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2008/08/03 21:15:00 GMT+2

Aritz Galarraga entrevista a Rafael Chirbes

El último número de julio de la revista Argia publica una entrevista a Rafael Chirbes hecha por el periodista Aritz Galarraga. Como tengo un grato recuerdo del paso de Chirbes por Donostia a finales del 2007 para presentar su última novela, la entrevista tiene interés y don Rafael se prodiga poco en los medios, pongo aquí mi traducción (euskara-castellano).

Rafael Chirbes: "Quería contar cuál es la situación del alma de nuestra época"

Rafael Chirbes (Tavernes de la Valldigna, Valentzia, 1949) no nació ayer. En la literatura salta a la vista, puesto que tiene publicadas ya ocho novelas, las cuales constituyen para algunos "una radiografía cruda de la España contemporánea". Sin embargo, ha sido con la última, Crematorio (Anagrama, 2007), con la que ha recibido los elogios más encendidos. Recientemente el Premio de la Crítica, por ejemplo.

Aritz: Su última novela es especialmente dura, un retrato ácido de la sociedad actual. ¿Estamos tan mal, señor Chirbes?

Chirbes: Si le digo la verdad, todo esto parece el fin de una era. Concluye el ciclo que comenzó con el Siglo de las Luces. El triunfo de la sinrazón y del individualismo es tan rotundo como el conseguido por Escipión el Africano en Cartago y, tras el triunfo, los campos han sido sembrados de sal para que no crezca nada nuevo. Ya no quedan ni las palabras de aquellos ideales del siglo XX: la lucha de clases, el proletariado y la revolución parecen ya términos de la prehistoria. Ahora no sabemos cuál es nuestro malestar y, por tanto, tampoco sabemos cómo denominarlo. Vemos una injusticia, pero nadie parece culpable. A quien se siente explotado le llaman inadaptado o se habla de mobbing. En vez de ir a las barricadas o a la reunión de la célula, ahora vamos al psicólogo.

Aritz: Ambientada en la costa levantina, la novela describe una realidad que usted conoce de cerca. ¿Era el escenario perfecto para contar lo que usted quería? ¿O, necesariamente, el único?

Chirbes: Es un escenario adecuado, porque condensa un buen número de contradicciones de esta época, pero no es el único. En todas partes la mecánica es igual, más o menos.

Aritz: Hay de todo entre los personajes que aparecen en la novela: un constructor que se ha hecho de oro, un antiguo revolucionario reconvertido en agricultor, un escritor en horas bajas, chulos de origen diverso… Parece que no salva a nadie.

Chirbes: Tal y como reza la cita de San Pablo que abre el libro, nadie vive para sí mismo, nadie muere para sí mismo. Sin proyectos colectivos, nadie puede tener como objetivo encontrar sentido a su vida. Y en esta carrera por salvar nuestros culos, no hay escenas grandiosas. En las guerras, las grandes fugas ante el enemigo son ejemplos de falta de dignidad, se pisa a cualquiera, se entrega a cualquiera para salvarse uno mismo. ¿Has leído esta novela maravillosa de Irene Nemirovsky, Suite française, en donde narra su huída de París ante la amenaza de los alemanes? Pues algo así, pero en tiempos de una supuesta paz social.

Aritz: A lo largo de la obra, se percibe un esfuerzo formal, la voz del narrador se mezla con diálogos de los personajes, párrafos de 50 páginas… Sí que hay una historia, ¿pero también una apuesta formal, no?

Chirbes: Sí, soy de los que piensa que lo que se cuenta y el cómo se cuenta van de la mano. Nos deslumbran los viejos modelos, pero no nos sirven. Cada novela ha de buscar su estilo, su lenguaje, su respiración, y yo no quería hacer una novela policíaca, ni tampoco una de esas novelas-denuncia sobre la corrupción. Quería hablar sobre el alma de nuestra época, este mundo abandonado por los dioses, y la búsqueda de ese tema ha marcado el estilo de este libro que busca un efecto trituradora en el lector.

Aritz: ¿Ha sido duro escribir Crematorio?

Chirbes: Resulta feo decirlo, porque hay muchas personas que viven situaciones difíciles en el trabajo, y da un poco de vergüenza decir que es duro escribir, pero mentiría si no lo reconociera. El libro surge de un pozo negro o me ha metido en un pozo negro. Terminé que no sabía dónde estaba. Cada libro, por unos u otros motivos, es una especie de psicoanálisis, una autopsia, y me costó mucho observar desde dentro a todos esos personajes, observarlos yo mismo desde dentro.

Aritz: "Imaginar el dolor hace que te lo quites de encima: o, mejor dicho, lo convierte en otra cosa" puede leerse en la novela. ¿Le ha pasado algo similar?

Chirbes: Un año después de haberla terminado, puedo decir que Crematorio comienza a ser otra cosa; y que, finalmente, más que hundirme, más que destruirme, me ha ayudado a continuar hacia delante. Ahora ya puedo leerla y reírme con las pinceladas de humor y el mal genio soterrado, algo que no me ha sucedido durante los tres años que me ha llevado escribirla y los meses posteriores. No tenía fuerzas ni para hacer las correcciones. Me contagió su desesperanza o le contagié la mía al libro.

