Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2012/02/12 21:07:15.630000 GMT+1

Aznarín: imperativo genealógico

Desde hace algunas fechas, el prestigioso José María Aznar Botella, líder espiritual del liberalismo juvenil, abanderado de las letras, domador empedernido de la cultura, equilibrista de la ciencia económica, vertebrador aguerrido de la filosofía natural, publica una columna en el diario La Razón. Sus méritos para alcanzar semejante cota están bien claros…en su árbol genealógico. Las puertas se abren de par en par para el primogénito del matrimonio Aznar Botella. Pero lo que la genealogía no puede lograr –ni tampoco  los correctores de estilo de La Razón- es que sus artículos sean algo más que una ruda y burda especulación liberaloide de tercera división regional. Vale que papaíto le enchufe en un periódico, porque al chaval le hacía ilusión; vale que te dejen escribir lo que te salga de las narices; vale que te creas Krugman; vale que hayas heredado la arrogancia paterna y el atrevimiento materno, pero el resultado no puede ser otro que  la náusea. Eso es lo que procuran sus artículos, de estilo cutre, simplistas, sin aportar más que las líneas básicas del pensamiento de su mentor. Así las cosas, te quedas en un mini Aznar, o en un Aznar de pacotilla, en una caricatura pequeñita, empalagosa,  en una fotocopia reducida del ínclito y siniestro personaje que va por todo el mundo haciendo heridas al país que presidió.

 

Pero vayamos con el último de los artículos de mini Aznar, titulado Reforma para los jóvenes. Su inicio es ya definitorio de la arrogancia mayúscula que supura el teórico del miniaznarismo: Algún joven iluminado saldrá pronto a las calles para protestar contra la reforma laboral. ¿Algún joven? ¿Y qué decir de los no tan jóvenes, que acaban de conocer que su posible despido vale ahora mucho menos, incluso en el caso de que éste resulte improcedente? ¿Iluminado? ¿Conocerá el juntaletras la orden de los Iluminados? ¿Quizá era un guiño a la secta creada por Adan Weishaupt? ¿Pretendía hacer algún paralelismo?  Inútil hacerse ilusiones. Este espadachín intelectual menopáusico sólo conoce a dos adanes: el bíblico y a Adam Smith. De este último tendrá vagas referencias a través de cualquier manual casposo editado por FAES, tampoco se hagan ilusiones.

 

Pero prosigamos en la cátedra periodística del atrevido danzarín aznarín. Se unirá a los sindicatos para pedir la vuelta de un mercado laboral de dos categorías, el de los protegidos y el de jóvenes e inmigrantes. El de los sindicatos y el de los demás. El de los que ven sus salarios aumentados cada año con la inflación y el de los que se ven obligados a saltar de uno empleo precario a otro una y otra vez. Su vulgar simplificación no muestra sino una de las fobias marca de la casa: los sindicatos. Este absurdo reduccionismo que establece dos tipos de trabajadores (a saber, los  sindicalistas, y el resto),  carece de fundamento y del más mínimo rigor. Se preocupa de los trabajadores que ven aumentados sus salarios con la inflación, pero no dice nada de aquellos que, como su propio padre, compatibilizan jugosas pagas públicas (sufragadas por toda la sociedad) con salarios de multinacionales. No dice nada de  trabajadores que privatizan empresas (pongamos por caso Endesa) para pasar a cobrar, años más tarde, sueldos de 200.000 euros anuales de la propia empresa privatizada, como es el caso de –oh, de nuevo él- su propio padre. No dice nada el pequeño Aznarín de esos trabajadores que se parapetan tras fornidos guardaespaldas (cuyos salarios corren a cuenta del Estado) y que hacen negocios privados de aquí para allá, poniendo a parir al gobierno español, en un acto de descomunal soberbia e  irresponsabilidad política y ética. No, Aznarín prefiere mirar a los sindicatos, persigue enfrentarlos al resto de trabajadores y, muy especialmente, a los  “sin empleo” de larga duración. Ésa es la estrategia de la derecha. Y está dando sus frutos, qué duda cabe. Que los sindicatos ha cometido errores es una perogrullada, pero no son los responsables del desaguisado. Demonicémoslos, para jolgorio de la clase empresarial y la patronal.

