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2004/05/21 06:00:00 GMT+2

Letizia Ortiz

No he escrito nada sobre La Boda, creo recordar, ni en las páginas de El Mundo ni en esta web.

En El Mundo escribiré mañana, día de la ceremonia, para insistir en los dos aspectos que me parecen más criticables: el trato empalagoso que recibe la monarquía española en los medios de comunicación españoles -y en este caso la reiteración no es ociosa, porque los medios de comunicación españoles no son nada complacientes con otras monarquías- y el despilfarro que están haciendo las instituciones del Estado para rodear el acto de un boato verdaderamente escandaloso, por el fondo y por la forma.

Aquí, más en petit comité, voy a referirme a un escrito que se ha difundido mucho por Internet durante estos últimos días, en el que se critica la boda desde una perspectiva que me ha resultado tan chocante como desacertada: la de la supuesta turbulencia de la vida privada de Letizia Ortiz, lo que la inhabilitaría para ser princesa.

El escrito ennumera una serie de circunstancias, algunas ciertas, conocidas y reconocidas, otras que se presentan como ciertas sin aportar ninguna prueba de lo que sean y otras, en fin, que se incluyen directamente a título de rumores. Todo lo cual sirve de base al autor del escrito para concluir que cualquier puta de Madrid (sic) estaría más capacitada que Letizia Ortiz para ser princesa.

El escrito es, en primer término, terriblemente carca. Se basa en el sobreentendido de que una persona que ha disfrutado libremente de su sexualidad es moralmente reprobable y queda invalidada para ostentar cargos públicos de representación.

En segundo lugar, es una muestra casi perfecta de cómo no es lícito ejercitar la crítica: presentando como hechos afirmaciones que no se demuestran y manejando habladurías, en plan «cuando el río suena...».

En fin, es de hecho un panfleto profundamente promonárquico, porque parte de la idea de que los miembros de la familia real deben estar adornados de excelsas virtudes. Lo cual por un lado es imposible -si fueran verdaderamente virtuosos no aceptarían que se les asigne la Jefatura del Estado por un antidemocrático derecho de cuna- y por el otro es falso: todos sabemos que la pudicia no ha sido nunca el fuerte de ninguna familia real, y menos aún de la rama española de los Bourbon.

No, todo no vale. Tampoco contra La Boda. Porque, como parece ya más que demostrado, cabe criticarla desde criterios democráticos y racionales, pero también desde perspectivas reaccionarias y ultramonárquicas.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (21 de mayo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/05/21 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: españa felipe_vi 2004 boda letizia monarquía apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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