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2012/01/08 13:41:53.460000 GMT+1

Contra los bancos, sí, pero...

En las últimas semanas Suiza ha asistido a un escándalo financiero que afecta a una de sus principales instituciones, el Banco Nacional Suizo -banco central del país- y a su presidente Philipp Hildebrand. Kashya Hildebrand recibió información confidencial de su marido sobre una modificación del tipo de cambio que el BNS anunciaría más tarde: aumentar el valor de la moneda, fijando un tipo de cambio mínimo de 1,20 francos suizos por euro. Dos semanas antes, Kashya Hildebrand había comprado 512.000 dólares americanos, cuando el tipo de cambio entre el franco suizo y el euro rozaba la paridad. La información privilegiada le permitió realizar semanas después una transacción que le reportó ganancias superiores a los 60.000 francos suizos (aunque con la misma información Soros o Buffet probablemente hubieran hecho mucho más). Lo interesante del asunto es que quien lo destapó, gracias a una filtración de un empleado del Banco Sarasin, no fue otro que Christoph Blocher, el multimillonario que dirige el partido ultraderechista Unión Democrática del Centro (en los cantones francófonos) o Partido Popular Suizo (en los cantones germanófonos), principal formación política del país. El veterano Blocher vuelve a erigirse en defensa del ciudadano medio contra la corrupción y los especuladores, tras haber perdido votos en las elecciones confederales de octubre pasado.

Mientras, en Hungría, el presidente conservador Viktor Orbán mantiene un enfrentamiento más serio con las instituciones europeas y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En diciembre rompieron las negociaciones con el gobierno húngaro sobre un préstamo stand-by que debería haberle permitido afrontar con más calma los pagos de este año. Pese a que él mismo había solicitado el préstamo, finalmente Orbán no pudo aceptar las fuertes condicionalidades que exige el FMI por temor a enfrentarse con su base electoral. Su partido Fidesz ganó las elecciones del 11 abril de 2010, obteniendo más de dos tercios de los escaños parlamentarios, con un discurso muy nacionalista y opuesto a las reformas neoliberales del Partido Socialista de Hungría dirigido por Ferenc Gyurcsány. Al PS le acusaron de someterse al FMI con el acuerdo alcanzado en 2008, que trajo consigo compromisos de reducción de los salarios del sector público, las pensiones, los beneficios sociales y otras partidas del gasto público. Reformas que Fidesz piensa llevar a cabo de todos modos. En realidad, el gobierno húngaro todavía puede permitirse afrontar los reembolsos de los próximos meses, pues dispone todavía de reservas en euros para hacerlo, de ahí el tira y afloja. Lo que pretende es que se acepte un mayor margen de déficit y conseguir financiación sin dar la impresión de que cede soberanía o que acepta condiciones impopulares impuestas desde fuera. Sobre todo porque además de las condiciones económicas del FMI se añaden las más políticas de la Comisión Europea (garantías de independencia del Banco Central, revisión de la ley sobre medios de comunicación, etc.). Otro punto polémico es el que se refiere a las hipotecas acordadas en moneda extranjera (en euros y francos suizos) que resultaron del estallido de la burbuja inmobiliaria (más de un español invirtió en su momento en el ladrillo húngaro). Con la crisis económica la caída del valor del forint multiplicó por dos y por tres las deudas de los hipotecados. De modo que el gobierno de Orbán quiere que los bancos austríacos y alemanes asuman las pérdidas derivadas del tipo de cambio cuando se cancelan las hipotecas. Esta batalla política es lo que explica que las primas de riesgo no paren de subir, que el forint se encuentre cada vez más debilitado frente al euro, y que las agencias de calificación continúen degradando su nota crediticia.

¿Podemos considerar por tanto a Blocher y a Orbán como ejemplos de resistencia frente a la agresión financiera? De ningún modo. Su crítica a los bancos o al FMI, más retórica que real, se basa fundamentalmente en la recreación de un poder soberano que se considera atacado por fuerzas extranjeras y expoliado por elites locales corruptas. Así, Christoph Blocher defiende supuestos valores tradicionales suizos frente a una elite política y cultural que favorece a los inmigrantes o a los organismos internacionales. Por su parte, la "revolución nacional" que emprende Orbán pasa, en primer lugar, por reafirmar la soberanía de la nación magiar. De ahí la consideración como ciudadano a todo aquel que tenga ascendencia húngara (por más lejana que sea) mientras por otro lado se persiguen gitanos e inmigrantes que llevan tiempo viviendo en el país (con el apoyo inestimable del partido fascista Jobbik). Pasa también por el control de los medios de comunicación y de internet, por construir una interpretación ultraconservadora de la tradición cristiana, y en última instancia por la constitución de un capitalismo magiar que favorezca a la burguesía local. La nueva constitución (la primera desde la caída del comunismo soviético) aspira a consolidar este proyecto reaccionario, que ya ha suscitado importantes protestas.

Ambos son ejemplos de cómo la denuncia de la avaricia de los banqueros, la defensa del hombre corriente y de la soberanía nacional frente al dictado de las instituciones financieras, son propuestas perfectamente asumibles desde las posiciones de la derecha más extrema. Que en Europa es la que sale ganando cuando el debate se plantea únicamente en estos términos. Para evitarlo habrá que asumir de una vez que no existe un "afuera" de la economía de la deuda que pueda consolidarse en un poder soberano o estatal autónomo, que resulta ilusorio seguir hablando de una separación entre las finanzas y una "economía real" que deba protegerse, y que en definitiva el capital es una relación social que nos incluye a todos, aunque en posiciones diversas de dominio y de servidumbre. Esta relación es la que hay que cambiar, pero para reemplazarla por otra más justa y democrática.

Actualización (9/01/12, 15h:15): Dimite el presidente del Banco Nacional de Suiza.

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Escrito por: Samuel.2012/01/08 13:41:53.460000 GMT+1
Etiquetas: finanzas deuda suiza extrema-derecha fmi hungría bancos | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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