Como decía el otro, ahora que el final de julio coincide con el comienzo de agosto, traigo aquí un poema escrito originariamente en euskera (Tigre batekin bizi) por Harkaitz Cano en el verano de 2010 y que leyó en un acto público de homenaje al cumplirse el décimo aniversario de la muerte de Joxe Mari Korta, asesinado por ETA el 8 de agosto de 2000.
Creo que es la primera vez que el texto se publica en español. La traduccción es del propio autor, el cual me lo ha cedido gentilmente. Eskerrik asko, Harkaitz.
Vivir con un tigre
En vano indagarás cómo vino a parar
aquí.
Si lo abandonó por descuido o malicia
el anterior inquilino,
si se introdujo por la ventana
subrepticiamente,
si se trata, por qué no,
de una mala jugada del vecino que odia
nuestra colección de discos
o del trabajador de mono azul que
contabiliza todos los meses
el agua, el gas, la electricidad.
Wittgenstein, Cioran, Steiner;
he leído a mis pensadores de cabecera
sin hallar respuesta.
Pero lo sé: tenemos un tigre en casa.
Pese a sus días sin dar señales de
vida,
ya no nos mostramos, como antaño,
esperanzados ante su posible marcha;
sabemos que ha de volver, y vuelve.
Un tigre no es un gato, difícil
acertar,
cuándo se acabarán por extinguir
todas sus vidas.
Su mera presencia nos disuade a menudo
de abandonar la cama.
El tigre debió de habernos despertado
la vocación de cazador, pero no lo hizo.
Tantos hermanos que fuimos, no estamos
ya todos,
mas, ¿hemos de culpar al tigre?
Siempre hubo alguna riña antes de la
partida definitiva
y no pudimos con certeza acusar al
felino de su marcha,
si bien en ocasiones sale a cuenta
tener en casa
a un tigre a quien culpar.
Llegamos tarde al trabajo y nos
decimos: “De no ser por el tigre…”
A veces es cierto, otras veces no.
Los relojes se retrasan cuando vives
con un tigre,
parece tan temprano que, de pronto, se
ha vuelto demasiado tarde.
Nunca es tan temprano como crees.
Parece mentira que un tigre, con esas
garras,
tenga la capacidad de hacer girar las
manecillas del reloj.
Frase grandilocuente, pero cierta: un
tigre puede parar el tiempo.
Quizá no interpretamos bien los
signos:
cosas que iban faltando en el
frigorífico, armarios revueltos,
prendas rasgadas.
Hay que andarse con mucho ojo, cuando
tienes un tigre en casa.
No es un cachorro, pero quizá fuese
más joven antes.
¿Creció junto a nosotros? ¿Era un
tigre ya adulto desde el principio?
¿No serán, a falta de uno, dos
tigres? ¿Tres tigres, decís?
Vivimos sin poder despejar la
incertidumbre.
En casa no nos ponemos de acuerdo,
apenas si lo hemos visto alguna vez de
cuerpo entero:
a veces no es sino una leve sombra a
nuestras espaldas,
ora aliento, ora pestilencia:
espía nuestras celebraciones,
escruta nuestros sueños,
recela de nuestras carcajadas,
le intrigan nuestros llantos.
Al girar la cabeza, a duras penas
llegamos a distinguir su cola
arrastrándose suavemente,
desapareciendo.
Huellas en la moqueta,
rugidos selváticos,
crujidos de tarima,
pequeños rastros, casi imperceptibles,
evidencian que sigue ahí.
Oigo hablar a expertos en la radio:
que si el tigre esto, que si el tigre
lo otro, que si el tigre lo de más allá…
Y yo me digo: “no hablaríais así
del tigre,
si tuvieseis a uno en casa”.
Tenemos un tigre en casa pero jamás
hemos cruzado una mirada franca.
Nos dimos prisa por enseñar a caminar
al más pequeño;
temíamos ofender al tigre si otro
diferente a él
gateaba por los pasillos.
Pocos se atreven a visitarte cuando
tienes un tigre en casa.
