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2000/04/15 07:00:00 GMT+2

La autocrítica del PSOE

«No hay día que no escuche en boca de algún dirigente socialista unas cuantas razones por las que no debería haber votado al PSOE... Me han convencido. Fue un error», escribe con sarcasmo una lectora de El País. Y da al partido de sus muy recientes preferencias un buen corte de mangas: «Ya que los dirigentes socialistas están buscando caras nuevas, les pido que aprovechen para buscar votantes nuevos».

Un partido político puede soportar muchas cosas. Nuestra sociedad es muy permisiva en materia de ética. Puede sobrellevar que lo acusen de corrupto, de caciquil, de tiránico, de vendido: de eso y de mucho más. Incluso con pruebas. Lo que perdona difícilmente es que se convierta en motivo de chirigota. Que hasta los suyos le pierdan el respeto. Que se rían de él, así sea por no llorar.

El confuso mea culpa actual del PSOE está produciendo ese efecto.

En esta sociedad de escaparates, la autocrítica queda como muy bien cuando quienes reconocen haber cometido algún error demuestran que lo han analizado mejor que nadie y que además saben cómo sacar partido de él para estar más estupendos que nunca. Eso hasta refuerza la fe de sus admiradores. Pero si admiten que no han dado prácticamente ni una, y encima demuestran que no tienen ni idea de cómo salir del agujero, el efecto que provocan es el opuesto: empujan a sus huestes a salir huyendo en busca de otros paladines.

Leo el documento que han preparado los guerristas madrileños de cara al XXXV Congreso socialista. El diagnóstico es de UVI. No salvan ni la actividad del PSOE de puertas afuera (hablan del «carácter difuso y espasmódico del proyecto político y del programa»: toma ya) ni la de puertas adentro (consideran que su partido sigue un modelo organizativo en el que predominan «la exclusión y la quiebra de la legalidad interna»). A ver quién es el guapo que está dispuesto a poner su futuro en manos de ese dechado de virtudes.

El guirigay es total. Maragall recorre la piel de toro cantando las virtudes del ¡Viva Cartagena!; Bono declara sin parar que hay que hacer menos declaraciones; Rodríguez Zapatero se aprovecha de lo mucho que se habla de buscar caras nuevas para dar a conocer la suya, cuya única virtud conocida es, precisamente, que es desconocida; Rosa Díez hace lo propio, sólo que tratando de fingir que su muy conocida cara es, en realidad, novísima; Francisco Vázquez canta un día sí y otro también las virtudes modélicas del PP... Para completar el caos, Chaves, teóricamente encargado de canalizar las discusiones internas de cara al Congreso, dice que ya está bien de discusiones internas.

Querían evitar una tragedia y lo están consiguiendo. Lo suyo no es una tragedia: es un sainete.

Javier Ortiz. El Mundo (15 de abril de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 17 de abril de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/04/15 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: el_mundo chaves zapatero francisco_vázquez 2000 psoe bono rosa_díez maragall | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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