He escuchado la canción esta mañana en el programa Más que palabras de Radio Euskadi. No es nada del otro mundo, pero me ha hecho gracia.
Vale para esta mañana de sábado nevado en Donostia. El cantante en colombiano y, según ha detallado Maider Martín, el nombre Esteman proviene de la expresión "¿Quién es este man?" cuando comenzó a darse a conocer su trabajo por las redes sociales.
Esta es la historia de dos ciudadanos vascos que, entre otros, han sido detenidos recientemente por su activismo: Uralde, ecologista, a la calle; Luzarraga, anarquista, para dentro.
Juantxo Lopez Uralde fue puesto en libertad ayer. El activista y dirigente de Greenpeace fue detenido el pasado 17 de diciembre en Dinamarca por dejar en ridículo los sistemas de seguridad montados en torno a la Cumbre contra el Cambio Climático. Junto a él, fueron liberados dos miembros más de la organización ecologista, pero conviene no olvidar que hubo muchos detenidos más.
Lamentablemente, no os sonará tanto la historia del cantante y escritor Asel Luzarraga, detenido el pasado 31 de diciembre en Chile, lugar donde vivía con su novia. No lo conozco apenas (sólo a través de los medios), pero esta historia huele a montaje que espanta. Bueno, pues la jueza encargada del caso ha enviado a prisión a Asel.
Para retomar la marcha, me voy a poner a traducir otra entrevista de Uxue Alberdi aparecida recientemente en la revista Argia. Esta vez, la entrevistada
es Petra Elser, una ciudadana vasco-alemana con una biografía muy interesante. Pongo aquí mi traducción (euskara-castellano). Irá por capítulos.
El autor de la fotografía superior es Dani Blanco y la he pillado porque
es la imagen que ilustra la entrevista en la web del semanario.
Petra Elser: "Los
años de cárcel son parte de mi biografía"
Construyó un puente entre
Frankfurt y Urnieta.
Uxue Alberdi: Frankfurt es una ciudad llena de puentes. ¿Fue allí donde aprendió a tender puentes?
Petra Elser: Sí, desde siempre he tenido esa idea de ir fuera, de vivir al otro lado del puente algún día. Quizás porque Frankfurt
sea una ciudad con mucha influencia foránea (viven muchos extranjeros
allí, dispone de un gran aeropuerto…). Puede que la parte conocida del puente
se me quedara un tanto pequeña y que necesitara de otros impulsos.
Uxue Alberdi: ¿Y si le pregunto sobre su identidad? ¿Cómo se forma?
Petra Elser: Me siento nómada, pero por el
momento he encontrado aquí, en Euskal Herria, el sitio de ese nómada. Pero al
mismo tiempo creo que he intentando tomar lo mejor de todos aquellos lugares
donde he vivido: la marcha de Madrid, el interés por comunicarse de Francia,
los tonos dulces de Euskal Herria y la profundidad de Alemania. Mi identidad se
ha ido formando en estas estaciones. Me he sentido a gusto en todos los lugares
en los que he vivido y siempre he intentado coger algo de cada uno. En el País
Vasco veo que aún hay cosas por construir, no está todo definitivamente hecho,
y creo que eso me gusta.
Uxue Alberdi: ¿En qué son diferentes la identidad
vasca y la alemana? ¿Cómo se complementan ambas en su interior?
Petra Elser: Aquí hay una mayor alegría y las cosas se hacen más rápido, la gente vive más rápido en comunidad. No es tan solitario. Pero luego también hay cosas similares; por ejemplo, en cuanto al trabajo el pensamiento es muy semejante. De todas maneras, el País Vasco es
cada vez más europeo. Yo conocí este país hace 20 años y entonces la gente
salía más a la calle, el consumo no era tan importante, la idea de la propiedad
no estaba tan arraigada... Hoy se busca el bienestar a través de las
propiedades. Yo soy vasca, pero al mismo tiempo también poseo una visión
externa. De alguna manera siempre sigues siendo de donde naciste, tienes esos
ojos, y a veces pienso “qué raros son aquí”, o “¿por qué no pueden hacer eso de
otro modo?”, y sí, a veces prevalece esa mirada foránea.