A menudo olvidamos que vivimos con un
tigre,
las jornadas transcurren sin apenas
acordarnos,
hasta que te lo encuentras de frente
el día menos pensado:
por ejemplo un miércoles, digamos que
en otoño,
de camino a casa tras el trabajo,
cansados y silbando.
¿Decís que son nobles algunos tigres?
Un tigre es un tigre, más allá no me
atrevo a afirmar nada.
No es de protección oficial la
vivienda, pero tenemos a un tigre en casa.
Lo hemos pensado a menudo: vender la
casa sin advertir al comprador.
Dejar todas las puertas abiertas y
esperar a que se vaya,
abrir todos los grifos y escapar
nosotros.
Mil cosas hemos pensado, pero al final,
ésa esa la verdad,
puede que nos hayamos acostumbrado a
vivir con él.
¿Puede nacer y desarrollarse el cariño
con respecto a un tigre?
Puede nacer y desarrollarse, pero un
tigre es un tigre
y jamás se desvestirá sus rayas.
¿Es macho o hembra? ¿Tiene cincuenta
años?
¿Quince? ¿Setenta y dos? ¿Quinientos?
En la sobremesa, mientras rebuscamos
entre las nueces
por él mordisqueadas, especulamos
acerca de su edad:
si ha envejecido, si perdió reflejos o
destreza,
si no se tratará de un gran engaño,
si no será, al fin, más que un diablo
parásito
oculto tras la careta de un tigre.
Quisiera escribir con recta concisión
sobre las rayas torcidas del tigre.
Mientras observo a la gente por la
calle, apenas si me atrevo a preguntar:
¿Tienen ustedes tigre en casa?
Confiesen: ¿existe casa sin tigre?
¿No será, quizá, Arañazo el
nombre de la nación que todos habitamos?
¿No dicen, acaso, que todas las
mujeres y todos los hombres somos semejantes?
André Schiffrin es un veterano editor estadounidense, puesto que comenzó a trabajar en dicho sector allá por 1962. Hasta 1990 lo hizo en Pantheon Books (editorial que cofundó su padre) y ese año se vio obligado a poner en marcha un nuevo proyecto, The New Press.
A pesar de su veteranía, no había oído hablar de este señor hasta que leí un artículo escrito por Alicia Dujovne Ortiz titulado El dinero y las palabras, artículo del mismo nombre que un libro del citado Schiffrin. Me leí hace un mes el libro publicado por la editorial Península, el cual recoge dos breves textos: El dinero y las palabras (2010) y La edición sin editores (1990).
Ambos trabajos tratan de analizar el mundo editorial como laboratorio del capitalismo. Y es que hasta bien avanzado el siglo XX, el autor mantiene la tesis de que el trabajo del editor no estaba muy alejado del modelo fijado en el siglo XIX.
Es decir, ser editor era un oficio, no un negocio. Así, se trataba de publicar libros interesantes, muchas veces libros que trajeran nuevas ideas para enriquecer el debate público, pagar las facturas correspondientes y ganar algo de dinero. El 1%, normalmente.
Cuando los grandes grupos del capitalismo pusieron sus ojos en el mundo editorial, comenzaron a comprar editoriales prestigiosas. Y allá donde entraban los elefantes, la cacharrería se veía afectada: no bastaba con pagar facturas, sino que los rendimientos netos anuales debían alcanzar el 15 %, al menos.
Para llegar a esas cifras, se reduce el número de títulos y de autores en el catálogo, se baja el nivel intelectual, sólo se publican libros que alcancen un plan mínimo de ventas (hace diez años, tiradas de 20.000 ejemplares; hoy ya de 60.000 en las grandes editoriales de los USA),
etcétera.
Aunque los grandes controlen el mercado, la mayoría de los libros más interesantes son publicados por pequeñas editoriales independientes. El problema es la distribución y la difusión
de ese material. En Francia, las pequeñas publican anualmente un tercio de los 38.000 libros, pero únicamente consiguen el 1% de las ventas.
