El 26 de noviembre de 2009, Miguel Sánchez-Ostiz estuvo en San Sebastián hablando sobre Malcolm Lowry. La conferencia la organizó el Ateneo Guipuzcoano y ejerció de presentador, amén del presidente Ángel García Ronda, Javier Mina. Éste definió a su amigo como "un temporal de esos que siempre deja algo en la playa. El escritor infinito".
Hace ocho años me encantó una entrevista que Alberto Barandiaran le hizo a Miguel Sánchez-Ostiz. La publicó el diario Euskaldunon Egunkaria, cerrado hace siete años merced a una vergonzante operación político-mediático-judicial. La traduje y está en este blog. El otro día me llegó en la revista Argia un nuevo tête
à tête del mismo dúo (Lubaki bat iruditzen zait mundu hau). También esta vez me ha dado por traducirla. Es más larga y creo que la voy a dividir en tres trozos.
Miguel Sánchez-Ostiz: "Este
mundo me parece una trinchera"
Tras pasarse los últimos veinticinco años describiendo el paisaje humano que le
rodea, Miguel Sánchez-Ostiz (Pamplona, 1950) ha puesto su mirada en
el extranjero. En ambientes que se tensan hasta casi explotar como,
por ejemplo, las sociedades de Bolivia y Rumanía. Ha estado en
minas desconocidas de los Andes y también en estaciones de autobús
de las capitales donde expulsan a los inmigrantes como si fueran
eructos. Ha visto como toman el camino de vuelta en furgonetas poco
fiables, agotados y desesperados.
Tras ganar fama de autor riguroso y prolífico, Sánchez-Ostiz ha decidido que el deber del escritor no es, no puede ser, pasarse años mirándose el ombligo. Que no puede cerrar los ojos ante el caos que nos rodea. Que tiene que contar lo que ve, porque ése es su cometido. Dicho
humildemente, pero sí, el deber del escritor. Y ha decidido que
tiene que prestar su voz a esos otros.
Dentro de poco volverá de nuevo a Bolivia. Por quinta vez. De esa experiencia ha escrito dos libros: Cuaderno boliviano (Alberdania, 2008) y otro que se publicará pronto, Vivir
de buena gana, un título que ha surgido de su blog literario (Vivir de buena gana). Está como loco sólo de pensar en la posibilidad de ver otra vez a sus amigos de La Paz.
Alberto Barandiaran (AB): No sé
qué preguntarte: qué se te ha perdido en Bolivia o qué es lo que
has encontrado allí.
Miguel
Sánchez-Ostiz (MSO): Es
complicado de explicar, sí... Los amigos de Bolivia me preguntan lo
mismo, y como no les respondo, me suelen decir que me enviarán a
Guinea. Realmente no sé qué se me ha perdido allí, pero sí sé lo que he encontrado: calor humano. Gracias a ello he
entendido que junto a este mundo nuestro tan envejecido hay nuevos
mundos que están asomando, mundos social e intelectualmente de una gran viveza.
De gran viveza no sólo desde que Evo Morales ha tomado el poder,
porque la gente que he conocido allí lleva toda la vida peleando y
trabajando a favor de una nueva sociedad. Es gente de mi edad y no
han tenido una vida fácil, pero para nosotros es muy difícil
entender todo esto.
AB: ¿Por
qué?
MSO: Porque
resulta muy fácil acercarse a las realidades que nos son ajenas como
si fuéramos misioneros. Como misioneros o como guerrilleros. Sin embargo, es difícil dejar en casa tus prejuicios y tus
pensamientos y tratar de ser comprensivo con las formas de vida que te encuentras. Porque tenemos tendencia a decirles cómo han de organizar
su vida. “Aquí se debería hacer...” Eso es muy europeo.
AB: ¿Y ellos
qué piden? ¿Qué te transmiten?
MSO: Ellos
no piden nada. Quieren construir la sociedad y piensan que pueden
hacerlo con nuevos moldes. Quienes debían
haber nacido para obedecer han comenzado a mandar en Bolivia; eso es
lo que ha sucedido. Y eso enfada mucho a la derecha de siempre,
porque es una revolución en toda regla. ¡Y
cuidado! La revolución no se ha conseguido a través de las armas,
sino por las urnas. Pero sabes que todas las urnas, para el perdedor,
son una trampa. Eso también sucede con los premios literarios: salvo
el premio que le dan a uno, todos los demás tienen trampa.