Uxue Alberdi: Hay muy poca gente capaz de mirar a su
patria desde dentro y desde fuera. ¿Qué enseña ese punto de vista?
Petra Elser: Yo, hoy día, tengo a Euskal Herria como
mi país. Pero creo que me ha hecho bien tener también las gafas foráneas, me da
la posibilidad de sentirme de aquí con las cosas que me gustan y de decir “esto
no es mío” con las que no me satisfacen.
Uxue Alberdi: ¿A cuándo se remonta su relación
emocional con Euskal Herria?
Petra Elser: Viene de los 80, de la primera vez que
vine aquí. Al comienzo me acerqué por la música, en los tiempos del rock
radical vasco. Vine con un grupo rock de Alemania, porque
entonces hacía de traductora de castellano y alemán. Tocaron en las fiestas y
los gaztetxes de aquí y nosotros mostramos la movida de Alemania. Allí eran los
tiempos de los okupas, de los antinucleares… Había muchos movimientos de ese
tipo y nuestra idea era dar a conocer los movimientos alemanes y, al mismo
tiempo, conocer lo que se hacía aquí. Aquella primera vez oímos a Kortatu,
Cicatriz, Zarama, La Polla Records, Belladona, Itoiz...
Uxue Alberdi: Además de la música, ¿con qué se
encontró en la década de los 80 aquí?
Petra Elser: Un amplio movimiento popular, con gente
de todas las edades. Vimos a abuelos y abuelas en una manifestación. ¡Eso no se
daba en Alemania! Trabajadores, campesinos, burgueses… Gente de todas las
clases, mujeres, hombres… Veíamos a todos mezclados y reunidos en torno a un
proyecto. Gente de todo tipo reunida en torno a un proyecto de izquierdas,
y eso me pareció muy interesante. Parecía que aquí confluían naturalmente la
tradición y la modernidad. Por un lado, estaba presente la cultura popular:
el bertsolarismo, la trikitixa, la música tradicional, las danzas vascas… Pero,
al mismo tiempo, los punkis y la movida rompedora era también moderna… Y
toda esa gente diferente se juntaba en torno a un mismo objetivo. Increíble. La
política de aquí me pareció mucho más práctica que la de Alemania.
Uxue Alberdi: ¿Por qué más práctica?
Petra Elser: Aquí no había tanto debate para decidir
cuál era la línea adecuada, la política se encaminaba a dar respuesta a las
necesidades sociales en los diferentes ámbitos: los derechos de los
trabajadores, la ecología, el feminismo, la juventud… Los proyectos populares y
sociales tenían fuerza. Hoy veo muy mermado ese carácter práctico, muy
centrado todo en la dialéctica sobre el conflicto vasco, en discusiones sobre
cuáles son las palabras adecuadas y en la incapacidad para darle una salida a
ese conflicto. Compruebo que el movimiento popular y ese carácter práctico han
casi desaparecido del resto de ámbitos sociales. Veo que la política está estancada.
Uxue Alberdi: ¿Dónde se ha perdido ese carácter
práctico? ¿Por qué?
Petra Elser: Para mí la última propuesta práctica
fue el acuerdo de Lizarra-Garazi. Se juntaron diferentes agentes sociales y
quedó reflejada la pluralidad de entonces: varios partidos, sindicatos,
entidades… Y se abrió una discusión sobre muchas cosas: la territorialidad, la
relación con Iparralde, la integridad de Euskal Herria, la cultura, la sanidad,
la estructuración de la sociedad, la organización social… El movimiento que he
citado antes lo vi reflejado en Lizarra-Garazi: las ideas y experiencias
surgidas de una muy politizada década de los 80 tomaron cuerpo en
Lizarra-Garazi. Pero no tuvo éxito y, a partir de entonces, la política se
ha centrado en la “resolución del conflicto”, pero estamos atrapados en una
lucha teórica sobre el significado de las palabras. Encadenados a una inercia
peligrosa.
Uxue Alberdi: ¿Le parece ahora difícil que haya otra oportunidad así?
