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2018/03/25 21:20:00 GMT+2

El cabreo como motor de cambio

El fin de semana pasado cacé la colaboración semanal de Jakoba Errekondo en Euskadi Irratia mientras hablaba de un libro llamado La gestión creativa del cabreo (KRK ediciones). Dijo que el autor, Jaime Izquierdo Vallina, era amigo suyo y que unos días más tarde lo presentaría en Euskal Herria.

Busqué en internet y apareció el lugar, la hora y el día: 22 de marzo, 18:00 horas, en el auditorio de la Fundación Orona en Hernani. Además de los dos citados, el lehendakari Ibarretxe e Iñigo Marquet (Orona Fundazioa) en labores de presentador.

Pensé que una presentación de alguien que contaba con Jakoba Errekondo y Juan José Ibarretxe sería interesante. Y así fue.

El libro es un opúsculo que se lee de una sentada, pero intuyo que es de esos que merece más lecturas. La principal baza que tiene es, sin duda, lo novedoso del planteamiento. ¡Ah! No es un libro de autoayuda, lo cual no es poco. A continuación, una crónica que pretende resumir dos horas gozosas.

Gestión creativa del cabreo: liburu aurkezpena

Ibarretxe

Abrió con rotundidad: «La sociedad vasca es una sociedad que teoriza poco y escribe menos».

Se refirió a las manifestaciones de los pensionistas: están entrenados. Ya protestaron contra la destrucción del sistema de producción del acero, por ejemplo.

Habló de la destrucción creativa de los huracanes y como, en el Caribe, en la cultura taína (pueblo precolombino) no tienen una connotación negativa: es un fuego purificador como el nuestro de San Juan.

Afirmó que él apenas ha vivido episodios de cabreo y contó que como lehendakari (no de todos los vascos, matizó: sólo de 2/3, por la división administrativa del país) suprimió todas las cenas oficiales (salvo 2 o 3). Se juntaba con la familia y hacía caja: recuento del día en la cena. Así, al día siguiente, retomaba la mochila sin piedras.

Señaló que, cuando fue a Madrid a presentar su propuesta de nuevo estatuto político, trataron de utilizar todo tipo de vejaciones contra él, algo que le dio absolutamente igual.

Finalizó así: «Dejé la mochila en el cuarto de Ajuria-Enea donde dormí durante 9 años y ahora soy investigador social».

Jakoba Errekondo

Dijo que era amigo de Jaime por culpa de un queso: «un queso es el resumen de Euskal Herria». Explicó esta frase en el turno de preguntas.

Añadió que el libro le pareció «una maravilla» cuando lo leyó. «Me di cuenta de que lo que he hecho en mi vida es gestionar un cabreo colectivo». 23 años trabajando en Zerain, después de un monumental cabreo de la gente del pueblo contra:

1.- Lo instituido: políticos y adláteres. Un alcalde franquista contra el que se unió todo el pueblo.

2.- La Iglesia: el cura les robó una cruz medieval y la llevó al Museo Diocesano. Con la presión ciudadana, consiguieron que la cruz regresara al pueblo.

Comenzaron con el patrimonio, recuperaron la escuela, hicieron una biblioteca... todo de manera inconsciente. Recuperaban la sabiduría rural y trabajaban la identidad.

Se plantearon que unir patrimonio y turismo podría crear puestos de trabajo. Eso era innovador en 1994. Pasaron de lo inconsciente a lo consciente.

La tercera pata fue la creación de un proyecto socio-económico. «Le dimos el nombre de paisaje cultural». No parques naturales, sino parques culturales, porque no hay nada natural en Euskal Herria y la cultura es la clave del territorio (no la cultura del Victoria Eugenia ni del Kursaal). Cultura viene de cultivar la tierra.

Cultura y creatividad: citó a un autor que decía que la cultura nos ayuda a solucionar los problemas y también mencionó a Eduardo Galeano y su célebre cita sobre actuar a pequeña escala («Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo».

La gestión de los cabreos alivia, es una terapia (por ejemplo, la ortoterapia) y finalizó con dos palabras:

1.- Pasión: sin pasión, no hay solución.

2.- Autoestima colectiva: también como comunidad.

Jaime Izquierdo

Tras agradecer la invitación, puntualizó que sabía tanto de cabreo como cualquiera (fue presentado como geólogo), con la diferencia de que él lo colocó en un libro como terapia.

Vimos cuatro vídeos:

1. -Jesús Gil golpeando a un directivo del Compostela a las puertas de la LFP rodeado de periodistas.

2.- Un partido Nadal-Berdych: el jugador español se cabrea con el árbitro por algo que él entiende injusto, pero consigue manejar su ira y superar al adversario en la siguiente jugada.

3.- Labordeta mandando a la mierda a la derecha en el Congreso.

4.- La campaña de Valderrama para la prevención del cáncer testicular echando mano de un incidente con Míchel en el Bernabéu.

Explicó el making of del libro. La idea es de un amigo de Universidad La Laguna (Juan Nany Sánchez García: profesor emérito de Economía) en una conferencia del 2012: «necesitamos gestionar creativamente el cabreo».

En el 2016, «me cabrée mucho: soy funcionario público, pero soy más público que funcionario, mientras que la Administración es más administración que pública».

