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2005/06/27 06:00:00 GMT+2

El agua

Sí, ya sé que hoy es el día del recuento de los votos foráneos de Pontevedra, y que eso debería ocupar los arcanos de mi alma gallega (mi abuelo materno, don Javier, del que heredé el nombre, nació en aquellas tierras).

Me consta igualmente que siguen haciéndose las cuentas de los platos rotos por la bomba del estadio de La Peineta, cuya onda expansiva ha llegado hasta Euskadi (que no considero mi patria chica, porque todavía no he encontrado el modo de medir el tamaño de las patrias, ni ganas que tengo).

Tampoco ignoro que las elecciones de Irán tienen lo suyo, como lo tienen las reacciones que sus resultados han suscitado en el mundo más rico (no hay gobernante europeo o estadounidense que no manifieste su preocupación por esto, por lo otro y por lo de más allá, pero, qué curioso: ninguno cita entre sus motivos de inquietud el porvenir del pueblo de Irán y, en particular, el de sus mujeres).

Me he fijado también en la delectación con la que no pocos medios informativos con sede en Madrid se refieren al número de los que se manifestaron ayer en España contra la pobreza. Es evidente, aunque no lo digan, que les encanta hablar de 50.000, comparando implícitamente la cifra con el millón de esto o el millón y medio de lo otro. Ni se detienen a considerar el hecho de que están comparando cifras cuya responsabilidad recae sobre ellos mismos, ni mencionan -menos aún- que muchos no quisieron participar en las manifestaciones de ayer porque están hasta el gorro de quienes enarbolan consignas ñoñas, que encubren con lemas de oposición a algo sus nulas ganas de luchar contra alguien.

Podría haber escrito hoy sobre cualquiera de esos asuntos. Y sobre más: del Congreso del PCE, por ejemplo, asunto que proporcionaba la oportunidad de hacer juegos de palabras tan fáciles como certeros con el apellido de su secretario general reincidente.

Pero, de haberme decidido a escribir esta mañana de algo de todo eso, no habría sido sincero. Porque lo que más me pesó ayer y aún sigue preocupándome de modo preferente a estas horas del alba de hoy, día lunes, es que no tengo agua en casa.

Tiene narices: sin agua en un pueblo que se llama Aigües («aguas», en catalán).

Se produjo una avería en la conducción, se pusieron a trabajar en ello -con un entusiasmo limitado, todo sea dicho- y no han logrado ponerle remedio. Primero nos dejaron con un hilillo de agua y luego ya optaron por cerrar por completo el paso.

A partir de ese momento, no he parado de reflexionar sobre el mucho uso que hacemos los ciudadanos del agua corriente (y digo «ciudadanos» en su sentido literal, para diferenciarnos de los campesinos, aunque seamos ciudadanos que vivimos en el campo). No paramos de servirnos de ella, la mayor parte de las veces de manera mecánica, instintiva. Te ensucias un poco los dedos, te notas legañas en los ojos, haces tus necesidades menos controlables, manchas recipientes, tazas, vasos, platos, los gatos maúllan para decirte que tienen sed, necesitas hervir esto o lavar lo otro, te gustaría ducharte para librarte algo del calor, notas que la barba te ha crecido, te parece que las plantas languidecen... Pues peor para ti.

Supongo que un filósofo de verdad, com cal, se dedicaría a meditar sobre las muchas necesidades artificiales que nos creamos los habitantes del Primer Mundo. Pero a mi, que soy afín a lo que podría denominarse «la filosofía de lo realmente existente», lo único que se me ocurre es hacer la suma de la ingente cantidad de dinero que pago al cabo del año a la distribuidora de aguas de la comarca para que me permita lavarme los dedos, limpiarme el culo y fregar los platos.

No dudo de que buena parte de mis necesidades sean artificiales, y estoy seguro de que nuestros abuelos y nuestras tatarabuelas carecían de ellas (así cascaban de pronto). Pero mi planteamiento es mucho más de andar por tierra: si lo pago, lo quiero. Y si no es posible, que no pretendan vendérmelo.

Porque ahora resulta que nos venden a precio de oro el agua que desperdician al 30% en las conducciones y, encima, los que tenemos que sentirnos culpables por el despilfarro somos quienes la pagamos.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/27 06:00:00 GMT+2
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2005/06/26 06:00:00 GMT+2

La Peineta

No tengo el menor interés en que los Juegos Olímpicos de 2012 se celebren en Madrid.

