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2000/08/29 06:00:00 GMT+2

Chevènement y la periferia

Fue en su día, allá por los 60, el "joven rebelde" del Partido Socialista Francés.

Pero nunca demasiado rebelde. La prueba es que siguió en el Partido Socialista Francés.

Después de muchas vueltas y de cada vez menos revueltas, ya mayorcito y pasablemente cardíaco, acabó convirtiéndose en ministro del Interior de la República.

Hay una ley universal de la política: sea como sea el individuo al que se le asigna el cargo de ministro del Interior, no pasa mucho tiempo antes de que le coja gusto a la porra. En el país que sea. O se adapta, o se va.

Pero las razones que han llevado a Jean-Pierre Chevènement a dimitir de su cargo de guardia mayor de la porra no tienen nada que ver con ninguna alergia a la función represiva de su cartera ministerial. Antes al contrario. Si se ha cabreado, es porque Lionel Jospin quiere resolver el conflicto de Córcega por la vía de la negociación, concediendo a la isla un Estatuto de Autonomía de chichimoco, en vez de liarse a mamporros.

A Chèvenement, como a casi todos los miembros de la clase dirigente francesa -sean de derechas, de derechas o de derechas, que así es de variado el actual proscenio político del país vecino-, los proyectos autonomistas le producen unas irrefrenables ganas de sacar la pistola. De todas las viejas tradiciones republicanas, ésa es la única que conservan y cultivan: el furor centralista jacobino.

El otro día, un capullo de éstos -ya no recuerdo quién: cualquiera- dijo que si Francia creara un departamento administrativo vasco -¡un simple departamento administrativo!- "alentaría el separatismo de ETA". No pretendía ser una crítica feroz al Estado de las Autonomías de este lado del Pirineo, pero lo fue.

Si Jospin concediera a Córcega un Estatuto de Autonomía como el de La Rioja, estos cenutrios crean un Comité de Salvación de la Patria y se levantan en armas.

Siempre han considerado que Francia no es más que la periferia de París. Una periferia enorme -tanto que llega hasta la Martinica-, pero mera periferia, al fin y al cabo.

Otrosí digo

Se ve que hoy , primer día de mi año semisabático, me he levantado sentencioso. Según estaba calentando unas alubias blancas de mi propia receta, dispuesto a tomármelas para comer acompañándolas con unas buenas guindillas de Ibarra -típica receta veraniega-, se me ha ocurrido esta idea: "Lo peor que tiene la memoria es que no te deja olvidar".

¿A cuento de qué se me ha ocurrido eso? Pues la verdad es que no me acuerdo.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (29 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de febrero de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/08/29 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: chevènement jospin francia diario 2000 córcega | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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