Ixiar Rozas publicó a finales de 2014, Beltzuria, un libro escrito siguiendo el rastro de su abuelo Xamuio, un paisano de Etxalar, fallecido en la década de los 90. Xamuio fue embarcado a la fuerza como soldado para el Rif allá por 1921. Aquel acontecimiento le marcó y le hizo más reservado de lo que era.
Entre las notas del libro, hay una cita de Walter Benjamin: "Con la Primera Guerra Mundial hemos visto iniciarse una evolución que desde entonces ya no se ha detenido. ¿Acaso no se había constatado, en el momento del armisticio, que los hombres volvían del campo de batalla mudos -no más ricos, sino más pobres en experiencia comunicable?"
Joan Mari Torrealdai era el presidente del Consejo de Administración de Euskaldunon Egunkaria y director de la revista Jakin el 20 de febrero de 2003 cuando la Guardia Civil irrumpió en su casa con una orden de Juan del Olmo, juez de la Audiencia Nacional. En febrero de 2008 ya contó algo sobre la tortura padecida (sin citar esta palabra maldita) en una entrevista en Euskadi Irratia que Luistxo Fernández transcribió en parte en su blog sobre Euskaldunon Egunkaria: Relato de Joan Mari Torrealdai. Este sábado ya lo ha hecho citando expresamente la palabra tortura y en un ámbito académico y con proyección internacional: Joan Mari Torrealdairen testigantza. Torturaren markak (es un pdf de 7 páginas en euskera).
Torrealdai ha hecho público que tiene cáncer, algo que él achaca a la terrible experiencia vivida a lo largo de estos años: no solamente su paso por las dependencias de la Guardia Civil y su estancia en prisión, sino el largo proceso judicial hasta conseguir que se archivaran los sumarios del caso Egunkaria.
"Hay una relación entre la enfermedad física y el estrés. Ambas están en una vía de doble sentido. Hay muchos investigadores que están investigando este fenómeno. En el caso de Joan Mari Torrealdai, primero ha sido el estrés post-traumático y luego la enfermedad".
"El cuerpo tiene un sistema para medir la cantidad de corticoide; es la hipófisis la que se encarga de esa labor y, cuando detecta una cantidad excesiva, manda un aviso. Cuando aparece el estrés crónico, se descontrola y hay una disminución de la auto-inmunidad".
"(...) En junio hay un encuentro en Dublín con expertos de todo el mundo sobre la relación entre el estrés, la inflamación y la depresión. Hay mucha literatura que defiende la hipótesis antes mencionada. Hay una sustancia llama IDO, una enzima, que últimamente se ha convertido en un tema de investigación muy preciado; los norteamericanos van a invertir un billón de dólares durante los próximos años en la investigación del IDO."
Torrealdai, por su parte, añade: "En el año 2011 murió Inma Gomila, a los 54 años, quien fue detenida y torturada con nosotros por ser la primera gerente de Egunkaria. Tras pelear durante varios años, no pudo superar el cáncer de ovario. Había tenido su última mestruación ocho años antes, precisamente en el agujero de la celda. No he olvidado jamás cómo la trajeron llorando del interrogatorio. Eso debió de producirle una nécrosis ovular".
San Carlos Borromeo y David Fernández
El 29 de mayo, tras las elecciones locales, varias víctimas de violencia política de distinto signo serán recibidas en la sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados. Según parece, todos los partidos con representación parlamentaria se han puesto de acuerdo.
En esta parroquia del barrio de Entrevías fue donde David Fernández (CUP) citó al periodista Enric Juliana. El resultado público del encuentro se llama precisamente Entrevías.
Interesante, pero breve. Por eso el propio Juliana, recomienda la entrevista que le hizo Fra Josep Manuel Vallejo para una revista de los franciscanos: Entrevista a David Fernández (en catalán, pdf). Esta semana también han hablado bien de otra tercera, pero no he podido leerla: “Jo dimitiria cada dia”
Es un texto breve y bastante clarito. Se titula Gezurti hutsak gara (Somos una cuadrilla de mentirosos). Su autor es Gari Garaialde (Bostok Photo) y es un buen fotoperiodista. La traducción y las negritas son mías.
Somos una cuadrilla de mentirosos
Hace ya algún tiempo que entre quienes compartimos este oficio, o lo que esto sea, se ha extendido el hábito de mentir. No es ninguna novedad, pero creo que se va expandiendo los dos o tres últimos años.
Muchos fotoperiodistas decimos mentiras. No hablo del dichoso Photoshop o de manipular una fotografía; no hablo del ruido provocado por haber montado la escena del último premio World Press Photo y dar por sucedido lo que muestra la imagen. Hablo de mentiras mucho más básicas; de responder a una pregunta con una mentira. Conozco a bastantes colegas que están en la misma situación en la que yo me encuentro, que cuando nos preguntan cuál es tu profesión respondemos que somos fotoperiodistas. Yo también soy uno de ellos. Pero no es así. No es verdad. Si a la hora de hablar de profesión nos referimos a la actividad que nos da el margen suficiente para llevar las lentejas a casa, muchos, demasiados, deberíamos responder que somos electricistas, camareros, ayudantes de circo, montadores de escenarios o mecánicos de coches. Cada vez somos más quienes nos ganamos el sustento y el dinero para nuestros trabajos fotográficos ejerciendo otras profesiones, ocupaciones que nada tienen que ver con nuestros quehaceres más específicos.
Ya sé que no somos los primeros, que hace ya tiempo que Hertzainak cantó aquello de ‘Euskadin rock’n’rollak ez du inoiz dirurik emanen’ (el rock & roll jamás dará pasta en Euskadi) y que estamos demasiado habituados a oír que la gente de la farándula (sobre todo las actrices y los actores) trabajan de camareros en los largos intervalos que van de un contrato a otro; pero nosotros también estamos incluidos en este grupo.
Aunque la crisis de estos últimos años ha afectado a toda la clase trabajadora, el periodismo ha sido uno de los sectores más perjudicados. Y dentro del periodismo, los fotoperiodistas que fuimos "liberados" de las redacciones de los medios hace 10-15 años.
A primera vista, la figura del freelance tiene un cierto glamour, y es verdad que la posibilidad de trabajar para cualquiera puede abrir muchas puertas, pero que también puedes toparte con muchas puertas cerradas. Muchos trabajos actuales que admiramos, muchos trabajos hechos en Donbass, Liberia, Honduras o al lado de casa han sido obra de un grupo de personas que, para que nosotros estemos informados, gastan lo que han ganado a lo largo de todo el año ejerciendo otras profesiones. No son "cuatro colgaos" que van a practicar turismo periodístico, sino profesionales como la copa de un pino que son conscientes de que son periodistas y de que tienen que hacernos llegar lo que está pasando en este jodido mundo. Sin embargo, su trabajo no se valora. No se valora lo suficiente como para pagar el coste que supone desarrollar su oficio.
Afortunadamente, nosotros también nos creemos esta mentira, y aunque nos pasamos medio año apretando tuercas, estamos deseando pasar el otro medio con la cámara al hombro para retratar aquello que nos parece interesante o que nos preocupa. Ya sea en Libia, en la selva amazónica o en la carretera de Valdemoro.
