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1992/02/01 07:00:00 GMT+1

La Academia acepta el término «gilipollas»

Hay palabras a plazo fijo, que vienen, arrasan, se gastan y mueren. Poco importa que figuren o no en el Diccionario de la Academia: lo que las caracteriza es su naturaleza de comodín pasajero, de tic de temporada, de plaga estacional. Ahora mismo estamos bajo los anonadantes efectos de la cultura. A todo se le llama cultura. El PSOE acusa al PP de estar instalado en la «cultura del rumor» y el PP contesta que el PSOE vive en la «cultura de la corrupción»: asuntos, como se ve, de honda raíz cultural. Es un fenómeno que vengo observando hace décadas. Crecí -no mucho- soportando el apogeo de lo cósmico y lo telúrico; atravesé por las esferas de lo psicosomático y lo freudiano; aluciné con tesis precongresuales de organismos autoconvocados que consensuaban posicionamientos en torno al tema de la democracia a nivel de yo qué sé qué... Y lo más cómico: los aficionados a manejarse con tales tópicos hueros se quejaban de que la Academia de la Lengua no admitiera las acepciones forzadas con las que ellos se desenvolvían tan a gusto. Pero la Academia hacía bien: sabía de lo efímero de esos elementos de jerga.

Lo que carecía de sentido es que nuestra primera institución lingüística siguiera sin admitir la corrección de una palabra tan bregada, generalizada, contundente y certera como gilipollas. No tiene nada de temporera.

Aunque de orígenes imprecisos, está claro que no es un barbarismo. Cabe reprochar al término, eso sí, su sexismo. Pero reconocer la existencia de una palabra no obliga a usarla: quien prefiera eludir el lenguaje sexista no tiene más que situar el término gilipollas junto al resto de los insultos con alusiones genitales en los que el castellano en tan prolífico.

El Diccionario de la Academia incluye no menos de centenar y medio de sinónimos para aludir a la estupidez humana. La mayoría de ellos apuntan a la falta de luces del intercepto. Un gilipollas, sin embargo, no tiene por qué ser corto de luces. El gilipollas no nace; se hace. Pero no me tienten, que acabaría por poner ejemplos.

Javier Ortiz. El Mundo (1 de febrero de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 5 de febrero de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1992/02/01 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: lengua idioma 1992 el_mundo | Permalink | Comentarios (2) | Referencias (0)

Comentarios

Una teoría acerca del origen de Gilipollas (¡¡del griego gelotopoios!!)

http://davidllada.com/blog/2011/01/27/gilipollas-origen-etimologico-insulto/

Escrito por: Tur.2011/02/06 14:31:21.926000 GMT+1

Ok, Tur. Dejo el enlace aquí. Origen etimológico de gilipollas.

Escrito por: PWJO.2011/02/06 23:29:29.351000 GMT+1

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