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2005/10/16 06:00:00 GMT+2

Elogio de la audacia

Lo cantaba Jacques Brel sobre la tumba de su difunto amigo Jojo en una de sus últimas canciones, casi póstuma (ya sólo le quedaba un pulmón, y apenas): «Los dos sabemos que el mundo sestea por falta de imprudencia.» (*)

No reivindicaba el atolondramiento ni la irreflexión. No iba de eso. Defendía la valentía, el atrevimiento. Volvía al viejo lema de su semitocayo Danton: «¡Audacia, más audacia, siempre audacia!».

Claro que Danton no era versallesco. Más bien todo lo contrario.

En nuestro actual confortable mundo occidental, la audacia es tenida por defecto. No se estila. Hasta sus mayores extremos: está feo incluso atreverse a pensar. Cuanto más pusilánime sea el pensamiento, tanto mejor.

Este pasado fin de semana ha resultado buena muestra de ello. La simple sospecha de que los jefes de Estado y Gobierno reunidos en Salamanca pudieran acordar un par de resoluciones un poquitín atrevidas, algo incordiantes para la superpotencia con sede en Washington, hizo que saltaran todas las alarmas. ¡Pero, bueno, adónde quiere ir a parar este Zapatero!

La política internacional apesta a prudencia babosa por los cuatro costados.

No me asquearía si quienes se echaron las manos a la cabeza ante los rumores salmantinos lo hicieran porque consideran que es falso que el Gobierno estadounidense tenga sometida a Cuba a ningún bloqueo. O porque sostengan que no hay que extraditar a los terroristas, siempre que sean culpables de matanzas políticamente correctas. Si defendieran eso, serían muchas cosas, pero no hipócritas. Lo que me subleva es que la mayoría de ellos, interpelados sobre los asuntos en cuestión, admiten sin problemas que el bloqueo contra el pueblo de Cuba -porque es el pueblo quien lo sufre- es injusto, y que tampoco cabe aprobar que Bush dé cobijo a asesinos. Pero lo opinan «a título particular». A cambio, les parece «irresponsable» que lo haga un Ejecutivo hecho y derecho.

«Tanto más tratándose de un Gobierno que ya ha tenido anteriores problemas con Washington», añaden. «¿Por culpa de quién?», les preguntas. Y tuercen el gesto. No, no es tampoco que aprueben la intervención anglo norteamericana en Irak. Lo que desaprueban es la acumulación de «imprudencias».

Son los mismos realpolitiqueros que han aplaudido la política de Zapatero sobre (contra) los inmigrantes de Ceuta y Melilla, pese a admitir, así sea con la boca pequeña, que está suponiendo una flagrante violación de los derechos humanos de los afectados y de la propia legislación española. ¡Injusto, pero prudente!

Se alarman sin motivo. Ya se trate del Estatut, de las invasiones de Washington o de la barbarie de Mohamed VI, Zapatero siempre acaba manteniéndose en el redil y portándose como un chico de orden. Porque puede que a veces resulte un poco atolondrado, pero audaz, realmente audaz, nunca.

(*) «Nous savons tous les deux / Que le monde sommeille / Par manque d'imprudence.» He dudado a la hora de traducir el verbo «sommeiller», que significa dormir con sueño ligero, dormitar. Pero se trata de un poema, y al final me he inclinado más por la idea que por la literalidad.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (16 de octubre de 2005) y El Mundo (17 de octubre de 2005), salvo la nota sobre la canción, la cual fue únicamente publicada con el apunte. Hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 15 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/10/16 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: el_mundo usa zapaterismo jacques_brel zapatero 2005 apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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