Domingo por la mañana. Llueve en San Sebastián y no tengo nada que hacer, pero sí ganas de salir. Le echo un ojo a la agenda y veo que a las 12:30 del mediodía (hora de vermut o de ir a misa) toca un grupo francés llamado Uniform Motion en la librería Garoa de la calle Zabaleta. El ciclo se llama "Paperezko kontzertuak" (Conciertos de papel) y mezcla música en directo, con libros, vino, cerveza y algo para picar. Un plan fenomenal, vamos.
El grupo se presenta así en su web: "Who said the Brits and French can’t get on? Definitely not Uniform Motion, an illustrated indie-folk outfit founded by British musician, Andy Richards, and French illustrator Renaud Forestié in 2008, and joined by drummer-keyboard player, Olivier Piotte, in 2010. " Es decir, un músico británico y un ilustrador francés fundaron la banda allá por el año 2008. En el 2010 se les juntó un teclista y ahora ya son cuarteto en directo, pero no sé cuál es el nombre del cuarto.
Al loro con la etiqueta que usan: "Indie folk ilustrado". Y la razón es que el ilustrador arriba mentado echa mano de su tablet para hacer dibujos mientras los demás miembros de la banda tocan en directo. Un dibujo por canción.
Tal y como ha sucedido en este primer trimestre, el maestro de ceremonias ha sido el periodista de Radio Euskadi Joseba Martín (La Jungla Sonora).
La gente de Garoa no ha registrado el concierto de hoy. Espero que os valga este vídeo doméstico como pequeño botón de muestra.
Los de Tolosa están de gira, aunque no sé si tienen la web muy actualizada (hacen referencia a un disco presentado en el 2013, The Magic Empire, como próximo lanzamiento en abril).
Si eres de esas personas que piensan que en Internet todo ha de ser gratuito, me da que este apunte no te va a interesar. Ahora bien, si piensas que en Internet también hay que pagar algunas cosas, puede que te interese el texto inferior.
Por lo que a los medios de comunicación se refiere, es cierto que ya hay varias opciones, suscripciones incluidas, para pagar su contenido en la red, pero a veces no tienes dinero suficiente o no quieres suscribirte. No sé si Dropcoin será una buena opción para medios, pero sí para creadores en general, autónomos en particular. ¿Qué es Dropcoin? En una frase: te da la oportunidad de premiar con una moneda el trabajo de los creadores en vez de utilizar un "me gusta". Detrás de ello está un equipo navarro y en este vídeo explican en 90 segundos en qué consiste el proyecto.
Ya hay varias webs que tienen instalado el botón. Una de ellas es Jot Down y es aquí donde he probado cómo funciona Dropcoin y es cierto que es tan fácil como aparece en el vídeo.
En primer lugar, me he dado de alta en Dropcoin. A continuación, he buscado y encontrado material que leí con mucho gusto hace unos meses. En concreto, la entrevista que Ander Izagirre le hizo a Peio Ruiz Cabestany. Al final, justo donde dice que las fotografías son de Juan González Andrés, está el botón de Dropcoin (no sé si aparece en la versión móvil de Jot Down). He hecho click en la opción de un euro (el tope son dos euros) y he rellenado los datos de una tarjeta bancaria. Listo.
Eso sí, me he quedado con una duda: la de saber si llegará algo de mi propina a manos de Ander y Juan. Pero eso ya no le corresponde a Dropcoin, sino a Jot Down. Como ya he señalado al principio, y es así como lo han enfocado los promotores, más que para los medios es para los creadores. Os dejo con un segundo vídeo donde dice cómo colocar el botón Dropcoin en vuestras propuestas online.
Una de las primeras entrevistas que aparece en este blog con la etiqueta traducciones (73 elementos ya) es una que el periodista Enekoitz Esnaola le hizo al por entonces concejal donostiarra del PSE-EE Ramon Etxezarreta. Es de abril de 2002 y no recuerdo muy bien cuándo la subí al blog, porque las Pedradas nacieron en octubre de 2005 (aunque se presentaron en sociedad en enero de 2006). El pasado viernes, 26 de febrero, el diario Berria publicó Ibilian adiskidetzen (no es fácil de poner este juego de palabras en castellano y no consigo algo que me llene. Lo dejaremos en Reconciliación paso a paso) un encuentro en Lizarrusti entre Jesús Eguiguren (presidente del Parlamento Vasco en 1987 y miembro del PSE) y Karlos Ioldi (expreso de ETA y candidato a lehendakari por HB en 1987) donde Enekoitz Esnaola ejerció de notario. Enemigos en su día, mantienen una cordial relación ahora. Comienzan hablando de recuerdos personales para pasar luego a cosas más generales. Creo que el interés va in crescendo. Quiero dedicárselo a la gente de buena fe que ha ido tendiendo puentes a lo largo de todos estos años; un recuerdo especial a Lokarri, organización que hoy deja los trastos.
Una precisión: las negritas son mías.
Reconciliación paso a paso
Jesús Eguiguren (Aizarna, Zestoa, 60 años) y Karlos Ioldi (Ataun, 52 años) viven en San Sebastián y han venido juntos en coche a Lizarrusti. Tras caminar una hora por el monte, han picado algo en el albergue, mientras charlaban. Antes eran "enemigos", tal y como reconocen ambos. Desde hace un año, amigos. El suyo es un ejemplo de la evolución de la política vasca.
El pleno de 1987
Karlos Ioldi: Estando preso en Herrera de la Mancha, andábamos cavando un túnel para escaparnos. Uno de aquellos días vinieron de visita el difunto Jokin Gorostidi e Itziar Aizpurua en nombre de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB): necesitaban un preso guipuzcoano para las listas de cara a las elecciones al Parlamento Vasco del 30 de noviembre de 1986. A uno de los nuestros le dieron mi nombre, le dijeron que yo era la persona adecuada. En mi cabeza estaba la idea de la fuga, pero dije que sí, pensando que iría en la lista sin más. Me pusieron el número seis por Gipuzkoa y salí elegido parlamentario.
Jesús Eguiguren: Aquellas elecciones las ganó el PSE. Logramos diecinueve parlamentarios, diecisiete el PNV. El PNV obtuvo más votos [271.208 los nacionalistas vascos; 252.233 el PSE. HB, tercera fuerza con 13 escaños y 199.900 votos], pero las elecciones las gana quien logra un mayor número de parlamentarios. El cargo de presidente del Parlamento era nuestro y me pusieron a mí. Era la tercera legislatura y yo estaba allí desde el principio. Estaba dispuesto a lo que hiciera falta y dije que sí cuando me lo ofrecieron. Hay mucho protocolo en el cargo y muchas veces estás solo; aquello no es como un gobierno. Cuando eligieron a Ardanza lehendakari del Gobierno Vasco, una de mis tareas consistía en comunicárselo formalmente al rey de España, pero yo desconocía cómo llegar hasta él, y y no sabía cómo tratarle. Estaba como letrado mayor del Parlamento alguien que posteriormente fue secretario de Estado de Seguridad con el PP: Ignacio Astarloa. Fue él quien me explicó las principales funciones. Fui en taxi a Madrid para la audiencia real, no en coche oficial.
