Ha tocado que el último concierto del año sea el que Ruper
Ordorika ofreció el jueves 29 de diciembre en el Victoria Eugenia. Acompañado de su (hace ya unos meses renovado grupo de) Mugalaris, el oñatiarra llenó el teatro para ofrecer un recital centrado en su trabajo más reciente,Hodeien azpian, usando como muleta temas ya clásicos del rupertorio. Fueron casi dos horas de música que para algunos fueron algo frías, pero me da que eso hay que achacárselo a la solemnidad del Victoria Eugenia y a la actitud del público.
Ruper, banda incluida, estuvo en su línea habitual y, aprovechando lo evocadora que me resulta su música, me acordé del amigo del otro lado (digital) de Ander Izagirre.
Cuenta Ander en su blog que una vez le escribió un mail a un amigo, pero como no sabía cuando lo iba a leer, lo imprimió y se lo mandó por correo ordinario. Mejor que leáis el resto en Mi
amigo del otro lado.
En la segunda mitad de la década de los 90, yo tenía ordenador en casa, pero no conexión a Internet. Varios amigos y amigas se fueron por aquel entonces a pasar una temporada por Estados Unidos, Alemania, Inglaterra... Escribía mis cartas en Word Perfect, las imprimía y se las enviaba por correo tradicional. No es lo mismo, pero parecido.
Siguiendo con la muga, con la frontera, me he leído estos días el libro de Rosa
Arburua titulado Gau lana, publicado este otoño por
Alberdania. Trata del contrabando y del estraperlo (gau lana quiere decir trabajo nocturno en euskera) a ambos lados del Bidasoa, pero sobre todo en el que cae en los dominios del suegro de Urdangarin. Hay buenas historias en el libro, pero debería haberlas pulido más, porque están en bruto.
Una de esas historias cuenta cómo pasaban en los 60 a los emigrantes portugueses que iban a trabajar a Francia. Arburua habla de cómo estaba organizada la red y de cómo se cobraba por el trabajo realizado. Se partía una fotografía del emigrante en dos. Un trozo se quedaba en el pueblo natal y el otro lo llevaba el propio emigrante consigo. Al llegar a su destino, entregaba el resto de la foto a la persona que le había acompañado y poco a poco, siguiendo la cadena de mugas, la foto bajaba a Portugal. La persona que tenía el primer trozo pagaba el viaje al recibir el segundo.
He empezado con Ruper y terminaré con él. Muchos vasc*s fueron a comienzos del pasado siglo XX a tierras del Sur de América. Os dejo con Ordorika cantando, y explicando, Zaindu
maite duzun hori en el 2009 en Buenos Aires.
Se ha cumplido lo que todos esperábamos. Cuando Martin Garitano (Bildu) fue elegido diputado
general de Gipuzkoa, se especulaba con la posibilidad de que la Diputación dejara de patrocinar a la Real
Sociedad.
Y hoy hemos sabido que la nueva división deportiva del grupo Delifunart,
Magno, será quien patrocine al equipo txuri-urdin las
próximas temporadas. Según nuestras fuentes, el acuerdo unirá a
ambas entidades hasta el 2016 y por cada año la Real Sociedad
recibirá 2 millones. Es decir, un total de 10
millones de euros.
Con la cantidad recibida, el equipo realista podrá afrontar el fichaje de Xabi Alonso. El tolosarra vendrá a Zubieta tras
el campeonato europeo, en julio de 2012, y lo hará como jugador-entrenador.
No lo hemos podido confirmar, pero algunas fuentes señalan que
Magno tendrá un asiento en el Consejo de Administración de la
Real Sociedad. Suena con fuerza el nombre de Txomin Jauregi como
la persona con más posibilidades de ocupar dicho sillón.
Así las cosas, en el próximo partido de Copa
contra el Mallorca, la Real ya no portará en sus camisetas el lema
“Gipuzkoa euskararekin bat” (Gipuzkoa con el euskera), sino que
a partir de ahora lucirá “Gipuzkoa #realliberalismo bai” (Gipuzkoa #realliberalismo sí).
Hemos intentado ponernos en contacto con algún portavoz del
grupo, pero nuestras gestiones han resultado infructuosas. Algo normal, porque el día de ayer tenían quehaceres más importantes.
Esperamos tener más datos a lo largo del día de hoy.
Lo que voy a contar hoy no tiene mucho que ver con la sesión del pasado viernes, sino más bien con un sucedido que contó entre bertso y bertso Josu Goikoetxea.