Petra Elser: Desgraciadamente sí. Pero hay que intentarlo siempre, no hay que perder el norte ni desesperar. Ahora bien, tal y
como está ahora la situación es mucho más difícil que entonces.
Uxue Alberdi: Para usted, la política es herrigintza
(hacer pueblo, hacer país). ¿Diría que últimamente este concepto ha perdido
vigor en el País Vasco?
Petra Elser: Sí. Creo que la gente se ha retirado
individualmente. Muchos que no estaban de acuerdo con algunas de las decisiones
tomadas se han centrado en su vida personal, y eso es legítimo, pero no creo
que fuera eso lo que deseaba la gente. Querían otra cosa, querían otro pueblo u
otra sociedad, y les pareció que la retirada individual era la menos mala de
todas las soluciones posibles: quedarse en casa y ocuparse de sus asuntos.
Uxue Alberdi: ¿Dónde está ahora toda aquella fuerza
que se ponía en construir país? ¿En qué se gasta?
Petra Elser: Una parte importante en lo individual,
aunque es verdad que la gente gasta muchas energías en la cultura, organizando
las fiestas del pueblo y en cosas así, pero mucha energía se consume en el “desarrollo”
personal: queriendo conseguir un mejor puesto de trabajo, planeando las
vacaciones o acumulando riquezas… Y, mientras tanto, los políticos atrapados
midiendo fuerzas.
Uxue Alberdi: ¿Qué resultado puede tener esa
confrontación de fuerzas?
Petra Elser: La medición de fuerzas es un
concepto militar y supone que dos enemigos luchen entre sí. Y eso acarrea
mucho sufrimiento y no vale para la construcción. Quedarse en una mera
confrontación de fuerzas no trae resultados positivos, porque no se crea nada.
Al contrario, se rompe algo, se gastan y funden las fuerzas.
Uxue Alberdi: Le he leído sobre Euskal Herria: “Aquí
hay una gran capacidad para el sufrimiento”. ¿Por qué dice eso?
Petra Elser: Es lo que supone aguantar durante
tantos años esta dura situación. En lo personal y en lo social, veo que hay
mucha gente que piensa que no tiene que cambiar nada, sino que tiene que
aguantar. Aquí se escucha mucho eso de “nosotros aguantaremos”, y se aguanta,
pero igual en un momento dado no puede aguantarse más y, además, no es
productivo. Creo que esa capacidad de sufrimiento es histórica, influencia de
la cultura católica. Aquí todavía se consideran el sufrimiento y el
sacrificio como valores positivos, también en los movimientos políticos. No
hay más que ver cómo se trata el tema de los presos.
Uxue Alberdi: ¿Y adónde nos lleva eso?
Petra Elser: Quizás a prolongar ese sufrimiento
hasta el infinito o a quemar todas las fuerzas. Mucha gente dice: “nosotros
aguantaremos todo el tiempo necesario”. ¿Pero con qué resultado? ¿Qué nos
traerá todo ese sufrimiento? Creo que los vascos deberíamos aprender a
valorar más la felicidad y, cuando hablo de felicidad, no me refiero a la
pura diversión, sino a la verdadera felicidad. Deberíamos ir en busca de la
felicidad como objetivo vital. Y no sólo individualmente. Porque muchas veces
se relaciona la búsqueda de la felicidad con lo individual: cuando nos
enamoramos, o cuando conseguimos un puestazo o cuando tienes los hijos que
deseas… pero creo que eso también hay que trabajarlo en el plano colectivo.
Deberíamos ir en busca de la felicidad colectiva sin sufrir tanto.
Uxue Alberdi: Las cárceles están cada vez más llenas.
¿Cómo hay que gestionar ese sufrimiento?
Petra Elser: Pues pensando en cómo darle la vuelta a
esa situación y para ello es necesario salir de la vía actual, debemos abrir
puertas y ventanas aunque sólo sea un poco. Tanto quienes estamos en la
calle como quienes están en prisión deberíamos abrir bocas y cabezas, para
que surjan nuevas ideas, para que surja algo vivo. No podemos repetir
eternamente “qué mala es la represión”.
Uxue Alberdi: Por tanto, en vez de medir fuerzas,
iniciativa popular para construir país. ¿Cuáles serían los pasos a dar?
