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2000/02/23 07:00:00 GMT+1

Crimen, ética y política

¿Con qué poder, en nombre de quién y de qué autoridad se atribuye ETA el derecho a juzgar a un hombre en su ausencia y sin defensa posible, de sentenciarlo a la pena capital y, sin apelación alguna, de ejecutarlo? ¿Qué clase de sentencias son las que dicta ETA, que no sólo recaen sobre el condenado, sino también sobre cualquiera que lo acompañe, e incluso sobre todo aquél que pase por sus cercanías?

Pretenderán que el asesinato de Fernando Buesa ha sido un «acto de guerra».

No se lo creen ni ellos.

Primero, porque hace tiempo que sus propios comunicados han dejado de hablar de guerra alguna: se conforman con perorar sobre «el contencioso» con España, como si se tratara de un aburrido asunto de leguleyos.

Segundo, porque también hace ya mucho que ni ellos se acogen a lo dispuesto en la Convención de Ginebra para los prisioneros de guerra ni conceden al otro bando el trato que fijan las leyes de la guerra, que las hay. Una prueba irrefutable de ello: a Miguel Ángel Blanco no le dieron precisamente el trato que las leyes reservan a los prisioneros de guerra.

No habiendo guerra alguna, ni en acto ni en ciernes, ni desde la consideración mayoritaria de la sociedad ni desde la suya propia, es obligado concluir que no sólo lo que hacen carece de cualquier posible justificación ética, sino que además lo saben. O lo sabrían, a nada que se atreviesen a pensar mínimamente en el sentido moral de sus propios actos.

La razón estrictamente política no le es a ETA más favorable que la ética.

¿Qué creerán que van a lograr matando a Fernando Buesa y al ertzaina que lo escoltaba?

Llevarán el dolor a dos familias, sin duda alguna. Y a sus amigos respectivos. No es un gran objetivo político, me parece.

Estremecerán también de horror a la inmensa mayoría de los ciudadanos. Durante unas horas; tal vez unos días. Luego dejarán de pensar en ello y seguirán sus vidas igual que hasta ayer al mediodía.

Al Estado no le habrán hecho nada. Ni un rasguño. Nada que genere ninguna tensión interna; nada que avive ningún rescoldo golpista; nada que le lleve a alterar su política con respecto a Euskadi. Ni para bien ni para mal. Nada.

Habrán atizado, eso sí, las ya notorias fisuras del nacionalismo vasco. Todo un éxito.

Otras veces lo he escrito, pero volveré a hacerlo: el terrorismo es tan moralmente inaceptable como políticamente perjudicial para la causa que se supone que defiende.

ETA no lo entiende. Me da que ya no entiende nada.

Javier Ortiz. El Mundo (23 de febrero de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de febrero de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/02/23 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: preantología el_mundo pse buesa 2000 eta euskal_herria miguel_ángel_blanco euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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