Dicen que es esa posibilidad la que ha decidido a las autoridades a hacer un importante esfuerzo para mejorar las infraestructuras de la capital del Estado, lo que va a beneficiar a la población. Digo yo que, de no plantearse la perspectiva olímpica, algo habrían hecho de todos modos para que Madrid resulte menos imposible. Pero, sea como sea, el caso es que esas obras ya están en marcha y se concluirán, con JJOO o sin ellos.

Aún menos convincentes me parecen los otros beneficios de interés colectivo que se pretende que acarrearía el acontecimiento. Es obvio que acoger, alimentar y divertir a muchísimas más personas de las que habitualmente visitan Madrid obligaría a crear un montón de servicios que generarían empleo y darían dinero. Pero, una vez terminada la cita deportiva, ¿cuántos de esos servicios no se convertirían en inútiles? Conviene no perder de vista la experiencia de la Expo de Sevilla.

A cambio, de lo que no me cabe la menor duda es de que, si se celebraran los Juegos Olímpicos del 2012 en Madrid, asistiríamos -asistirían, los que siguieran vivos entonces- a un inacabable e insufrible festival de patriotería. De esa patriotería que de modo tan castizo sintetizan las pegatas que lucen algunos coches capitalinos: «Español, un orgullo; madrileño, un título». La simple perspectiva me horroriza.

Imagino que con lo antedicho quedará claro que, lo que es a mí, el proyecto del Madrid olímpico me conmueve más bien poco, por lo menos a favor. Pero tanto da eso para que me parezca menos detestable el intento de ETA de boicotear a bombazo limpio y por su cuenta el acontecimiento.

Si me apuntara a los tópicos al uso, afirmaría que las bombas de ETA no pintan nada en ningún lado. Ni en el debate sobre los Juegos Olímpicos madrileños, en el supuesto de que lo hubiera, ni en el debate sobre el futuro de Euskadi, que sí lo hay.

Pero cometería un error. Porque las bombas de ETA sí pintan. Para mal.

En el caso de Madrid, porque van a acentuar los sentimientos anti-vascos en general y, más en concreto, la hostilidad de la opinión pública española hacia cualquier política que busque una salida negociada al llamado «conflicto vasco». En el entramado de la política vasca, porque van a zancadillear los esfuerzos hechos, de un lado y de otro, para lograr que la izquierda abertzale tenga el peso que le corresponde en la acción política.

¿Cómo explicar acciones como ésta del estadio de la Peineta? Cuando reflexiono sobre ello, me asaltan dos tentaciones. La primera es pensar que sus autores se están equivocando de táctica. La segunda, concluir que no, que lo que quieren es suscitar las reacciones que de hecho provocan.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (26 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de junio de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/26 06:00:00 GMT+2
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2005/06/25 06:00:00 GMT+2

No lo sé

En el actual momento político -estoy pensando sobre todo en el vasco, pero podría hacer extensiva la reflexión al conjunto español- hay no pocas situaciones que suscitan en la misma persona, o en el mismo grupo, respuestas que casan mal entre sí.

No me hace particularmente feliz constatarlo, pero compruebo que yo mismo soy un ejemplo de ello.

Releo la columna que hoy me publica El Mundo y pienso que muchos deducirán que estoy sacando la cara por Zapatero. Y tendrán razón. Pero, ¿qué podría hacer, en un momento en que se han lanzado a por él, reunidos en santa alianza, los carcas de todos los colores y todas las siglas? Zapatero es un desastre, un mar de indecisiones, «un político sin columna vertebral», como decía de él Xabier Arzalluz. Es verdad: no tiene espinazo. Lo prueba manteniendo como ministro de Defensa al zascandil de Bono, que no para de tirarle zancadillas, y dando barra libre a sus ministros de Interior y Justicia, que se empeñan en hacer doctrina todos los días por su cuenta y riesgo.