Petra Elser: Quienes nos sintamos vascos
deberíamos juntarnos en torno a un proyecto social. Cada uno desde su
sitio, desde su ámbito, ha de optar por la construcción. No podemos
estar esperando soluciones ni pactos ni negociaciones. Cada uno debería partir
del momento y del lugar en el que está. Hay que hacer debates prácticos. Hablar
y votar, pero al mismo tiempo tratar de influir en la realidad. La
confrontación militar ha de terminar, ETA debía haber dejado las armas hace
mucho, y la izquierda abertzale debería convertirse en un movimiento totalmente
civil. Hay que buscar condiciones para que los partidos y las
instituciones sean otra vez legales, para que el problema vasco pase a la
sociedad civil.
De todas maneras, para que la
sociedad dé nuevos pasos, para que sea posible una cierta construcción popular,
hay que hablar de las heridas del pasado. La reconciliación es una palabra demasiado
pomposa, tiene un toque demasiado moral. Pero hay que aceptar el sufrimiento de
cada parte, hay que verbalizarlo, cada parte ha de tener el derecho al duelo
y a la memoria. Sólo así conseguiremos pasar a otras cosas, a tratar nuevos
temas. Es necesario un proyecto de sociedad, tenemos que pensar qué sociedad
queremos, pero no partimos de cero, aquí hay ideas y experiencias populares.
Deberíamos partir de ahí, con una sociedad y un debate participativos, y
convertir las ideas en realidad práctica.
Uxue Alberdi: Hay quien dice que la nuestra es una sociedad
participativa.
Petra Elser: En algunos ámbitos sí, pero hemos dicho
que la sociedad vasca se está europeizando y está claro que en ese modelo es
más difícil conseguir la participación. Pero cuando la gente tiene realmente la
oportunidad de participar en algo, cuando su opinión y su trabajo se toman
realmente en cuenta, se consigue una gran satisfacción, porque es muy hermoso poner
en práctica tus ideas. Pero eso no debemos hacerlo sólo en las fiestas del pueblo,
hemos de hacerlo también en otros ámbitos de la sociedad. La cuestión es
que esos otros ámbitos (sanidad, educación, urbanismo...) están muy copados y
que muchas veces no se le da la palabra al pueblo. Hay que recuperar esos
ámbitos poco a poco, para que la gente luego tenga la motivación necesaria para
participar en ellos.
Dice Luis en Tantos días de Reyes en el barrio que "Los barrios cambian, siempre hay un “nosequé” en ellos que
permanece, una puntada que sirve para no tener que cambiarles el nombre. Entre las cosas nuevas de los últimos tiempos en mi barrio de
Conde Duque estaba El Patio Maravillas, un espacio que parecía aún más grande de lo que era si mirabas el calendario de actividades programadas".
Hace unos días leí una entrevista al actor Roberto Álamo en la revista dominical que se reparte con los periódicos del Grupo Noticias. Las respuestas de Álamo merecían la pena, pero, puestos a resaltar algo, yo me quedo con estas frases que pongo a continuación:
"A la salida encuentras a alguien que te espera con los ojos vidriosos y te pregunta: `¿Te puedo abrazar?' Llevamos trece años como Animalario
y es la primera vez que, finalizada la función, no hay nadie esperando
a la puerta del teatro para pedir un autógrafo o hacerse una fotografía
contigo. Quieren darte las gracias, abrazarte. Y eso es lo más grande
que me ha sucedido como actor. Por eso soy actor".
Álamo es el actor que brillantemente representa el papel de Urtain en la obra de Animalario. Estuvieron el pasado mes de marzo por Donostia y Eibar (yo ví la obra en el Victoria Eugenia y me encantó).
Mira por dónde que hoy hacemos noche en Bilbao y que muy a última hora me acabo de dar cuenta de que están en el Arriaga del 26 al 30 de diciembre.
He pensado que no habría entradas para la función, pero sí que las hay y me he comprado dos.
Si Olentzero (Papá Noel, San Nicolás o el Rey de España) no te ha traído ningún regalo, puedes auto-regalarte una entrada para ver esta obra. No te penará y, además, sabrás por qué la gente le pide abrazos a Álamo una vez terminada la representación.
