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2006/03/16

¡Qué gracioso es que se caigan tan bien!



El diario El Correo Español publicaba el 15 de marzo de 2006 esta foto. Se ve en ella a Mariano Rajoy, presunto presidente del PP, y a Nicolás Redondo Terreros, ex secretario general de los socialistas vascos, saludándose con un gesto que ratifica sin posible apelación el dicho según el cual «la cara es el reflejo del alma». Si no se besaron –que no lo sé–, tuvo que ser de milagro. (De todos modos, no acabo de entender bien la posición de sus manos.)

Rajoy acudió a Bilbao invitado por la Fundación para la Libertad, que preside Redondo Terreros, para pronunciar una conferencia en la que se despachó a gusto contra el nonato proceso de paz de Euskadi, del que auguró que va a traer «indignidad y, seguramente, más dolor». No precisó a quién le dolerá, según él.

Su momento estelar llegó cuando afirmó, muy serio, que «el pueblo vasco nunca ha existido y tampoco existe hoy», porque es un «ente de ficción» inventado por Sabino Arana. ¡Ele! ¡Con un par!

Con un par de manos ovacionó su discurso Redondo Terreros, que está haciendo un esfuerzo ímprobo para desvelar la verdadera naturaleza de una parte muy considerable del socialismo vasco, hoy a la defensiva, pero no extinto. Personalmente, le agradezco en el alma la cantidad de explicaciones que me ahorra.

Anotado lo cual, admito que el discurso de Rajoy a mí también me provocó la risa.

Escrito por: ortiz.2006/03/16
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