Karlos Ioldi: Tras las elecciones, nosotros estábamos en Alcalá-Meco por el juicio. El ya fallecido Esteban Nieto fue quien me comunicó que escuchó en la radio que tenía que ir a recoger el acta de parlamentario. Yo no sabía nada. Un funcionario de prisiones me dijo que mi abogado, Iñigo Iruin, estaba al teléfono. Él me ratificó la noticia y añadió que me trasladarían a la cárcel de Langraitz (Nanclares de Oca), porque debía recoger el acta de parlamentario. Lo hice el 28 de enero de 1987, incidentes incluidos: una de mis hermanas estaba embarazada y un ertzaina le dio un porrazo en el vientre.
Jesús Eguiguren: Fueron días de mucho nerviosismo. La Mesa se formó a comienzos de año [el 8 de enero], luego los parlamentarios recogimos las acreditaciones y más tarde se celebró el pleno de investidura del lehendakari. Inicialmente había cuatro candidatos: Ardanza (PNV), Benegas (PSE), Garaikoetxea (EA) y éste, Ioldi. No había pasado nunca: ni que hubiera cuatro candidatos, ni que HB presentara el suyo. Me tenía que tocar a mí gestionar eso...
Karlos Ioldi: Y a mí ser el candidato de HB, Jesús... Tenía 24 años y estaba preso. Tras retirar el acta, me volvieron a llevar a Langraitz y luego a Herrera de la Mancha. Fue a mediados de febrero [el día 15] cuando recibí la sorpresa: que HB me presentaba como candidato a lehendakari. Por entonces, HB no acudía al Parlamento Vasco, porque no reconocía la legitimidad de la institución autonómica; aquella sería la primera vez que acudiría a un pleno ordinario [la coalición estuvo en un pleno en Gernika en 1981, cuando vino el rey Juan Carlos I], y conmigo, un preso, como candidato.
Jesús Eguiguren: Como yo era el presidente del Parlamento, y tenía que decidir sobre el funcionamiento interno, te venía alguien y te decía que no le dejaras entrar a Ioldi, porque un preso de ETA no podía estar en un parlamento. Todo era así. Y yo estaba solo para tomar una decisión. El día de la investidura había como unos 50 medios de comunicación [ETB y la delegación territorial de TVE lo dieron en directo], y no había sitio para todos. Ese fue un problema más. Otro, las competencias de las fuerzas policiales. Realicé gestiones con autoridades de Madrid para que la Guardia Civil dejara al preso en manos de la Ertzainza y, finalmente, fue ésta quien condujo a Ioldi al Parlamento. Todo eran complicaciones.
Karlos Ioldi: De Herrera a Langraitz me llevó la Guardia Civil, la víspera de la investidura. Por el camino, cambiaba de escolta en cada territorio. En Langraitz me esperaban los de HB: Iñigo Iruin, Txomin Ziluaga e Iñaki Ruiz de Pinedo. Me dieron el discurso preparado por la Mesa Nacional y me explicaron las principales claves. Me temblaba todo. Porque por aquel entonces, debido a las protestas, nos pasábamos todo el día en la celda, aislados, y no paraba de escuchar mi nombre en cada boletín radiofónico. Se marcharon Ziluaga y los demás y al volver a la celda, pasé toda la noche preparando mi intervención, sin pegar ojo. Había claves políticas, habituales entonces, y no tenía problemas para explicarlas, pero también había temas específicos: economía, fiscalidad, bancos, educación...
Jesús Eguiguren: Yo también tenía preocupaciones que para mí no eran nada habituales, Karlos. Empeñados en complicar las cosas, había algunos que decían que la policía debería estar en la cámara. Ordené que no hubiera policías dentro. ¿Qué iba a salir éste, acompañado de los ertzainas? No, no. Los ertzainas le dejaron a la entrada del Parlamento y dentro pudo moverse como cualquier otro parlamentario.
Karlos Ioldi: Pero cuando, tras mi discurso, me dirigí al restaurante del Parlamento, tuve a dos policías de paisano cerca. Llevaban peluca.
Jesús Eguiguren: Por si fuera poco el jaleo, fuera había tres manifestaciones aquel día [una de estudiantes, otra de la izquierda abertzale y la última de los trabajadores de la fábrica de Magefesa]. Previamente hubo una discusión judicial para decidir si se le dejaba a Ioldi acudir al Parlamento [en un principio la Audiencia Nacional denegó el permiso, pero los abogados defensores interpusieron un recurso y la Audiencia Nacional dejó la decisión en manos de la Audiencia Provincial de Pamplona, porque no se había constituido aún el TSJPV. La Audiencia Provincial le dio a Ioldi el permiso para acudir al Parlamento Vasco para garantizar "los derechos políticos de sus votantes". Debido a esta cuestión, la sesión de investidura se retrasó del 20 al 26 de febrero].
Karlos Ioldi: ¿Te acuerdas, Jesús? Fui con una camisa. Y con unos pantalones de chandal y zapatillas deportivas. Antes de mi intervención, pasadas ya las nueve de la mañana, tuve oportunidad de estar un rato con la familia, y mi madre me dijo que, por favor, me quitara aquellas zapatillas y que me pusiera unos zapatos. Yo no quería, pero al final lo hice. También me puse un jersey, que me dio allí mismo Tasio Erkizia. Yo siempre pensé que aquel jersey era del mismo Tasio, pero una vez, leyendo en la cárcel el libro Ertzantza. ¿Héroes o villanos? del profesor Txema Ramírez de la Piscina, leí que aquel jersey era de Kinito.
Jesús Eguiguren: Porque en aquella época Kinito trabajaba en el Parlamento [Joseba Urkijo Kinito, exmiembro de la Mesa Nacional de HB y confidente de la Policía española].
Karlos Ioldi: Finalmente nos presentamos dos candidatos: Ardanza y yo. Las intervenciones las hicimos por la mañana, yo el primero, y luego pudimos comer en el mismo parlamento. Fui a comer con la familia. Vi que en el menú había chipirones, algo que me gustaba mucho, y aproveché la oportunidad. Por la tarde, en el turno de los portavoces, fue Ruiz de Pinedo quien tomó la palabra en nombre de HB, y cuando él terminó nos fuimos. [En la votación, Ardanza fue elegido lehendakari con el apoyo de PNV, PSE y CDS; 38 votos, la mayoría absoluta por un voto. EA, EE y AP se abstuvieron. HB no tomó parte en la votación]. Todos a casa y yo nuevamente a Langraitz. [No volvió al Parlamento. Tras ser juzgado y condenado, le retiraron el acta parlamentaria en 1988. Le relevó Jose Luis Elkoro].
Jesús Eguiguren: Nuestro candidato era Benegas. Tratamos de llegar a acuerdos con EA y EE, pero fue imposible. Garaikoetxea tenía el apoyo de EA y de EE. El PSE siempre ha tenido la responsabilidad de llegar a acuerdos y, echando mano de las vías tradicionales, decidimos pactar con el PNV. Nunca he pensado que aquello fuera un error.