Todo esto me vino a la cabeza cuando el pasado jueves asistía en Donostia, en la recientemente abierta Librería Kaxilda, a la puesta de largo de la editorial Pasazaite. El primer libro es del autor italiano Andrej Longo y se titula Hamar (diez en euskera). El alma mater de la editorial es Xabi Queiruga, un gallego que está aprendiendo euskera y que ha decidido montar (con varios ayudantes) este proyecto para editar libros de importación en euskera.
Uno de los mandamientos de Pasazaite dice que hay que darle visibilidad al traductor. Así, entrevistan a Josu Zabaleta en el vídeo que he pegado aquí abajo (es en euskera).
Como me dijeron ayer por twitter, Pasazaite no es una excepción: recientemente han dado el paso en Euskal Herria Edo! argitaletxea y Gaumin.
¡Larga vida a todas ellas, así como a la librería Kaxilda!
No he estado nunca en los sanfermines de Iruña, pero me he quedado a cuadros viendo este vídeo (vía @ishikawa_ ) grabado por Ateak ireki esta misma mañana en Pamplona.
Este segundo vídeo no recoge los incidentes y acaba así en youtube: "Después del encierro, se han producido altercados entre la policía y algunos jóvenes, ajenos al movimiento 15 de julio".
Bien. Volved a ver nuevamente el primer vídeo (si no lo habéis hecho ya). ¿Cómo leches se ponen a disolver una concentración de gaupaseros usando pelotas de goma? ¿Qué mierda es ésta?
"Un Santo patrón viviente y con mucha energía nos deleita bendiciendo a
toda persona que se le acerque. Cuando acaba el Pobre de Mi, comienza la
Procesión Laica por las calles de la parte vieja de Pamplona. Esto dura
hasta las 7:45 de la mañana, momento en el que el Santo Patrón se
dirige a la cuesta de Santo Domingo para que la gente pueda cantarle y
se encomiende a él poco antes de que empiece el último encierro de las
fiestas".
(...)
"Después de los cánticos y bailes al Santo Patrón llegan las 8:00 de la
mañana. Una tensa quietud recubre todo el ambiente. Un sudor frío
recorre todos los cuerpos, ¿borrachera? ¿resaca? ¿enamoramiento?
¿fatiga?, ¡No! Alguien nos observa desde la parte baja de la cuesta. No
es Superman, No es la Barcina, ¡Es el Ciclista más técnico de todos los
Sanfermines, ¡El Jotas!· Se oye un cohete. Comienza el Encierro del día
15 de Julio. Si has estado en los últimos encierros, sabrás que la gente
corre delante del ciclista más conocido de Navarra".
Anoche me preguntaba qué habría escrito hace 15 años si mi blog Harrikadak (en euskera: Miguel Ángel Blanco hil zutela hamabost urte) existiera por aquel entonces. Después de la #nocheminera de ayer, vino la mañana #recortadora #sanferminera de Mariano Rajoy, considerada ya por algunos más grave que el 23-F. Hace un rato he traducido lo que sigue.
No recuerdo cómo supe del secuestro del concejal de Ermua, pero sí que recuerdo el 11 de julio de 1997: pasé la noche celebrando la boda de un amigo en Hondarribia.
Me tocó compartir mesa y mantel con un antiguo compañero de clase que por aquel entonces ya era ertzaina. Estuvimos charlando sobre el secuestro de Miguel Ángel Blanco. El tipo se retiró pronto, porque preveía que la cosa se iba a poner dura.
Al día siguiente, aprovechamos para mudarnos de Irun a Donostia.
Después de comer, intentando superar la resaca de la víspera y la modorra de la tarde, me despertó un flash de ETB: pasadas las 16:30 de la tarde, habían encontrado una persona, gravemente herida con dos disparos en la cabeza, que se parecía bastante al concejal Blanco. El hombre murió la madrugada siguiente y recuerdo que tuve la misma sensación que tuve años más tarde cuando cayeron las Torres Gemelas. El fin del mundo.
El domingo, si no recuerdo mal, las autoridades locales convocaron una concentración en la Plaza Gipuzkoa, delante de la Diputación Foral. Se unió tanta gente a la protesta que no pudimos pasar de la sede de Radio Popular (hoy Onda Vasca).