Por mi gusto, lo pondría a caldo. ¡Vaya que sí lo haría! Y las ganas que tengo. Pero con ello no conseguiría otra cosa que contribuir a la campaña de descrédito que tienen emprendida contra él. Una campaña que, de triunfar, dejaría la vía expedita a los que están deseando el regreso a lo que ya tenemos más que visto en el pasado, con el PSOE y el PP en plan «tanto monta monta tanto». ¿Cómo darle la caña que se merece por muchísimos conceptos sin convertirse en aliado objetivo de Aznar, Acebes, Rouco, Vázquez, Bono et alii?

No lo sé.

En el caso de Euskadi, la peor de las contradicciones la plantean también los así llamados «socialistas», incluido el insustancial de Patxi López, que es capaz de defender cada cosa y su contrario en el plazo de pocas horas (y de hacerlo mal en ambos casos, lo que es aún peor). Él y los suyos son una banda de impresentables, con una trayectoria política en la que los chanchullos y el terrorismo de Estado se funden en inextricable amalgama. Sus actuales bandazos políticos resultan patéticos: lo mismo dicen que hay que buscar la paz mediante el diálogo «entre todos» que afirman oponerse «por principio» a que haya foros de debate que no tengan su sede en el Parlamento (como si la llamada Mesa de Ajuria Enea no hubiera sido exactamente eso: un foro situado fuera del Parlamento). ¿Con qué narices puede pretenderse partidario del diálogo quien se niega a hablar con un partido que representa a algo así como el 15% del electorado y cuya ilegalización es rechazada no sólo por la mayoría de la sociedad vasca, según reciente sondeo del CIS, sino incluso por el propio Estado francés, en cuyo territorio Batasuna sigue siendo legal? Pero, sobre todo, ¿con quién quiere dialogar, si excluye al oponente?

Es como para mandarlos a hacer gárgaras. Pero, a la vez, ¿cómo llevar adelante en Euskadi un proceso de normalización política en el que no participe algún partido españolista? Y no parece que el PP esté por la labor, precisamente...

Soy consciente de que lo que más desea el PSE-PSOE es retornar a los tiempos del diario cambalache con el PNV, en el que ambos partidos se repartían las prebendas del Gobierno vasco («hoy por ti, mañana por mí»), y sé que esa perspectiva es cualquier cosa menos halagüeña, pero ¿cómo atraer a los socialistas vascos a la tarea de la pacificación y la normalización sin hacer el juego a sus ambiciones y sin hacérselo también a quienes desde dentro del PNV persiguen más o menos lo mismo?

Tampoco lo sé.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/25 06:00:00 GMT+2
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2005/06/24 06:00:00 GMT+2

Las ventajas del nuevo

Insiste Mariano Rajoy en zaherir la -según él- irrelevancia de José Luis Rodríguez Zapatero en los asuntos de la Unión Europea. Lo pinta como un bisoño que no sabe bandearse en esos escenarios y al que nadie hace caso.

La crítica tendría algo más de consistencia si él mismo -que tampoco puede presumir de estar muy baqueteado en tales lides, a decir verdad- hubiera acudido a los centros de poder de la UE, se hubiera entrevistado con quienes cortan el bacalao (y todo el resto, desde la anchoa y la remolacha hasta los presupuestos y las ampliaciones) y les hubiera dado a conocer sus puntos de vista alternativos, caso de que los tenga.

Pero no lo ha hecho, entre otras cosas porque su antecesor le dejó por herencia un perfecto aislamiento continental, poco o nada aliviado por su línea directa con Blair, que cuando se autodefine como «proeuropeísta entusiasmado» provoca las risas de la audiencia, y con Berlusconi, especializado en hacer el ridículo cada vez que abre la boca. Vaya par de avalistas europeos, uno que no ha querido aceptar la moneda única y otro cuyos ministros proponen abandonarla.

Es verdad que Zapatero carece de experiencia en el manejo de los intríngulis de la UE -y en muchas otras lides-, pero a mí, a la vista de cómo se comportan algunos de los que tienen muchos años de ejercicio a sus espaldas, no me parece que ése sea su mayor inconveniente. Ni mucho menos.

Con demasiada frecuencia, quienes tienen un pasado que justificar y se mantienen en el poder se empecinan en repetir los mismos errores, tratando de demostrar que la culpa nunca ha sido suya, sino de la realidad, torpe y cerril. Así que no paran de dar vueltas y más vueltas a la eterna noria. El que llega de novato al cargo, en cambio, siente la necesidad de dejar su impronta y se anima a explorar nuevos caminos. No tienen por qué ser buenos, pero tampoco cabe excluir de antemano que sean mejores.