Los montes de los alrededores de Elizondo están nevados. Sánchez-Ostiz ha escrito artículos relacionados con ese clima estos últimos días,
quizás porque el inicio de este mes de febrero está siendo frío y
porque se ha reunido con sus próximos alrededor de la mesa más de lo habitual. O porque este año se le han ido muchos amigos.
“Demasiados”, dice. De todas maneras, ha escrito de los lobos, de
los pinzones, de Santa Agueda, de los joaldunak de Ituren y de los
árboles que cortan el camino en cualquier rincón de los montes.
Al café
de Bolivia le ha añadido un poquito de cacao de la marca Mombana, consiguiendo así un sabor dulce y amargo a la vez. Promete que, la próxima vez, traerá un paquete del mercado de Donibane Lohizune
(San Juan de Luz).
MSO: Me he
dado cuenta de que la boliviana es una sociedad muy dividida y que
hay mucho racismo. De los indios respecto a los blancos y de los blancos hacia los indios. No se habla jamás del primero, pero
sí que lo hay. No sé en qué se basa, no me gusta hablar de los
quinientos años de la conquista, porque hay que ser realista: los
bolivianos lograron la independencia hace doscientos años y en ese
tiempo, por diversas razones, no han podido construir una sociedad
equilibrada y democrática. Al contrario, ha habido muchos golpes de
estado, crímenes terribles, pero también revoluciones muy interesantes,
como la de 1952, por ejemplo. Pero no tenemos ni idea. Ese es el
sentimiento general de los bolivianos: que el mundo no sabe nada de
ellos, que viven aislados. ¿Qué sabe el mundo de Bolivia? Es que
Bolivia no existía: le llamaban Alto Perú. Se enfadan mucho con
eso.
AB: Los
argentinos, cuando se refieren a los mestizos que viven en el norte,
suelen decir “esos son bolivianos”, con desprecio.
MSO: Sí,
los argentinos son muy especiales con los bolivianos. Ellos, al
menos, se sienten muy maltratados, y no sólo por el colonialismo
español. Las élites locales han saqueado al pueblo.
AB:
¿Y cómo se entiende esa revolución actual? Esa superioridad de la mayoría local que siempre ha vivido marginada.
MSO: No lo
sé. Creo que ellos también están sorprendidos. Y están
sorprendidos, además, por la fuerza del cambio.
AB:
¿Qué es? ¿Que ha aparecido el líder adecuado en el momento
apropiado? ¿Que lo que venía de antes ha explotado finalmente?
MSO: Las
dos cosas. Después de la última dictadura, estaba ya el clamor del
movimiento popular. La situación era insoportable. Y en una de
éstas, ha aparecido un líder, y ha conseguido reunir varias
sensibilidades políticas a su alrededor. Y eso ha ido hacia adelante.
AB:
¿Qué es lo que más te interesa?
MSO: La gente. A mí no me interesan las piedras. Viajar para ver el paisaje
es una frivolidad. Las piedras de Tiahuanaco seguirán allí cuando
yo me muera, pero yo he conocido a la gente, he compartido muchas
cosas con ellos, me han interesado sus historias. Lo otro, el
paisaje... bueno. El Monte Ilimani que está encima de La Paz es un
gran espectáculo diario, pero no viajo para eso. Viajo para
escuchar. Para ver cómo vive la gente.
AB: ¿Y les entiendes?
¿Te entienden?
MSO: Intento entenderles e intento desaparecer. ¿Si ellos me entienden?
Ellos tienen más cosas que mostrar que yo, porque he encontrado
gente excepcional a derecha e izquierda.
AB: ¿Y tienen
porvenir?
