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2002/07/30 06:00:00 GMT+2

Una situación imposible

Las radios con sede central en Madrid no pararon de contar ayer durante todo el día que se iba a celebrar/se estaba celebrando/se había celebrado un homenaje a dos amenazados por ETA: Francisco Llera, catedrático de Sociología de la UPV, que se marcha a Estados Unidos, y Jaime Larrinaga, párroco de Maruri, que lleva escolta de protección.

Apuesto a que hay muchos y muy buenos motivos para homenajear a Llera y a Larrinaga, juntos o por separado, pero me parece un tanto traída por los pelos la referencia a las amenazas de ETA.

Le he escuchado decir a Llera que se va a los EEUU porque le han hecho una oferta de gran interés profesional. No recuerdo qué: una beca, o algo así. Admite que se alegra de alejarse radicalmente del ambiente de crispación y enfrentamientos que le ha tocado vivir en la Universidad del País Vasco, pero jamás ha pretendido que su viaje equivalga a un exilio.

Tampoco creo que sea correcto defender al párroco de Maruri en tanto que «amenazado por ETA», básicamente porque ETA no le ha amenazado. Lo que ha ocurrido es que el Ayuntamiento de su pueblo le ha acusado de ser un «nostálgico del franquismo» y él, en uso de sus libres atributos deductivos, ha considerado que eso equivale a ponerlo «en el punto de mira de ETA», razón por la que ha solicitado -y se le ha concedido- protección policial. (Es curioso que el señor párroco no se hubiera sentido hasta ahora «en el punto de mira de ETA», pese a haber fundado una asociación confesional antinacionalista y haber publicado diversos artículos del mismo género en la prensa de Madrid; que haya sido necesario un pronunciamiento del Ayuntamiento de su pueblo para que le embargue la sensación de estar «en el punto de mira»).

Las simpatías que está recogiendo el cura de Maruri responden a una lógica extraña. Sus defensores sostienen que él hace muy bien en apelar a su condición de sacerdote para descalificar el nacionalismo vasco, incluso como ideología, y para acusar a la jerarquía vasca de dedicar el templo al «mercadeo político» por defender la negociación como vía de salida al embrollo vasco, actitud que él quisiera contrarrestar con medidas expeditivas («Ya es hora de que sean expulsados del templo todos los que lo usan para el mercadeo político», ha escrito). A cambio, consideran intolerable que alguien responda a esas acusaciones, y más aún que le pregunte dónde tuvo guardada su «legítima indignación» durante los muchos años que fue párroco de Maruri durante la dictadura franquista, porque nadie recuerda que por aquel entonces hiciera gala de su santo furor, por mucho palio que usaran los asesinos.

En fin, tampoco quisiera insistir demasiado en cosas que caen por su propio peso.

Lo que pretendo es ilustrar el hecho de que Euskadi vive una situación imposible, con unos que corren el riesgo de que los agredan, o maten incluso, por expresar ideas hostiles al nacionalismo vasco, y con otros a los que se les priva de su derecho a polemizar franca y pacíficamente con las ideas hostiles porque, si lo hacen -según no para de advertírseles- estarán «poniendo en el punto de mira de ETA» a los criticados.

Así la política se convierte en un purito asco.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (30 de julio de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 14 de enero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/07/30 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario francisco_llera 2002 euskal_herria jaime_larrinaga euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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