Ahí está el caso de los titubeos y amagos que está manifestando Zapatero -cambio de tercio, aunque no tanto- en relación con Euskadi. No parece que tenga claro lo que quiere, o cómo lograr lo que quiere, pero por lo menos no se empeña en repetir todas y cada una de las fórmulas fracasadas del inmediato pasado. Visto lo cual, los políticos, intelectuales y periodistas que se erigieron en adalides de los anteriores dogmas al uso, incluidos los del PSOE, ya se han lanzado a su caza.

Entre los que se amarran al pasado habrá quienes actúen por convicción profunda, no lo dudo, pero a muchos otros -se les nota demasiado- lo que realmente les importa es salvar la cara. Quieren impedir como sea que venga un novato que permita empezar a resolver los problemas que ellos enquistaron y envenenaron tan a conciencia.

A veces no hay más remedio que preferir al novato. Aunque sólo sea por exclusión.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (24 de junio de 2005) y El Mundo (25 de junio de 2005). Hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/24 06:00:00 GMT+2
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2005/06/23 06:00:00 GMT+2

Hubo sorpresa

No desbarré demasiado en mi comentario de ayer: efectivamente, hubo sorpresa en el Parlamento de Vitoria. Cuando lo escribí sólo sabía lo que dije: que Madrazo se había mostrado un tanto enigmático al respecto y que había algunas razones que avalaban la posibilidad de sorpresa. Poco después, y ya en sede parlamentaria, tuve otra información significativa. Aitzane Ezenarro, la parlamentaria de Aralar -a la que, en mi tan persistente como antológico despiste, no había identificado hasta ese momento como la integrante de Elkarri que me hizo una larga entrevista para su revista en octubre de 2001-, parecía encarar la sesión con un ánimo no demasiado alegre, por así decirlo. Algunos sospechamos que podía deberse a que supiera algo que le hacía concluir que su voto no iba a tener el peso decisivo que en general se le predecía. La sospecha no tardó en tomar forma: ¿y si se estuviera preparando una reedición de la táctica navideña de la izquierda abertzale, repetición de cuando a fin de año el grupo parlamentario de Otegi dividió sus votos para hacer que el plan Ibarretxe siguiera adelante?

A las 5 de la tarde pudimos comprobar que era eso, en efecto, lo que había estado fraguando.

Luego ya, a toro pasado, todos pudimos recopilar más datos que apuntaban en la misma dirección: el hecho de que la presidenta del Parlamento hubiera dado instrucciones para que en la Casa de Juntas de Gernika estuviera todo dispuesto este sábado próximo para una eventual ceremonia de jura del cargo de lehendakari -aunque para mí que estaba obligada a hacerlo-, la constatación de que Ibarretxe no había prestado a Aralar la atención previa que habría estado obligado a concederle, si su voto le hubiera sido imprescindible...

De no producirse más sorpresas (he retrasado la confección de este apunte para otear el panorama de última hora) lo que va a resultar es lo siguiente: una reedición del Gobierno tripartito, debilitado no sólo por su menor fuerza parlamentaria, sino también por los rifirrafes que ha habido entre sus componentes; un grupo de Ezker Abertzaleak (o sea, de EHAK) que depende del campo libre que le deje ETA para reforzarse política y electoralmente gracias a su acción parlamentaria; Aralar, que depende de lo mismo pero al revés (tanto más juego tenga EHAK, tanto más se diluirá su presencia); un PSE-PSOE que sabe que no quiere seguir haciendo lo que venía haciendo pero que no sabe lo que quiere hacer, y, en fin, un PP dispuesto a adueñarse del campo electoral del nacionalismo español a machamartillo (que lo hay en Euskadi, y con arraigo).

Ibarretxe, en una actitud muy suya, dispuesto a hacer de la necesidad virtud, definió este panorama como «ilusionante». Estoy dispuesto a concederle, todo lo más, que en comparación con algún tiempo pasado -por ejemplo, cuando ETA rompió la tregua y el tándem Mayor Oreja-Redondo Terreros alcanzó su máximo esplendor-, éste de ahora tiene su ventajas. Pero sigo viendo que la obra de la pacificación y la normalización de Euskadi les queda muy grande a la mayoría de los actores encargados de representarla. Hay demasiada mediocridad -a veces incluso clamorosa-, demasiada pijotería y demasiado resquemor acumulado. Ojalá me equivoque.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (23 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/23 06:00:00 GMT+2
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2005/06/22 06:00:00 GMT+2

¿Puede haber sorpresas?