MSO: Sí…
(pensativo). ¿Te has dado cuenta de que los Estados Unidos no han
tenido nunca un golpe de estado? ¿Y sabes por qué? Porque jamás
han tenido embajada estadounidense. La oposición contraria a Evo
Morales se muestra dura, y hay algunos problemas, por ejemplo el
narcotráfico. En torno suyo se crean gobiernos al margen, porque el
narcotráfico mueve mucho dinero. Demasiado.
AB: ¿También en
Bolivia?
MSO:
También en Bolivia. Y la derecha le echa en cara a Evo Morales, creo que
por medio de la Embajada estadounidense, que se está valiendo del
narcotráfico. Es cierto que en la actualidad hay muchos laboratorios
cerca de Bolivia para hacer la pasta básica necesaria para la coca.
La hoja procede, sobre todo, de Chaparé, un territorio próximo a
Cochabamba, patria chica de Evo Morales. Ellos no quieren
abandonar esos cultivos, porque perderían mucho. La mayoría son
mineros, y cuando cerraron las minas, la gente migró. Muchos están
ahora en El Alto, pero muchos otros comenzaron con las plantas de
coca y allí se produce una hoja de coca muy buena. Además, está muy
cerca de la zona oriental de Bolivia, cerca de la Amazonía, y ese
territorio no es de nadie. No hay leyes y manda quien más armas
posee. Y además el mundo del narcotráfico nos es muy desconocido.
Claro que hay jefes, pero finalmente se moja todo el mundo. Y es un
gran peligro para estos sueños. Por tanto, hay muchas voces
críticas.
AB: De todas maneras, no será fácil para los nativos aprender a
gobernar ahora después de vivir tantos años marginados.
MSO: Hay
gente muy válida en ese gobierno. Muy-muy válida. Conozco a uno de
los ministros. He estado en su casa y sé cómo vive. Sé lo que
come, cuánto gasta y sé que es una persona honrada y humilde.
Cuando ves eso, sabes que esa persona puede hacer algo. He viajado
con él y nunca le he visto decirle a la polícia que es diputado.
Sin embargo, aquí enseguida te espetan eso de que no sabe usted con
quién está hablando... Yo creo en una persona que se calla eso.
Julen Iturbe cuenta en Paradojas respecto a la calidad de vidacómo vivía su abuelo hace 50 años. En mi caso particular, esa vida no era la de mi abuelo, sino la propia de mi padre.
Yo crecí en el caserío donde nació mi padre en 1932 (yo, en 1968). Viví en esa casa familiar hasta 1992. Hasta, más o menos, 1990 tuvimos dos vacas. Mi padre se levantaba
diariamente antes de las 6 de la mañana y tenía un ritmo de vida
parecido al del abuelo de Julen, aunque en el caso de mi viejo la fábrica
(Porcelanas Bidasoa) estaba a cinco minutos (andando) y pasadas las 4 de
la tarde ya estaba en casa.
El caserío de mi viejo se lo llevó por delante una "zona industrial" de los 90. Paradojas de la vida, y a pesar de mis primeros 24 años de vida, yo
soy de asfalto. Necesito tener un bar cerca, el kiosco (sí, aún los
periódicos, aunque cada vez menos), el super... la calle.
Yo no echo de menos el caserío, pero mi padre sí. Fue una cabronada
para él tener que abandonar la casa donde nació y mi madre dice que ese
hecho lo alteró mucho. Y ya que hablo de mi madre, ella apenas trabajó fuera, pero sus labores eran también infinitas.
La reflexión de Julen iba por otro lado, pero a mí me ha despertado estos recuerdos.
"Al ver el resultado del vídeo
promocional de Donostia 2016, una de las caras reconocibles me confesó
que "no hubiera participado en él de haber sabido que se trataba de una
iniciativa política". Entonces no supe muy bien lo que quiso decir. Yo
solo veía a Mikel Erentxun disfrazado de cineasta y a Pablo Malo
haciendo de rockero."
"Cogí el periódico de encima de la mesa, abrí una página al azar y
comencé a leer. La primera noticia me chocó: «Árbol aplastado por un
hombre». Pese a todo, no le hice mucho caso al titular y continué
hojeando el diario distraídamente. La siguiente información ya me
extrañó más. Se trataba de unos gruesos titulares que rezaban: «Lobo
atacado por un niño»."
