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2007/12/19 06:13:36.061000 GMT+1

Sobre el canon

Leído en Público:

"Si prosperara la votación del jueves y nos viéramos obligados a suprimir el canon tendríamos así mismo que suprimir la posibilidad de que los ciudadanos se hagan copia de las obras para su uso. Y este acto, tan asumido por nuestra conciencia ciudadana, pasaría a estar prohibido y ser, por tanto, sancionable. Si no protegemos los derechos de nuestros creadores, nuestra cultura tendría un futuro nada halagüeño."

Son declaraciones de  un ministro de cultura... de un partido que se dice socialista. Nuestro ministro.  Y el señor ministro está planteando una situación absurda, al margen de impopular en el doble sentido del término, conocida ahora la bandera de Marianín y los suyos.  "Suprimir  la posibilidad de que los ciudadanos se hagan copia de las obras para su uso". Absurdo. O sea, que me compro una ópera de 60 € y no puedo hacer un copia para llevármela de viaje... Naturalmente que hay que velar por los "creadores". Quizá habría que empezar por conocer las condiciones leoninas a las que se ven sometidos los "creadores"  por una industria discográfica mezquina,  en la que priman el sometimiento y  el marketing, por no hablar de las maquinaciones empleadas por ésta y las radios comerciales para lavar cerebros, gustos y conciencias.  

¿Proteger a nuestros "creadores"? Sí, como al resto, pero no de manera incoherente. Bastante ha protegido este gobierno, y antes los del  pésimo Felipe González, a nuestros "creadores de intereses bancarios". Ahí también pagamos un canon aberrante (comisiones, correspondencia, gastos de apertura, cancelación, etc.) Si quiero hacerle unas fotos a mi caballo y almacenarlas en un cedé, no tengo por qué pagar un canon a los creadores de no sé qué. Claro, que antes debería tener un caballo. No sé si me explico...

Escrito por: Jean.2007/12/19 06:13:36.061000 GMT+1
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2007/12/14 09:47:57.309000 GMT+1

Un político sin pelos en la lengua

El secretario general de Agricultura, Josep Puxeu, nos recomienda que comamos conejos esta Navidad.

 

Me rindo.

Escrito por: Jean.2007/12/14 09:47:57.309000 GMT+1
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2007/12/10 19:45:25.227000 GMT+1

El profesor Girbecek

El profesor Janesk Girbecek está en España estos días. Ha tenido la deferencia de visitarme. No podía perder la ocasión de preguntar a este brillante intelectual por algunas cuestiones. Uno siempre aprende algo bajo su cobijo y en su entrañable compañía.

  

Profesor, hoy mismo el ex presidente Aznar ha dicho que está seguro de que si el PSOE gana las próximas elecciones, Zapatero volverá a negociar con ETA. ¿Cómo contempla usted el diálogo de un gobierno con una banda terrorista? 