Josu es padre de tres hijas y hace poco le vino una de ellas, de 8 años, con una cuestión de esas con carga de profundidad: "Aita, en la ikastola me han dicho que vosotros sois Olentzero". Tras pensar un rato qué decirle a su hija, Josu le soltó: "¿Quieres saber la verdad?". Y la hija, con mucho convencimiento, le respondió: "Noooooo".
Y es que, en ocasiones, se vive muy a gusto en un simulacro.
Coged un tema cualquiera y lanzad una pregunta. A vosotras y vosotros mismos, incluso.
Yo hoy le lanzaría esta pregunta a los súbdit*s del Rey español: ¿quieren ustedes-vosotros saber la verdad y nada más que la verdad de don Juan Carlos de Borbón?
Me da que en la España de hoy vale, todavía, la respuesta de la hija de Josu.
Hoy toca ponerse en plan mesa petitoria dominical y rogar a la gente que se pasa por este rincón que se tome cinco minutos para leerse lo que va debajo de estas líneas.
A mediados del pasado mes de noviembre tuve conocimiento de la existencia de un proyecto de documental llamado "To Say Goodbye". Los instigadores del mismo son Matt Richards e Izaskun Arandia y ambos se han puesto manos a la obra para recaudar en Kickstarter 65.000 euros (a día de hoy, la recaudación roza los 10.000 euros y queda un mes por delante).
La idea es narrar la historia de los 4.000 niñas y niños evacuados desde Santurtzi a Southampton en la primavera de 1937, tras el bombardeo de Gernika. Aquellos críos iban a pasar tres meses en el extranjero, pero, 75 años después, algunos todavía residen fuera.
La película mezclará la animación clásica y el 3D con las voces de estas abuelas y abuelos (de entre 80 a 90 años) que contarán como aquella estancia se alargó en el tiempo: semanas que se convirtieron en meses y meses que fueron años.
Os dejo con una foto de la co-directora y el trailer de la peli.
Una cosa más: director y co-directora no son dos tuercebotas, precisamente.
Esta mañana he estado en la (llamada) Azoka de Durango, haciendo la visita de todos los años por estas fechas. Cada edición cuenta con una cultura invitada y este año le ha correspondido a la cultura gallega.
Ya en casa, he visto que @anderiza recomendaba en twitter el documental Percebeiros. Es un documental de 11 minutos dirigido por David Beriain sobre la historia de Serxio Ces, percebeiro de Cedeira. Lo acabo de ver y realmente merece la pena. Imágenes espectaculares del hombre en plena faena al tiempo que escuchamos sus impresiones y sus miedos, agrandados desde que fue padre.
Me ha llamado la atención una frase que dice en el minuto 2 del vídeo. "Héroes son las mujeres, que curran a mazo y no cobran nada. ¡Y paren, joder" aparece sobreimpresionado en el vídeo, mientras él se dirige a la barca que lo llevará a ganarse el pan de la familia. No me debería llamar la atención, claro. Porque es la pura verdad. Pero el caso es que así ha sido.
"Iñaki Urdangarín, el novio de la infanta Cristina,ha saldado
recientemente con el Ayuntamiento de Barcelona una deuda de más de
400.000 pesetas acumulada entre 1993 y 1997. Los débitos de Urdangarín,
jugador de la sección de balonmano del F. C. Barcelona, para con la
hacienda local se resumen de la siguiente manera: 155.000 pesetas por 19
multas de circulación -la mayor parte por estacionamiento indebido de
su motocicleta-; 93.000 pesetas en concepto de Impuesto de Bienes
Inmuebles de su piso de los años 1996 y 1997, y 158.000 pesetas por los
impuestos de circulación de su moto y de su coche impagados desde 1993.
La deuda de Urdangarín ha salido a la luz pública después de que la
Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona recibiera una carta
de una desconocida Comisión Anticorrupción en la que se denunciaba la
morosidad del futuro esposo de la infanta Cristina".
Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, es por lo que parece un señor muy de derechas. Ya dijo hace unos días que él estaba en la guerra al navajero, pero lo que no sabía era que la iba a liar contra una asociación como Pannagh (a la que le han clausurado temporalmente la web) dedicada "al estudio del cannabis". Su actividad es pública y solo vende dicha sustancia a las personas asociadas, algunas de las cuales consumen cannabis por motivos terapéuticos. ¡Ya vale de mercado negro!