Delante nuestro pasó el ministro Álvarez Cascos rodeado de guardaespaldas y dirigentes del PP, aplaudido con ganas por parte del público congregado. Mirándolo desde hoy, tampoco le perdono eso a ETA: verme obligado a ir a una concentración y encontrarme con gente del pelaje de Cascos.
Los años posteriores a Lizarra-Garazi, cada vez que ETA mataba a alguien, solía acudir a las concentraciones que se hacían delante del Ayuntamiento donostiarra. Pero me cansé de contemplar el show de algunos politicastros delante de las cámaras encendidas y dejé de acudir.
A ETA le costó entender que debía decir adiós, pero finalmente comunicó la feliz decisión en octubre de 2011.
Se ha escrito mucho durante estos años, pero creo que todavía quedan muchas cosas por escribir, por contar, por decir.
Tocará también escuchar a quien no piensa como tú. Unas dosis de empatía tampoco nos vendrían nada mal.
Como blogger, creo que a mí me tocan ejercicios de este tipo.
Finalmente, como amigo, me toca felicitar a la pareja que se casó hoy hace quince años.
De acuerdo. El grupo de jugadores seleccionado por Vicente del Bosque por encargo de la Federación Española de Fútbol es el mejor estos últimos cuatro años. Juegan muy bien y ayer pasaron por encima de Italia. 4-0. Punto.
Una buena parte de Valencia se ha quemado este fin de semana (no sólo Valencia) y la situación no es fácil. Estando las cosas así, el presidente del Gobierno, con Felipe de Borbón, se fueron para Ucrania (la cara B del ya viejo ¡Vente p´Alemania, Pepe! ). Mientras los jugadores españoles metían un gol tras otro al portero italiano, las autoridades españolas hacían lo de Sandro Pertini en la final del Mundial 82: celebrarlo pasándose el protocolo por el arco del triunfo.
Como queda dicho, mientras tanto se quemaba Valencia. Y no parece que las cosas sucedan naturalmente. Es decir, las decisiones (no) tomadas por las instituciones tienen sus consecuencias. Me refiero a los famosos recortes.
Si lo pensamos en frío, una barbaridad, una burrada...
Pero nosotros (los vascos) no somos mejores. No hay manera de animar a la selección vasca en competiciones oficiales, pero cuando nuestro equipo tiene la mínima posibilidad de conseguir una victoria, nos comportamos exactamente igual.
Sin más.
P.S.: Termino recordando que hoy hace 20 años murió Camarón.
El miércoles @lacajadezapatos pidió ayuda para encontrar en la red un corto que contaba la historia de una abuela de Donostia. Le respondió @tipitto con el enlace de Amatxo.
No conocía el trabajo de Iñaki Iñarra. Es bastante reciente: apenas lleva mes y medio en Internet. El corto está dedicado a su abuela Pilar, alavesa nacida en 1917 y que reside ahora en San Sebastián. Dedicadle catorce minutos este fin de semana.
"Cuando todo eso se hunde, Merkel propone “más Europa”, pero siempre bajo
la rigidez de la austeridad y de la disciplina requerida para hacerla
cumplir. La aportación de los conservadores alemanes a una Europa
empresarial en la que ya quedaba poco del espíritu de la tradición
política francesa (Libertad, Igualdad, Fraternidad), está siendo algo
parecido a un intento de afirmar una Europa bismarckiana cuyo lema
podría ser “Autoridad, Desigualdad, Austeridad”. Así, los problemas que
rodean al despropósito del pacto fiscal alemán se intentan resolver con
otro despropósito aún mayor: más Europa en clave alemana. La pregunta es
quién quiere vivir en la “democracia acorde con el mercado” (Marktkonforme Demokratie) sugerida por Merkel".
(...)
"Hoy la economía alemana asciende a 3,3 billones, un 25% más que Francia,
un tercio más que el Reino Unido y sólo representa entre el 20% y el
25% del PNB de la Unión Europea. Su comercio depende de la UE en un 60%.