Ustedes tienen un dicho acerca de quitar hierro al asunto, pero de donde no hay no se puede quitar. El discurso de Aznar se cimienta sobre el odio y el resentimiento. Es iluminismo barato. Va dando tumbos y sólo escucha los agasajos de quienes aún añoran a Franco.  Lo primero de todo, ¿se han obtenido acaso avances por otros medios en el acercamiento del final de ETA? Se insulta a los ciudadanos cuando se les dice que ETA no tiene capacidad para matar o que lo tiene muy difícil. Puede asesinar en 1.000 sitios y de 1.000 formas.  Es una falacia burdamente coordinada por los gurús reaccionarios en busca de un puñado de votos. Bueno, algo más que un simple puñado. Déjeme que le confiese que me fascina la presunta capacidad de los españoles para pasar página de lo ocurrido entre 1936 y 1975  con un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, resulta chocante que pretendan solventar el llamado –de forma simplificada- conflicto vasco aislando a una parte de los ciudadanos, ilegalizando fórmulas políticas. Y todo eso tras la aberrante historia del GAL y después de haber intentado equiparar a ETA con los nacionalistas del Gobierno Vasco. Así, lo único que han logrado es que Ibarretxe y los nacionalistas en general sean contemplados como seres malignos en otras regiones de España por quienes se quedan en la superficialidad de los mensajes, repetidos de forma orquestada por los sumisos medios de comunicación.  No se trata de un lunar ni de un sarpullido, sino de un órgano. Y si así fuera, lo que algunos pretenden es quitarse un lunar amputándose un brazo.  ¿Dialogar? ¿Cómo, si no, se puede resolver la situación? Ahí tiene usted a Pasley en Irlanda con miembros del Sinn Fein en el mismo gobierno. Salvando las distancias, que las hay, y son muchas, no imagino una solución sin negociación, diálogo y compromisos por ambas partes. Empeñarse en la solución policial es un monumental error. Quién sabe si cometido de forma consciente. Zapatero ha cometido muchos y variados errores, pero no lo considero un personaje tan peligroso como Aznar. El nivel de los políticos españoles es indecente. Tienen –o padecen- ustedes a una banda de cuidado.

  

Por cierto, ¿qué le parece el papel de Aznar en la actualidad?

 Aznar es un pobre hombre, pero por encima de todo es un hombre enquistado, un tipo que asimiló mal el poder y que se cayó del tiovivo cuando no se lo esperaba. Es el referente ideológico y cuasi deísta de la estirpe  más conservadora en su país. También es un hombre de negocios, un tipo que ha sacado provecho de su estancia en el gobierno y que se pasea por los despachos más importantes del mundo. Es, humanamente, un tipo irresponsable, incapaz de asumir su craso error en Irak. Es un guiñol, una caricatura andante, un grano en el culo de España, si me permite la expresión, y si no se me permite, también.  Aznar es un hombre al que la Historia acabará derrotando sin remisión incluso entre los suyos.  En su primera legislatura tuvo algunos puntos –no muchos-  que se salvan de la quema. Después, con la mayoría absoluta, zozobró,  creyó estar por encima del bien y del mal. Ni hablaba catalán en la intimidad ni nada. Si su castellano es sonrojantemente insuficiente.  Su última etapa fue decepcionante, pero se veía venir. Su ideario liberal es patéticamente difuso. Su talla intelectual es mínima, su discurso gramaticalmente incorrecto, pero cala entre los conservadores. Es, a mi juicio, el personaje más rancio de la democracia española. Aunque Felipe González no le anda a la zaga. No tienen ustedes suerte, la verdad.

 

 

¿Qué le achaca usted a Felipe González? 

No tendría por dónde empezar. Más bien son ustedes, los españoles, quienes deberían achacarle cosas. Convirtió su país en un despacho de favores, en un cachondeo sin fronteras. No se libró ninguna parcela de la política nacional. Chiringuitos, el "enmano", el gratis total, Filesa, Ibercorp, Renfe, Cruz Roja...  Fue quien más hizo por destrozar al trabajador, limando sus derechos, desvirtuando los sindicatos –más de lo que ellos mismos se desvirtuaban-, favoreció descaradamente a amigos, a la banca… Y si hablamos de empleo, de ahí vienen los empleos basura. No cumplió ninguna de sus promesas.  Su política en el País Vasco no tiene por dónde cogerse. No fue valiente ni consecuente con sus desaciertos. Hipotecó el futuro de muchos españoles. Él es el responsable-origen  del llamado mileurismo.  Cambió la pana –como tantas veces se ha escrito- por los habanos caros y los caprichos. También es un político endiosado que cree que España le debe aún mucho. Es, junto a Aznar, y a poca distancia, un personaje nefasto para la historia de su país. Esto daría para varias tesis doctorales.