Federica Pulla es el alias de un bloguero madrileño. Hace poco, como hizo Joxe Aranzabal en Sustatu allá por septiembre del año 2002, ha hecho público en su blog que tiene cáncer.
“Y pasó lo que no tenía que pasar. Hace unas semanas me hice una gastroscopia. Me dijeron que tenía dos pólipos.
Pasaron los días y mi doctora no me llamaba (suele
hacerlo en cuanto tiene los resultados, ya que conoce mi estado de nerviosismo
constante)”.
“Llega el día de la consulta. Ella, yo y una residente alrededor de una mesa. No se anda con rodeos. Tengo dos tumores y no son buenos. La palabra C_A_N_C_E_R retumba por toda la sala y me llena la cabeza”. Más en el apunte Cáncer.
Supe de este hecho en el blog del músico donostiarra Giorgio Bassmatti. Y le dejé a Federica un mensaje de ánimo, además de un enlace a mi traducción al castellano de la primera confesión de Joxe.
El viernes por la noche acudí al Principal donostiarra para ver la nueva obra de Hika Antzerki taldea. Aitarekin bidaian (Viajando con el padre) es una obra en la que Jose Ramon Soroiz y Joseba Apaolaza, con la aportación en segundo plano del acordeón y las voces de Jabier Muguruza, interpretan a un padre e hijo que se han quedado solos con la muerte de la madre.
Antes de su muerte, el hijo le promete a su madre que se ocupará del padre.
Pero cuando llega el momento, no es tan sencillo. Entre otras cosas
porque el hijo bastante tiene con su trabajo de contable y no puede
prestar la atención debida a un señor que vive en su mundo.
Dirigido y escrito por Agurtzane Intxaurraga, con la ayuda en la escritura de Arantxa Iturbe, le hemos leído, y escuchado, a Jabier Muguruza que la gente habla del alzheimer, de la vejez y otros cuentos tras contemplar la obra, pero que para él es la (in)comunicación el tema principal.
Se levanta el telón (¿o ya estaba levantado cuando nos hemos sentado?) y se ve a los tres actores preparando el escenario. De fondo, suenan las canciones del disco más reciente de Muguruza. Se agradece poder contemplar esos momentos previos en los que los actores se concentran para la interpretación.
Las autoras han planteado cinco o seis escenas-estación del viaje. Son cuestiones que nos tocan de cerca, porque vemos cómo envejecen nuestros padres a marchas forzadas y no nos gusta. Y es duro, por supuesto, verlo encima de un escenario. Pero creo que la obra merece ser vista. Por varias razones:
Porque huye del teatro fácil que no te lleva a ningún lado.
Porque a pesar de lo magro del presupuesto, tiene mucho que ofrecer.
Porque da gusto ver encima de un escenario a actores como Soroiz y Apaolaza.
Y porque, si no estoy equivocado, éste es el debut teatral de Jabier.
Hay más razones para hacerlo, pero ésas os las dejo a ustedes-vosotros:
El miércoles al mediodía recogí del buzón la revista semanal Argia. En portada, aparecía la campeona Maialen Lujanbio, pero mis ojos se fueron a la entrevista de otra bertsolari: concretamente, a la que hacía Uxue Alberdi a Petra Elser (eus).
Nacida en Frankfurt en 1963, militó en los 80 en diversos movimientos de izquierdas. Se trasladó a Madrid en los 90 para aprender español y allí conoció a un vasco con el que se fue a vivir a Francia. Acusada de colaborar con ETA, pasó seis años en prisión hasta que la acusación fue retirada y recobró la libertad.
La entrevista es extensa y se tocan diversos aspectos: cómo conoció en los 80 Euskal Herria gracias al RRV (Rock Radical Vasco), que en aquella época la política que se hacía en este país tenía un sentido práctico que le llamaba la atención, la capacidad de sufrimiento que se tiene aquí (para bien y para mal), su paso por la cárcel y cómo aprendió euskera allí...