Veo amanecer en Vitoria mientras me preparo para acudir al pleno del Parlamento Vasco en el que va a debatirse la candidatura de Ibarretxe a lehendakari.

Casi todo el mundo augura que la mañana va a pasar entre discursos de rutina y que nos iremos de vacío.

Me ha sorprendido Javier Madrazo. Dice que puede haber sorpresas. Por lo que he creído entenderle, parte de la convicción de que ni al PSOE ni a EHAK les interesa crear una situación que conduzca a una convocatoria pronta de nuevas elecciones, lo que va a obligarlos a propiciar de un modo o de otro la designación de Ibarretxe.

Su conclusión, aunque no lo diga tan crudamente, es que, si eso es lo que finalmente van a respaldar, ambos están interesados en aparecer públicamente como los (o las) que lo han provocado, para que todo el mundo crea que Ibarretxe les debe mostrar agradecimiento. En tal caso, EHAK debería actuar antes de que Patxi López retire su candidatura, lo que podría hacer mañana mismo.

No digo ni que no ni que sí. No sé. Me vendría bien, por el aquel de no haber hecho el viaje en balde. Pero ya me hago cargo que los partidos políticos no deciden sus tácticas pensando en mis conveniencias de viajero quejica.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (22 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/22 06:00:00 GMT+2
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2005/06/21 06:00:00 GMT+2

Los listos siempre se salvan

se ha dicho, y muy severo, sobre la actividad de las empresas demoscópicas que el pasado domingo se equivocaron a pie de urna vaticinando con unánime torpeza los resultados de las elecciones autonómicas de Galicia.

Ya sabemos que no tiene nada de especial errar a la hora de hacer predicciones, pero resulta bastante sospechoso que varias conspicuas empresas del ramo incurran una y otra vez en idénticos errores sobre los mismos asuntos. Recuerdan demasiado a los alumnos que sueltan la misma pata de banco en el mismo examen escrito, en respuesta a la misma pregunta. El tribunal no tiene más remedio que deducir que han bebido todos en la misma fuente envenenada.

Como los demoscópicos de marras, también tienen su aquel los comentaristas políticos que asumen durante las noches electorales el encargo de explicar a la audiencia las noticias que van llegando. Me he encontrado yo mismo algunas veces en ese trance, obligado a deambular cada diez minutos, al albur de la actualidad, por la cuerda floja del ridículo.

Cuando me he visto en ésas, siempre me he rendido admirado ante el oficio de los comentaristas todo terreno que, si oyen que a Tal parece que le está yendo mucho mejor de lo que se anunciaba, aseveran sin parpadear, adornándose con toda una batería de datos, que eso era perfectamente previsible, porque Tal es mucho Tal; pero que, si un cuarto de hora después, se constata que Tal está perdiendo posibilidades a ojos vista, son capaces de exhibir las mil y una razones por las que Tal, reliquia del pasado, estaba condenado a dejar de una vez el sillón a Cual, como ellos ya habían pronosticado muchas veces.

Me recuerdan a los comentaristas futbolísticos que están preparados para elevar a los cielos o arrojar a los infiernos al delantero, al portero o al entrenador que sea, según lo que suceda en el minuto 96 del partido. ¿Que el balón da cuatro rebotes raros y se introduce en la portería? Nos relatan con gran detalle cómo eso es resultado de toda una trayectoria milimétricamente planificada, astuta, impecable, ejemplar. ¿Que tras el rebote final el baloncito de las narices sale por la línea que delimita el terreno de juego y no hay tutía? ¡Si ya lo habían dicho ellos! Ese delantero «no tiene gol», deja que los defensores «le encimen» (sic!) y está ahí tan sólo porque el entrenador del equipo no tiene lo que hay que tener.

Un rebote aquí o allá -8.000 votos de más o de menos- y el tipo de preclaro cerebro se convierte en un perfecto zote, o el mediocre irredento en genio imprescindible.