  

No deja usted títere con cabeza

No es para menos. Cuando quiera hablamos también de su monarca, que va por ahí arrastrando vehemencia y perdiendo las formas en foros internacionales. Estaba nervioso, muy nervioso en la cumbre iberoamericana. Lo malo es que la mayoría de los españoles cree que era porque se estaba atacando a España. Es una pena. A quien se atacaba era a Aznar y a una serie de empresas españolas, no a los españoles ni a España como país. Y aunque así hubiera sido, su actitud fue lamentable. Levantarse e irse. Eso refleja su talante.  El episodio protagonizado por su rey fue lamentable. Chávez tiene derecho a decir lo que quiera de Aznar. Ya tiene Aznar sus foros y su Faes para arremeter contra el venezolano. Por no citar el episodio del golpe de 2002 y la curiosa actitud del embajador español en Venezuela. Esa imagen de Juan Carlos I en la cumbre deterioró la imagen democrática de España en medio mundo.

 

Hablemos de los medios de comunicación en España. ¿Cómo ve el panorama?

Con mucha pena. Lo siento por los periodistas españoles. Sobre todo por los jóvenes. Desgraciadamente, ya no sigo todo lo que sería deseable los medios españoles, pero aún saco un par de horas diarias. Veo una sociedad periodística de trincheras. Los periódicos son negocios multimedia, pequeños supermercados que venden o regalan libros, discos, toallas, sandwicheras… Las televisiones convertidas en cloacas. Hay anestesistas disfrazados de periodistas, procreadores literarios que no pueden ser de este planeta…

 

 

¿A quién se refiere con lo de procreadores...?

Hombre, no me diga que el fenómeno César Vidal es humano, porque yo escribo, oiga, y los días tienen veinticuatro horas. Ni una más ni una menos. Ayer estuve en El Corte Inglés y este señor tiene ya sección propia. Va a dejar en bragas a Lope de Vega. Y todo ello,  trabajando en la radio, escribiendo en periódicos, revistas, portales de Internet, panfletos, la hoja parroquial, boletines de asociaciones de vecinos… Por eso digo que no puede ser humano.

 

¿Cree usted que tiene "negros"?

La pregunta correcta sería si los "negros" de sus "negros" tienen "negros".

  

¿No cree usted que exagera?

 Repase el trabajo que hace ese señor y todas sus publicaciones y dígame eso cómo se come.

 

¿Echa de menos España?

 Algunas de sus cosas sí, sin duda. Pero yo tengo mi vida y mi negocio de altramuces y estoy la mar de contento fuera de la Universidad, de las conferencias, de los compromisos editoriales…

 

 ¿Qué tal le va con los altramuces?

 Muy bien, aunque debo confesarle que mis hijos se encargan ya de casi todo. Hemos abierto dos tiendas en Bratislava, una en Budapest y trece más en Chequia. El altramuz es muy recomendable.

 

 ¿Va a escribir un libro usted sobre los altramuces?

 Pues ésa era mi intención, pero me han dicho que César Vidal tiene uno ya medio acabado sobre el asunto.

 

 Fuera de bromas, ¿tiene usted algún libro entre manos?

 Sí, pero ya le contaré. Ahora estoy centrado en saldar cuentas con la lectura. Tenía muchas asignaturas pendientes.

 

 ¿Algo español?

 Uff, un montón. Pero sobre todo, autores estadounidenses.

 

 ¿Me recomienda algo?

 Comer altramuces

 

 Gracias, pero digo para leer

 Cómprese el de César Vidal sobre los altramuces.

 

 Gracias, profesor. Hasta otra.

