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2005/04/10 06:00:00 GMT+2

Con los sondeos a cuestas

Me he tomado el trabajo de estudiarme los resultados de los cuatro sondeos sobre intención de voto en las elecciones autonómicas vascas que he encontrado en los periódicos de hoy: el de El País, el de El Mundo, el del grupo Vocento y el de La Razón. Todos me han dado la sensación de responder, en lo esencial, a un trabajo de campo previo a saberse que Batasuna pide el voto para EHAK y que han sido retocados a toda velocidad para incluir ese factor, lo que es poco probable que redunde en favor de su solvencia.

Esa impresión se vuelve casi certeza en el caso de los sondeos de Vocento y La Razón, que divagan con bastante descaro en los aspectos clave.

Por lo demás, no se ponen de acuerdo: El Mundo pronostica que en el nuevo Parlamento de Vitoria habrá mayoría absoluta de las fuerzas del tripartito saliente, El País lo deja en el alero y los otros dos hacen cálculos diversos, pero no se definen.

Pocas veces habrán tenido los periódicos una conciencia tan clara de haber tirado el dinero encargando sondeos, porque dicen muy poco realmente novedoso sobre lo que no se sabe y casi todo lo que afirman con un mínimo de rotundidad ya se sabía de sobra.

El único dato que me ha llamado la atención en los sondeos de El País y El Mundo es que, según ambos, puede haber una proporción bastante alta del electorado tradicional de la izquierda abertzale que no atienda la consigna de Batasuna de votar a EHAK. En efecto, de cumplirse los pronósticos de Sigma Dos y el instituto Opina publicados por El Mundo y El País respectivamente, EHAK obtendría entre dos y cuatro escaños, lo cual supondría una pérdida de algo así como el 50% con respecto a los apoyos electorales que los de Otegi tuvieron en 2001. Y eso que aquellos resultados fueron ya de por sí mucho más modestos que los logrados en anteriores comicios.

¿Cabe que suceda eso? Cabe. Podría ser resultado de la conjunción de diversos factores. El pasado jueves le oí decir a Joseba Azkarraga que hay votantes de la izquierda abertzale que no darían jamás su voto a un partido que se proclama comunista. Eso no lo sé. Más probable me parece que los haya que no vean nada clara la maniobra que ha hecho Batasuna escudándose en ese partido y que no se fíen del papel que pudieran hacer en el Parlamento de Gasteiz sus candidatos, a los que no conocen de nada. También me consta que hay bastante gente que antaño votó a Batasuna, con unas u otras siglas, y que está en total desacuerdo con la trayectoria que han seguido Otegi y los suyos en los últimos años, no sólo por los repetidos paseos por la cuerda floja que han emprendido cada vez que ETA se ha metido de por medio, sino también por las supuestas astucias parlamentarias que han desplegado durante la pasada legislatura con resultados prácticos más que discutibles.

Hay un desánimo importante en amplios sectores de la izquierda abertzale y eso tendrá su reflejo en las urnas, con toda seguridad. Pero ¿qué reflejo? O, mejor dicho: ¿qué reflejos, en plural? Porque las posibilidades son varias: la abstención, el voto útil a Ibarretxe, el voto a Aralar, el voto a EB... No me parece nada casual que las encuestas pronostiquen un crecimiento significativo del respaldo a las cuatro opciones mencionadas, incluida la de la abstención. Se nutren, en no poca medida, de lo que Batasuna pierde.

El fenómeno de la progresiva decadencia electoral de HB (EH, Batasuna o como quiera llamarse) merece un análisis específico y a fondo. No representa al 5% o el 6% del electorado, como tal vez pueda parecer tras las elecciones del domingo próximo. Su magma social es bastante más amplio; tal vez superior al 15%. Pero, con sus torpezas, con sus anuncios de mucho y sus avances de nada, con sus marrullerías políticas y su politiqueo sin horizonte definido, se las está arreglando para que ese magma, del que forman parte decenas y decenas de miles de nacionalistas vascos que se sienten más radicales que el PNV (más radicales en su nacionalismo, más radicales en sus planteamientos sociales o en ambos terrenos a la vez), se vaya disgregando políticamente, sea en favor de opciones que parecen estar más cercanas a la realidad, con más posibilidades de hacer algo práctico, sea retirándose a las tranquilas tierras de la abstención.

Se podría decir que no es que el electorado les esté dando la espalda; que son ellos los que se empeñan en dar la espalda al electorado.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (10 de abril de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de noviembre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/04/10 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: apuntes 2005 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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