Karlos Ioldi: El más duro conmigo fue Garaikoetxea. En mi intervención, metí la pata, algo que Xabier Amuriza cita con frecuencia. En vez de "eserleku ziztrin hauek" (estos escaños insignificantes) dije "zikin hauek" (sucios). Hay diferencia, claro, y Garaikoetxea me criticó; había sido lehendakari y no pareció gustarle.
Jesús Eguiguren: ¡Y en vez de "candidato a lehendakari" dijiste "presunto lehendakari"!
Karlos Ioldi: ¡Es verdad, Jesús! ¿Y sabes quién recuerda eso? Galindo en su libro. Cuenta que cuando me detuvieron él estaba presente, dirigiendo la operación en Ataun, y cita que en la investidura dije aquello de "presunto lehendakari". Y que a partir de entonces me llamaban "presunto lehendakari". Por lo demás, me defendí bastante bien con el discurso. En euskera y en castellano; mejor en euskera. Tenía una hora y media de margen y al final me sobraron unos minutos.
Jesús Eguiguren: No es normal hacer lo que tú hiciste. A los 24 años, salir de prisión, recibir el texto un día antes, aquella expectación y aquel jaleo... El Parlamento te impresiona siempre y lo llevaste bien. Bebiste mucha agua; para quien habla, el vaso de agua es un buen asidero.
Karlos Ioldi: Fueron los abogados quienes me recomendaron que bebiera mucha agua. Como tranquilizante.
Jesús Eguiguren: El discurso de HB fue duro, de aquella época. Nada sorprendente.
Karlos Ioldi: Porque estábamos en la época de la Alternativa KAS. En nombre de HB, pedí el diálogo entre ETA y el Ejército español, porque el Ejército es la garantía del Estado, tal y como aparece en la Constitución. Ese era nuestro discurso entonces. Eran los tiempos del Plan ZEN, del pacto PNV-PSE a partir de 1987 [duró 11 años], de las primeras medidas de dispersión de los presos allá por 1987, del GAL entre 1983-1987...
Jesús Eguiguren: Los atentados de Hipercor y Zaragoza fueron también en 1987. Estuve en la manifestación contra el de Hipercor en Barcelona, como presidente del Parlamento Vasco; era junio. Además, recuerdo que al día siguiente de aquella sonada sesión de investidura me vino el responsable de seguridad del Parlamento diciendo que traía malas noticias; que había muerto Txomin Iturbe. A mí al menos no me encendió ninguna alarma la muerte de Txomin y, además, puede que pensara que no me importaba nada. A nosotros nos preocupaban los asesinatos de ETA, no nos importaba qué les sucedía a los miembros de ETA. Eran tiempos duros aquellos; éramos enemigos.
Karlos Ioldi: En mi discurso de la sesión de investidura también hablé de la autodeterminación. Estos del PSOE salieron a la calle en 1978 en defensa del derecho a la autodeterminación el día del Aberri Eguna. Uno de los que estaba con la pancarta era Benegas.
Jesús Eguiguren: Él dice que no sabía qué decía la pancarta.
Karlos Ioldi: Fue el propio Benegas el único parlamentario que no escuchó mi intervención. Pasaron años hasta que me di cuenta de la repercusión que tuvo aquel discurso en el pleno de investidura: voy a un sitio, digo mi nombre y la gente mayor me reconoce. Comienzan a contar cosas de entonces.
El sufrimiento
Karlos Ioldi: Cuando estuve en aquel pleno, llevaba ya dos años preso. Me detuvieron el 21 de junio de 1985 [por pertenencia a ETA] Galindo y compañía. Galindo estuvo en casa vestido de paisano. Entonces pensé que sería el gobernador civil o alguien así. Luego supe quién era. Cuando llamaron a Galindo del juzgado por la muerte de Mikel Zabalza, lo vi en una fotografía en la prensa, saliendo del coche. Lo reconocí con la imagen de casa en el recuerdo. Andaban con él Dorado Villalobos y todos los demás; el mismo grupo de Lasa y Zabala. Nos detuvieron a 29 personas, y a mí en un principio me llevaron a una campa de Lazkaomendi y me pusieron la pistola en la cabeza. Había estado la víspera en Lazkaomendi, cenando en una sociedad. Me tuvieron diez días incomunicado. La bañera, la bolsa... Rompí la bolsa con los dientes. Luego, a la cárcel; Carabanchel, Alcalá, Herrera, un paso breve por Langraitz, Badajoz, Murcia, Soria y El Dueso.
Jesús Eguiguren: Recorriste toda España...
Karlos Ioldi: Siendo Aznar presidente de gobierno, nos llevaron a unos cuantos a El Dueso [Cantabria] durante el proceso de Lizarra-Garazi. Fue un pequeño movimiento dentro de la política penitenciaria general. Estos del PSOE comenzaron con la dispersión en 1986, aunque lo hicieron de manera puntual. A mí me llevaron en 1988 de Herrera a Badajoz. Oficial y públicamente comenzaron en 1989: Múgica Herzog y compañía. No han acabado aún.
Jesús Eguiguren: En aquella época pensamos que era necesario. Pero nosotros también hemos sufrido. Yo anduve 30 años con escolta. Te acostumbras a todo. Porque también nosotros hemos vivido en una pequeña cárcel, bastante apartados de la sociedad. Para reunirme con Otegi en Txillarre, debía escaparme.
Karlos Ioldi: La dispersión fue una metedura de pata tremenda, Jesús, incluso políticamente hablando. Éramos unos 240 presos en Herrera, y si todos hubiéramos seguido juntos un poco más, el grupo se habría partido, porque teníamos mal ambiente.
Jesús Eguiguren: Lo importante entonces era el Pacto de Ajuria Enea [se firmó en 1988]. La política antiterrorista se acordaba con el PNV; por ejemplo, la dispersión la iniciamos con su apoyo. Pensábamos que la dispersión era buena, porque creíamos que sin las consignas de ETA, muchos presos optarían por la reinserción.
Karlos Ioldi: Pero no tuvisteis en cuenta los viajes de los familiares y seres queridos.
Jesús Eguiguren: No, nosotros estábamos en el otro lado. Nosotros teníamos que acudir a los funerales y vosotros no os preocupabáis de eso.
Karlos Ioldi: Así es, sí. Analizándolo ahora, fue muy duro. Éramos enemigos. Vosotros habéis superado esa situación, pero nosotros no. Vosotros, afortunadamente, ya no estáis en aquella situación, Jesús. Mientras que los familiares de los presos siguen igual.