Todo eso alcanza, como máximo, para ser el “mayor accionista” de la UE,
papel para el que Alemania necesita a los demás accionistas. Practicar
una política que va en contra de los intereses de sus socios es
completamente inviable. Lo que las sugerencias y veleidades hegemónicas
de Alemania en Europa evocan es miopía: los titubeos y dudas de un país
demasiado potente para ser uno más en Europa, pero demasiado débil para
pretender repetir un nuevo intento de dominio continental".
(...)
"El factor ciudadano, una rebelión civil y sindical coordinada en Europa,
o en algunos de sus países, es lo único que puede alterar la gran
regresión en curso. Como dice Josep Fontana: “lo que tengamos dentro de cinco años será lo que habremos merecido”.
(...)
"La austeridad, no como medio para maximizar beneficios e incrementar la
desigualdad, sino en un paradigma de cambio hacia energías renovables,
con cambio de valores y, por lo menos en los países ricos, un modo de
vida más modesto, no sólo es deseable, sino que es fundamental. Sin la
austeridad, sin un relativo empobrecimiento de los más ricos globales
que disminuya la demanda de recursos naturales y la generación de
residuos, no hay salida de la crisis de civilización. Comprender eso
determina que nuestro recurso al crecimiento sea muy táctico y muy
dirigido al corto plazo, mientras que el objetivo estratégico debe ser
más bien lo contrario: el decrecimiento, o como dice Herman E. Daly, una
“economía de estado estacionario”.
No conozco mucho de él, pero es alguien que aparece citado regularmente por músicos andaluces a los que sigo.
Alguna vez he estado buscando material en Spotify, pero creo que solo hay un disco llamado Al este del Edén (Silvio y Luzbel) publicado en 1980.
Ayer encontré tres vídeos que merecen la pena.
"Se supone, Quintero, que un rockanrolero se mueve mejor que un nazareno.... Se supone... Existe el rock and roll y existe la Iglesia. Existe el Vaticano. Existe el roll. Existimos nosotros, aunque nosotros en realidad lo único que hacemos es verlo (...) Hay que tener roll, rooll, hasta para llevar un paso. Porque es la única manera de que no te pese nada. Porque la palabra roll significa danceo".
Quintero le pregunta cuál es su virgen:
"Mi virgen es Patrocinio. La Virgen del Patrocinio. (...) Yo soy nacionalista. De Triana. (...) ¿Dónde están los empleados?"
Silvio murió en el 2001. Los otros dos vídeos son dos fragmentos de un documental titulado A la Diestra del Cielo (2007) de Francisco Bech (enlace al documental: hora y media). En el segundo aparece un hijo llamado Sam.
Finalizo con una respuesta a una pregunta de Juan y Medio sobre si era un perdedor o un ganador. Silvio le responde que se sentía ganador. "Un perdedor es el que tiene ansia y un ganador el que tiene suerte". Amén.
Conozco muy poco al realizador navarro Oskar Alegria, pero todas las referencias que me llegan sobre él son muy buenas.
Oskar se ha tirado varios años detrás de la casa Emak Bakia de Biarritz donde en 1926 Ray Man grabó su película del mismo nombre. El proceso no ha sido sencillo, entre otras cosas porque no es fácil salvar todos los inconvenientes para grabar un documental sobre un artista tan reconocido.
Pero la cosa es que ya está listo el documental y me da que mucha gente podrá disfrutar viéndolo.
Estos días Oskar ha andado por México y allí Jorge Ayala ha escrito esto sobre el cinedocente vasco. No se acaba ahí el recorrido festivalero de la cinta, la cual estará en el Festival de Cine de San Sebastián el próximo mes de septiembre.
Han dicho de él:
“He aquí una película que le hubiera encantando a Man Ray”.
Víctor Erice, director de cine
“Maravillosa, en todos los sentidos”.
Chris Fujiwara, editor de Undercurrent
“Cine inteligente y honesto: el camino se impone a la meta”.
Corneliu Porumboiu, Caméra d´Or Cannes 2006.
“Una gran película, que escapa a toda categoría fílmica, como un objeto rizomático”.
Jean-Michel Bouhours, experto en cine vanguardista Centre Pompidou.
“Una reflexión emocionante, hecha en cine, sobre el paso del tiempo”.
Eric Pauwels, mention spéciale Cinéma du Réel 2010.