Tan
solo quiero añadir una cosa: respeto el dolor de la familia
Pagazaurtundua, pero también conviene tener en cuenta que un crimen no
se puede reparar con otra injusticia.
A continuación la traducción del artículo publicado el 16 de noviembre: he mantenido los enlaces originales.
Que no te engañen las teleseries de ficción
Estos días están juzgando a Gurutz Agirresarobe
en la Audiencia Nacional, le imputan haber matado a Joseba
Pagazaurtundua por orden de ETA y el fiscal pide una pena de 48 años de
prisión. Jugamos durante muchos años en el mismo equipo de rugby y estoy
seguro de que cuando dice que no estuvo aquella mañana del 8 de febrero de 2003 en el Bar Daytona de Andoain, dice la verdad.
Ya
fue extraña su detención hace año y pico. ¿Cómo es posible que siguiera
haciendo vida normal durante tanto tiempo? Dicen que cuando detuvieron
en el 2009 a varios miembros de ETA, fue cuando la Ertzaintza comenzó a
investigar a Gurutz, eso es lo que afirma el juez Grande-Marlaska en el auto.
Dice también que jugaban en el mismo equipo de rugby. Yo también jugaba
con ellos al rugby, ¿y qué? Pero teniendo en cuenta esta hipótesis,
¿por qué no huyó Gurutz si estaba en peligro? Todo está envenenado por
hipótesis, dimes y diretes varios.
“Jamás he tenido relación con ETA”
dijo Gurutz en la sala. También señaló que nunca había tenido un arma
en la mano, que no ha estado jamás en el Daytona y que, además, solo ha
tomado dos cafés en su vida. Respondió a las preguntas de todas las
partes: a la familia Pagazaurtundua, a la asociación de víctimas, al
fiscal... Eso no cuadra con la actitud que los miembros de ETA han
tenido en los juzgados, y no lo digo yo, sino que lo dice El Mundo.
La
única prueba de la acusación es una muestra de ADN tomada de una taza
del bar Daytona. Pero que no nos engañen las teleseries de ficción,
porque muchas veces determinar el ADN es tan "fácil" como ver el golpe
de castigo en un maul. Los mismos ertzainas han admitido que la muestra es muy pequeña (hace cuatro años se difundió que no tenían el ADN)
y un perito genetista ha puesto en entredicho su calidad. En una prueba
de ADN hay que tener muy en cuenta las condiciones en las que la
muestra fue tomada, su custodia, la valoración, etcétera (más
información al respecto en este artículo).
¿Qué pasaría si esa taza estuviera contaminada o manipulada? Los
testigos dicen que no, pero sus palabras valen tanto como las de Gurutz.
¿Qué garantías tenemos de que todo el proceso de custodia del ADN
-recordemos que han pasado siete años- se hizo correctamente? En Australia revisaron 7.000 casos porque surgieron dudas con el ADN.
“Un
inocente va a seguir en prision”, dijo Gurutz. Me temo que ha sido
víctima de las presiones políticas y de una operación que no ha medido
todas las consecuencias. Porque el contexto tampoco es nada común. En el
2010, el Estado y las fuerzas policiales comenzaron a construir el
relato de que ETA había sido derrotada. En muy poco tiempo, fueron
detenidos no sé cuantos supuestos cabecilllas de la banda. En este
sentido, Rodolfo Ares calificó de muy importantes las detenciones de Gurutz Agirresarobe y de Aitziber Ezkerra, una célula durmiente
desarticulada, y destacó que la investigación la desarrolló la
Ertzaintza "en su totalidad". Sin embargo, unos cuantos días después,
Ezkerra fue puesta en libertad, tras sufrir malos tratos en comisaría.
Encontraron
una coincidencia en el banco de ADN de la Ertzaintza, proveniente de
una débil huella genética. Se detuvo al sospechoso y ya se verá luego.
Pero luego no han encontrado nada más: no se ha probado que Gurutz
tuviera relación con miembros de ETA -tal y como afirmó Rodolfo Ares-,
no sabemos qué sucedió con la pistola utilizada para matar a Gimenez
Abad, los testigos no reconocen a Gurutz, no hay ninguna documentación
más, ni siquiera hay una autoinculpación.
No se puede tener fe en
los procesos basados en una única prueba, menos en un pueblo como éste
donde se juzgan las militancias políticas. Es comprensible el dolor de
la familia de Joseba Pagazaurtundua, la necesidad de que el culpable
pague por el asesinato cometido. Pero no sé si una sentencia
condenatoria basada en una probabilidad podrá mitigar ese dolor.