"Entre mis amistades, el cocinero David de Jorge ha levantado opiniones diversas: mi bibliotecaria preferida, por ejemplo, me dijo el otro día que era un poco guarro y que, puestos a elegir, preferiría que David cuidara un poco más el lenguaje. Mis bareros de cabecera, sin embargo, están muy contentos, no sólo porque enseña múltiples variantes de bocados para horas nocturnas, sino porque también ofrece amplio espacio en su programa a su material -quicir, las bebidas alcohólicas-. Y mi amigo Félix, aunque es un cocinero mediocre, me reconoció ayer que lo ve a gusto. Y yo... como os lo diría... yo de mayor quiero ser Robin Food."
Esta terna forma la mejor contra de la semana. Si yo tuviera un periódico, trataría de ficharlos. Pero no lo tengo. Lo que tengo es un blog. Bueno, dos.
Rafa Berrio se cruzó el otro día en mi camino. Lo hizo tras otra experiencia existencial: el concierto de Joan Colomo y Joseba Irazoki. El pequeño genio venía de ensayar. ¿Con quién ensayaba Rafa un domingo a esas horas? Con los del grupo Amor a Traición, banda donostiarra de los 90. ¿Para qué? Para preparar con mimo la doble subida al escenario del Bukowski los días 6 y 7 de marzo.
Según parece, uno de los barandas del establecimiento, Iosu, le ha calentado los cascos al bueno de Rafa: Iosu quiere escuchar el disco publicado en 1993. Amor A Traición está en Spotify, pero Iosu tiene el capricho de escuchar y deleitarse en directo con No pienso bajar más al centro, Jaime Gil de Biedma, La senda del olvido, etc. Y como Iosu no es egoísta, nos abre las puertas de su local al resto de la humanidad. En contraprestación, nosotros haremos eso de Levántate y consume.
El fin de semana estarán tres miembros originales de la formación de los noventa (José Puerto, Iñaki de Lucas y el propio Rafa) más dos nuevos músicos (Iñaki Fisuras y María Soriazu). Tiene toda la pinta de que estos conciertos serán únicos, por lo que habrá mucha gente en la sala. El 6 de marzo, sábado, el bolo está programado a las 22.00 horas; el 7, domingo, a las 20:00 horas. El precio de la entrada será de 7 euros.
Además, Berrio pasará la segunda quincena de mes en Madrid, grabando lo que será la continuación de Harresilanda (Extramuros), disco grabado en el 2003 y publicado en el 2005. Esta vez, los arreglos y la producción correrán a cargo de Joserra Senperena y el trabajo se registrará en el estudio de José M. Rosillo. Rafa tiene decidido el título (1971) y (me da que) hasta la portada. Ya estoy deseoso de escucharlo.
Por el momento nos tendremos que conformar con el inicio de uno de los temas, tarareado por el autor: “Yo me moriré un día borracho junto a una tapia / y mis pupilas reflejarán la última luz de esa mañana”.
Este fin de semana, con ayuda del tiempo y algunos otros factores más, he pasado bastante tiempo en casa. Me ha dado para leer (y traducir un buen trozo) de una enjundiosa entrevista del periodista Alberto Barandiaran al escritor Miguel
Sánchez-Ostiz. No la he acabado, pero la tengo bastante adelantada. En euskara se titula: "Lubaki
bat iruditzen zait mundu hau" (Este mundo me parece una trinchera).
Aún recuerdo lo que me gustó otra entrevista, publicada ésta a finales de 2001. Tenía los mismos protagonistas y apareció en Euskaldunon Egunkaria, periódico que por desgracia (y por gracia del juez Del Olmo) está ya finiquitado. El original de esa entrevista no está disponible en la red, pero sí la traducción que yo puse en este mismo txoko: "Hay
razones sentimentales para crear otra sociedad".
En la entrevista citada, al hilo de este caso, hay una pregunta que Barandiaran hace y que Sánchez-Ostiz responde. Dice mucho. Todo, prácticamente.
Alberto Barandiaran: En el ámbito judicial, últimamente hemos visto cosas sonrojantes. Por ejemplo, aquello que le espetó la jueza a Arnaldo Otegi, “¡Por mí,
como si bebe vino!”.
