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1996/02/17 07:00:00 GMT+1

¡Qué bien! ¡No habrá debates!

Según los dos sondeos que se han interesado por eso, la mayoría de los electores desearía ver a González, Aznar y Anguita debatir juntos ante las cámaras de la televisión. El PP se apuntó encantado a eso. Císcar se apresuró entonces a afirmar que él sabe -por ciencia infusa: igual que sabe que Barrionuevo es inocente- que lo que la mayoría querría de verdad es un «cara a cara» entre González y Aznar. En vista de lo cual, y para que no faltara ninguna posibilidad, IU propuso organizar tres debates: González-Aznar, Aznar-Anguita y Anguita-González. Pero como González no quiere fajarse en corto con Anguita, que le saca de quicio, y Aznar huye de discutir mano a mano -o «cara a cara», como dice Ciscar- con González, porque no tiene nada que ganar en esa pelea, pues al final no habrá debates.

Cosa que a bastantes parece que les decepciona, pero que a mí me produce una gran satisfacción.

«Los ciudadanos deseaban ver cómo los líderes confrontaban sus respectivos programas», he oído decir. Pues si eso es lo que deseaban, hacían muy mal.

Me explico.

En primer lugar, es absurdo creer que la televisión puede servir de escenario para un debate sobre cuestiones de tipo programático. En televisión, toda parrafada que dure más de dos minutos se vuelve inaguantable. Y nadie puede expresar una idea medianamente compleja en menos de dos minutos. Una discusión en televisión da para un rifirrafe más o menos brillante (o más o menos aburrido). Puede tener incluso su atractivo en tanto que ejercicio de esgrima oral. Pero en ningún caso permite comparar programas de gobierno.

En segundo lugar: pongamos que fuera posible comparar realmente los programas. ¿Qué ganaríamos con ello? Toda la experiencia -tanto la nuestra como la ajena- enseña que entre lo que figura en los programas de los partidos y lo que estos hacen una vez alcanzado el Poder suele haber tanto parecido como entre un huevo y una castaña.

Lo que los electores deben hacer no es comparar castillos en el aire, sino hechos. Tienen que analizar lo que el PSOE, el PP e IU -y CiU, y el PNV, y Coalición Canaria, y EA, y HB, y el PA, y el Bloque Galego... o sea, todos- han venido haciendo, y determinar a partir de ese examen práctico si hay alguna actuación concreta que les parezca digna de reconocimiento y apoyo. Para lo cual no precisan debates televisivos. Con recordar les basta.

Es esta una reflexión aplicable a todo tiempo y lugar, pero mil por cien más imperiosa tratándose de aquí y de ahora. Porque juzgar a González por sus palabras sería como para acceder por la puerta grande al Guinness de los disparates.

Me alegro infinito de que no vaya a haber debates televisivos. Una cortina de humo menos ante los ojos de los ciudadanos. Menos guirigay que les dificulte escuchar al mejor consejero electoral que existe: la memoria.

Javier Ortiz. El Mundo (17 de febrero de 1996). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de febrero de 2013.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1996/02/17 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: españa elecciones el_mundo 1996 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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