Pero si tengo que elegir una frase, me quedo con ésta:
"Creo que los vascos deberíamos aprender a darle más valor a la felicidad, y cuando hablo de felicidad no hablo sólo de diversión, sino de la verdadera felicidad. (...) Deberíamos ir a por la felicidad colectiva sin sufrir tanto".
Claro que sí. A ver si conseguimos acabar con No time for
love y damos paso a Aufbruchstimmung (en alemán, ambiente para cambiar las cosas).
Basado en Aufbruchstimmung. Sustatu. Aktan jasoa. 17 de diciembre de 2009.
La verdad es que llevo bastante tiempo intentando escribir sobre Aminatou Haidar, pero no lo consigo (no consigo escribir sobre Aminatou, ni sobre nada, prácticamente).
Pero el mismo día en el que varias personas guardan un ayuno de 24 horas en el Aeropuerto de Hondarribia, por ejemplo, me ha llegado este texto de Maria Zaloña. Ella me ha contado que iba a hablar sobre Aminatou y sobre qué dicen los medios de comunicación marroquíes en el editorial del programa Catipen de hoy. Copio y pego el texto.
Aminatou
Avui des de l’editorial de Catipen ens sumem a les veus que exigeixen la tornada al Sàhara Occidental d’Aminatou Haidar.
La prepotència del govern de Zapatero li ha impedit adonar-se de la responsabilitat que assumia fent un favor incondicional als seus amics alauites. L’acceptació de l’extradició a Espanya d’Aminatou suposa la vulneració de les normes bàsiques del dret internacional i fer-se còmplice de
la violació de drets humans per part del règim marroquí.
I avui, que la vida d’Aminatou està en perill,
el govern espanyol es converteix en corresponsable del que pugui passar-li a aquesta lluitadora que no reclama ajuda humanitària, sinó el dret polític de
tornar al seu país.
I mentre la diplomàcia internacional afirma fer gestions per trobar una solució al problema, els que han creat aquesta situació, el règim marroquí, miren cap a altra banda, orgullosos d’haver-se tret de sobre un problema.
La premsa del Marroc va plena de comunicats oficials i de declaracions dels partits polítics, que parlen del cas de l’anomenada
Aminatou Haydar (així ho diuen) com una imposició del separatisme i adverteixen al govern espanyol que no es deixi manipular pels interessos del Front Polisari, d’Algèria i dels enemics del Marroc, que són els que han provocat intencionadament aquesta situació. Aquest únic argument, que es el toc de pitu habitual per tancar files entorn al rei alauita, es repeteix fins a la sacietat, i no deixa d’haver algun agosarat que arriba a afirmar que no hi ha ningú que pugi donar lliçons al Marroc sobre el respecte als drets
humans.
Bestialitats com les declaracions d’un oncle d’Aminatou que diu sentir-se avergonyit de la
seva neboda i de la seva manca de gratitud cap al monarca, són algunes mostres més de la posició del règim marroquí: qüestionar que el Sàhara es una província marroquina, és un delicte que només es pot comparar amb l’atac a la monarquia, i en aquest cas, Aminatou s’ha
atrevit a desafiar allò que el maghzen considera sagrat.
El règim marroquí no es penedirà de la seva actitud si l’Aminatou mor, ans al contrari, tornarà a treure els arguments dels enemics del país, i si hi ha discrepàncies ja està acostumat a silenciar les seves veus, això no li
preocupa en absolut.
I pel que fa a l’àmbit internacional, els seus socis europeus i nord-americans ja els han mostrat en moltes ocasions la seva fidelitat i la renúncia a defensar els drets dels saharauis, acceptant en la pràctica l’annexió del Sàhara al Marroc.
Ara, també esperen que els rentin la seva cara més bruta, la de la repressió, la de la violació constant dels drets humans.
Tindran aquests governs que diuen defensar
els valors democràtics la barra d’acceptar aquesta complicitat? És possible que ho facin.
I amb aquesta trista història acabem l’editorial del Catipen d’avui.
"Hay quien dice: ¿Qué hay de malo en organizar fiestas privadas con bellas jóvenes para regocijar a Líderes y Servidores del Estado? no lo hemos entendido, y ¿por qué siempre tenemos que pagar también los extras a los
agilipollados?"