Miguel Sánchez-Ostiz: Me pareció vergonzoso. En aquel juicio el fiscal, incluso, echó mano del refranero para apoyar sus tesis, cuando
dijo aquello de que quien calla, otorga. Perdón: quien se calla, se calla. En un juzgado, sobran los refranes. En un alegato del fiscal, hay que utilizar la jurisprudencia o el Código Penal, pero no el refranero.
Nota: créditos de la fotografía, Dani Blanco
(Argia).
A comienzos del mes de enero escribí sobre la detención del escritor y músico vasco Asel Luzarraga en Chile. Escribí que olía a montaje y me mantengo en lo que dije. Gracias al movimiento habido (sobre todo a través de la web aselaskatu.org)
parece que se está consiguiendo desmontar la acusación y Asel está ahora bajo arresto domiciliario a la espera de juicio. Puedes escuchar la entrevista, vía
skype, que le hicieron el otro día Patxi Gaztelumendi y Jabi Zabala en irratia.com (enlace en euskera). Os dejo con la traducción de la entrevista de
Maite Asensio publicada ayer sábado en el diario Berria.
Asel Luzarraga: "Las
acusaciones contra mí no tienen fundamento y contienen muchos errores"
El escritor y músico vasco Asel Luzarraga (Bilbao, 1971) está «con las pilas
cargadas» desde que hace dos semanas el Juzgado de Garantía chileno le impuso el arresto domiciliario. Bajo la acusación de estar
relacionado con la comisión de cuatro atentados y de tenencia de material para la
fabricación de explosivos, fue detenido la pasada Nochevieja y desde
entonces ha pasado momentos difíciles. Debido a los apoyos recibidos desde Euskal Herria, Argentina y Chile, dice que está
«emocionado», tal y como ha reconocido a Berria en las respuestas a
nuestras preguntas, enviadas por correo electrónico desde el
Ayuntamiento de Padre de las Casas.
Maite
Asensio: ¿Cómo fue
el día en que se produjo la detención?
Asel Luzarraga: Raro, necesité mucho tiempo para entender lo que me pasaba. Cuando
me dijeron que tenían la orden de registrar mi casa, con tanto
policía armado, me asusté un poco, y no fue fácil estar
con las esposas puestas, pero estaba tranquilo. Aunque preguntaba, no
me aclaraban nada. Estaba convencido de que todo acabaría pronto.
Cuando supe que estaba detenido, sentí que me metían en la película
de otro.
Maite
Asensio: La policía difundió que habían encontrado explosivos en tu casa.
¿Qué fue lo que encontraron?
Asel Luzarraga: Mientras yo estaba en
casa, nada. A la pregunta del porqué de mi detención, me dijeron
que era por lo que habían «encontrado» allí. Pero no me enseñaron nunca esas
cosas. Es extraño, o significativo, no habérselo mostrado tampoco
nunca a la prensa, en contra de lo habitual. Más tarde, he tenido
la oportunidad de verlo en las fotografías del fiscal. Encima del
armario de la habitación aparece una bolsa del supermercado con un
extintor; es ridículo que el malhechor que esa misma noche dicen que
había puesto una bomba dejara la siguiente a la vista de todo el
mundo... Quien lo puso allí no guardó las apariencias.
Maite
Asensio: ¿Ha
sido un obstáculo la actitud del fiscal?
Asel
Luzarraga:
Todo esto no habría sido posible si el fiscal no tuviera ese ansia
por encarcelarme, porque
las pruebas para emitir la orden de registro también son ridículas.
Han cogido los datos que les han interesado. Por ejemplo, cuando la
bomba explotó, yo estaba en Euskal Herria. Con esos datos han hecho
unas conexiones en las que es necesaria mucha imaginación, pero sólo
han presentado aquéllas que pueden ser utilizadas en mi contra. Como
las pruebas de detección de restos de pólvora tuvieron resultados
negativos, no las mencionaron en el informe. Las irregularidades no
tienen fin.
Maite
Asensio:
¿Qué trabas ha tenido la defensa?
