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1994/11/19 07:00:00 GMT+1

¡Pero qué gente más rara!

No, pero de verdad: ¿no les parece a ustedes que estos tíos están como cencerros?

Hace un rato, mientras comía, he oído un anuncio publicitario de no sé qué producto financiero del Estado. Una voz melosa, con un cierto aire irlandés, canta por detrás «Oh my name it ain»t nothing, my age it means less...». ¿Saben qué es eso? Se trata de With God On Our Side, un lamento anti-militarista que Bob Dylan compuso allá por los 60 para maldecir la compulsiva tendencia que siempre han tenido los líderes norteamericanos a liarse a tortas para resolver sus conflictos, con la seguridad añadida de que Dios está de su lado. ¿Qué pinta una composición como ésa en un anuncio destinado a ensalzar unos bonos -o pagarés, o lo que sea- emitidos por un Estado que se gasta los cuartos apoyando las aventuras militares decididas en Washington? Seguro que la ha elegido uno de esos esquizofrénicos del PSOE, que se aficionó a las protestas de Bob Dylan hace 25 años y no se ha dado cuenta de que en el ínterin, cachis, se ha pasado al enemigo.

No se puede conservar el sano juicio cuando uno pretende que siempre ha tenido razón: hace diez, quince o veinte años, cuando dijo digo, y ahora, cuando dice Diego. A fuerza de usar tantas varas de medir, al final se pierde el sentido de la medida. No puede ser que los malditos refugios anti-atómicos no sirvieran para nada en 1982, cuando todavía había peligro de guerra nuclear, y que en cambio ahora, cuando ya no lo hay, sea imperioso gastarse veinte mil millones en uno para el señorito. Si González tuviera así fuera sólo una mediana pretensión de coherencia, estaría obligado a decidir que, una de dos: o en el 82 decía chorradas como puños, o las dice (y hace) ahora. Claro que, de concluir lo primero, tendría que proseguir el razonamiento y deducir que en el 82 hubo diez millones de electores que le dieron su voto porque estaban ilusionados con sus chorradas. Y como eso sería muy amargo, pues nada: no piensa en ello, lo relega al olvido y a correr.

Cuanto más los oigo hablar, más evidente me resulta: a estas alturas, ningún dirigente socialista dice nada que aspire a ser coherente. Se conforman con que les permita salir del paso en ese momento. Lo de Leguina el otro día en Tele 5 fue patético: primero reprocha a El Mundo hacer denuncias sin pruebas, y luego asegura que no le interesa ver las pruebas. ¡Ele! Esa misma tarde, Serra -otro que tal baila- había tenido los santos bemoles de criticar a Aznar... ¡por no dar la cara! ¡Él, que se pasó semanas huyendo de la comisión parlamentaria sobre Roldán y de la tribuna del Congreso como si ambas encarnaran la peste misma!

He sugerido a los del suplemento Salud que elaboren un informe sobre las magníficas relaciones que hay entre ciertas patologías psíquicas y el ejercicio del poder político. Pero mucho me temo que con ocho páginas no tengan ni para empezar.

Javier Ortiz. El Mundo (19 de noviembre de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de noviembre de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1994/11/19 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: narcís_serra preantología 1994 felipismo felipe_gonzález bob_dylan leguina aznar roldán el_mundo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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