 

 

 

 

Escrito por: Jean.2007/12/10 19:45:25.227000 GMT+1
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2007/11/30 10:14:26.304000 GMT+1

Clientes vip

No sé si seré el único. No, no lo creo. Últimamente, no hay día que no salga encabronado del supermercado, del restaurante, del hospital… Vaya donde vaya, allá me encuentro, en términos generales, una atención descortés, pasota, poco profesional, y en algunos casos surrealista. Daría para un libro, para  una colección, para  fascículos semanales. Esto lo coge César Vidal y prepara una enciclopedia de aúpa. Por cierto, que el escritor pulpo tiene ya su propia sección en las librerías. Dentro de poco, éste se carga al pequeño escritor (al humano, me refiero) como las grandes superficies se han cargado al pequeño comerciante. Y no vean paralelismos en lo de superficie y la escenografía morfológica del impulsivo escribiente.

Estaba yo hablando del súper, de los restaurantes. Hay situaciones de delirio surrealista. Acudo a un sitio en el que nada más entrar te dicen que eres un vip. Bien, menú del día, veamos. La carta dice: “Sugerencia del día: Brocheta de solomillo”. Ideal. Marchando una brocheta, oiga. “Se nos ha terminado, caballero”. Vaya, pero si son las dos de la tarde, ¿es que la incluían hoy en el desayuno? Bueno, pues a otra cosa, mariposa.

Una semana después, repito inclinación culinaria y me presento en el mismo restaurante. Anda, pues hoy sí que me apetece una brocheta de solomillo. “Marchando una”… “No nos queda, señor”. ¿Cómo? Quiero una hoja de reclamaciones. Es un pitorreo. ¿Qué es, un mito, una tomadura de pelo, o es que se las jalan en cocina antes de que el gran público se decida a solicitarlas? Nada, nada, una hoja de reclamaciones. Tardaron 40 minutos en llevármela. La rellené, y recibí una contestación que bien hubiera merecido otra carta de reclamación. Gajes del oficio de vip.

Tardé varios meses en volver al sitio, obligado por mis compañeros de trabajo y pesadillas. Esta vez se superaron. Los primeros platos llegaron antes que la bebida. Los segundos platos llegaron inmediatamente después de los primeros, todavía sin la bebida en la mesa. Yo le dije a la camarera que se llevara mi segundo plato, que no acostumbraba a comer los dos a la vez y que tampoco me gustaba paladearlo frío. Puso mala cara, refunfuñó y se lo llevó. El resto de comensales aceptó las normas vip del garito. Finalmente, llegaron las bebidas. Ahora sólo faltaban los vasos... o echarle morro al asunto.  Pero la perla del día llegó con los postres. Los de mis cinco compañeros de mesa acudieron juntitos en una bandeja, domesticados, sin rechistar. Pero, ay, el mío. ¿Dónde estaba mi postre para un cliente vip? ¿Qué habría sido de mi pobre helado de chocolate blanco?   Pregunté por objetos perdidos, pero al camarero no le hizo maldita la gracia. Después de quince minutos, y mientras mis todavía amigos estaban de brazos cruzados haciendo apuestas sobre qué le habría pasado a mi helado, apareció una camarera morena, con pinta de tímida y depositó en la mesa, bajo mi careto una especie de poso amarillento, algo así como una masa de desagradable aspecto, como un coágulo que echaba para atrás. Le hice una seña, pero salió medio huyendo. Me levanté y le solicité que viniera. Me siguió, le dije que lo que en otro tiempo había sido un helado era ahora una pasta caliente, derretida, fallecida, que merecía si acaso un entierro digno. Su respuesta me dejó helado: “No español”. De la impresión, pedí la factura, pagué y nos largamos.  

Lo de la cucaracha en el plato lo dejo para otro día.

Escrito por: Jean.2007/11/30 10:14:26.304000 GMT+1
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2007/11/26 14:30:26.513000 GMT+1

No había otro nombre

No había otro nombre, no. El nuevo hospital de Valdemoro tenía que llamarse, ineludiblemente, Hospital Infanta Elena. No se podía producir un cese temporal de  la habitual sumisión placentera de Esperanza Aguirre y sus dúctiles servidores engominados, no. No podía llamarse sencillamente Hospital Valdemoro.