¿Ridículo? Sí, por supuesto. Pero sólo en parte. Porque ya se sabe que son los resultados los que cuentan. Y si logras el campeonato -o si te haces con el Gobierno- a nadie le importa que tus méritos estén más o menos acreditados. Y si no, pues lo mismo.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (21 de junio de 2005) y El Mundo (22 de junio de 2005). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. El apunte se titulaba Los analistas siempre se salvan. Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/21 06:00:00 GMT+2
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2005/06/20 06:00:00 GMT+2

El chollo en el aire

Hace algo más de un mes, Suso Vega, diputado del BNG con el que tengo relación de amistad y buena sintonía política desde hace algo así como 30 años, me telefoneó para confirmarme algo que ya daba por supuesto: que habían decidido aplazar unas conferencias que querían que yo dictara por aquellas tierras. No estaban para charlas genéricas sobre los medios de comunicación, en medio del fregado electoral que se les venía encima.

Remitidas las conferencias para tiempos venideros, aproveché la llamada para pedirle a Suso que me hiciera un rápido pronóstico electoral. Contestó con la modestia y la prudencia que le son proverbiales, pero no pude dejar de recordar ayer aquella conversación porque lo sucedido finalmente en las urnas se ha atenido casi milimétricamente a sus predicciones. Me dijo: «Doy por hecho que subirá el PSdG, porque se beneficiará del efecto Zapatero y del peso que le confiere ser el representante privilegiado del Gobierno central; bajará el PP, aunque no creo que tanto como algunos le auguran, y bajará el Bloque, porque en las anteriores elecciones rentabilizamos el pésimo momento por el que atravesaban los socialistas, y eso ha cambiado». «¿Quién ganará, entonces?», le pregunté. «Si lo que quieres saber es si puede perder Fraga, la respuesta es sí. Puede perder. Pero no des por hecho que va a perder, ni mucho menos. Para mí que estará en un pañuelo». Y añadió, profético: «No me extrañaría que el voto de la emigración americana acabe teniendo una importancia decisiva».

Sin el menor ánimo de disimular mi ignorancia, retomé el interrogatorio: «¿Y que cabe esperar del voto de la emigración? ¿Es favorable al PP?». La respuesta de Suso es digna de ser retenida, a la vista de la perspicacia que acreditó hasta ese punto: «Oscila entre el PP y el PSOE, según los casos. Esta vez el PSOE puede beneficiarse de que es el partido que manda en Madrid y, en consecuencia, también en las embajadas, en los consulados y demás delegaciones oficiales de España en América Latina. A quien no beneficia en nada, eso tenlo por seguro, es al Bloque. En las elecciones europeas, el PSOE logró muy buenos resultados en el voto procedente del otro lado del Atlántico. En las anteriores autonómicas, en cambio, con Aznar gobernando en Madrid y Fraga en Galicia, fue el PP el que se llevó el gato al agua. Vete a saber. En todo caso, lo que sí está demostrado es que ese tipo de voto por correo es manipulable.»

Como Suso no sabía hasta qué punto el voto de la emigración podría llegar a ser clave en estas elecciones, no entró en mayores detalles. Tampoco yo se lo pedí, entre otras cosas porque iba conduciendo y, aunque usaba el ya tan famoso bluetooth, la señal telefónica era tirando a mala.

Ahora resulta que el único escaño que podría cambiar de signo es uno de los de Pontevedra, donde el PSOE ha aventajado al PP en 8.160 votos. Ignoro que análisis hará Suso Vega de lo que puede suceder de hoy en siete con ese escaño, pero me da, siguiendo su hilo conductor, que lo más probable es que lo conserve el PSdG. Lo que tendrá como resultado la victoria electoral de los socialistas y el Bloque, con Pérez Touriño como candidato a presidente de la Xunta.