Jesús Eguiguren: La dispersión perdió sentido hace ya muchos años. Cuando se vio que no daba resultados, aquella política fracasó. ETA ya no tiene actividad, pero la dispersión forma parte de la política contra ETA en España, y nadie se atreve a variarla. Si el PSOE vence en las próximas elecciones, habrá un cambio, quizás no formal y reconocido, pero sí que habrá algo. Desconozco si el desarme de ETA será importante para ello. Yo pienso que la cuestión de las armas daña principalmente a Bildu, porque la gente se lo pone como una condición, aunque esa misma gente la utiliza también como excusa. Es así. En Madrid no han sabido qué pasaba aquí. Para ellos el terrorismo ha sido una herramienta para la polémica política. Desde aquí veíamos las cosas de otra manera. Los muertos eran conocidos y amigos. La mayoría de las víctimas mortales del PSE lo fueron en Gipuzkoa, y yo fuí durante doce años [1988-2000] secretario general del PSE de Gipuzkoa [y presidente del PSE entre los años 2002 y 2014]. Siendo presidente del Parlamento también acudí a muchos funerales. Con el tiempo te vas endureciendo. Cuando los Comandos Autónomos Anticapitalistas mataron a Enrique Casas [en 1984], lloré; luego nunca más. Además, tenías mucha faena: si el fallecido era del partido, debías avisar a la familia, preparar los funerales... Tenías dos opciones: marcharte o seguir aquí. La mayoría nos quedamos.
Karlos Ioldi: Aquí se ha sufrido mucho. En mi paso por la cárcel, lo que más duro se me hizo fue la muerte de dos compañeros presos; en 1986, murió Joseba Asensio Kirruli, y en 1988, Juan Carlos Alberdi Martiarena. Estaba en Herrera con ellos. Recuerdo también cuando me detuvieron y me encerraron en Carabanchel, porque sabía que la cosa iba para largo. Sin embargo, estando en la cárcel de Murcia, el médico de la prisión me diagnosticó una adenitis mesentérica, pero yo creía que tenía cáncer. Mi pareja estaba embarazada y creía que no llegaría a conocer a mi hijo. Luego un médico del hospital de Murcia me dijo que no tenía cáncer, que era una hernia discal grande. ¡Qué alegría! Me operaron con anestesia total; en el quirófano había un policía. Atado a la cama, conocí a mi hijo recién nacido, que ahora tiene 18 años.
La reconciliación
Karlos Ioldi: Nos reencontramos hace año y medio aproximadamente, 27 años después.
Jesús Eguiguren: Me verías en los medios, pero yo había perdido tu rastro. No sabía cuándo habías salido de la prisión [le impusieron una pena de 25 años; salió de la cárcel en diciembre del 2000].
Karlos Ioldi: Un día fui a por setas a Lizarrusti y volví a Donostia —vivo allí—; le vi a Jesús sentado en un banco de la Avenida de la Libertad. Me acerqué a él y le pregunté si se acordaba de mí. ¿Y, Jesús?
Jesús Eguiguren: Te pregunté si eras policía. Porque a lo largo de todos estos años he tenido tantos ertzainas y policías a mi lado que cuando un desconocido se me acerca y me hace caso pienso que será alguno de ellos. Contigo tuve la misma reacción. No nos habíamos vuelto a ver desde aquella sesión de investidura de 1987.
Karlos Ioldi: Le dije que acababa de estar en un lugar mágico y Jesús me respondió que el libro que estaba escribiendo por entonces [todavía no lo ha publicado] tenía un título relacionado con la magia, y que a ver si le llevaba a visitar aquel paraje. Dos semanas después vinimos a Lizarrusti en mi coche. Nos acercamos al embalse de Lareo y comimos juntos en este albergue.
Jesús Eguiguren: Dimos un paseo bastante largo, sí. Estuve tres o cuatro días hecho un cristo. Aquel encuentro sería imposible hace cuatro o cinco años.
Karlos Ioldi: La situación ha cambiado mucho. Ya que hablamos de aquella sesión de 1987, si entonces nos hubieran dicho cómo estaríamos ahora en la izquierda abertzale, con esta estrategia, no nos lo habríamos creído. Pero hemos dado estos pasos teniendo en cuenta la evolución de la sociedad.
Jesús Eguiguren: Tras aquel encuentro, nos hemos vuelto a ver en la calle, pero esta es la segunda vez que volvemos aquí (Lizarrusti). Hoy estamos hablando de política, pero la primera vez no hablamos de política. Parece mentira, pero así fue.
El futuro
Karlos Ioldi: Tras pasar lo que hemos pasado, soy más optimista de cara al futuro. Jesús y estos, afortunadamente, ya no están en la situación de antaño. Es la situación de los presos la que está aún sin resolver. Para que el futuro sea mejor, hay que solucionarlo. Los temas políticos tendrán su praxis y su recorrido y, por ahora, lo más importante es la situación de los presos y de sus familiares, porque son personas. Además, para la izquierda abertzale la situación no es nada estable, porque aún están ahí los juicios políticos.
Jesús Eguiguren: El PSOE está pasando un periodo crítico, pero sólo en cuanto a las elecciones, no por lo demás. Nuestra situación es mucho mejor. No creo que vaya a cambiar todo el sistema, ni que vaya a ganar un partido nuevo y todo eso. La situación volverá a estabilizarse. Tampoco creo que en el País Vasco haya mucho cambio en cuanto a las relaciones de fuerzas.
Karlos Ioldi: Nuestro proceso es unilateral y hay que dar pasos por esa vía. Pero no entiendo qué está pasando ahora. En cuanto al Estado, hace unos meses veía la cosa muy negra, pero ahora estoy más esperanzado, porque puede darse el cambio. Si continúan los de ahora, costará cambiar las cosas, porque seguir así le da votos al PP. Pero si hay otras fuerzas en el poder....; para cambiar, aunque sea, la situación de los presos.
Jesús Eguiguren: Sí, en cuanto al conflicto vasco hay unos problemas determinados. Están las víctimas, pero no tienen solución, porque las víctimas siempre serán víctimas. En cuanto a la cuestión de los presos, creo que en un Estado normal ya estaría solucionado, pero aquí al Estado, al sistema o al gobierno le conviene dejar las cosas como estaban. No tengo fama de ser muy optimista, pero creo, contra la opinión mayoritaria, que de las próximas elecciones saldrá un presidente socialista, con el apoyo de Podemos o sin él. El nuevo presidente —pongamos que sea Pedro Sánchez—, para acceder al cargo, necesitará el apoyo de uno o varios y, sin ninguna duda, le pedirán que atienda a esta cuestión. Por tanto, puede haber un cambio.
Karlos Ioldi: A ver si es así. Por lo demás, en las cuestiones políticas los vascos no debemos estar mirando al Estado. Los pasos han de darse aquí. Estén en el gobierno el PSOE o el PP, ellos defenderán siempre la Constitución. La clave está aquí.
Jesús Eguiguren: El PSOE está diciendo que hace falta una reforma constitucional, pero a mí, al menos, no me gusta una hipótetica reforma. Si cambia la Constitución, Euskadi quedará peor que antes. Con los derechos históricos, Euskadi tiene toda la capacidad para llegar a pactos con el Estado sin cambiar la Constitución. Pero primero hay que llegar a acuerdos dentro de Euskadi. No creo en la independencia, porque es un planteamiento unilateral, y aquí hay gente de todo tipo. Esta sociedad avanzará por medio del consenso, consiguiendo acuerdos aquí que luego repercutan en pactos con el Estado.