No voy a decir quién fue la persona que me puso sobreaviso, porque no sé si le hace gracia o no aparecer aquí. Él pensaba que era un artículo escrito por Javier Ortiz.
“Algún día alguien escribirá “El otro Chillida”. Era capaz de hacer cualquier cosa para aparecer por encima de los demás. Hizo todo lo posible para quitarnos del medio. Era un fascista. Su padre fue uno de los hombres de Mola en Gipuzkoa. La gente no conoció al verdadero Chillida, no sabe quién fue, o puede que sí, pero no tenemos memoria histórica. Es una pena, porque sin memoria no somos nada. Sin memoria, los antiguos fascistas son los actuales demócratas”.
Hubo algún que otro comentario en el citado apunte, pero no demasiados.
Sin embargo, Ignasi Alvarez tradujo del catalán un fragmento de La meva capsa de Pandora, las memorias del pintor Xavier Valls (padre del socialista francés Manuel Valls, alcalde de Évry; actualización del 16 de mayo de 2012: ahora es Ministro del Interior) que dice así:
“El 26 de junio de 1949 se celebraba en la Cité Universitaire el tradicional 'Garden Party' de fin de curso. Como cada año, los pabellones de los distintos Estados izaban bandera propia. Recuerdo aquel domingo por la mañana, unos cuantos compañeros tumbados en el césped del parque viendo ondear, por primera vez desde hacía años, la "enseña nacional" en el pabellón español. Oriol Palà se puso furioso con razón, pero nosotros le aconsejamos que no hablase tan alto porque, a unos metros de distancia, estaban Eduardo Chillida y Pablo Palazuelo, que comían aparte y habían dicho, poco antes, que Franco no había liquidado del todo a esos "rojos separatistas". Por la tarde empezaron las fiestas en los pabellones y, en el de España, el director Maravall mandó servir horchata, hecha con un saco de chuflas traído expresamente de Valencia. De pronto se oyó un fuerte escándalo, seguido de gritos provenientes de la habitación en el primer piso de un estudiante llamado Peres y que no había cerrado con llave. Jaume Sunyer, Lamote, Perico y yo mismo subimos corriendo las escaleras y nos encontramos por los suelos a Jordi Anguera, a quien Palazuelo daba patadas, mientras sangraba porque un diente le había perforado el labio inferior. Suerte que los doctores Lamote y Perico, altos y fuertes, impidieron que Chillida diese el empujón final a Oriol Palà para defenestrarlo cuando ya tenia un pie en el alféizar para alcanzar la bandera española y sacarla de su palo. Una vez en el suelo, Chillida continuaba dando patadas a Oriol por todo el cuerpo; ya venían más compañeros cuando los dos siniestros 'cruzados de Cristo Rey' se esfumaron dentro del piso de los Maravall que les dieron cobijo. (...) Nada supimos durante mucho tiempo de los dos agresores, pero, cada vez que uno de ellos exponía en la Galería Maeght, yo iba poco después y, al firmar en el libro, como es costumbre en París, bajo mi nombre escribía: 'Aún me acuerdo del Garden Party de 1949'. No servía de nada, pero me satisfacía no haber perdido, como tantos otros, la memoria. Aquí no discutiré la fama artística de Chillida, pero sí el cambio forzado de camisa por el hecho de que, en esa galería, exponía gente más bien de izquierdas, como Braque, Calder, Miró i otros artistas prestigiosos. Lo que me subleva es que, en la Plaça del Rei de Barcelona, haya una escultura -no de las más afortunadas de Chillida, por cierto- encargo de la alcaldía socialista. ¡Cuánta agua ha pasado, lamentablemente, bajo los puentes!"
[ Años después, en 1976, Valls coincide en una fiesta en Madrid con Chillida, y mantienen un breve diálogo en presencia de otras personas ]
"Expliqué con pelos y señales la brutal agresión y Eduardo Chillida me escuchaba de pie. En medio del silencio que se hizo, el escultor me contestó que lo había sentido mucho, pero que había actuado bajo el influjo del ambiente familiar porque su padre era militar. Dando un puñetazo en la mesa, le dije que, a nuestros veintiséis años de entonces, era demasiado cínico dar la culpa al 'papá' y que, si todos los hijos de militares hubiesen sido como él, habrían quedado bien pocos españoles."
Lo reseñado no necesita demasiado comentario. Pero me recuerda lo escrito también unos meses después, en mayo de 2006, por Javier Ortiz: Vidas ejemplares.