Lo cual podrá suceder por un solo escaño, o por unos pocos cientos de votos, pero, si sucede, cambiará muchas cosas. En la política general y en la gallega en particular. Porque a los clientes y deudos del PP les dará igual haberse quedado sin chollo por unos cientos de votos o por muchos miles. Lo único que les importará es haberse quedado sin chollo. Y tenerse que buscar otro, o el mismo pero con diferente patrón.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (20 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/20 06:00:00 GMT+2
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2005/06/19 06:00:00 GMT+2

El «gesto» de ETA

Considerado en sí mismo, sin tener en cuenta otras circunstancias, el comunicado que ETA ha hecho público hoy, en el que anuncia su decisión de no atentar contra electos españoles tampoco sería como para echar cohetes. No sólo se refiere a un aspecto parcial de su detestable actividad, sino que incluso, en ese terreno limitado, su anuncio presenta lagunas importantes, no sé hasta qué punto deliberadas: dice que no va a atentar contra políticos españoles electos, pero no dice si se trata de una decisión irreversible; no precisa si, en el caso de que algún día decida volver a esas andadas, avisará previamente de ello; no aclara si descarta cometer atentados contra gente del PP o del PSOE por motivos distintos de su militancia partidista (por negarse a pagar el impuesto revolucionario, por ejemplo); no especifica si se reserva el derecho a atentar contra militantes del PP o del PSOE que no hayan resultado electos en ninguna votación... En resumen: lo que ETA ha escrito en ese comunicado es tan ambiguo que podría hacer cualquier día lo que le diera la gana y sostener que no ha incumplido los términos exactos de su compromiso.

Eso, ya digo, sin contar con que no hay en su proclama ninguna mención al cese de otro género de atentados contra personas o a la colocación de artefactos que estallan en cualquier parte y que el día menos pensado pueden llevarse por delante a cualquier viandante. (No se me quita de la cabeza la imagen de esos chavales de Zarautz que estuvieron hace unas cuantas semanas jugando durante un buen rato con una bomba, inconscientes de lo que tenían entre manos. De haberles estallado, la escabechina habría sido fina.)

Hay, por lo tanto, sobrados motivos para afirmar que el anuncio de ETA, considerado en sí mismo -insisto-, resulta demasiado limitado, inconcreto y reservón. Que es, de hecho, un compromiso que apenas compromete a nada.

Pero es interesante que se haya creído en la obligación de hacerlo. Es digno de mención que lo haya hecho público apenas tres días después de que el mundillo político vasco y el Gobierno central recibieran con llamativas pruebas de decepción otro comunicado suyo, en el que se largaba un extenso y muy solemne rollo sin entrar en ninguna harina. Se ha dado cuenta de que no puede pasarse el tiempo soltando esa cursilada de que es a Rodríguez Zapatero a quien le corresponde «mover ficha» y que, si quiere pintar algo positivo en el próximo futuro, ha de asumir la abrumadora voluntad de paz de la población de Euskadi.

 

No estoy tan seguro, en cambio, de que su gesto esté dirigido también al pleno que el Parlamento de Vitoria celebrará el miércoles y en el que se pondrá a prueba la candidatura de Juan José Ibarretxe a lehendakari.

Algunos observadores muestran su asombro cuando ven que sectores importantes de la izquierda abertzale -y del nacionalismo vasco moderado, pero ésa es, al menos en parte, otra historia- parecen más interesados en entenderse con Zapatero que con Ibarretxe y su renqueante tripartito.

Eso demuestra la escasa memoria de los tales observadores. Porque siempre ha sido así. Ya hace más de tres lustros de las conversaciones de Argel, en las que la izquierda abertzale se negó a que hubiera -así fuera como mero observador exterior, sin voz ni voto- ningún representante del partido mayoritario de Euskadi. Su idea del proceso siempre ha apuntado por esa vía: buscar un acuerdo entre la izquierda abertzale y los políticos españoles más sensatos, prescindiendo de la representación política mayoritaria de la sociedad vasca. (Curiosa idea de sensatez la suya, por cierto: entonces querían pactar con los creadores de los GAL; ahora con los especialistas en perseguirlos judicialmente.)

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/19 06:00:00 GMT+2
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2005/06/18 06:00:00 GMT+2

El rapto de Europa

Me hacen gracia los paralelismos que pueden establecerse entre la leyenda mitológica del rapto de Europa y los problemas por los que atraviesa hoy en día -hoy, 18 de junio de 2005, muy especialmente- la Unión Europea. Pero, quede tranquilo el ánimo de ustedes, que no es mi intención importunarlo ni castigarlo con las ideas perversas que se me ocurren al respecto. Me limitaré a reproducir el mito tal como aparece contado en la obra Mitología griega y romana, muy reconocida y galardonada en su tiempo, salida de la pluma de un erudito francés llamado Jean Humbert. La vigésimo cuarta edición del libro fue traducida al castellano por B. B. O. (sic) y publicada en Barcelona por Gustavo Gili en 1928. La tal versión me acompaña no desde esa fecha -algo temprana incluso para mí-, pero sí desde que llegué a la edad en la que hubiera debido alcanzar el uso de la razón.