Esta tarde de domingo he rematado la traducción de una entrevista a una periodista que forma parte de esa nueva generación de profesionales que andan repartidos por el lado más “caliente” y oscuro del mundo. Ane Irazabal fue entrevistada por Sustrai Colina hace unas semanas en la revista Argia. Ane Irazabal es de Arrasate (Mondragón), tiene 30 años y se mueve por Oriente Próximo trabajando como freelance para EITB, Telecinco y Telesur, principalmente.
"Estamos para contar lo que sucede, no para ser protagonistas"
Sustrai Colina:¿Por qué Oriente Próximo?
Ane Irazabal: Desde siempre me han interesado los conflictos entre Israel y los palestinos, el islam, el islamismo, los movimientos políticos y religiosos de Oriente Próximo... Las minorías de todo tipo enriquecen tremendamente la región. Al acabar la carrera, comencé a trabajar con una agencia de noticias palestina, y tras vivir allí, me di cuenta de que ese conflicto no se podía analizar de modo aislado, que necesitaba un punto de vista más completo. Así fue como comencé a moverme como freelance por otros países. Quien se queda a la espera no tiene nada que hacer. Nadie te va a dar un sueldo mensual ni te va a ofrecer una corresponsalía con un cámara y un traductor. Es más, la figura del corresponsal está en vías de extinción.
Sustrai Colina: ¿Qué es noticia: Oriente Próximo o los conflictos de Oriente Próximo?
Ane Irazabal: Los conflictos venden más que la paz o un periodo de calma. No dice en balde Xavier Aldekoa que está muy extendida la figura del corresponsal de guerra, pero que no hay periodistas de la paz. En las noticias también hay un mercado y todos sabemos qué vende y qué no vende. Sé que si escribo a algunos medios con propuestas para escribir desde determinados sitios no me van a responder, pero que estarán encima nada más saber que voy a cubrir una guerra o la última hora de algún conflicto. Por eso resulta tan complicado renunciar a los Breaking News. No puedes morder la mano que te da de comer. La clave consiste en mantener un equilibrio. Si llevo trabajando mucho en los llamados Breaking News, siempre tomo tiempo para irme a escribir reportajes a otros sitios, aunque sepa que voy a perder dinero. Nosotros enseñamos muchos cócteles molotov, piedras, bombas, misiles... ¿pero cuál es la realidad de esos pueblos cuando pasa la tormenta? Aunque para mí sea más interesante y enriquecedor, no hay interés en contar eso. Nos aleja de la realidad, pero como la crisis marca la diferencia entre lo necesario y lo importante...
Sustrai Colina: Los periodistas se han convertido en marionetas del sistema?
Ane Irazabal: Resulta complicado pensar otra cosa cuando, de repente, llegamos 200 periodistas a un mismo sitio. Es normal querer contar al día siguiente el bombardeo nocturno, pero a veces parece que nos llevan allí. Tenemos mucha influencia mutua. Todos estamos al tanto de hacia dónde se mueven la BBC, Al Jazeera y determinados periodistas. El ritmo lo marcan las agendas políticas de los grandes medios. ¿Quién decidió que la noticia del pasado mes de julio fuera Gaza y no Siria? Murieron más civiles en Siria que en Gaza. Es cierto que los periodistas entramos más fácilmente en Gaza que en Siria, pero ahí hay un interés.
Sustrai Colina: Dejando a un lado los intereses, ¿cuál es la función de una periodista como tú?
Ane Irazabal: Antes creía más en la función pedagógica. Ahora ya no sé si nos corresponde hacer pedagogía. Nosotras estamos para denunciar lo que pasa, lo que vemos. Los nuestros son los ojos de quienes no están allí. Me gustaría que mi madre o mi cuadrilla de Arrasate entendieran con mis crónicas lo que está pasando, que se indignaran tal y como me indigno yo. Estamos para despertar conciencias. Por eso tengo miedo de que la gente no entienda lo que le estoy contando. Ante la necesidad de contar la última hora, muchas veces no tenemos espacio para contextualizar todo. Así las cosas, en un vídeo prefiero reflejar la realidad a través de la experiencia de una persona. La gente se queda con eso y no con el número de personas muertas a última hora.
Sustrai Colina: Blanco y negro: ¿andamos igual con la empatía y la falta de empatía?
Ane Irazabal: Para el periodista, la empatía es imprescindible. En Gaza, ya en casa, he llorado mucho. De todas maneras, los periodistas internacionales, los de Occidente en general, también cuando empatizamos con la injusticia nos creemos que a nosotros no nos puede suceder algo parecido.“¡Ay, qué pobres, es inaceptable, pero a nosotros no nos va a pasar!”. Las masacres y la violencia nos parecen cuestiones lejanas, que somos de una tierra en la que estamos a salvo para siempre. Pero los refugiados sirios que nos encontramos el año pasado en Lampedusa nos reconocían todos lo mismo: “creíamos que lo que sucedía en Palestina no nos podía suceder a nosotros, que estábamos a salvo en Damasco, que nosotros vivíamos bien”. Con cuatro hijos, sin nada, acababan de llegar en una patera. Por eso digo que la verdadera empatía se logra metiéndose en la piel del prójimo, y que para ello tienes que creer que a ti también te puede pasar. Cuando lo logras, se te pone la piel de gallina..
Sustrai Colina: En los conflictos siempre aparece el negro y el blanco. ¿Dónde están los grises?
Ane Irazabal: Muchas veces no vamos en busca de historias, sino en busca de que nos dirán esto o lo otro. Lo más fácil es contar la historia que llevas previamente. Sin embargo, el periodismo en el que yo creo consiste en abrir los ojos y la mente e informar de lo que la gente te quiere contar. Cuando caemos en las simplificaciones de nuestros prejuicios nos convertimos en un peligro. Si lo que queremos son historias simples que comprenda la gente, ¿qué es lo más fácil? Mostrar dos bandos. Pero las realidades locales son mucho más complejas, porque en Palestina no todo el mundo es de Hamás o Fatah. Al mismo tiempo, ¿qué sucede con Mahmoud Abbas? En el mundo tiene el brillo de un líder especial, pero en Palestina nadie se cree su discurso. Lo mismo sucede con los acuerdos entre Hamás y Fatah. Nosotros, desde Occidente, decimos que hay "alegría en las calles de Gaza", pero comienzas a hablar con las personas y nadie se lo cree. La realidad está muy lejos de las imágenes y de las noticias que llegan de las agencias.
Sustrai Colina: ¿Por qué nos empecinamos en ver Oriente con las gafas de Occidente?
