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1999/03/10 07:00:00 GMT+1

Dos ideas de la política

«El problema con los nacionalistas es que nunca paran de reclamar. No vale la pena concederles nada: así que les das algo, ya están exigiéndote más».

En el plazo de pocas horas, he escuchado esta misma reflexión -prácticamente con las mismas palabras- de labios de dos líderes políticos de signo supuestamente muy distinto: uno del PP; el otro, del PSOE.

«Es lógico que coincidan», me dirán ustedes, «en la medida en que ambos partidos se plantean la acción política desde la misma perspectiva nacional».

Es una posible explicación. Pero yo le veo otra: coinciden porque se plantean la política desde la misma perspectiva, sí, pero no geográfica, sino ideológica.

Tanto el PP como el PSOE entienden la política del mismo modo: conciben el poder como la administración de lo existente. Uno puede administrarlo mejor que otro, con más pericia o más honradez, pero el juego es ése.

En cambio, los nacionalistas -los que realmente lo son- no persiguen administrar lo que hay, sino cambiarlo: quieren alcanzar, si no la independencia nacional -algo que en la Europa occidental de hoy no está demasiado claro en qué podría consistir-, sí al menos el reconocimiento de la soberanía de su pueblo en condiciones de igualdad con los que lo rodean.

No piden más y más porque sí: es que lo suyo va de reclamar y reclamar, y seguir en ello, erre que erre, hasta alcanzar la meta que les sirve de bandera y da sentido a su lucha política.

Comprendo que esta actitud de los nacionalistas resulte irritante a los dirigentes del PP: su concepción de la actividad política deambula por rumbos totalmente diferentes.

Más chocante -o más trágica, o más cómica, según se mire- es la incomprensión de los socialistas. Porque los partidos socialistas se fundaron con una finalidad de género muy semejante a la de los nacionalistas: para transformar el orden existente (aunque en su caso no fuera el orden nacional, sino el social). De hecho, la gente de orden reprochaba a los partidos socialistas lo mismo que ahora el PSOE critica a los nacionalistas: decía que, en cuanto lograban las reivindicaciones por las que habían planteado tal o cual bronca, ya iban a por más y montaban otra gresca.

Digo yo que quizá sea eso lo que explica que Julio Anguita no se apunte a las críticas de este género contra los nacionalistas: él sí que puede entender a quienes hacen política en función de una meta. Aunque bien es cierto que hay algunas metas que dan réditos, y otras sólo disgustos.

Javier Ortiz. El Mundo (10 de marzo de 1999). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de marzo de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1999/03/10 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: pp anguita el_mundo 1999 nacionalismo iu psoe españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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