 

Yo, desde la timidez, desde la sublime ignorancia,   pregunto, ¿qué demonios ha hecho la Infanta Elena por Valdemoro,  por el pueblo de Valdemoro, por la sanidad en Valdemoro y por el propio hospital? ¿Está empadronada allí? ¿Hace allí la compra? ¿Sale por allí de paseo? ¿Tiene allí una ONG? La presidenta madrileña, aristócrata de postín,  me contesta, expresando su agradecimiento a Doña Elena por dar su nombre a este hospital, lo que implica “la lealtad y cercanía de la Corona, símbolo de la unidad de la Nación”. ¿Qué cercanía ni qué berenjenas?  ¿Qué coño tiene que ver la unidad de la Nación con un hospital de gestión privada concedida a una empresa sueca? ¿De qué  lealtad de la corona habla Esperanza Aguirre?  ¿Acaso va a acudir a este hospital la Infanta Elena cuando tenga un problema de salud, siquiera un uñero?

Éste es el último ejemplo de la devoradora privatización de nuestra sanidad, pero por encima de todo el paradigma de la universalización de la estupidez y  de  la bonachonería empalagosa.  Éste es el modus operandi de quienes se suben a la colina de la  política pelotera, servil y arrastrada, de quienes gustan de  de dotar a cualquier nueva instalación levantada con el dinero de todos con el nombre de los de siempre. ¿Cuánto tardará Esperanza Aguirre en decidirse a llamar al próximo hospital de Madrid “Hospital Jiménez Losantos”? Tiempo al tiempo.

 

 

Nota: Para conocer cómo actúa el PP en el Ayuntamiento de Valdemoro en relación a este asunto, pincha aquí

Escrito por: Jean.2007/11/26 14:30:26.513000 GMT+1
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2007/11/20 17:18:53.153000 GMT+1

Hace tiempo

Hace tiempo que en el PP no saben qué hacer con Mayor Oreja. Desde aquel absurdo intento de convertirlo en lehendakari, que se saldó con el previsible y consecuente  batacazo, el político de triste semblante va dando tumbos, disparando las alarmas de la insensatez –las pocas que quedaban sin saltar en la calle Génova- y encendiendo las mechas que luego el dubitativo Rajoy se apresura a apagar mediante resoplidos. Mayor Oreja juega a dinamitero. Quiere hacer ruido, pero no se da cuenta de que sólo logra molestar en su propia casa, porque en casa de sus vecinos  sólo produce pena.  

Hace tiempo que Jaime Mayor Oreja perdió el rumbo y finiquitó el escaso sentido común que le quedaba como político. Es un cadáver político o un político cadáver, es decir, un político sin imán, sin atracción, sin credibilidad,  sin chispa, sin doble fondo, sin discurso racional, sin entendimiento, sin tribuna. No hace mucho que se negó a condenar el franquismo. ¿Para qué perder la antigüedad? ¿Para qué perder la estima de quienes le jalearon y le hicieron ver gigantes donde sólo había molinos? Mayor Oreja no tuvo nunca talla de quijote. Se quedó en el intento de ser un Sancho Panza, pero tampoco pudo con la responsabilidad. Entonces, no hubo más remedio que ofrecerle el rol de Rocinante y prefirió hacer las maletas e irse al cementerio de elefantes de Europa.  

Hace tiempo que este político cosido a un fracaso no levanta cabeza. Sus intervenciones públicas enriquecen puntualmente  los manuales del disparate nacional. Su último aporte, en los micrófonos de la COPE, es la radiografía que muestra a las claras que Jaime padece el “síndrome de Aznar”, cuyos principales síntomas son la irresponsabilidad política y la ausencia total de sentido común.   “El proyecto de Zapatero necesita a ETA”, ha dicho Mayor Oreja. ¿Quién necesita a Mayor Oreja? ¿Quién necesita sus necedades?   

