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1992/05/09 07:00:00 GMT+2

El peñazo de Burgos

El alcalde de Burgos, don José María Peña, no cree en la Justicia; solo cree en el pueblo. En el pueblo de Burgos, en concreto. Cuando a don José María Peña se le apunta que su actitud es insostenible, que no es admisible que el Ayuntamiento de una capital esté encabezado por un delincuente convicto, él contesta siempre lo mismo: «El pueblo me apoya. Yo soy un demócrata y me atengo a la voluntad del pueblo».

Peña demuestra con ello que es un alumno aventajado del PSOE. Porque hacen legión los dirigentes del PSOE que, cada vez que alguien critica su actuación, apelan al voto popular: ellos fueron elegidos por el pueblo, así que todo lo que hacen es intrínsecamente democrático.

Para ellos, el voto del pueblo es como los sacramentos cristianos, que imprimen carácter indeleble. El día menos pensado, un diputado pegará un tiro a su señora por una riña de celos -ya hubo un socialista guipuzcoano que le zurró la badana a la suya por un quítame allá esas pajas conyugales- y asegurará que nadie puede reprochárselo, porque a él le eligió el pueblo y no es lícito ir contra la voluntad del pueblo expresada en las urnas.

Esto de «la voluntad del pueblo expresada en las urnas» está muy bien, siempre que no se convierta en un fetiche. Primero, porque votar unos nombres o unas siglas cada cuatro años no significa avalar todo lo que esos nombres o esas siglas hagan luego, y menos cuando no dijeron en su momento que era esto, y no lo que figuraba en su programa electoral, lo que iban a hacer. Si hubieran proclamado: «Por la restricción de las libertades, por el aumento del paro y los impuestos, ¡vota PSOE!», o bien: «¡Ayúdanos a llevar la prevaricación a la alcaldía: vota Peña!», sería otra cosa. Pero no hubo tal.

Además, que alguien o algo cuente con el apoyo del pueblo -así sea de un pueblo tan noble como el de Burgos- no quiere decir que sea correcto. El voto sirve para saber qué quiere la mayoría -la mayoría de los que votan-, pero no concede la razón. ¿Será necesario recordar las muchas aberraciones que han recibido apoyo popular mayoritario a lo largo de la Historia? Que el convicto Peña no se ufane tanto: puede que él no sea sino otra aberración más.

Javier Ortiz. El Mundo (9 de mayo de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de mayo de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1992/05/09 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: psoe 1992 el_mundo felipismo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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