Ane Irazabal: Para entender qué es Oriente Próximo, tienes que vivir con ellos, conocer su día a día, aprender sus códigos sociales y culturales, y sobre todo, dejar a un lado los prejuicios y estar dispuesta a aprender empezando desde cero. Pero es muy difícil dejar a un lado nuestros filtros. A mí me ha ayudado mucho trabajar con periodistas locales. Viven lo que está sucediendo, tienen un conocimiento riguroso de la situación y de la gente, saben qué hacer y cómo actuar en cada momento... Por ejemplo, para un periodista es imprescindible saber cómo dirigirse a una persona. Al poco tiempo de llegar allí, me tocó entrevistar a un hombre muy islamista y, cuando le di la mano, se echó para atrás y me negó el saludo. Afortunadamente no se lo tomó mal, pero fue un fallo mío: debería saber que a una persona como ella no le debía dar la mano. En este sentido, me cuesta más acercarme a los hombres. Con las mujeres todo es más fácil. Las mujeres de Oriente Próximo me parecen muy fuertes, son el paradigma de la dignidad. Son ellas las que llevan la familia. El papel que tienen en la sociedad es más activo del que creemos. Me parecen más feministas que muchas mujeres que aquí tenemos como feministas. Salir de casa, coger el metro, hacer las compras, ir al trabajo... es una lucha diaria que llevan con gran dignidad.
Sustrai Colina: En las luchas diarias, ¿qué son los periodistas: un obstáculo o un arma que hay que usar?
Ane Irazabal: Para unos, un obstáculo; para otros, un arma de la que servirse. En Palestina, y en general en la mayoría de los países de Oriente Próximo, la gente te abre las puertas de sus casas y te cuenta su realidad sin pelos en la lengua. Los palestinos saben que han de utilizar a los periodistas extranjeros para hacer frente a la agenda y al discurso israelíes que están muy enraizados. Muchas veces los encontramos resignados, en la creencia de que contarlo no vale para nada, pero no podemos empezar a vender humo. Nosotras no podemos cambiar nada, no venimos a ayudar a nadie, sino a contar la realidad. Por otro lado, en determinados sitios, el trabajo de los periodistas está muy controlado. La última vez que estuve en Gaza nos controlaban tanto Israel como Hamás. De todas maneras, en Oriente Próximo, las trabas burocráticas son superiores a las políticas. Por ejemplo, en Egipto, tras el golpe de estado la situación ha empeorado mucho para los periodistas. No puedes sacar una cámara a la calle, si ven que tomas apuntes en un cuaderno, te paran, la burocracia para conseguir un carné de prensa puede demorarse seis meses, y si te pillan sin este carné puedes tener problemas. Las cosas cambian mucho según los países y el momento, y conviene saber cuáles son las reglas de juego en cada momento.
Sustrai Colina: Ya que hablamos de Egipto, ¿qué es lo que ha quedado de la primavera árabe?
Ane Irazabal: Nada. Es más, no deberíamos denominarla primavera árabe. Estamos metidos en el crudo invierno, con los regímenes militares y la explosión de guerras civiles. Quizá Túnez sea la islita que se salva, pero allí también están de vuelta los viejos zorros de Ben Ali. Hemos sido muy naif. Fue un gran error pensar que se trataba de una revolución que estaba únicamente en manos del pueblo. Creímos que no había ningún otro interés, que el poder ciudadano lograría echar abajo todo el sistema. Y mira ahora... Sucede algo parecido con respecto al papel que las redes sociales jugaron en la revolución. Es cierto que fueron una herramienta importante, pero los activistas que las manejaban habían estado fuera, sabían inglés, estaban occidentalizados. No representaban a toda la sociedad. En Egipto no todo el mundo tiene acceso a internet.
Sustrai Colina: ¿Tiene arreglo el conflicto ente Israel y Palestina?
Ane Irazabal: Soy muy escéptica. El periodista Eugenio García Gascón dice que es un conflicto que se resolvería en dos minutos aislando totalmente a Israel. ¿Pero hay voluntad para ello? En la actualidad, cuando los israelíes se sientan en la mesa saben que no tienen nada que perder, que no se hablará del meollo de la cuestión y, por tanto, no les importa nada. Estoy convencida de que la situación va empeorando año a año. ¿Que cuál es el final de todo esto? A tenor de lo que se oye por ahí, Gaza puede quedar en manos de Egipto, la conquista de Cisjordania no se detendría, dejarían a los palestinos de Cisjordania en zonas A, y todo lo demás quedaría en manos de Israel. Así, la presión demográfica obligaría a los palestinos a moverse hacia Jordania y otros países. Esta es la última intención de Israel y el tiempo corre a su favor, no tiene ninguna prisa.
Sustrai Colina: Hablando de guerras, ¿persistirán los mitos de los corresponsales de guerra?
Ane Irazabal: Desde que trabajo en ello, he desmitificado el trabajo de los corresponsales de guerra. Es cierto que si vas a una guerra, has de andarte con ojo. pero no me parece de recibo el tratamiento heroico que se les ha dado a algunos de estos periodistas. Aquí nadie es un suicida, cada uno toma sus medidas. Nosotras también debemos desmitificar nuestras figuras y decir que vamos a cumplir con nuestro trabajo. Estamos para contar lo que sucede, no para ser protagonistas. Si tienes una buena red de contactos, todo es más fácil. Por eso es importante salir del remolino de las guerras y volver a los sitios. No tienes por qué ir a un sitio donde hay fuego cuando lo hay. Puede ser una inversión visitar a quien está fuera del foco de la actualidad. Hay que trabajar la red de contactos, estar con la gente, tomar el pulso a la situación con tus propios ojos... No sabes nunca cuándo y cómo volverás, y si no tienes una imagen actualizada de la realidad, todos tus análisis pueden ser equivocados. Eso, por ejemplo, está lejos del mito, pero en nuestro trabajo es absolutamente básico.
Sustrai Colina: ¿Es un mito que una periodista freelance que cubre la actualidad internacional puede organizar su agenda?
Ane Irazabal: Yo no tengo agenda. Como mucho, puedo hacer planes de aquí a quince días. Trato de sacar un par de reportajes a la semana, y si tengo que cubrir una noticia importante de última hora, me gusta partir con unos mínimos organizados. Eso me da mucha libertad, porque creo que es un privilegio vivir de mi trabajo, pudiendo decidir adónde voy, pero, por otro lado, hay vínculos que también están ahí. Es muy bonito poder ir para una semana a un lugar que te gusta, o pillarte dos semanas para hacer un curso intensivo de aprendizaje de la lengua árabe, pero nuestro trabajo es tan inestable por rachas que resulta difícil mantener el equilibrio emocional en todo momento. De todas maneras, me gustaría continuar así durante unos cuantos años más, porque sé que luego no volveré a vivir así. Sé que como persona, como mujer y como periodista mis prioridades se irán alejando. Sé que no quiero andar así toda la vida, pero, por ahora, estoy contenta.
"Nosotros estamos recogiendo testimonios de todo tipo, incluso algunos de delincuencia común. También hay militantes de EMK (Euskal Mugimendu Komunista) o de LCR (Liga Comunista Revolucionaria) o sindicalistas. No todo tiene que ver con ETA o la izquierda abertzale, aunque es verdad que la mayoría son de ese sector. Y eso es lo que vamos a valorar. Entre ellos hay de todo: médicos, empleados de banca, abogados, sacerdotes, profesores… Yo he visto a gente torturada en las que se produjo demostración judicial con sentencia firme."