 Hace tiempo que en el PP  no saben qué hacer con él. Ahora que se acerca la Navidad, les propongo a sus responsables que lo utilicen como Papa Noel  para adornar la sede del PP en Madrid. Será lo más útil que haya hecho Jaime Mayor Oreja desde hace mucho tiempo.

Escrito por: Jean.2007/11/20 17:18:53.153000 GMT+1
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2007/11/19 23:02:17.198000 GMT+1

El grito

¿Cuántas formas hay de entender un grito? ¿Cuántas de sentirlo? ¿Cuántas clases de gritos existen? ¿Cuántos seres estarán en este preciso instante gritando?  Contemplar el de Munch me sobrecoge, me envuelve en el propio terror de mi insaciable pesimismo, de la ira, de la incomprensión, de la maldad que hiela los corazones de los inocentes. La misantropía llama a mi puerta. No quiero abrir. 

¿Cuántos gritos de dolor, pánico y temor se elevan cada día por todo el mundo?  Los colores que  Munch eligió tiñen los sentimientos de mi volátil cotidianeidad. Soy una veleta que gira, que grita. Hay una inmensa penumbra que consigue palidecer mi vitalidad. Está hecha de ecos, de lamentos profundos, de lágrimas salvajes, pero también de frialdad, pasividad y conformismo. Mi inmenso y desgarrador silencio  es un grito insoportable, un salvaje grito que me impide escuchar mi conciencia. La misantropía llama a mi puerta. No sé hasta cuándo podré seguir negándome a abrir. 

Soy un grito. Un humilde grito que no sabe si tiene quien lo oiga.

Escrito por: Jean.2007/11/19 23:02:17.198000 GMT+1
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2007/11/15 10:37:56.670000 GMT+1

El guateque de Madrid

Hace muchos años oí hablar del "guateque" de Madrid. No nos vendría mal a los madrileños un alcalde como Peter Sellers, pero qué va, lo nuestro es peor. Un buen amigo de mi padre necesitaba hacer una obra en un local en una zona noble de Madrid, pero un marqués de no sé qué demonios vivía en el piso de encima y puso todas las trabas del mundo echando mano de sus contactos. El problemilla se solucionó metiendo en una bolsa de plástico tres millones de pesetas  que fueron a parar a las manos adecuadas. En 72 horas comenzaron las obras. Así era Madrid; así es Madrid.

  Estamos abocados a tener dirigentes políticos como Alberto y Esperanza, cuya lucha de egos es tan insaciable y expansiva que roza la antropofagia, en sentido político, me refiero,  que no me imagino al presuntamente moderado Gallardón vestido de Hannibal Lecter. Leo en el diario Público que la señora condesa consorte de Murillo y Grande de España, o sea, la Espe, quiere crear un aeropuerto para ricos. Y es que a la gente que mueve y atesora  la pasta no se la puede hacer esperar. El puñetero elitismo está creciendo cada día, delante de nuestras narices. En el último Mundobasket, donde era dificilísimo adquirir una entrada, los pabellones tenían reservada una parte muy importante de su aforo para los llamados vips, cuya distinción es directamente proporcional a su capacidad de generar beneficios a terceros. No en vano, son las empresas las que pagan esos “reservados” buscando agasajar al famoso de turno o al político de marras, que no vean si ayuda tener contactos políticos (que se lo digan a esas empresas que dan cobijo a Aznar). Así se entiende que lleguen a coincidir en uno de esos palquitos Pedro Almodóvar y el propio Josemari. En el tenis, tres cuartos de los mismo. Y en el Santiago Bernabéu, donde han aflorado palcos por todas partes. Y en la Fórmula 1, y  en los toros –ese deporte vil y sangriento en el que se tortura a un animal ante la mirada de los morbosos. Ése es el Madrid que quieren Alberto y Esperanza. Sobre todo, ésta última. Y los madrileños les votan. Cada vez más. Sarna con gusto...

