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2003/06/27 06:00:00 GMT+2

El dedo de San Estanislao

Fui ilustrado en las artes del disimulo por un conspicuo sacerdote, allá por los años cincuenta del pasado siglo, cuando me tocó ejercer de escolar.

El cura -que no era nada tonto, por cierto- relató en clase una historia protagonizada, según él, por San Estanislao de Kostka. Nos contó que estaba un buen día el santo polaco a la vera de un camino cuando le adelantó un mendigo que corría cual poseso. Al poco, aparecieron unos soldados, que preguntaron al joven Kostka si había pasado por allí un individuo andrajoso. Estanislao, que se había apiadado del pobre, no quería denunciarlo, pero tampoco podía mentir, porque es pecado. De modo que se llevó las manos a la espalda y, señalando con un índice al suelo, respondió: «Por aquí no ha pasado nadie». Y era exacto: por allí, por el punto preciso al que él señalaba, no había pasado nadie.

La anécdota demostraba -según su relator- que, con habilidad, es posible ocultar la verdad sin llegar a mentir. Supongo que no hará mucha falta decir que mi profesor, al igual que San Estanislao de Kostka, era jesuita.

Ha sido sin duda el uso persistente y sistemático de métodos de ese tipo el culpable de que el Diccionario de la Real Academia Española, haciéndose eco de la amarga experiencia popular, proporcione como sinónimos del adjetivo «jesuita» los no muy halagüeños de «hipócrita» y «taimado».

Ignoro en qué proporción los dirigentes del Partido Popular habrán estudiado con los Padres Jesuitas, pero se diría que a algunos de ellos también les contaron la historia de San Estanislao. Sólo que les cayó más en gracia que a mí.

Tomemos el caso de Francisco Álvarez Cascos. Le preguntan el miércoles por un informe técnico de su Ministerio en el que se afirma que en muchas playas gallegas, por debajo de la capa visible de arena, hay hasta cinco capas de fuel que emergerán en los próximos ocho meses, y él responde que no tiene noticia del tal informe, «aunque eso no quiere decir que no exista». Al día siguiente, su gabinete hace pública una nota en la que afirma que ellos ni han encargado ni conocen el informe. Pero, según información proporcionada por funcionarios de Fomento, esa misma mañana se vivió en el Ministerio una frenética actividad cuasi policial a la caza del filtrador. Pregunta: ¿cómo hubiera podido filtrar nadie un informe inexistente? Respuesta: ¿y cuándo ha dicho el ministro que el informe no exista?

Es como su posición ante el caso Tamayo-Sáez. Ellos no saben que haya negocios sucios por detrás. Se aseguran de que la Fiscalía actúe con pies de plomo -¡ay, ese fiscal general que tan rápido ordenó investigar las finanzas de Nunca Mais!- y así no tienen por qué mentir. Cuando no se quiere saber, lo mejor es no enterarse.

Como el San Estanislao de la historia, la gracia está en que el dedo apunte siempre hacia otro lado.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (27 de junio de 2003) y El Mundo (28 de junio de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/06/27 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: tamayazo jor el_mundo aznarismo diario jesuitismo 2003 nunca_máis iglesia prestige álvarez_cascos | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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