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2006/04/17 07:00:00 GMT+2

Otros 100 muertos más

Hay un punto de venganza en los datos proporcionados por la DGT sobre las víctimas mortales de los accidentes que se han producido en las carreteras españolas durante estas minivacaciones, que para algunos concluyen hoy: los hechos van a confirmar las previsiones que ella misma avanzó y que muchos calificaron de tremendistas. Habló de un centenar de muertos y la realidad va a refrendarlo.

Quienes pusieron en cuestión la cifra deberían saber que la DGT no establece esos cálculos a ojo. Tiene la posibilidad de hacer estimaciones bastante exactas a partir de un conjunto de variables: vehículos en circulación, duración del periodo vacacional, previsiones meteorológicas, experiencia de años pasados, índice de renovación del parque... A todo lo cual añade un dato constante: la capacidad fija de los humanos para hacer las cosas mal.

Lo llamativo es que la DGT, sabiendo con precisión lo que iba a ocurrir y constándole que era inevitable que ocurriera, se gastara el dinero –nuestro dinero– en comunicárnoslo a través de una costosa campaña publicitaria.

En realidad, trataba de costear la buena conciencia de todos los implicados.

La DGT es consciente de que el factor clave que determina el elevado número de accidentes de tránsito es el hecho de que los automóviles son medios de transporte fácilmente descontrolables conducidos por gente que es, por naturaleza, altamente falible. Tampoco se le escapará, supongo, que el desastre procede del error de principio que consistió en fomentar al máximo un medio de transporte que tiene muchas más posibilidades que ningún otro de acabar en desastre. Un error que resultó de una opción económica fría y calculada: la industria del automóvil proporciona muchos puestos de trabajo... y muy sustanciosos beneficios.

No digo que esté mal que la DGT anime a la gente a conducir correctamente. Lo que digo es, en primer lugar, que ningún aviso logrará que la mayoría se vuelva menos distraída y menos competitiva, tenga menos prisa o menos sueño, calcule mejor las distancias, etcétera. Y, en segundo término, que es pura hipocresía pretender que los mismos individuos que han sido aleccionados desde niños para ser individualistas, competitivos, ambiciosos e insensibles, se conviertan en todo lo contrario cuando ejercen de conductores.

A sabiendas de que las cosas son así, y digan lo que digan, las autoridades ya han elegido su vía: la represión. Van a multiplicar la vigilancia, aumentar la cuantía de las sanciones, retirar permisos de conducir, imponer penas de cárcel... Y, si eso no basta, agravarán los castigos, confiscarán los vehículos, embargarán los salarios.

Harán todo lo que haga falta, con tal de conseguir que sean otros los que paguen las consecuencias de un sistema de transporte cuyo crecimiento irracional y enloquecido continúan fomentando.

Javier Ortiz. El Mundo (17 de abril de 2006). Hay también un apunte con el mismo título: Otros 100 muertos más.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2006/04/17 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: publicidad el_mundo tráfico coche 2006 dgt muerte españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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