Hace un par de  semanas acudí para  adquirir el abono transportes del mes de noviembre a una de las nuevas y flamantes estaciones inauguradas por la condesa consorte a bombo y platillo. No  encontré  taquilla alguna. Las nuevas estaciones no tienen taquilla, sólo máquinas expendedoras. La única opción, por tanto, era comenzar un diálogo con uno de esos antipáticos cacharros.  Introduje el código de barras de mi tarjeta, a continuación mi tarjeta de crédito y… zas… no funcionaba.    Lo intenté en otra y… nanai. En una tercera, en una cuarta… Hasta que se presentó amablemente un señor de seguridad, con uniforme verde aceituna, y me dijo que desde primera hora de la mañana las máquinas no admitían tarjetas de crédito. Coño, será el síndrome de HAL, pensé. Opté  –qué remedio- por intentarlo con un billete de 50 euros, pero las dichosas maquinitas no los engullían. ¿Y qué hago ahora?, le pregunté al señor de la seguridad. “Pues no le puedo ayudar, yo sólo soy un guarda”, contestó. “Claro –apunté-, pues déme una hoja de reclamaciones”. “Lo siento, para eso tiene que esperar a que venga un empleado del Metro. He llamado hace un rato porque a ese señor de ahí se le ha tragado una máquina su tarjeta de crédito y no se la devuelve”, me respondió el buen hombre. Los ladridos de un perro le alarmaron y acudió a calmarlo. Era un pastor belga. “Su” pastor belga. Éste es el Metro de Madrid, el Metro de Alberto y la señora condesa consorte de Murillo y Grande de España, un lugar en el que hay antes un perro y un guarda de seguridad que un empleado que venda billetes o abonos que permitan a los madrileños viajar en un medio de transporte público.

Así es Madrid. Así está Madrid. Por no hablar de la parálisis periodística de Telemadrid. Por no hablar del tiempo que tarda en llegr a determinados barrios de la capital un SAMUR. Por no hablar de la basura que se acumula en ciertas calles de Madrid sin que los servicios de limpieza acudan puntualmente. Por no hablar de la contminación acústica. Por no hablar de las subidas de impuestos. Por no hablar de las líneas azules.  Por no hablar de los pisos de protección oficial, que se venden como churros, pese a lo que marca la ley. Las agencias y los bancos lo facilitan, no ponen trabas, aun siendo conscientes de que es una ñapa de cuidado. El inconveniente es que tienes que manejar dinero negro, porque el 80% del precio lo tienes que pagar bajo cuerda. ¿Acaso hay algún madrileño que no conozca a varias personas que hayan  comprado pisos de protección oficial en los últimos años? A mí me enseñaron uno hace poco, un piso que no se podía vender hasta el año  2018. El dueño pagó por el 8 millones. Me pedían 32 (aun cuando su valor real debía rondar los 50). No tardaron en venderlo.   Ahí tienen otro guateque montado. A ver si a la señora condesa y al señor que quiere montarnos unos Juegos Olímpicos les da por meter mano y decencia en el asunto. Mucho me temo que cuando salte la liebre se enterarán por la prensa y dirán eso de "en Madrid, tolerancia cero". ¡Y una leche!  Eso sí que es estar siempre de guateque.

 

Escrito por: Jean.2007/11/15 10:37:56.670000 GMT+1
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2007/11/11 15:15:52.662000 GMT+1

Amistades peligrosas

Leo -con una mezcla  perplejidad y sonrojo, lo confieso-  en El Mundo: "Rajoy aplaude al Rey y culpa a Zapatero por sus 'amistades peligrosas'”.

Hombre, don Mariano, si le gusta  hablar de amistades peligrosas… díganos qué amigo tienen en común Manuel Prado y Colón de Carvajal, Mario Conde, Javier De la Rosa, Zourab Tchokotua, Marc Rich y José María Ruiz Mateos.