La amable lectora y el no menos amable lector sabrán trazar las jocosas similitudes que se les ocurran. Pídoles, eso sí, que tengan en cuenta que el significado de la palabra «rapto» ha variado en los últimos años, gracias a una de las muchas intervenciones creativas en las que ocupan su tiempo los académicos españoles de la lengua. Hasta hace cosa de nada, se reservaba el término «rapto» para referirse al secuestro de una mujer por un hombre, efectuado por motivos y con propósitos sexuales. Gracias a nuestros académicos, siempre dispuestos a empobrecer el idioma y a restarle precisión para modelarlo a su imagen y semejanza, ahora la palabra «rapto» es sinónima de «secuestro», con lo que el sexo deja su lugar al dinero del rescate (lo que está lejos de resultar inconveniente para la historia que nos ocupa).

En fin, que les dejo a ustedes en compañía de la prosa de monsieur Humbert, con sus arcaísmos adecuadamente respetados en la versión castellana.

 

«§ 3. Europa

 

»EUROPA, hija del rey de Fenicia Agenor y hermana de Cadmo, era de una belleza deslumbrante. Vióla Júpiter y decidió raptarla. Pero, para conseguir mejor su objeto, se transformó en toro y fué a apacentarse en una pradera que se extendía junto al mar, donde Europa se divertía jugando con sus compañeras. Muy pronto su porte dulce y atractivo, su gracia y su tierno mugido, atrajeron las miradas de las doncellas fenicias, y acercándose Europa al manso animal, coloca guirnaldas en su frente, ofrécele hierbas floridas, acaricia dulcemente con su blanca mano su cuello y al fin se atreve a sentarse sobre sus espaldas. Sus compañeras iban a seguir su ejemplo, pero el pérfido toro no les dió tiempo para ello: escápase a todo correr en dirección al mar y se lanza al agua. Europa prorrumpe en gritos de espanto, tiende sus brazos hacia la ribera, tórnase pálida y se estremece al ver cómo las olas se abren a su paso y los monstruos marinos saltan a su lado.

»Ocupada hasta entonces en coger flores y tejer alegremente coronas para las ninfas, ahora y en la inmensidad de la noche no divisaba sino estrellas y aguas infinitas. Tan pronto como hubo tocado tierra firme en las costas de Creta, traspasada de dolor, exclamó: "¡Oh, padre mío, oh hermanos y amigas mías con quienes yo he pasado tantos días felices! ¿Dónde me encuentro? ¿Adónde voy? ¿Es todo esto una pesadilla que me atormenta...? ¡Haber dejado mi patria y mis dioses penates; haber osado traspasar la vasta llanura del mar...! ¡Ah, si pudiese librarme de este monstruo execrable! ¡El furor de que me siento poseída me daría fuerzas para reducirlo a pedazos, para romper los cuernos de este buey que hace poco tanta admiración me causaba! ¡Desgraciada! ¿Qué esperas para arrancarte la vida? Con este cinto que aun te queda puedes poner fin a tu suerte fatal, colgándote de esta encina; a no ser que prefieras, como esclava vil, tejer con tus reales manos la suerte que una extranjera se gozará en imponerte."

»Tales eran sus lamentos. Venus la escuchaba con un malicioso sonrís y a su lado también su hijo esgrimiendo su arco lacio. Cuando la diosa se hubo saciado gozándose en este bárbaro placer, le dijo: "Modera ese furor, si el toro viene a ponerse en tus manos para que puedas romper sus cuernos. ¿Tal vez ignoras que eres esposa de Júpiter? Apaga tu llanto y aprende a hacerte digna de la elevada suerte a que estás llamada. De hoy en adelante una parte del universo llevará tu nombre".»

Jueguen ustedes a imaginar quiénes pueden ser los fenicios de nuestro tiempo, quién se disfraza de bello toro para ocultar sus aviesos propósitos... y qué Europa es ésa que tanto se lamenta de haberse dejado seducir por una mala bestia.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (18 de junio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/06/18 06:00:00 GMT+2
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