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2001/07/29 06:00:00 GMT+2

Botín y los periodistas comprados

Relatan Casimiro García Abadillo hoy en El Mundo e Íñigo de Barrón y Miguel Ángel Noceda en El País sendas historias, ambas muy largas, sobre el follón interno que tienen en la cúpula del BSCH.

Por lo que cuentan, Botín está librando una batalla bastante agria con algunos de los exdirectivos del Central Hispano. Dicen que la primera cabeza que ha rodado en esa pelea es la de Luis Abril, también conocido por el pequeño Goebbels, jefe del Departamento de Comunicación del Banco.

Imagino ahora que esa pendencia de banqueros, de la que hasta hace pocos días no tenía la menor noticia, pudo influir en el episodio de la columna que no me dejaron publicar sobre el libro de Josep Manuel Novoa, El Poder.

A decir verdad, me resulta cómico. Es posible que Botín, que acusa a sus enemigos internos de estar pagando a periodistas para que le desprestigien, creyera que yo soy uno de los plumíferos a sueldo de sus rivales. O quizá no: tiene medios suficientes para saber que lo mío no es tomar partido en el navajeo bancario. En ese terreno soy muy ecuánime: los odio a todos por igual. Pero pudo pensar que mis críticas podrían ser utilizadas contra él. Cualquiera sabe. Me da igual.

Lo que me resulta más interesante y significativo de toda esta historia –tal vez por mero interés gremial– es que pueda hablarse con tanta naturalidad de periodistas comprados por unos banqueros para que hagan la guerra a otros. Hace unos años nadie habría puesto en circulación un dato así sin darle la forma muy concreta de denuncia, precisando de qué periodistas habla y aportando las pruebas de la acusación. Porque se supone que esos periodistas cobran para atacar a éste o al otro disfrazando sus ataques de información o de opinión independiente, es decir, sirviéndose de los medios de Prensa para los que trabajan y engañando a los lectores. Lo cual, en aplicación de las normas más elementales de la deontología profesional, habitualmente reflejadas en los correspondientes Estatutos de la Redacción, debería dar lugar a su expulsión de los medios en los que escriben.

Pero ahora ya, por lo visto, eso es normal.

Me viene a la memoria un caso reciente. Me enteré de que en el último Congreso del PSOE, uno de los periodistas que cubría la información para un importante periódico es directivo de un empresa de imagen que había sido contratada por cierto líder socialista para dar brillo y esplendor a su figura pública. ¡Se suponía que estaba informando imparcialmente sobre unas discusiones y estaba a sueldo de uno de los implicados en ellas! ¡Y en su periódico lo sabían y nadie se lo reprochó!

A esos extremos de desfachatez hemos llegado.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (29 de julio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/07/29 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2001 banco_santander emilio_botín | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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