Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2001/08/13 06:00:00 GMT+2

Gescartera, el timo de la estampita

Lo de Gescartera guarda un cierto parecido con el timo de la estampita: todos los estafados lo han sido por culpa de su deseo de hacer dinero fácil. El tal Camacho les hablaba de sus excelentes contactos con los organismos rectores de la Bolsa -que los tenía: eso está ya más que claro- y ellos le daban gustosamente sus millones, confiados en que jugaban con ventaja.

No me extraña que algunos de los timados hayan preferido no dar la cara. Seguro que el origen del dinero que invertían estaba tan poco claro como sus intenciones bursátiles. También en eso se mantiene el parecido: muchos de los timados con las estampitas también optan por silenciar su fiasco, para no quedar en evidencia. Prefieren que no se sepa que han sido timados cuando ellos mismos estaban tratando de timar.

Lo que me parece grotesco, e indicativo del nivel de inteligencia de buena parte de la clientela de Gescartera, es que esa gente se dejara sacar el dinero confiando en que Camacho trabajaba con información privilegiada. Si los directivos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores hubieran sabido cómo ganar en Bolsa sin riesgo, se habrían reservado la información para su exclusivo beneficio. No los supongo tan tontos como para vender duros a dos reales.

La comparación con el timo de la estampita tiene otro fundamento más: la amplia presencia de la Iglesia en la lista de estafados. Es un timo con estampitas de las de verdad, con sus beatos, sus santos y sus vírgenes. Cada vez aparecen más eclesiásticos implicados en el escándalo. Todos protestan que se metieron en él de buena fe, y no seré yo quien discuta sobre la calidad de su fe, tratándose de religiosos. Pero parece claro que no todos los hábitos que visten los servidores de la Iglesia de Roma son de tela: algunos tienen también el hábito de especular con la tela. Quizá por aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.

Partiendo del axioma de que sólo invierte o ahorra aquel que tiene de sobra, parece indiscutible que a algunos integrantes de la Iglesia española les sobra mucho. O, por lo menos, disponen de mucho.

Lo mismo cabe decir de la ONCE y de todas esas ONG que figuran en la nómina de perjudicados de Gescartera. ¿Oenegés a las que les sobra el dinero? Lagarto, lagarto. Se supone que un chiringo de ese tipo debería llegar a fin de año con la cuenta de gastos nivelada con la de ingresos.

Una organización sin ánimo de lucro no hace ese género de operaciones. Porque ese género de operaciones se caracteriza, específicamente, por su ánimo de lucro.

Aviso de régimen interno.- Esta semana voy a andar, como dicen los campesinos de por aquí, «como cagallón por acequia». O sea, sin parar, de un lado para otro. Salgo dentro de un rato para Madrid, mañana para San Sebastián, el jueves para Santander, el sábado nuevamente para Madrid... Es posible que algún día no me dé tiempo a actualizar la página, o lo haga a horas estrafalarias. Ya que estamos a vueltas con la Iglesia, perdonadme si solicito de antemano vuestra indulgencia.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (13 de agosto de 2001) y El Mundo (15 de agosto de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 31 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/08/13 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: gescartera el_mundo diario 2001 iglesia ongs once | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

"... parece claro que no todos los hábitos que visten los servidores de la Iglesia de Roma son de tela: algunos tienen también el hábito de especular con la tela."

Seguiremos con el hábito de leerte, porque tus comentarios sí que tienen tela... marinera.

Escrito por: miren.2010/08/23 14:39:42.114000 GMT+2

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)