Aritz: Diversos premios, entre ellos el de la Crítica, y reseñas en los medios de comunicación han destacado su última novela, y de qué manera (“La mejor de Chirbes y una de las mejores de la literatura española de este siglo”). ¿Esperaba algo así? ¿Qué importancia le da a estas cosas?

Chirbes: Me confunde. Dices que todo es puro desastre y te dan un premio. Y no sabes dónde meterte. Algunos premios aceleran la difusión del libro, o del autor, y podemos decir que ello es bueno para la "trayectoria literaria". Además, el reconocimiento público te ayuda a liberarte de esa idea que te está volviendo loco, y se agradece; por lo demás, nadie más que tú podrá llenar el próximo folio en blanco. Si los premios te hinchan, ése también es tu problema. Pienso que con veinte años y con la primera novela, puedes llegar a emborracharte. Con cerca de sesenta años y tras contar casi todo –espero no haber contado todo ya- en ocho novelas, miras los premios y los halagos con otro escepticismo: conoces, como escritor, tus puntos flacos, tu fragilidad, mejor que nadie.

Aritz: Tiene fama de ser alguien a quien no le gusta demasiado el mundillo literario.

Chirbes: ¿Qué es el "mundillo literario"? Ni tan siquiera sé si existe. No me interesa esa murga. No me interesa hablar de mi vida, ni la de los otros escritores: me interesan sus libros. Algunos son buenas personas y, aún así, sus obras me interesan de aquella manera; y al revés, hay gente que me disgusta, pero sus trabajos me excitan. Por ello, no me parece que sea bueno –salvando honrosas excepciones– andar demasiado con críticos y escritores, porque, quieras o no, te quita mucha libertad. Te obliga a mezclar amistad y gustos literarios y eso es verdaderamente malo. Como eres educado, parece que estás obligado a decirle a la gente de tu gusto que sus libros son maravillosos, y no es bueno, ni para ellos, ni para ti. Cuando alguien me pide mi opinión sobre su obra, intento dársela y, claro, muchas veces es desagradable. Pero no aguanto que nadie diga que le ha gustado un libro mío cuando no ha sido así. Mis amigos lo saben y –creo que- me hablan con total libertad. Para evitar ese laberinto de pasiones, lo mejor es leer los libros y huir de los escritores. Puedes mostrar libremente tu amor o tu pena, es imprescindible para la salud mental de un autor.

Aritz: He leído por ahí que usted lee mucho. Pero, ¿qué? ¿También se atreve con escritores contemporáneos?

Chirbes: Cada vez es más costoso acertar qué hay que leer de todo lo que se publica y cada vez leo y releo más libros antiguos que novedades –es noche cerrada y hay que aprovechar el tiempo-. Entre las novedades, trato de leer lo que me aconseja gente de mi confianza y sí que hay autores jóvenes que me interesan. Creo que Andrés Barba, Ricardo Menéndez Salmón y otros tienen voces muy personales y que se enfrentan con gran osadía a las contradicciones de nuestra época. También llegan a mis manos jóvenes autores amantes de los fuegos de artificio y de los chistes ocurrentes, seguidores de la escuela post-torrente que está por todas partes. Además, hay escritores vivos de altísimo nivel: Álvaro Pombo, Ramiro Pinilla… Puedes estar de acuerdo o no con Pinilla, pero ¡menuda obra esa saga suya! Asusta que alguien se haya enfrascado en semejante esfuerzo solitario.

Aritz: ¿Y le llega algo de lo que se edita en euskara?

Chirbes: Desgraciadamente no conozco muy bien qué es lo que se cuece en ese idioma, sólo lo que se traduce al castellano, y no es mucho. Pasa algo semejante –aunque sea más accesible- con lo que se escribe en catalán o en gallego. Parece que lo de casa despierta menos interés que lo de fuera.

Escrito por: iturri.2008/08/03 21:15:00 GMT+2
Etiquetas: literatura aritz_galarraga chirbes traducciones crematorio argia | Permalink | Comentarios (3) | Referencias (0)

Comentarios

Muchas gracias por la traducción de la entrevista al castellano.

Escrito por: Markus Trapp.2008/08/11 17:47:15.932000 GMT+2
http://blog.cibera.de/

Muchas gracias a ti, Markus, por la reseña del libro de Chirbes. Me da que tanto Rafa como Aritz, el entrevistador, se pondrán muy contentos.

Escrito por: iturri.2008/08/11 19:02:36.483000 GMT+2

Cómo en septiembre Rafael Chirbes vendrá a Alemania y a Austria para presentar "Crematorio" en una pequeña gira por varias ciudades, presenté algunas informaciónes sobre el libro y sobre él  - entre ello la entrevista en Argia - en ciberaBlog. De nuevo: gracias por tu trabajo.

Escrito por: Markus Trapp.2008/08/11 21:57:19.761000 GMT+2
http://blog.cibera.de/

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