 

Lo siguiente es de arcada, advierto: El peso de la crisis ha caído sobre los más débiles porque tenemos un mercado laboral injusto. Uno que esencialmente proviene del franquismo y que durante décadas ha sido protegido y preservado por la izquierda española. Sí, sí, Aznarín critica el mercado laboral por franquista y acusa a la izquierda de haberlo mantenido durante décadas. ¿Es que no tuvo tiempo su padre de cambiarlo en los ocho años que fue presidente del Gobierno? ¿Es que desconoce que su padre fue presidente de este país? ¡Qué descaro! ¡Qué auténtica falta de escrúpulos y de decencia! ¡De casta le viene al galgo!

 

Sigamos con este curso acelerado de inducción al vómito. La siguiente parrafada no es apta para estómagos delicados (último aviso): “Lo verdaderamente trascendente de la reforma no es la disminución de la indemnización por despido improcedente, sino la ampliación de la definición del despido procedente, cuya indefinición anterior impedía su uso generalizado. Estaremos más cerca de un escenario en el que los empresarios podrán  mantener a sus trabajadores más productivos en vez de a los más caros de echar”. ¿Olvida Aznarín que los empleados más caros (sic) de echar son los directivos, armados hasta las cejas con contratos blindados? ¿Hay que defender ahora que las empresas expriman a sus trabajadores exigiéndoles cada vez mayores  rendimientos y productividad? Pues en La Razón no lo hacen con sus columnistas… Quienes están en peligro ahora, quienes están ahora en el punto de mira son los trabajadores de mediana edad o veteranos que fueron acumulando “privilegios” y derechos durante su estancia en una empresa a lo largo de los años. Ahora, de golpe y porrazo (nunca mejor dicho), esos trabajadores quedan desprotegidos.

 

Vamos a por la siguiente copla, que también es de aúpa: Esta reforma laboral seguramente no resultará en una creación neta de puestos de trabajo en el corto plazo, pero sí que contribuirá a una renovación del mercado laboral, por la que un gran flujo de trabajadores saldrá del mismo y será reemplazado por otro más productivo. Está claro, pero no es una mera cuestión de productividad. Los trabajadores con enfermedades crónicas o con una salud más delicada quedan, igualmente, desprotegidos. ¿Trabajadores reemplazados? ¿Y qué les quedará? ¿Cabe esperar la misma productividad en un trabajador de 25 años que en uno de 50? ¿Selección natural? ¿Reeducación laboral? Vayamos hasta la Alemania nazi y observemos un problema que debían resolver los colegiales de la época:

Un enfermo mental cuesta diariamente unos 4 marcos, un enfermo 5,50 marcos, un criminal 3,5 marcos y un apprenti 2 marcos.

1.        Haced un gráfico con estas cifras.
2.        Según prudentes estimaciones, hay en Alemania 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. que reciben cuidados permanentes. Calculad cuanto cuestan anualmente estos 300.000 enfermos mentales y epilépticos. ¿Cuántos préstamos a fondo perdido (no reembolsables) de 1.000 marcos se podrían hacer para jóvenes matrimonios si este dinero pudiera ser ahorrado?.

Citado pro H.J. Gamm, Der braune Kult, Hamburg, Rútten una Loening, 1962. (Tomado de http://clio.rediris.es/fichas/Holocausto/exterminio.htm)

¿Deberemos volver a reeducar a nuestros jóvenes? ¿Deberemos replantearnos esas estimaciones?

 

Ya queda menos. Acudamos al cierre del artículo: Naturalmente que esto no se hará sin traumas, pero a la larga nuestra economía se beneficiará y sobre todo lo harán quienes ahora han aguantado casi  todo el chaparrón de la crisis, los jóvenes”. Coño (ustedes perdonen), si esto se solucionará a la larga, ¿cómo se van a beneficiar los jóvenes, si ya habrían dejado de ser jóvenes? ¿Se referirá Aznarín a las generaciones venideras, aun sin concebir? ¿No será una medida a favor de la natalidad, pues? ¡Tengan hijos, que en el futuro, tendrán trabajos con contratos… dejémoslo ahí, tendrán trabajo. Eso sí, hasta que lleguen otros jóvenes más productivos. De cualquier forma, siempre habrá excepciones a la regla, a la norma: serán las de los hijos de papá, aquellos a quienes les lloverán los trabajos por casta, por imperativo genealógico, por los contactos de papá y mamá. Esos acabarán escribiendo sandeces en cualquier periódico.

 

 

Escrito por: Jean.2012/02/12 21:07:15.630000 GMT+1
Etiquetas: josé_maría_aznar_botella razón pp la reforma_laboral | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Cada vez que Aznar rebuzna, se les ve el plumero, si es que no puede contener su ansia por salvarnos de nosotros mismos...

Escrito por: jesus cutillas.2012/02/17 12:07:16.188000 GMT+1

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)