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2000/02/09 07:00:00 GMT+1

Los cuervos de El Ejido

«¡Es que no hay día en que los diarios de aquí no traigan noticias de delitos cometidos por moros!», exclama airada por la radio la señora de El Ejido, creyendo probablemente que explica algo.

Primera objeción: la buena señora se delata con la utilización del término moro, herencia de una parte no demasiado edificante de nuestra Historia.

Segunda: si en la comarca de El Ejido hay decenas de miles de magrebíes, y muchos de ellos viven en una situación de pobreza y de marginalidad apabullantes, no es que sea lógico, sino que resulta totalmente inevitable que recaiga sobre ellos un porcentaje importante de la criminalidad local. Pero eso no justifica -ni siquiera atenúa- el horror de salir «a la caza del moro». También en Madrid hay barrios en los que la tasa delictiva es elevadísima, y nadie se ha lanzado a la caza de sus vecinos. Por ahora, al menos.

Tercero: si la prensa local da cuenta diaria del origen nacional de los detenidos por la policía, hace muy mal. En la identificación periodística de un delincuente sólo deben figurar los datos esenciales para la comprensión del suceso. Resaltar la procedencia étnica del detenido -a no ser, por supuesto, que se trate de un suceso de tipo racista- implica establecer un nexo, consciente o inconsciente, entre esta o aquella nacionalidad y la delincuencia. Lo cual alimenta el racismo y la xenofobia.

Portada de La Razón, domingo 6 de febrero. Ocho fotos de niños asiáticos, africanos; diferentes. Título con intención: «Los nuevos españoles». Y el texto: «España pagará su baja natalidad con la incorporación de, al menos, doce millones de emigrantes al mercado laboral». «¿Pagará?» ¿Cuál es el precio? ¿Tener junto a nosotros a personas de cien horizontes?

No pretendo que la prensa haya provocado nada. Nada por sí solo provoca nada. Todo se acumula.

Se empieza aprendiendo que hacer cultivos bajo plásticos, si se tiene la tierra y el sol adecuados, permite sacar la tira de cosechas. Se comprueba luego que trabajar debajo de esos plásticos, cuando el sol aprieta, es terriblemente duro. Se constata después que es mucho más productivo pagar una miseria a los trabajadores que darles un jornal digno. En fin, se descubre que hay magrebíes dispuestos a hacer esa labor por cuatro duros, y que además se avienen a vivir en chabolas y en cuevas de mala muerte, porque escapan de algo que es todavía peor y que carece de ningún futuro.

Resumen: que los hay que han criado cuervos y que, cuando éstos han empezado a sacarles los ojos, han decidido que todo el problema está en que son cuervos moros.

Javier Ortiz. El Mundo (9 de febrero de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 9 de febrero de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/02/09 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: españa andalucía racismo el_ejido violencia 2000 preantología migraciones el_mundo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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