(...)
"Toda esa gente estaba delante de nosotros. La cuestión reside en a quién denuncias. La persona que he entrevistado esta tarde para relatarme su vivencia de torturas en una dependencia policial se lo dijo al juez, que miró para otro lado. Le dijo: “Estuviste solo tres días, qué te van a hacer en tres días”. Llegó a decir que su denuncia formaba parte de una estrategia y que, por tanto, no iba a hacer nada. Este tipo de actuaciones quizá tienen algo que ver con esas sentencias que vienen de Estrasburgo que dicen que lo sorprendente del país en el que vivimos es que incluso cuando alguien hace la reclamación el juez no lo investiga."
(...)
Preguntado por Humberto Unzueta sobre cuándo acabarán las torturas:
"Cuando realmente el que las produce sepa que puede arriesgar mucho más de lo que arriesga, que no va a tener encubrimiento tan fácil de sus propias autoridades. Cuando se pueda reprochar lo ocurrido en el calabozo a los propios jueces, en tanto que es el juez el que tiene las riendas de esa situación. A un individuo que llega a la comisaría no le pueden robar la cartera. Si le roban, el juez tiene que preocuparse mucho. Hay jueces que lo han hecho. Los casos que hemos tenido aquí con sentencia firme no era por los forenses, sino porque los jueces estuvieron por la labor de ponerle detalle a los casos y así se descubrieron."
Que vea la luz el informe y que sea un paso más en eso que llaman normalización política de este nuestro país.
La pasada semana, del 10 al 15 de febrero, se ha celebrado en Pamplona la novena edición del Festival Punto de Vista. No lo conocía, pero ya no puedo decir lo mismo, porque el sábado nos fuimos a pasar el día por la capital del Viejo Reino.
Pillamos el coche cuatro personas en Donostia (y luego pudimos comprobar que había una buena representación guipuzcoana por allí). El tiempo no animaba a salir de casa, pero por lo menos pudimos disfrutar de las vistas nevadas al paso por la autovía.
La primera cita era a las 14:00 horas en el espacio Katakrak. Dicen que eramos unas 150 las personas que comimos en la parte superior del centro. Buena compañía, no sólo del mundo del cine, y buen menú. No se puede pedir más.
Dentro del ciclo Chez Les Basques vimos dos proyecciones (la segunda doble): a eso de la 17:00 de la tarde, la película Euskadi: le Pays Basque et son folklore / Euskadi été 1982 del realizador georgiano Otar Iosseliani. Aparte de la vida ordinaria de los campesinos de Pagola, el filme se centra en la fiesta del Corpus Christi de Heleta y la pastoral "Pette Basaburu" de las y los vecinos de Pagola. Coincidimos en la comida con el ya octogenario director venido la víspera desde París. No había vuelto a los escenarios del rodaje, pero el viernes pudo comer con una pareja que le recibió con los brazos abiertos. 32 años después.
A las 20:00 horas, nos acercamos a ver dos reportajes que Orson Welles grabó en 1958 para la BBC: Around the World with Orson Welles (Pays Basque I + Pays Basque II). Utilizó para ello la excusa de visitar a la familia del escritor estadounidense Charles Wertenbaker. Este no aparece (había fallecido en 1955), pero sí que lo hacen la viuda (la también escritora Lael Tucker Wertenbaker) y su hijo Chris Wertenbaker (un mozalbete de 7 años, que ahora ha superado ya los 60). Acompañado de otro jovenzuelo de aquel entonces, (Beñat Toyos) Chris estuvo el martes en la inauguración (con la presencia de Bernardo Atxaga). En la sesión del sábado a la tarde, estuvo el hijo de un pastor entrevistado por Welles. El hombre, ya fallecido, era el único anglohablante de la localidad, exceptuando a los estadounidenses, y la razón era bastante corriente en la época: ejerció de pastor (de ovejas) en los EE.UU durante una larga temporada hasta que decidió volver al pueblo para casarse.
Ya sabemos que la crisis (económica, pero no solo) es una compañera de viaje bastante habitual de la cultura (con c minúscula y con C mayúscula). Pero parece que el equipo que dirige Oskar Alegria tiene la intención de recuperar las ediciones anuales (durante un tiempo ha sido bienal). Además, han dado el salto a Baluarte lo cual no es moco de pavo (el edificio más feo del mundo según Iosseliani). A ver qué valoración hacen de esta edición y en todo caso, que tengan suerte en ediciones venideras.
El pasado jueves, 5 de febrero, el politólogo catalán Antoni Gutiérrez-Rubí se acercó a Garoa Kultur Lab. La excusa fue la presentación de una recopilación de algunos de los apuntes publicados en su blog Micropolítica: se titula Tecnopolítica y lo podéis descargar gratis a través de este último enlace, tal y como lo han debido de hacer 30.000 personas el mes pasado). Según nos contó, aquella fue la primera presentación del libro en papel y creo que era un buen lugar para hacerlo: un espacio que tiene una iniciativa denominada Paperezkoak (De papel en euskera).
No nos juntamos muchas personas (hacía un frío que pelaba en Donostia) y, quizá aprovechando esa circunstancia, formó un círculo a su alrededor tal y como se hace en las tertulias literarias. Fue desgranando varios de los temas tratados en el libro y puso el dedo en la llaga en algunos (muchos) de ellos. Que recientemente se había publicado un ranking de Think Tanks (si no estoy confundido debe de ser este: 2014 Global Go To Think Tank, enlace pdf) y que ahí los españoles están muy mal clasificados; que tenemos una mirada excesivamente corta y que no levantamos la vista para hacer reflexiones de más largo recorrido (por ejemplo, señaló que España es el segundo país más viejo del mundo y que contará dentro de nada con una población de 10 millones de habitantes con edades comprendidas entre los 70 y los 90 años); sí que se refirió al fenómeno Podemos por encima, pero ni él ni ninguna de las personas que estábamos allí dijo nada del proceso catalán (me llamó la atención); que fue asesor de Borrell, Pujol, Maragall y Montilla; que los políticos españoles (tradicionales) no han espabilado mucho a la hora de enfrentarse a la red y que, por contra, los bancos sí que están ahí muy bien posicionados, ojo avizor (demasiado, de manera preocupante); habló del artículo Presidente, baje a la plaza escrito a raíz del 15-M del 2011. Etcétera, etcétera.
No conozco el festival, pero tiene una pinta estupenda y mi intención es pasarme por allí el próximo sábado. Para cambiar la mirada y el punto de vista, si se tercia.
Le he pegado un mordisco de diez días al invierno casero pasando otros tantos días en el sur de Tenerife. Se acabaron ya los naturales (cafés cortados) del Rosy´s. Se esfumaron las cervezas y las comidas en la Tasca Paladar, así como las de José Mi Niño, sin olvidarnos del Restaurante El Cine o La Cofradía de Los Cristianos.
He sacado unas pocos fotos que he decidido subir esta vez a mi renacida cuenta de Flickr. Esta es la que más me gusta, sacada un día mientras paseaba por Las Américas.