Asel
Luzarraga: Los
documentos que solicitó le fueron entregados en el último momento y
tuvo muy poco tiempo para preparar el primer juicio. Aquel
abogado (Julio Landaeta) cometió grandes errores, lo cual me
perjudicó mucho; en algún momento he pensado que había algún
interés oculto en ello. Pero cuando el abogado Jaime Madariaga se
hizo cargo del caso, todo cambió. De todas formas, los obstáculos
están ahí, porque todavía no le han dado las pruebas solicitadas.
Saben que todas ellas me serán favorables y por eso lo retrasan.
Maite
Asensio:
Al principio te acusaron de haber infringido la Ley Antiterrorista.
Luego, de haber quebrantado la Ley de Armas y Explosivos. Finalmente
te han impuesto el arresto domiciliario. ¿Cómo has vivido toda esta
evolución?
Asel Luzarraga: Al
principio con rabia, porque no podía hablar a pesar de todas las mentiras que escuchaba. Cuando desaparecieron los cargos más graves, más tranquilo. Y ahora estoy con ganas de llegar hasta el final. Es ridículo cómo utilizan los argumentos: uno de los argumentos para pedir mi prisión fue que no sabían cómo me ganaba la vida y que no tenía raíces familiares aquí. Mis ingresos son públicos -están entre los documentos aportados para solicitar la visa de residencia en Chile-,
pero no les interesaba que se supiera. Por otro lado, no aceptaban el
enraizamiento familiar, pero la única razón para registrar la casa
de Vane fue que era mi novia. Finalmente, cuando hemos probado mi
pasado pacifista, se ha deshecho la imagen que han construido
alrededor mío; así lo ha entendido el juez.
Maite Asensio: ¿Han querido acallar tus opiniones a favor de los derechos de los
mapuches?
Asel Luzarraga: Desde que estoy aquí lo único que he hecho a favor de ese admirable
pueblo ha sido escribir algunos artículos en mi blog (Nasmastarraren apunteak): dar mi humilde
opinión sobre el conflicto desde el punto de vista anarquista y
publicar algunas ideas para la resolución del conflicto. Parece que les ha debido hacer más daño del previsto, porque han utilizado
como prueba contra mí uno de esos artículos. Imagínate qué grave
era lo que había escrito: finalmente, Madariaga leyó dicho texto
para utilizarlo en mi defensa.
Maite Asensio: ¿Te ha perjudicado que el caso tuviera repercusión internacional?
Asel Luzarraga: No creo; al contrario, me da que ha sido imprescindible. Hay
mucha gente que sigue presa con denuncias inventadas; muchas veces,
se ven obligados a reconocer actos que no han hecho. A mí
también me sugirieron que si reconocía lo que no había hecho,
saldría antes, pero he tenido claro que la verdad no
claudicaría.
Maite
Asensio: El hecho de
que seas vasco, ¿ha tenido consecuencias en el proceso?
Asel Luzarraga: Clarísimamente. El subsecretario chileno dijo hace mucho que
investigarían a los vascos que están en la Araucanía. Para muchos,
ser vasco, anarquista o amigo de los mapuches te convierte en
terrorista; y el extranjero, escritor o periodista es sospechoso. Yo
aparecía en todas las ecuaciones.
Maite Asensio: ¿Has recibido el apoyo del Gobierno Vasco o del Gobierno de España?
Asel Luzarraga: Que yo sepa no. Sí me ha ayudado el Consulado español.
Maite Asensio: ¿Qué sabes de la investigación del fiscal?
Asel Luzarraga: Si no se alarga la fase de la investigación, deberá detallar los
cargos contra mí el 6 de abril y hacer la acusación definitiva; entonces comenzará la fase de preparación del juicio. De todas maneras, el
Gobierno firmó la orden de expulsión en enero, infringiendo la presunción de inocencia. Por tanto, sea inocente o culpable, si no frenamos ese decreto, me expulsarán.
Maite Asensio: ¿Qué esperas?
