, aunque también sin demasiado entusiasmo, de no subir a esa tribuna, para mejor subrayar su rechazo a la decisión centralista de limpiarse el pompis con la propuesta vasca.

Era otra posibilidad. Con su punto simpático, aunque ya me imagino que bastantes de ustedes no se lo verán. ¿Aprovechar la oportunidad propagandística que proporciona el reglamento del Congreso para sermonear a esa tropa o darles en los morros mandándolos al guano? Como diría el pobre Hamlet, ésa es la cuestión. Lo grave es que, como él, tenemos que pensarlo con una calavera en la mano.

Javier Ortiz. El Mundo (1 de febrero de 2005). Es muy similar al apunte titulado Ir a Madrid, publicado la víspera por Javier en su web. Subido a "Desde Jamaica" el 30 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/02/01 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: el_mundo madrid madrazo euskal_herria 2005 españa ibarretxe plan_ibarretxe euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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