Eso sí, hágalo usted, don Mariano, si le da la real gana. 

Escrito por: Jean.2007/11/11 15:15:52.662000 GMT+1
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2007/11/11 05:48:54.293000 GMT+1

¿Por qué no te callas?

Aún no me había repuesto de la humorística espantada televisiva de la popular periodista popular  Isabel San Sebastián, no. Me seguía doliendo la mandíbula de reír. “Si no me piden disculpas, no pienso volver”. Vaya, quizá pensaba doña Isabel que era ella la única a quien le estaba permitido brindar en la barra libre del insulto. Ella, quien un buen día dijo a carrillo hinchado que la mitad de los vascos eran unos “miserables” y unos “cobardes”.

Pero no, aún no me está permitido relajar mis maltrechos músculos faciales. La tragicomedia representada durante  la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana me ha devuelto al deleite contemplativo del  delirante humor marxiano, marxista o como diantres se diga. El guionista de la cumbre ha sido, sin duda,  Groucho, desde donde quiera que esté. Pobre Groucho, al que ya  cita hasta Aznar, que está en plena tournée,  vendiendo la castaña pilonga esa que le han encuadernado con su careto en la portada (joé, qué mal rollo, qué expresión, qué mal le sienta a este tío el neoliberalismo).

El caso es que en esa cumbre se lió una de cuidado, con Chávez llamando fascista a Aznar, Juan Carlos I mandando callar al presidente de los venezolanos a voz en grito, y con zetapé haciendo de buen actor secundario. Pobre ZP. Total, haga lo que haga, luego va el PP y dice que la culpa es suya. Desde el terremoto de San Francisco de 1906 hasta la muerte de Tutankamon –más o menos por el 1327 a.d.C.-,   para el Peperamen todo es culpa de Petazeta y  de sus amigos progresistas, y ríanse ustedes de los anacronismos, que ya saldrá Acebes para hablarnos de los viajes en el tiempo de Zetapé. 

La relación de amor de Chávez y Aznar viene de lejos. Moratinos, ministro del "exterior", o sea, del más allá,  se fue oportunamente de la lengua en su día, acusando al Gobierno de Aznar de haber apoyado la intentona golpista contra el presidente de Venezuela,  pero el asunto se finiquitó con la  tradicional y entrañable “Sam, te dije que nunca tocaras esa canción”.    

El presidente ZP reprochó a Chávez que insultara a Aznar, y le exigió respeto para el ex mandatario, basándose en el hecho de que éste  fue elegido  democráticamente en su día por los españoles. Chávez no hizo ni caso, y Juan Carlos I le espetó un “¿Por qué no te callas?” con una cara de cabreo... que yo la pondría en los euros, oiga. Yo me acojoné, de verdad. No había visto así en mi vida al Borbón. Caray. Claro que Chávez, ni puñetero caso, y a lo suyo. Y luego vino el repasito del nicaragüense Daniel Ortega, y entonces, el primero de los españoles fue también el primero en levantarse y en largarse. Toma protocolo, pirolo.

Convendría recordarle a Zapatero que los votos no son talonarios repletos de cheques en blanco, y que el respeto que él exige para Aznar debería habérselo ganado este último. El respeto se hace miedo cuando viene impuesto, y Chávez no se asusta ya de nada. Además, el argumento del respeto se diluye inevitablemente cuando echamos mano de la memoria para rescatar las lindezas que el ahora  hombre “tres en uno” (escritor-profesor-asesor) va dedicando por medio mundo a Chávez. . Aznar, como Isabel San Sebastián, ha probado su propia medicina.

Y Chávez, la próxima vez podrá elegir cómo responder al rey de España. Con palabras de Unamuno: No me callo porque, “a veces, el silencio es la peor mentira”. O con el antológico anónimo: “No me callo porque no me sale de los…”

Escrito por: Jean.2007/11/11 05:48:54.293000 GMT+1
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