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1995/07/22 07:00:00 GMT+1

Telón

Ya están otra vez con la misma murga: «¡Que comparezca, que comparezca!». ¿Y para qué carajo querrán que vaya al Parlamento? ¿Qué se piensan, que también él va a acabar cantando? ¿O tienen curiosidad por ver qué berzas se inventa esta vez? A mí, lo que es, me aburre soberanamente. Está más visto que el tebeo.

Esto es una pura patochada. Ellos saben que lo que han contado todos, desde Amedo a García Damborenea, es verdad. No toda la verdad, desde luego. Porque, de creerles, habría que pensar que, así como el secuestro del pobre Marey fue prácticamente una manifestación de masas, de tantos que participaron en él, los demás atentados de los GAL hubieron de ser cosa de Felipe González en persona, porque nadie sabe nada de ellos. Pero, bueno, descontado eso, que es comprensible -son criminales, no imbéciles-, está más que claro que los hechos sucedieron como los cuentan. Lo contrario es imposible. No cabe que individuos que ocuparon cargos de tanta responsabilidad y que, además, salen tan perjudicados por lo que ellos mismos confiesan, se inventen una historia tan concordante y que, por lo demás, coincide tan exactamente con los datos recuperados de aquella realidad.

Saben de sobra que es verdad. Lo sabe, mejor que nadie, González, que recuerda sin duda la historia entera: García Damborenea convenciéndole de la utilidad del ojo por ojo sin pasar por el juzgado, sus conversaciones con unos y otros defendiendo la utilidad del terrorismo de Estado -algunos las han contado- y poniendo a las bandas parapoliciales de Carlos Andrés Pérez como ejemplo, sus despachos en La Moncloa con el propio Dambo para informarse de cómo iba el negocio... Lo sabe Pujol, vaya que sí, al que de ese asunto sólo le molesta que algunos no hayamos sabido callarlo con la debida discreción. Y lo sabe, por supuesto, el staff del PSOE: unos porque participaron en él, otros -como el llorica de Jáuregui- porque les pilló al lado, otros porque lo han oído contar a los que estuvieron de uno u otro modo en el ajo.

Lo saben, pero se aferran al tinglado. Tienen miedo de que se les caiga encima. Y de eso se aprovecha el gran farsante para seguir representando el papel del que nunca supo nada de nada. Aunque tenga plena conciencia de que ya no le creen ni los más fanáticos de la causa de Santa Rita.

La oposición reclama que el asunto vaya al Parlamento. Sea así, si tanto les apetece. Pero que nadie piense que la solución va a salir del Parlamento. Ahí, en la sede central de los números, donde no cuenta la verdad sino la suma de escaños, no hay nada que hacer. La solución está en la calle. Sólo cuando salgan a ella y nos vean a todos de espaldas se darán cuenta de que la farsa no puede continuar. Y caerá el telón.

Javier Ortiz. El Mundo (22 de julio de 1995). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de noviembre de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1995/07/22 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: 1995 el_mundo felipismo pujol ramón_jáuregui felipe_gonzález gal marey | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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