Asel Luzarraga: Probar quién puso lo que apareció en casa no va a resultar fácil, pero estoy plenamente convencido de que probaré mi inocencia. Las acusaciones no tienen fundamento y hay muchos errores. Lo más difícil será darle la vuelta a la orden de expulsión, porque el Estado puede decidir lo que le plazca. La participación de los organismos institucionales, la repercusión... pueden ser decisivos.
Hace casi dos años publiqué por aquí un apunte titulado Iñaki
Diéguez y el Circo del Sol. Entonces comenté que este acordeonista vasco había pasado un casting para trabajar en alguno de los espectáculos de esa gran compañía. Un año después (finales del 2008 y comienzos del 2009), estuvo con ellos en Corea del Sur durante unas semanas.
En junio de 2009 se fue a Quebec y desde entonces anda por Norteamérica: Montreal, Toronto, California... Desde septiembre, además, en compañía de su mujer (Edurne) y sus dos hijos.
Iñaki manda más o menos una vez al mes un largo mensaje colectivo donde cuenta qué ha estado haciendo las últimas semanas. Le he dicho más de una vez que debería publicar eso en un blog, pero no me hace caso (al menos tiene un perfil en Myspace).
En el último mensaje nos decía que había coincidido con Kepa Junkera y que éste había escrito la columna Egokitu en Deia. Según parece, el músico vizcaíno tiene el campo base en tierras californianas en estos momentos.
Para terminar, he mirado el txoko de Myspace y he visto que esta primavera estarán en Nueva
York. Será difícil, pero ya me gustaría coincidir con ellos y conocer esa troupe por dentro. Porque Edurne es, además, prima mía.
Esta es una traducción de un artículo de Gorka Julio (Nerabeak eta Interneteko sare sozialak). Publicado originalmente en euskera la pasada semana en el diario Berria. Lo traduzco aquí al castellano porque me da que viene a cuento. Eskerrik asko, Gorka.
Adolescentes y redes sociales en Internet
Cuando en los medios se citan las redes sociales y los adolescentes no es más que para meter miedo. La mayoría de los temas suelen estar relacionados con pederastas, peleas, ataques... ¿Pero qué hacen estos jóvenes en Internet? ¿Por dónde se mueven? ¿Cuáles son sus redes de amistades?
La mayoría utiliza el Messenger para comunicarse entre ellos a través de mensajes. La principal de todas las redes sociales es Tuenti. A medida que crecen, comienzan también a utilizar Facebook, como si fuera el siguiente paso.
Son dos herramientas diferentes. En la primera, la red la forman personas con las que contactan diariamente o con mucha frecuencia. En Tuenti, Facebook y redes similares, sin embargo, además de los citados contactos, tienen contactos de otros muchos ámbitos de su vida. Es decir, gente de clubes y asociaciones deportivas, de ocio y de actividades extraescolares, así como amigos de sus amigos, por ejemplo. Generalmente, les da la posibilidad de gestionar más contactos y, por tanto, la posibilidad de encontrar más fácilmente personas más acordes con sus intereses.
Normalmente, las utilizan para comunicarse. Se puede decir que viven hipercomunicados. Ahora, más que nunca, saben qué hacen sus amigos y sus conocidos. Deciden dar a conocer algunas partes de su vida, fotografías, vídeos... y, sobre todo, usan estos instrumentos de modo lúdico. Asimismo, utilizan las redes para hacer sus trabajos y para compartir información. Es decir, puede que le extrañe a alguien, pero no hacen muchos más amigos. Estas redes las forman, normalmente, sus amigos y conocidos de la vida real.
Como la privacidad es un derecho, conviene tener conocimientos para hacerlo realidad. Al principio, y muchas veces posteriormente también, se conforman con los valores preestablecidos por defecto. Porque prefieren hacer públicas algunas cosas. De todas maneras, a través de la práctica aprenden mucho y puede que muchas veces no tengamos nada que enseñarles; ellos lo saben bien, tras haber probado y experimentado, qué y con quiénes quiere(n) compartir.
Por tanto, la mayoría de las cosas terribles que se escuchan no tienen demasiado sentido. Porque intentan generalizar las excepciones. Y, al mismo tiempo, porque a pocas personas les importa dejar en manos de unas pocas grandes empresas toda esa información. Ellos no se ocuparán de eso.