Le pidió permiso a su amigo para desarrollar la idea y se juntaron en La Orotava (Mamio) unas cuantas personas el 9 de abril de 2016: ninguna era profesional de las emociones.

En aquella reunión, tomó conciencia de que gestionaba bien los cabreos y reflexionó por qué ahora los gestionaba mal.

«El cabreo es el motor del cambio y está antes de todos los grandes descubrimientos».

Las ideas positivas no necesitan gestión: se disfrutan. El cabreo sí ha de ser gestionado.

Además, el cabreo es una energía.

Citó una frase de uno de los participantes en aquella reunión canaria (Felipe Siberio): «el cabreo sólo lo conozco a nivel de usuario».

Izquierdo ha distinguido 6 tipos de cabreo en el libro:

1.- De capricho: infantil, pero también de personas adultas inmaduras.

2.- De reflejo: uno mismo se hace daño por su falta de diligencia.

3.- De maltrato: alguien te maltrata.

4.- Aleatorio: enfermedad.

5.- Déficits de aprecio: desamor.

6.- De causa: colectivos.

Incorporación del elemento cultural

Marquet preguntó a los tres miembros de la mesa sobre el elemento cultural y territorial. Ibarretxe señaló que claro que tiene su influencia y citó a Mandela, Gandhi y el caso catalán, para rematar sobre los vascos: «No decimos te quiero ni para dios aquí». Izquierdo habló de un amigo japonés que le dijo que ellos se cabrean para dentro.

Hablaron también de lo natural y de lo cultural: Errekondo repitió que no habla de naturaleza, sino de cultura, porque es un medio dominado y totalmente cultural. Mientras, Izquierdo cargó contra los espacios naturales protegidos: no son espacios (el territorio es construido), no son naturales, ni están protegidos (deberán desarrollarse).

Cabreo: perspectiva de género

Una oyente le preguntó si había pensado en la perspectiva de género a la hora de analizar los cabreos. Le señaló que los cuatro vídeos que puso como ejemplo tenían protagonistas masculinos. Finalizó diciendo que tiene muy mala prensa que las mujeres se enfaden en público.

Izquierdo anotó la crítica (que no debía de ser la primera vez que se la hacían) y dijo que debería haber incluido esa percepción. Quizá en la 3ª edición, aunque matizó que sí había mujeres en el libro.

Dijo también Izquierdo que las mujeres tienen más razones que nosotros para estar cabreadas y que, por tanto, son mejores gestoras de cabreo.

En este sentido, Ibarretxe dijo que vivimos en una sociedad machista: el estereotipo hace que una mujer cabreada sea histérica, mientras que un hombre cabreado es alguien serio. Pero las mujeres siempre han estado más rápidas, porque están más entrenadas. En el caso de sus abuelos, mientras el abuelo se ocupaba del ganado, su abuela se ocupaba de todo lo demás y eso significaba que ella debía gestionar el 90 % del cabreo.

Otra mujer reveló que ella se cabreaba como una mona, pero, además, ellas deben gestionar el cabreo ajeno, lo cual no es baladí. Ibarretxe le dijo, riéndose: «Es fantástico, porque es verdad».

Errekondo siguió con el tema: en el mundo rural, las mujeres se ocupan de la huerta y eso no se cita, porque sólo parecen importantes las cosas que hacen los hombres.

El queso de Jakoba

A su entender, la elaboración de un queso es una metáfora de todo el proceso de industrialización. Cuando va fuera (se sobreentiende que a actos públicos), siempre reparte queso entre la audiencia para quedarse con ella: el sabor del queso les atrae, porque el paladar llega rápidamente al cerebro.

Finalizó con esta frase de libro: «El futuro no es un tornillo: es hacer muchos quesos diferentes».

La mano izquierda de la gente mayor

Una persona mayor habló en euskera y dijo que, a su juicio, es muy necesario aprender a manejar las cosas con mano izquierda. A lo cual, el autor le respondió que los viejos tienen más capacidad que los jóvenes para solventar los problemas, precisamente porque tienen más mano izquierda.

Una anécdota: dos libros que desaparecieron

Poco antes de que empezara el acto, una persona bajó y cogió dos ejemplares que estaban en una mesa, la típica mesa que hay en todas las presentaciones para que al final el autor venda y firme libros.

A mí me pareció que cogió dos ejemplares sin reparar en que debía pagar por ello. La casualidad quiso que lo hiciera cuando la persona que se encargaba del puesto se giró un momento.

Una vez finalizada la presentación propiamente dicha, Izquierdo señaló la mesa y dijo que los libros estaban a la venta. Miré al protagonista de la jugada por si se daba por aludido. Comentó algo con otra persona, probablemente su mujer.

Bajé, compré un ejemplar, esperé un rato y vi cómo la pareja abandonaba el lugar sin ningún remordimiento aparente o quizás un poco avergonzados. Démosles el beneficio de la duda.

Haserrealdiak aldaketarako pizgarri, apunte hau euskaraz.

Escrito por: iturri.2018/03/25 21:20:00 GMT+2
Etiquetas: iñigo_marquet jaime_izquierdo orona hernani jakoba_errekondo ibarretxe | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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